domingo, 17 de agosto de 2014

Sobre el diferendo mediático

ILO AL DIA. Detalles Publicado el Domingo, 19 Enero 2014 17:33

Por: Hernando De Soto.

Quizá sea útil un punto de vista de un peruano que, por haber pasado los últimos meses fuera de su país, ha contemplado este incidente desde el exterior. Creo que en la presente coyuntura las autoridades políticas no deben ni siquiera considerar inmiscuirse en las divergencias entre los dos grupos mediáticos en contienda. Fundamentalmente por las siguientes razones:

La primera es el hecho de que el segundo grupo periodístico organice un debate general con el primero y convoque a su causa a algunas de las más talentosas plumas y a los periodistas más mediáticos del país es una clara señal de que no hay ningún monopolio. Y si de aquí en adelante el presidente se retira del asunto, sería también una señal de que no solo no hay monopolio, sino que el poder político tampoco quiere imponer uno.

La segunda es porque el debate franco y abierto, que puede parecerle a algunos una expresión de fractura social, se ve muy bien desde afuera porque es la manera como las democracias tramitan sus conflictos, a diferencia de una dictadura visible o encubierta. En el comunismo de Europa Central no había debate, los políticos lo determinaban todo, y ese sistema de resolver conflictos colapsó totalmente, mientras que en los países donde los poderes mediáticos compiten y están continuamente en desacuerdo, los ciudadanos pueden buscar soluciones desde más de una perspectiva.

La tercera es porque con el debate abierto que requiere un lenguaje accesible a las mayorías, al margen de los tecnicismos legales que necesita el aparato administrativo, la opinión pública jugará un papel decisivo en la decisión final. Para mí el protagonismo ciudadano es parte fundamental de la democracia.

En cuarto lugar, la competencia y el enfrentamiento de los medios por el mercado para mí es la mejor noticia a favor de todos quienes deseamos estar bien informados y protegernos, también, de los periodistas cuando cometen abuso de su posición o se equivocan. Cuando alguien abusa de mí y hay competencia puedo recurrir a los medios adversos que acogerían mi reclamo. Eso no sucede cuando los medios no compiten.

En quinto lugar, porque la libertad de prensa en el Perú es vista por el 99,7% de población no peruana del mundo como el signo más claro de que la presidencia del país no va a tomar una decisión arbitraria. Desde Aristóteles pasando por Montesquieu, el equilibrio de poderes siempre ha sido la garantía de protección ciudadana y la prensa es uno de esos poderes. Pero en el caso del Perú es el poder más creíble de todos. Ya es una tesis imbatible que el poder principal que evitó el monopolio del montesinismo fue la prensa independiente. Esta tesis fue fundamentada por el Stanford Research Institute, que estableció hace más de nueve años que cuando Montesinos corrompía, en promedio, tenía que pagar cien veces más a un periodista que a los representantes de otros poderes. Todo lo cual revela que si el Estado en el Perú se mete con la prensa, va a ser muy difícil que el mundo y los peruanos no vean esta acción como un ataque a la democracia. No creo que los periodistas sean mejores peruanos que el resto de nosotros, sino que son fiscalizados por la opinión pública cada día, mientras que la administración pública lo hace cada cinco años.

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