ADIOS CON LA
SATISFACCIÓN
DE NO HABER
CLAUDICADO
17 años de
alegría, tristeza y dolor
Señor
director:
Han
transcurrido 33 años de la aparición de OIGA, y 17 años desde que yo llegara a
trabajar en el área de publicidad. Y, creo sintetizar mi paso por OIGA al decir
que durante mi permanencia, desde 1978 hasta 1995, la revista me dio alegría,
trabajo y amistad con todos sus miembros; así como me permitió conocer a muchas
personas de distintas agencias de publicidad, ampliando amistades y amigos. Sin
embargo, no se piense que el publicista por trabajar en un área eminentemente
comercial, se sitúa al margen de las vivencias y tráfago periodístico. No, los
publicistas vivimos y compartimos las inquietudes, los deseos de justicia y la
emoción social de nuestros colegas periodistas, su defensa de las libertades
públicas y, dentro de ellas, de la prensa, expresión e información; y asumimos
con nuestros hermanos periodistas desde las mismas trincheras sus esfuerzos,
sus desvelos como fiscales del poder público y depositarios de la conciencia
ciudadana frente al más fuerte, frente al poderoso, en defensa del derecho de
los humildes y los desposeídos.
Fuimos tres
los que llegamos a OIGA en el área de publicidad: el señor Franklin Urteaga
(fallecido), Eduardo Valenzuela y el que escribe, Hugo Paredes Cabrera; con
ellos trabajamos duro en la revista, con responsabilidad y cariño.
Me inicié
sacando suplementos especiales de diferentes departamentos del Perú, que me dio
mucha satisfacción al ser aceptados por la gerencia, al mando de Carolina
Arias, y del director, Sr. Francisco lgartua.
Al escuchar
al director de la revista anunciar que OIGA no sale más, sentí una gran
tristeza; me hizo pensar y recordar todos los momentos felices de trabajo junto
a queridos amigos de la revista.
En estas
últimas líneas quiero decirle al señor director Francisco Igartua, gracias por
haberme dado trabajo y amistad, y que usted pasará a la historia como un
periodista fiel a sus principios e ideales, como fiel a sus principios e
ideales fue nuestro también ilustre Federico More.
Hugo Paredes
Cabrera
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