Homenaje mañana en
Larrabetzu a Atanasio Jáuregui, pionero pasionista en la Amazonia peruana
06/09/2013
En este año en que se cumple el centenario de la presencia
pasionista en la Amazonia peruana, la localidad vasca de Larrabetzu (Bizkaia)
celebrará mañana un homenaje a uno de sus hijos más ilustres, monseñor Atanasio
Jáuregui Goiri (Larrabetzu, 1877-Yurimaguas, 1957), uno de los pioneros
pasionista que llegó a la región en 1903, prefecto apostólico y primer obispo
de Yurimaguas y persona que, además de la labor evangelizadora propiamente
dicha, contribuyó de manera importante a la promoción educativa, sanitaria,
cultural y social de la zona, cuya capital alberga una calle principal con su
nombre, que portan asimismo una plazuela junto al aeropuerto y uno de los
colegios más prestigiosos de su capital.
Larrabetzu, Bizkaia. Monseñor Atanasio Jáuregui Goiri cuenta
con un monumento dedicado a su persona justo frente a la iglesia de Goikolegea en
Larrabetzu, a cuyo alrededor tendrá lugar mañana parte del programa del
homenaje, que se incribe en el marco del centenario de la importante presencia
y contribución de los Pasionistas a la Amazonia peruana.
El programa para mañana en Larrabetzu se iniciará a las 11 de
la mañana con ambientación festiva en el pueblo, a lo que seguirá una Misa
Mayor, presidida por el ormaiztegiarra monseñor Miguel Irizar, obispo emérito
de El Callao, en Perú y titular de la diócesis de ese nombre hasta principios
del pasado año. Tras la misa, tendrá lugar el homenaje propiamente dicho, ante
el monumento al obispo Atanasio Jáuregui, frente a la iglesia de Goikolexea.
[Agradecemos a Gregorio Arrien, él mismo pasionista, las
facilidades, textos e información que nos ha proporcionado para elaborar la
presente nota]
Monseñor Atanasio Jáuregui
Monseñor Atanasio Jáuregui Goiri --fue bautizado como
Celestino, si bien adoptó Atanasio como su nombre religioso-- nació en 1877 en
Larrabetzu y se ordenó sacerdote en 1901. Se dedicó a las tareas de formación y
dirección de los jóvenes estudiantes pasionistas hasta que a fines de 1912
partió rumbo al Perú, encabezando una expedición de doce misioneros
pasionistas, seis sacerdotes y seis hermanos, invitados por el obispo de
Chachapoyas, monseñor Emilio Lissón, para trabajar pastoralmente en las
provincias de San Martín y el Huallaga, estableciendo la sede central en la
población de Tarapoto. El viaje hasta el destino final fue largo, difícil y
penoso.
Al término del periodo acordado ad experimentum, los
misioneros resolvieron no abandonar el campo que con tantos sacrificios habían
cultivado, al prorrogar la Santa Sede el plazo que los superiores habían
fijado. Así, en 1921 se erigió la Prefectura de San Gabriel del Marañón,
ubicada en la provincia de Alto Amazonas, un vasto territorio recorrido por los
grandes ríos de la región, que constituyen hasta hoy sus principales vías de
comunicación. El padre Atanasio Jáuregui fue nombrado Prefecto Apostólico.
Cuando en 1936 la Prefectura Apostólica fue elevada a la categoría de Vicariato
Apostólico, Jáuregui fue nombrado el primer obispo del Vicariato, con sede
central en Yurimaguas, capital de Alto Amazonas.
Además de la labor evangelizadora propiamente dicha, en su
tiempo se prestó una especial atención a todo lo relativo a la educación y la
salud. Más tarde se ampliarían los acmpos del apostolado y de formación humana
y profesional.
-Promoción educativa y cultural: Junto con la construcción de
la iglesia-catedral de Yurimaguas y otras iglesias y capillas repartidas por
las diferentes poblaciones de la provincia, en 1937 se inauguró en la capital
el colegio San Gabriel de segunda enseñanza, mientras que la educación de la
juventud femenina de Yurimaguas y Lagunas fue confiada a las religiosas de
enseñanza. Paralelamente se creó una amplia red de escuelas parroquiales y
centros educativos en las principales poblaciones asentadas a lo largo de los
grandes ríos.
-Promoción sanitaria y social: Ante las grandes carencias
sanitarias y atendiendo al clamor popular, los misioneros levantaron el
hospital Santa Gema de Yurimaguas, cuya acción se vio completada más tarde con
el establecimiento del Servicio Cívico pluvial, a través de la lancha Sta Gema.
Con el objeto de mejorar la vivienda y servir también para la construcción de
las casas parroquiales y el Seminario para vocaciones nativas, en los años 50
empezó a funcionar una pequeña fábrica de ladrillos, la primera de la
provincia. En la década siguiente, la nueva ladrillera se vio completada con la
construcción de un aserradero.
Pasionistas larrabetzuarras
Monseñor Jáuregui pertenece a la rica saga de larrabetzuarras
que profesaron en la Congregación Pasionista, entre los que cabe mencionar:
-P. Casimiro Apraiz (Lucio, en su denominación religiosa),
1911-1991
-P. Gregorio Azpuru (Manuel), 1887-1911
-P. Gabino Basaras, 1874-1935
-P. Francisco Bilbao (Gerardo), 1901-1989
-P. Víctor Bilbao, 1903-1983
-P. Román Dañobeitia (Máximo), 1902-1987
-H. Fidel Elejaga, 1885-1913
-P. Claudio Etxeandia (Juan María), 1879-1963
-H. Miguel Iturregi, 1874-1958
-Monseñor Celestino Jauregi (Atanasio), 1877-1957
-C. Antonio Loroño (Serapio), 1885-1904
-P. Juan Cruz Loroño (Eusebio), 1876-1938
-C. Serapio Loroño, 1874-1895
-H. Ignacio Meñica (Felicísimo), 1875-1942
-C. Martín Meñica (Felicísimo), 1870-1890
-P. Tiburcio Meñica, 1872-1931
-H. Toribio Olazabalaga (Mariano), 1910-1959
-H. Pio de Olea (Leonardo), 1868-1937
-C. Lorenzo Villa (Lázaro), 1922-1942
-P. Román Villa, 1903-1957
-P. Juan Bautista Zarandona (Lucas), 1890-1979
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