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DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA

DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA
FRANCISCO IGARTUA CON DORIS GIBSON, PIEZA CLAVE EN LA FUNDACION DE OIGA, EN 1950 CONFUNDARIAN CARETAS.

«También la providencia fue bondadosa conmigo, al haberme permitido -poniendo a parte estos años que acabo de relatar- escribir siempre en periódicos de mi propiedad, sin atadura alguna, tomando los riesgos y las decisiones dictadas por mi conciencia en el tono en que se me iba la pluma, no siempre dentro de la mesura que tanto gusta a la gente limeña. Fundé Caretas y Oiga, aunque ésta tuvo un primer nacimiento en noviembre de 1948, ocasión en la que también conté con la ayuda decisiva de Doris Gibson, mi socia, mi colaboradora, mi compañera, mi sostén en Caretas, que apareció el año 50. Pero éste es asunto que he tocado ampliamente en un ensayo sobre la prensa revisteril que publiqué años atrás y que, quién sabe, reaparezca en esta edición con algunas enmiendas y añadiduras». FRANCISCO IGARTUA - «ANDANZAS DE UN PERIODISTA MÁS DE 50 AÑOS DE LUCHA EN EL PERÚ - OIGA 9 DE NOVIEMBRE DE 1992»

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«Cierra Oiga para no prostituir sus banderas, o sea sus ideales que fueron y son de los peruanos amantes de las libertades cívicas, de la democracia y de la tolerancia, aunque seamos intolerantes contra la corrupción, con el juego sucio de los gobernantes y de sus autoridades. El pecado de la revista, su pecado mayor, fue quien sabe ser intransigente con su verdad» FRANCISCO IGARTUA – «ADIÓS CON LA SATISFACCIÓN DE NO HABER CLAUDICADO», EDITORIAL «ADIÓS AMIGOS Y ENEMIGOS», OIGA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995

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LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU

LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

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UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.» FRANCISCO IGARTUA - TEXTO SOMETIDO A LA APROBACION DE LA ASAMBLEA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD - VITORIA-GASTEIZ, 27 DE OCTUBRE DE 1999.

«Muchos más ejemplos del particularismo vasco, de la identidad euskaldun, se pueden extraer de la lectura de estos ajados documentos americanos, pero el espacio, tirano del periodismo, me obliga a concluir y lo hago con un reclamo cara al futuro. Identidad significa afirmación de lo propio y no agresión a la otredad, afirmación actualizada-repito actualizada- de tradiciones que enriquecen la salud de los pueblos y naciones y las pluralidades del ser humano. No se hace patria odiando a los otros, cerrándonos, sino integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad del ser vasco. Por ejemplo, asumiendo como propio -porque lo es- el pensamiento de las grandes personalidades vascas, incluido el de los que han sido reacios al Bizcaitarrismo como es el caso de Unamuno, Baroja, Maeztu, figuras universales y profundamente vascas, tanto que don Miguel se preciaba de serlo afirmando «y yo lo soy puro, por los dieciséis costados». Lo decía con el mismo espíritu con el que los vascos en 1612, comenzaban a reunirse en Euskaletxeak aquí en América» - FRANCISCO IGARTUA - AMERICA Y LAS EUSKALETXEAK - EUSKONEWS & MEDIA 72.ZBK 24-31 DE MARZO 2000

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miércoles, 22 de mayo de 2013

CENTENARIO PASIONISTA DEL PERU


CARTA A UN MISIONERO
(P. Aquilino Iribertegui +1933)

