“Hermanos, en los comienzos de estos cien años no
había mucha organización, pero había una fe y un espíritu misionero que
atravesaba montañas, aquel espíritu que tal vez nuestros abuelos en una tarea
difícil, de trabajo diario nos dejaron por herencia, por eso al contemplar este
teplo y al contemplarlos a muchos ustedes me viene el recuerdo de sus padres,
de sus abuelos, de mi niñez y de mi juventud, y no puedo decir, que no hay una
gran añoranza. Qué tiempos aquellos, no es una nostalgia sentimental que aprovecha
del momento, no, es la verificación que esa generación tenía más peso, la fe
era más sencilla, pero de verdad y eso es lo que animó a ese grupo de jóvenes
vascos, porque les gusta recordar que son vascos, orgullo, ese grupo de jóvenes
de vascos, vinieron a la Selva y trajeron junto con esa fe maravillosa, esos
valores cristianos y con esos valores cristianos, respetando a esas culturas
que hoy queremos reconocer de una manera tan idílica, pero no real, no eran
sujetos de investigación, eran seres humanos a evangelizar y así lo hicieron,
sin ideologías ni problemas, caminando, pasando trochas, ríos y enfermedades y
el Señor por ello, ha bendecido con la santidad que es el gran regalo de Dios a
todos esos hermanos nuestros que fueron la semilla del trabajo Pasionista”.
S.E.
Card. Juan Luis Cipriani Thorne. Arzobispo de Lima y Primado del Perú. Homilía
Centenario Pasionista (1913-2013).
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