CENTENARIO PASIONISTA
24 de diciembre: BILBAO (España).-
Doce Misioneros Pasionistas dejan el suelo patrio rumbo al
Perú.
A través del Atlántico
Noviembre 25.- Después de estrechar nuestra mano con manos
amigas y abrazar a nuestros hermanos de hábito, de quienes hemos recibido
inmerecidas pruebas de cordialidad, nos despedimos del querido terruño que nos
viera nacer y que tantos recuerdos íntimos guarda, teniendo presente que la
patria del misionero debe ser la tierra entera, y su país aquel donde hay almas
que evangelizar y seres que salvar.
Hoy 25 de diciembre de 1912 subimos a bordo del “Aidán”, y
lanzando una postrera mirada al hermoso puerto, uno de los mejores del mundo, y
al pintoresco paisaje de esta Suiza española, en cuya costa ha sembrado la Mano
de Dios tantas bellezas y en los repliegues de cuyos montes aparecen medio
escondidos tantos caseríos dorados todos por los tibios rayos del sol y
acariciados por la fresca brisa del mar, nos confiamos a merced de las olas que
nos habrían de llevar a remotas y desconocidas playas, no sin antes sofocar en
nuestro pecho un suspiro y contener en nuestros ojos una lágrima.
¿Podíamos comenzar mejor nuestro viaje que invocando el
auxilio del Señor por medio de las palabras litúrgicas de la Iglesia?
“Que Dios Todopoderoso nos dirija en el camino de la paz y de
la prosperidad y que el Arcángel Rafael nos acompañe en el camino …"
“¡Oh Señor que pasaste a los hijos de Israel a pie enjuto por
medio del mar: que mostraste a los tres magos con el auxilio de una estrella el
camino que conducía a Ti Concédenos feliz viaje, tiempo sereno para que en
compañía de tu santo Angel arribemos a nuestro destino, y finalmente lleguemos
con felicidad al puerto de nuestra salvación”.
¡Buena compañía a la verdad, del Santo Angel del Señor, del
glorioso Rafael, a quien encarga el Señor que nos defienda en nuestros caminos!
Sólo así se pueden emprender con serenidad y arrojo estos
interminables y arriesgados itinerarios a través de los mares, ríos y selvas,
que sólo Dios sabe si llegaremos alguna vez a desandarlos para volver con salud
y gozo entre los nuestros. Nos ponemos, pues, en marcha in nomíne Domini (En el
nombre del Señor).
Confr. Misiones Pasionistas del Oriente Peruano pg. 16.
Fuente:
CONGREGACION PASIONISTA DEL Perú
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