Leyendo ahora “Misiones Pasionistas en el oriente Peruano”, Lima, 1943, con palabras sentidas del entonces Prefecto Apostólico, Atanasio Jáuregui, CP, me dirijo hoy a ti, padre Aquilino.
    Las insidiosas corrientes del Huallaga, en sus insaciables vorágines, han engullido otra vida, la tuya; tanto más preciada, cuanto más meritoria y promisoria; pues juntabas al vigor de tus años (36) y de tu mentalidad privilegiada, una brillante hoja de servicios.
    Tu muerte, lógicamente, sentidas frases de dolor arrancó de los pechos; sorpresiva y luctuosamente, enlutó nuestra amada Misión, privándola de un factor tan calificado.
    Dos muertes. La de Eleuterio Fernández y la tuya. Veinte años las separaron. Análogas circunstancias las rodearon, empero.
    A la cabecera de un moribundo se dirigía Eleuterio con los auxilios espirituales. Debía vadear el río Sapo, afluente del Huallaga. Entró decidido. El empuje de la violenta corriente lo arrolló, sin alguien a quien pedir auxilio, porque estaba solo….
    Te dirigías tú, asimismo, a un pueblecito de los que bordean el caudaloso Huallaga. Los recursos de tu sagrado ministerio llevabas a humildes lugareños. Pero, ¡ay!, atravesando el citado río, encontraste tu sepultura en las aciagas aguas.
    Con el cadáver de Eleuterio no pudieron dar, aunque lo buscaron en amplia zona. La corriente lo arrastró y dejó, a kilómetros, en lejana playa. Un pasajero lo encontró casualmente. 
    Más codicioso el Huallaga que el Sapo, no soltó la sacrílega presa. Los desvelos de las comisiones nombradas por las autoridades quedaron frustradas; como también los esfuerzos del Hermano Bernabé, acompañado de algunos paisanos.
    Te habían trasladado a Tarapoto, hacía poco, para reemplazar al padre Andrés Asenjo, que viajaba a España.
    De acuerdo con tus compañeros de hábito, preparaste tu gira apostólica. El día 9 de diciembre saldrías para SAUCE, pueblecito ribereño del Huallaga, que celebraba su fiesta patronal.
    Después de solemnizar la Purísima en Tarapoto, según el padre Zósimo, te despediste contento y alegre. Deseabas conocer, de paso, un lago que hay en dicho pueblo, muy admirado por los visitantes.
    Las siete de la mañana eran y te pusiste en marcha. Te acompañaban el sacristán, el cantor y cuatro personas más.
    Cabalgando, llegasteis al puerto Shapaja hacia el mediodía. Saludasteis las autoridades.
    Os embarcasteis luego en una canoa, aguas arriba, hacia el puerto terminal de la navegación, adonde pensabais arribar por la noche.
   Tomaríais luego la vía terrestre, para ascender, durante dos horas, en el monte  en cuya planicie se ubica Sauce y su famoso lago.
   Ganar la margen opuesta del río. Cuando en eso estabais, la canoa chocó contra un obstáculo invisible; volcó y os despidió con violencia.
   Como ocurre en tales percances, cada uno trató de salvarse como pudo. Tus acompañantes lograron ganar tierra. Tú conseguiste subirte a la canoa, volteada como estaba y a merced de la corriente. Pero ésta chocó de nuevo contra otro palo, y se hundió, llevándote consigo.
   ¡Heriberto”, ¡Heriberto!, ¡Heriberto!
    Fueron tus últimas palabras, pidiendo auxilio al sacristán.
Los acompañantes, no repuestos del susto, contemplaron el triste cuadro. A falta de otra canoa para el auxilio, les faltó valor para echarse al agua y acudir al SOS del que perecía. Temían perecer ellos también.
    En la orilla opuesta, dos mujeres oyeron tu llamada de socorro. Allá se fueron enseguida en pequeña embarcación. ¡Pero llegaron tarde!
    Benemérito misionero fuiste, sin duda, Aquilino. Te incorporaste a la Misión en 1927. Con ánimo encomiable afrontaste las fatigas de tu laboriosa carrera. Simpatizabas perfectamente con el elemento aborigen; solicitud especial les consagrabas. Dominabas ya el quechua, su principal idioma, el cual te servía de llave para aprender las otras nueve lenguas que en la Misión se hablan, y para escribir un CATECISMO y un léxico en forma políglota. Proyecto  que, realizado, te hubiera conquistado nombre, mas buena utilidad nos hubiera rendido.
    Espíritu tenaz y dinámico el tuyo, Aquilino; apasionado por el estudio; especializado en música, versado en idiomas, allegaste buen bagaje de conocimientos que te capacitaron para una labor fecunda y destacada.
    Empero, en la prematura edad de 36 años, te sorprendió la muerte de la manera que decimos. Ella cortaba los vuelos de tu espíritu, como también frustraba las grandes esperanzas que habían cifrado en ti.
    La Misión lamentó, y aún lamenta, la pérdida de tan amado hijo, cuya grata memoria honra las páginas de sus anales y el martirologio de los abnegados apóstoles que han ofrecido generosamente su vida por la propagación de la Fe.
    A SAUCE no llegaste, no;  por la tragedia en el río.
    Pero sí ¡del Huallaga al Cielo!, como siervo bueno y fiel que fuiste.

