Extracto
de la Homilía en la Fiesta de
Nuestra
Señora de Arantzazu en la
Basílica
de San Francisco, Lima
Lima,
9 de setiembre de 2012
+
Miguel Irizar Campos, C.P.
Solemnidad de Nuestra Señora de
Arantzazu
Hoy se celebra su fiesta en la
Basílica de la Virgen de Arantzazu en el País Vasco. Y hoy también en esta
Basílica de San Francisco de la Orden Franciscana estamos recordando el 400
aniversario de la fundación de la ilustre Hermandad de Nuestra Señora de Arantzazu.
La Virgen María en sus diferentes advocaciones
ha estado presente en la primera evangelización de América. La Virgen de
Guadalupe - México, La Virgen del
Rosario, La Virgen del Carmen y muchos
Santuarios Marianos a lo largo y ancho de todo el territorio peruano.
La Virgen de Arantzazu en Eukadi
(País Vasco en el norte de España)
La imagen de Nuestra señora de
Arantzazu apareció en las faldas del monte Aloña a un pastorcito llamado
Rodrigo de Baltzategi del barrio Uribarri de Oñati; fue el 11 de junio de 1468.
Este hallazgo y la futura historia del Santuario de Arantzazu y el culto a la
Virgen María han tenido su gran expansión en el País Vasco y en tierras
americanas en donde llegaron los padres franciscanos custodios del Santuario de
la Virgen de Arantzazu hace más de 500 años.
La Virgen de Arantzazu ha sido y es
llamado con razón madre de Euskal Herria. De los siete territorios Vascos y
provincias vecinas han llegado los peregrinos a Arantzazu, en tiempos normales
y en las grandes fiestas.
Desde los inicios del primer
Santuario, levantado en 1468, en el lugar de la aparición de la venerada
imagen, Arantzazu ha sido un lugar permanente de recogimiento, de
peregrinaciones y lugar de encuentro y de oración. Entre los peregrinos podemos recordar a San Ignacio
de Loyola, el fundador de la Compañía de Jesús. La Virgen de Arantzazu fue
proclamada Patrona de la provincia Franciscana de Cantabria que ha estado
ligada a la Orden Franciscana en el Perú.
En 1834 la Santa Sede concede el
oficio litúrgico de la Virgen de Arantzazu y su fiesta principal. En 1886 es
coronada la imagen de La Madre de Arantzazu y en 1918 se celebró la
proclamación de la Virgen de Arantzazu como patrona de Guipúzcoa en cuyo
territorio se encuentra el Santuario y el convento franciscano. Desde esa fecha
se empezó a celebrar la gran novena en
honor a la Santa Patrona del 1 al 9 de setiembre que fue el día de su
proclamación como patrona de Guipúzcoa y se fijo ese día la fiesta central de Nuestra Señora de
Arantzazu.
La primera Basílica data del año de
1913 y la nueva y gran Basílica se construyó entre los años 1950-1955.
Peregrinaciones
Marchas nocturnas de jóvenes vascos
Jornadas de la Paz en el Santuario de
Arantzazu
Yo
mismo he sido peregrino desde niño y tuve la gracia de ser ordenado
sacerdote en el Santuario de Arantzazu y he participado cuando me ha sido
posible en diferentes celebraciones de la fiesta de la Virgen de Arantzazu
siendo ya Obispo de Yurimaguas y del Callao.
Las Cofradías Americanas de la Virgen
de Arantzazu en los siglos XVII – XVIII
Es sorprendente la influencia que el
Santuario de Arantzazu llegó a tener en
el Nuevo Mundo durante los siglos XVII y XVIII. En la mayor parte de las
ciudades del vasto Continente se levantaron altares y capillas a las Andra Mari
vasca y, bajo su patrocinio y con su
nombre, se organizaron numerosas hermandades y cofradías.
Fue en América donde se editaron las
primeras obras donde se habla de la Virgen de Arantzazu y la primera relación
es de Fray Juan de Ayllón en 1647 en Lima, a las que siguieron las de México y
otros países latinoamericanos.
Hay dos hechos que explican la
expansión de Arantzazu en el Nuevo Mundo. El primero es que su Santuario
estuvo servido desde 1501 por religiosos de una Orden eminentemente popular y
misionera, la de los franciscanos. La presencia de los hijos de San Francisco
nacidos en Euskal Herria ha sido muy influyente en América en la obra de la
Evangelización en nuestro querido Perú.
El segundo hecho está relacionado con los
emigrantes vascos. Estos, al asentarse en las principales ciudades del Nuevo
Mundo, se asociaron entre sí en
hermandades y cofradías dedicadas precisamente a Nuestra Señora de Arantzazu.
Es éste un hecho significativo, pues revela que la devoción a la Andra Mari guipuzcoana no sólo se había propagado a lo
ancho y largo de Euskal Herria, sino que también había llegado a ser un signo
religioso de tal relieve en la conciencia del vasco, que fue capaz de
representar sus aspiraciones más profundas en lo que se refiere a su identidad
étnica y solidaridad cristiana al aunarse con sus hermanos de América Latina.
Las asociaciones y capillas dedicadas
a la Virgen de Arantzazu por los emigrantes vascos de América florecen durante
los siglos XVII y XVIII.
Entre esas capillas dedicadas a la
Virgen de Arantzazu está providencialmente la de esta Basílica de San Francisco
en Lima.
A las plantas de Nuestra Madre de
Arantzazu venimos hoy algunos Vascos u oriundos que nos unimos a los fieles de
esta comunidad eclesial e imploramos la paz para nuestra Patria Peruana y para
el País Vasco en España.
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