Cuando un amigo se va... (Norma Ríos escribe desde Buenos
Aires sobre el fallecimiento de Beñat Minondo)
20/03/2013
"Cuando un amigo
se va queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo,
así refiere la canción del cantautor argentino Alberto Cortés. En la tarde del
domingo sonó el teléfono y una voz triste me dijo que mi amigo Beñat había
fallecido. Una gran tristeza me embargó y una serie de imágenes comenzó a dar
vuelta en mi mente, como si se estuviese proyectando una película. No podía
creer lo que había escuchado y por mi rostro comenzaron a correr lágrimas sin
control". Desde Buenos Aires escribe Norma Ríos, secretaria del Centro
Vasco Francés-Iparraldeko Euskal Etxea.
Por Norma Ríos, desde Buenos Aires
Es difícil pensar en él y saber que ya no lo veré más.
Recuerdo nuestros primeros encuentros, hace ya más de una década y el saludo
final de despedida, en su regreso a fines del año antes de subir al avión que
le llevaba de vuelta a Iparralde luego de su visita a Argentina.
Era una persona muy especial. Solía tener siempre una sonrisa
en sus labios. Amable, dulce, alegre, su espíritu era de un niño grande. Con
una contextura voluminosa y la alegría que emanaba de su piel, me recordaba a
los osos de los cuentos, por eso sus amigos lo apodaron Baloo, el personaje
principal de la novela El libro de la Selva de Rudyard Kipling, bonachón y siempre
feliz.
Donde estaba Beñat, estaba la alegría de los vascos, las
reuniones eran distintas cuando él se encontraba, les daba esa chispa especial.
De muy joven fue rugbier, amaba ese deporte. Solía recordar cuando en 1991 llegó a Argentina
para una gira con su equipo de 33 jugadores pertenecientes a Saint Etienne de
Baigorri, y que una noche fueron agasajados en el Centro Vasco Francés con un
asado por parte del presidente Simón Soroet y la Comisión Directiva, estando
también presente nuestro Campeón Mundial de Pelota Vasca, Juan Labat. Solía ver
los partidos de rugby de Argentina y de hecho le gustaba mucho el equipo de Los
Pumas.
Vino muchas veces al país, a las Semanas Vascas, junto al
grupo de la Asociación Euskal Argentina del que tesorero, siempre junto a su
buen compañero y amigo Pierra Laco.
Su gran simpatía y humor le hicieron cosechar muchísimos
amigos en nuestro país y es así como era conocido en casi todas las euskal
etxeak.
Compartimos muchas fiestas de colectividad, así como los
asados que la familia Laco de Argentina hacía cada año para despedir a Pierra.
El amor que tenía por Argentina era muy fuerte y eso lo mostraba generalmente
en sus remeras, en cuyos logos tenía la bandera de mí país junto a la ikurriña.
Es difícil recordar tantas ocasiones, hermosas, que muchos
hemos vivido en su compañia. Su partida me apena y ensombrece el corazón, pero
me queda el recuerdo de su bondad, su generosidad, la alegría que ambos
sentíamos cada año al reencontrarnos en el aeropuerto a su llegada.
Ya no podré correr a saludarlo, pero creo que en una parte
del cielo hay una nueva estrella iluminándonos y que cada vez que levante mi
vista ahí estará sonriéndome.
Descansa por siempre junto a Dios.
Lagun maitea beti arte. Goian Bego.
Fuente:
EUSKALKULTURA.COM
Goian Bego
ResponderEliminar