                                    Jesús G. Gómez. La Coruña
Fuente:
Congregación Pasionista del Perú 

viernes, 17 de mayo de 2013

CENTENARIO PASIONISTA DEL PERU

RECORDANDO A MONS. EMILIO LISSON

Obispo de Chachapoyas-Perú (1909-1918)
Impulsor de la primera expedición misionera de los Pasionistas al Perú en 1913

Primeros años

Nació en la ciudad de Arequipa, siendo sus padres Carlos Lissón Hernández y Dolores Chávez Fernández. Cursó sus primeros estudios en el Colegio San Vicente de Paúl, dirigido por el presbítero Hipólito Duhamel, y, terminados éstos, ingresó en al Seminario Mayor, donde cursó sus estudios filosóficos. Recibido en la Congregación de la Misión fundada por San Vicente de Paul, viajó a París en 1892, donde inició sus estudios filosóficos y teológicos.

 Sacerdocio

Después de su ordenación sacerdotal en París en 1894, volvió a Arequipa, donde se graduó en Ciencias en la Universidad Nacional de San Agustín, a la vez que desarrolló su labor sacerdotal en los apostolados propios de su congregación. Fue profesor del Seminario de Arequipa. Pasó a Trujillo donde trabajó como profesor en el Seminario de San Carlos y San Marcelo.

Episcopado

Contaba con 37 años de edad, cuando el Papa San Pío X le preconizó obispo de Chachapoyas el 16 de marzo de 1909, siendo consagrado por el Arzobispo de Lima, monseñor Manuel García Naranjo, en la Catedral de Lima, el 19 de septiembre de ese año.
En 1911 visitó la Curia General de los Pasionistas en Roma, solicitando ayuda para su trabajo en la diócesis de Chachapoyas. Merced a esta gestión, en 1913 llegaron a Chachapoyas seis sacerdotes y seis hermanos, quienes trabajaron hasta 1918, desarrollando una esforzada labor misional en el inmenso territorio del obispado, que abarcaba los actuales departamentos de Amazonas, San Martín y Loreto.
En una biografía de monseñor Lissón escrita por el padre José Herrera C. M. con el título de "El obispo de los pobres", se cuenta que el Papa San Pío X al enterarse del amplio territorio de la diócesis de Chachapoyas y su geografía le dijo: «Necesitas, hijo, más piernas que cabeza». A lo que monseñor Lissón contestó: «Santo Padre, afortunadamente lleno esa exigencia pastoral». Y se rieron ambos amablemente. Y efectivamente, el obispo peruano era de alta contextura.
Celebró en su diócesis cuatro sínodos (1911, 1913, 1916 y 1918), desarrolló una gran labor social para los pobres e hizo mejoras de orden material en su sede (reconstrucción de la catedral, el seminario y el palacio episcopal, así como la instalación de luz eléctrica y talleres mecánicos).

 Trabajo episcopal en Lima

Promovido al arzobispado de Lima el 25 de febrero de 1918, tomó posesión solemne de su nueva sede el 20 de julio del mismo año.
Tuvo una preocupación especial por las vocaciones sacerdotales y su formación. Vivía en el seminario para conocer mejor a sus seminaristas, a quienes les dirigía una plática por las tardes. Durante su gestión se crearon cinco seminarios menores para la educación primaria y secundaria, como el "Externado de Santo Toribio", confiado a los Hermanos de La Salle, que llegaron al Perú en 1922 ante su pedido personal en la Casa Generalicia de Bruselas en 1920. Entre los seminarios están los de Canta, Moyobamba y Barranca. Promovió además una formación más eclesiástica en el Seminario de Santo Toribio.
Personalmente, o bajo su dirección, impulsó la instrucción del catecismo en toda su arquidiócesis. En 1919 viajó a Roma para mover la intercesión papal en favor de los católicos de Tacna y Arica, provincias peruanas que desde 1880 estaban ocupadas por los chilenos, quienes ilegalmente las mantenían en cautiverio. Igualmente, merece destacarse el importante papel que cumplió en la organización y dirección de varias asambleas episcopales, como el XVI Sínodo Arquidiocesano en 1926 y el VIII Concilio Limense en 1927.
Bajo la dependencia de la curia arzobispal fundó la Sindicatura Eclesiástica, para cautelar la administración de los inmuebles pertenecientes a las entidades eclesiásticas.
Auspició la fundación de la publicación católica La Tradición y la creación de la Acción Católica. No tuvo éxito en su proyecto de fundar la Universidad Católica "Bartolomé Herrera", por lo que brindó su apoyo a la Pontificia Universidad Católica del Perú fundada en 1917 por el padre de los Sagrados Corazones, Jorge Dintilhac SS.CC..
Promovió la creación de la Prefectura Apostólica de San Gabriel del Marañón, con sede en Yurimaguas, a cargo de los Pasionistas.
Otro hecho importante en su labor episcopal fue su afán por la justa retribución salarial de los obreros y su esfuerzo por exigir mejores condiciones de vida y vivienda para los trabajadores. Fue un gran propulsor de la Doctrina Social de la Iglesia.
Auspició las solemnes Coronaciones Canónicas de las imágenes de la Virgen de la Merced en 1921 y de Nuestra Señora del Rosario de Lima en 1927, expresión del arraigo del culto mariano en la capital peruana. En 1922, tuvo a su cargo la bendición de las sagradas andas en plata maciza y oro del Señor de los Milagros de Nazarenas.

