domingo, 11 de agosto de 2013

LA TERCERA

Documentos de la Nunciatura Apostólica de Madrid
SOBRE LAS APARICIONES DE EZKIOGA (1931-1934)

II

EL DOSSIER ECLESIÁSTICO
B

DOCUMENTACIÓN DE LA NUNCIATURA DE  MADRID

Documento 14

ASV. Arch Nunz. Madrid, 931, ff .90-95.
Texto mecanografiado, con firma autógrafa


 Carta del Provisor de Vitoria al Nuncio

JHS.

|Excmo. y Rvmo, Mons. Federico Tedeschini.
Arzobispo de Lepanto, Nuncio de
S. S. en España.


Mi venerado Sr. Nuncio: Hice inmediatamente el informe que V.E.se dignó encomendarme, pero recordé que en la Secretaría de Cámara quedó copia del escrito que el Sr. Obispo mandó hace unos meses a la S.C. del Santo Oficio; y como por una parte creí podría ser útil a V.E. y por otra podía obtenerla sin quebrantar la reserva que se sirvió imponerme, he hecho una, copia de la que obraba en la Curia, y  esa es la causa de mi retraso en remitir a V.E. mi informe.
Reiterando a V.E. mi agradecimiento por todas sus amabilidades, Se ofrece incondicionalmente a sus órdenes su afmo. s.s. y Capellán Q.B.S.A.

JHS.

Excmo, y Rvmo. Sr. D. FedericoTedeschini.
Arzobispo de Lepanto,
Nuncio Apostólico de S. S. en España.
y Rvmo. Sr.;

Cumpliendo el honroso encargo recibido de V.E. Rvma. de informarle acerca de los sucesos acaecidos en Ezquioga (Guipuzcoa)relacionados con las supuestas apariciones de la Santísima Virgen, el que suscribe va a exponer a grandes rasgos lo que de aquellos hechos conoce, debiendo advertir que no desciende a pormenores por no haber intervenido directamente en el asunto, y conocer este solamente por referencias recibidas del Excmo. Sr. Obispo y del M. I. Sr.Vicario general con ocasión de haber desempeñado hasta el mes de Octubre próximo pasado el cargo de Secretario de Cámara del Obispado de Vitoria.
Para mayor claridad, el que suscribe vá a dividir el informe en tres partes: Supuestos videntes; R. P. Burguera; Sr. Echezarreta.

I
SUPUESTOS VIDENTES
Dejando a salvo la posible buena fe de algunos de ellos, puede asegurarse que los más destacados, bien sea por fanatismo, bien por sugestión, bien por afán de notoriedad, han estado haciendo una farsa indigna mezclando a la Santísima Virgen en un cúmulo de supercherías que no resisten a un examen sereno e imparcial. Sus pronósticos no se han realizado nunca; su vida y costumbres no están en harmonía con el recato, la modestia y la piedad que corresponden a personas que dicen tener frecuente comunicación con María santísima (dos de las videntes son madres sin deber serlo) y sobre todo la falta de docilidad y obediencia a los mandatos de sus legítimas autoridades eclesiásticas—El Excmo. Sr. Obispo y el M. I. Sr. Vicario general—es incompatible con la humildad base de todas las demás cualidades morales que deben adornar a las personas que reciben tales favores celestiales.
El que suscribe sabe que esta es la impresión que de gran parte de los supuestos videntes, sacaron el Exmo. Sr. Obispo, el M. I. Sr. Vicario general y el Promotor de la Justicia en las diversas diligencias que practicaron para esclarecimiento de los hechos de Ezquioga; y no hay que decir que iban prevenidos en contra, pues consta al que suscribe que todos ellos tenían grandes ansias de que los sucesos consabidos hubieran sido ciertos.
Hasta qué punto llegó la desobediencia de algunos de ellos a las disposiciones del Prelado de la diócesis se comprueba con solo decir que este, por medio de la Secretaría de Cámara, escribió a los Párrocos de las respectivas residencias de los supuestos videntes para que les notificasen la prohibición de acudir a la Campa de Ezquioga bajo pena de negarles la sagrada Comunión si faltaren a ella; una de las videntes, aunque más tarde cambió de actitud, afirmó que la Santísima Virgen le había dicho que desobedeciese al Prelado.
Otra, a quien se negó la Sagrada Comunión por desobediente, tuvo el atrevimiento de decir que el sagrado Corazón de Jesús le había prometido darle la sagrado Coniuni6n directa y personalmente; y aunque al que suscribe no le constan otros actos de rebeldía ,no debieron ser estos los únicos cuando el Rvmo. Prelado hizo  pública la prohibición mencionada al llevarla al Boletín ec1esiástico incluyéndola en la Circular n° 165 de 7 de Setiembre del presente año.

