jueves, 10 de julio de 2014

EN EL MUNDO

La República 
El escándalo Urresti

Nelson Manrique Gálvez

La República. Martes, 08 de julio de 2014 | 4:30 am

El escándalo originado por el nombramiento de Daniel Urresti, quien está procesado como presunto autor del asesinato del periodista de la revista Caretas Hugo Bustíos en 1988, como ministro del Interior ha entrado en una fase preocupante con las declaraciones del presidente Ollanta Humala reconociendo que decidió poner a Urresti en la cartera encargada de velar por la seguridad de los peruanos a sabiendas de la acusación judicial que pesa en su contra: “Cuando se le propuso la cartera él puso en conocimiento este tema, se le pidió unos papeles (...) no vemos su culpabilidad y creemos en la presunción de inocencia”.

En junio del 2013, la fiscalía formuló denuncia contra Urresti y un juez le abrió proceso penal, estableciendo que debe ir al juzgado una vez al mes y que no puede salir de su lugar de residencia ni abandonar el país sin su autorización. La fecha es importante porque es anterior a sus nombramientos gubernamentales, lo que descarta la motivación “política” que Urresti ha atribuido a las acusaciones que pesan sobre él. Tenemos ahora un ministro del Interior obligado a presentarse mensualmente ante un juzgado para acreditar que no ha fugado.

Cuatro testigos señalaron que el entonces miembro del departamento de inteligencia del ejército Daniel Urresti Elera participó en el asesinato de Hugo Bustíos. El excapitán del ejército Amador Vidal Sanbento, sentenciado por el mismo asesinato, sostiene que Urresti comandó el grupo de militares que emboscó a Bustíos y al periodista Eduardo Rojas. El auto de apertura de instrucción del Ministerio Público debiera ser suficiente para encender todas las alarmas políticas: “Se ha logrado acopiar los elementos probatorios que acreditan la participación de Daniel Belizario Urresti Elera, en su calidad de S-2 Inteligencia de la Base Contrasubversiva de Castropampa de la provincia de Huanta, el 24 de noviembre de 1988, y como tal uno de los presuntos responsables del asesinato del periodista Hugo Bustíos Saavedra y de la tentativa de asesinato del periodista Eduardo Yeni Rojas Arce”. El auto apertorio señala al hoy ministro del Interior como responsable de un presunto delito de lesa humanidad ((http://bit.ly/VcUvjm).

Es el Poder Judicial quien deberá decidir si Urresti es culpable o inocente. Pero un juicio justo demanda que sea procesado imparcialmente, lo cual debiera partir de respetar el principio de separación de poderes, que termina siendo vulnerado cuando desde el poder ejecutivo se decide blindarlo detrás de una posición de poder del peso de titular del ministerio del Interior; una manera de amedrentar a los jueces y fiscales que deberán ver el caso.

Al mismo tiempo que se emiten un conjunto de leyes que constituyen un atentado medioambiental, “para atraer inversiones”, se ejecuta un torpe nombramiento político que pone al Estado peruano en la picota por atentar contra los derechos humanos. Un útil recuento de La Mula muestra las consecuencias. The Wall Street Journal consigna las declaraciones de inocencia de Urresti, junto con el auto de apertura de instrucción que lo sindica entre los autores materiales del asesinato de Bustíos y el intento de asesinato de otro periodista. Associated Press, en un reporte rebotado por el Washington Post, recoge las declaraciones de la viuda de Bustíos, Margarita Patiño: “No sólo lo ametrallaron, también estallaron su cuerpo. Cuando fui a buscarlo, estaba en pedazos. Ningún ser humano se merece eso”. Margarita Patiño ha declarado públicamente sentirse traicionada por Ollanta Humala, por quien votó y a quien apoyó en las pasadas elecciones presidenciales. The Guardian de Inglaterra recoge los descargos de Urresti, quien afirma que sus manos “no tienen manchas de sangre”, pero recoge también las declaraciones de Amador Vidal, soldado convicto por el asesinato de Bustíos, quien sindica a Urresti, señalando que él dirigió personalmente el operativo.

La Asociación Nacional de Periodistas, por su parte, advierte en un comunicado público que la posición asumida por el presidente crea una “amenaza de impunidad”.

Sólo desentona El Comercio, que en una extensa entrevista de Mariela Balbi a Daniel Urresti pone una sola pregunta sobre el tema, recogida en la versión impresa y suprimida en la versión en línea.


Recomiendo fervientemente la obra teatral “Cómo crecen los árboles” de Eduardo Adrianzén, bajo la dirección de Gustavo López Infantas, una profunda reflexión sobre por qué la lucha por la memoria es imprescindible para cerrar las heridas que dejó el tiempo del miedo. “Sólo dos cosas son irreversibles –dice Dante, el protagonista–: la muerte y el conocimiento”. Está en el Museo de Arte de Lima hasta el día 15.

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