 La consagración al Corazón de Jesús

Por esa época el anticlericalismo decimonónico estaba ya en retroceso y se iba gestando la necesidad de afianzar la influencia espiritual de la Iglesia en la vida social y política del Perú, para lo cual se hacía indispensable el apoyo oficial del Estado. Durante el gobierno de Augusto B. Leguía (1919-1930), monseñor Lissón procuró este acercamiento. En febrero de 1929, en ceremonia encabezada por la jerarquía católica limeña, el nuncio apostólico Gaetano Cicognani, otorgó al presidente Leguía el título de «Caballero de la Suprema Orden Militar de Cristo».
También intentó la consagración oficial de la nación peruana al Sagrado Corazón de Jesús. Fue aprobada esta decisión por todos los obispos peruanos, y el 25 de abril de 1923, monseñor Lissón publicó una Carta Pastoral explicando el significado de esta consagración nacional que iba a dirigir el presidente Leguía, en su calidad de «Patrono de la Iglesia en el Perú» y cuya fecha tendría en su decisión elegir. No bien conocida esta noticia, salieron a las calles obreros y estudiantiles, encabezados por el líder estudiantil Víctor Raúl Haya de la Torre (ya célebre por participar en las jornadas por las 8 horas de trabajo de 1919 y que poco después fundaría el partido aprista), protestando contra la consagración el día 23 de mayo, pues consideraron que dicho acto tenía un tinte político, cuya verdadera intención sería enderezar el voto de las masas para que apoyaran la controvertida reelección de Leguía (la que se produjo en 1924). Debido al caos desatado en la capital, que originó la muerte de un obrero y un estudiante, monseñor Lisson suspendió la consagración el día 25.

 Graves acusaciones

Tras la caída del presidente Leguía y la toma del poder del teniente coronel Luis Sánchez Cerro, el nuevo gobierno peruano presionó ante la Santa Sede para que monseñor Lissón fuera relevado del arzobispado, acusándolo de actos irregulares. Se le acusó de haber intentado legitimar la dictadura leguiísta aprovechando del reconocido sentimiento católico del pueblo peruano. Otra grave acusación fue la de malversar los bienes de la arquidiócesis por haber invertido los fondos de las religiosas y del cabildo metropolitano en empresas que fracasaron. Es verdad que el arzobispo hizo esas inversiones, más con el fin de dotar a la arquidiócesis de una organización financiera que diera estabilidad económica ante los gastos de sostenimiento de sus instituciones. No hubo nada de irregular en su gestión. En efecto, al otorgar su testamento en Roma, monseñor Lissón pudo declarar con toda verdad: «no debo nada al arzobispado de Lima ni a sus instituciones, pues jamás he dispuesto de ninguno de sus bienes para mi beneficio personal o el de mi familia». Vivió y murió pobremente. Y las acusaciones contra él ante el "Tribunal de Sanción Nacional", creado por el gobierno de Sánchez Cerro para castigar el enriquecimiento ilícito ocurrido en el Oncenio de Leguía, fueron rechazadas. Algunos años después sus acusadores le pidieron perdón y reconocieron que sus imputaciones eran injustas.
Obligado prácticamente a renunciar, monseñor Lissón abandonó Lima y marchó al destierro con dirección a Roma donde fue recibido por el Papa Pío XI, el 20 de febrero de 1931. Cuando quiso exponer al Santo Padre la verdad de los hechos, éste le respondió: «Usted no tiene nada de qué defenderse: no hay ninguna acusación canónica: yo he usado este procedimiento paterno para su bien y el de sus feligreses». Renunció entonces formalmente al arzobispado de Lima y su sucesor fue monseñor Mariano Holguín como administrador apostólico entre 1931 y 1933, hasta que asumió como nuevo arzobispo de Lima monseñor Pedro Pascual Farfán.

