Domingo, 27 de octubre de 2013 |
8:55 am
"En ánimo de defensa, el
Grupo El Comercio ha ensayado explicaciones jurídicamente vulnerables",
señala el editorial de hoy, titulado ‘La libertad no es un cuento’.
En medio de la controversia por
el acaparamiento de la propiedad de medios , el editorial de hoy de La
República recuerda que los regímenes totalitarios optan por un cuento a la
ciudadanía; al afirmar que, como en la sociedad circulan varios medios de
comunicación, existe pluralidad y libertad de información.
Asimismo, el artículo 61 de la
Constitución Política del Perú es claro al prevenir la concentración de la
propiedad de medios , en la búsqueda de preservar el principio de los
consumidores a elegir en el mercado.
Bajo esta premisa, la compra de
las acciones de Epensa por el Grupo El Comercio se convierte en una operación
cuestionable de alta concentración, al pasar a controlar el 78 % del mercado de
venta de diarios de circulación nacional.
“Es innegable que la Constitución
previene contra la concentración de medios; es obvio que las normas contra el
monopolio y el dominio del mercado existen precisamente para mantener el
derecho de los consumidores a elegir. Por ello, es legalmente cuestionable toda
operación societaria conducente a que un grupo económico concentre la propiedad
de medios de comunicación”, señala el editorial de La República, titulado ‘ La
libertad no es un cuento ’.
Sin embargo, el Grupo El Comercio
, luego de un prolongado silencio sobre esta delicada situación, “ha ensayado
explicaciones jurídicamente vulnerables”, basándose, principalmente, en que la
adquisición de un paquete de acciones no representa la compra de la línea
editorial.
“En la región, se ha abierto un
debate sobre la concentración de medios; en Ecuador, Argentina y Venezuela se
pretende el mismo resultado usando métodos tramposos como el acoso judicial,
las restricciones de la publicidad estatal, las presiones contra los
anunciantes privados y la compra de medios por testaferros. El objetivo es el
mismo y por esa razón nos oponemos principistamente a ello. Toda concentración
de los medios, pública o privada, es
totalitaria. Ese es el centro del problema y ante esta mala noticia no sirve de
nada matar al mensajero”, afirma el editorial.
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