Sr. D. Ricardo Palma
Mi buen amigo: Adjunto carta que quiero que haga llegar al
joven José de la Riva Agüero, cuya tesis acabo de leer. Aunque ya en mi carta
le felicito, felicítele usted de mi parte. Pocas veces he leído un trabajo en
que se revela mejor buen sentido, más independencia de juicio y más sereno
sentido crítico. Y además la tal tesis me viene de perillas, pues ha de servir
para un largo artículo en la Esfera, en que tomando pie de lo que el joven Riva
Agüero dice, diga yo, por mi parte, muchas cosas que me bullen cerca de las
literaturas hispano-americanas, de su carácter y originalidad, de su mayor o
menor hispanismo, de afrancesamiento, etc. y también acerca de usted y de sus
deliciosas Tradiciones y del Sr. González Prada.
Al final de un despiadado estudio que dedico al horrible
libro del Sr. Vicuña Subercaseaux La ciudad de las ciudades (modelo de snobismo
afrancesado) hago ya honrosa mención de la tesis del joven La Riva Agüero y
anuncio el estudio que he de dedicarlo.
A otra cosa. El silencio que acerca de ello guarda usted en
su nota, me hace sospechar que acaso no ha llegado a sus manos el ejemplar de
mi Vida de Don Quijote y Sancho que en el mes de mayo le remití. Dígamelo para
que repita el envío. Es mi obra y va, aunque poco a poco, abriéndose camino.
Otra cosa más. Me interesaría poder tener ahí un librero con
quien entenderme directamente y a quien encargar de la propaganda y venta de
mis libros en esa república, en las condiciones que él estimase convenientes.
¿A quién me recomienda usted? Me gustaría enviarle pronto alguna remesa de mi
ya citada Vida de D. Quijote y Sancho, mi obra capital.
De quien nada sé es de su hijo D. Clemente. Dígale que me dé
señales de vida, y que sepa yo de sus andanzas y fortunas.
Usted sabe que de veras le estima su amigo y atento lector
Miguel de Unamuno
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