II.
EL R. P. BURGUERA
La inconsistencia de los hechos acaecidos en Ezquioga unida a la desautorización de la autoridad eclesiástica y las conferencias que  el R. P. Laburu dió quitando a aquellos carácter sobrenatural, contribuyó a que las personas sensatas, no sólo perdieran su entusiasmo, sino que aun vieran con recelo todo lo que se refería a los hechos extraordinarios que se decía que ocurrían en Ezquioga, y decreció en número de personas que allí concurrían, y hubiera cesado en absoluto el concurso si no hubiera habido quien mantuviera en Ezquioga el fuego sagrado de las pretendidas apariciones.
El que ha desempeñado este papel es el religioso exclaustrado R. P. Burguera.
Este religioso residente en Valencia se presentó en esta diócesis de Vitoria con licencia de su Sr. Arzobispo por tiempo de cuarenta días. El que suscribe, de acuerdo con el M. I. Sr.Vicario general, cumpliendo la Circular promulgada por el Obispo de la diócesis que dispone que a los sacerdotes extradiocesanos no se les dé en verano licencias ministeriales por más tiempo de un mes, se las extendió al P.Burguera advirtiéndole que cesarían ipso facto  si, como se tenía noticias en la Curia, seguía concurriendo al Campo de Ezquioga, quebrantando por tanto las disposiciones del Prelado de la di6cesis;el P.Burguera devolvió a la Curia en forma bastante irrespetuosa la comunicación de la Vicaria general y las licencias ministeriales y continuó impertérrito acudiendo a Ezquioga y convirtiéndolo en campo de cultivo de una falsa sobrenaturalidad.
Allí continúa sin celebrar la santa Misa ni comulgar dedicado a monopolizar la dirección espiritual de los videntes y excitando a la rebelión contra el Prelado de la diócesis al Sr. Echezarreta a quien se había prohibido construir un tablado en la Campa de Ezquioga.
Oficialmente se comunicó al Sr. Arzobispo de Valencia la conducta del P.Burguera y más de una vez el Excmo .Sr. Melo requirió al dicho Padre para que se reintegrara a la diócesis de Valencia sin que atendiera tales requerimientos; también ha hecho caso omiso de las repetidas comunicaciones del Prelado de esta diócesis y en esa actitud de rebelión continúa, siendo motivo de escándalo el que un religioso desatienda de una manera pública y notoria, no ya las insinuaciones, sino los mandatos de dos venerables Prelados que, de consuno, le imponen la obligaci6n de abandonar la comarca de Ezquioga y la perniciosa propaganda de las supuestas apariciones.

III.

El Sr. ECHEZARRETA.
Este es el dueño del campo de Ezquioga; persona piadosa, afiliada en política al partido integrista. El que suscribe no le conoce personalmente, pero, como Secretario de Cámara del Obispado, tuvo que intervenir en un asunto relacionado con un Cinematógrafo que el Sr. Echezarreta tenía instalado en Villafranca de Oria (Guipú zcoa).
Este Cine tenía carácter parroquial o, al menos, se lo daba el Sr. Echezarreta; pero el Rvmo. Prelado tuvo denuncias de que las exhibiciones que allí se hacían no eran recomendables y tuvo que amonestar al Sr.Echezarreta y, por fin, desautorizar el Cine haciendo público desde el púlpito de la Parroquia que ésta nada tenía que ver con el Cine consabido.
         Cuando comenzó a acudir gente al campo de Ezquioga, el Sr. Echezarreta cobraba algo por la entrada en el mismo; después, según ha oído el que suscribe, tiene el campo mencionado, arrendado a personas que venden diversos objetos a los allí concurrentes.

         Violando la prohibición expresa de la autoridad eclesiástica, construyó un tablado para que en él se colocasen los videntes con objeto de hacer más espectaculares las apariciones, Y no contento con eso ha construido un cobertizo instigado a ello por el P.Burguera como consta en carta que obra en el Obispado.

A pesar de todos los requerimientos que se han hecho oficialmente, continúa, así como el P. Burguera, en abierta actitud de rebeldia contra la autoridad del Prelado.
Estas son, Excmo. Señor, las noticias que  el que suscribe puede suministrar a V. E. respecto del asunto de las supuestas apariciones de Ezquioga; por la raz6n apuntada al principio de este escrito, ellas no son muchas ni muy circunstanciadas, pero sí muy verídicas, y todas ellas podrían probarse plenamente si fuere necesario.

                                   Vitoria  7 de Noviembre de 1933.
                                  
 Jaime Verástegui




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