 El Obispo de los pobres. En sus últimos años

Fue investido como arzobispo titular de Methymna, pero humildemente pidió volver al Perú como "párroco de Chachapoyas o en alguna tribu de los indios", sin éxito. En los archivos del Vaticano en Roma se dedicó a recopilar documentación sobre la historia de la Iglesia en el Perú. En 1940 pasó a España, continuando su labor investigadora en el Archivo General de Indias de Sevilla. A la par fue solicitado por el cardenal Pedro Segura de Sevilla y monseñor Marcelino Olaechea de Valencia, para que actuara como obispo auxiliar en ambas diócesis, en vista de la necesidad de personal tras la guerra civil española, pues miles de sacerdotes y religiosos habían muerto martirizados en dicha contienda.

En 1950, fue autorizado a volver al Perú con la condición de que residiera en Arequipa. Pero luego se consideró más conveniente que continuara su eficaz ayuda a los arzobispos de Sevilla y Valencia, así como en otras diócesis. Realizó una impresionante labor pastoral y se ganó el cariño de innumerables fieles. Los gitanos andaluces le llamaron "Obispo Santo" y en la región levantina "el Obispo de los pobres".
Falleció el 24 de diciembre de 1961, en Valencia. Sus restos están sepultados en la Catedral de Lima desde 1991. En el año 2003 se inició su proceso de beatificación, que para el 2008 se hallaba ya clausurado en su fase diocesana.

CENTENARIO PASIONISTA DEL PERU

CENTENARIO PASIONISTA DEL PERU

CENTENARIO PASIONISTA DEL PERU

17/05/2013

El pasado miércoles se dio inició en Lima a los actos que conmemoran la presencia pasionista en el Perú, que comenzó en el año 1913. El Centenario se prolongará durante el año y comprenderá actos culturales, religiosos y una exposición misionera. La celebración comenzó con un “pregón”, pronunciado en el Centro Cultural El Olivar de San Isidro en la capital peruana. Hoy tendrá lugar una misa en homenaje a los que fueron primeros obispos pasionistas del Perú: Mons. Venancio Orbe Celestino Uriarte y Mons. Santos Iztueta Mendizábal. La Cofradía y Hermandad de Nuestra Señora de Arantzazu en Lima ha anunciado su voluntad de sumarse a los diversos actos organizados con motivo de los 100 años de presencia de la orden pasionista en el país.

Lima, Perú. Las actividades conmemorativas del Centenario se harán intensivas este mes de mayo, culminando el 21 de Julio en Yurimaguas, en la región selvática peruana, que fue el punto de destino hace un siglo de los primeros evangelizadores de la Orden Pasionista.

Otras actividades tendrán lugar el resto del año, y en el primer trimestre de 2014, cuando en una Eucaristía en la Parroquia Virgen del Pilar de Lima se clausurará las actividades del Centenario.

Primeros obispos pasionistas
Después del pregón de mañana, para el viernes 17 de Mayo se ha previsto el traslado de los restos de Mons. Venancio Orbe Celestino Uriarte y Mons. Santos Iztueta Mendizábal a Tarapoto, con una celebración litúrgica en la Parroquia Matriz. Ellos fueron los dos primeros obispos pasionistas en el inicio de la misión de esta orden en el Perú. Mañana, se trasladarán los restos de Tarapoto a Moyobamba, con la celebración de la Eucaristía y sepelio en la Iglesia Catedral de Moyobamba.

Para el domingo está prevista la Eucaristía de Apertura del Centenario en Tarapoto, en el Coliseo Cerrado de Morales; mientras que el domingo 26 tendrá lugar la Apertura del Centenario en Lima, en la Parroquia Virgen del Pilar en San Isidro.

Actos en Yurimaguas

El 21 de Julio Yurimaguas será el escenario de la celebración más importante: el Acto Jubilar del Centenario, en la Parroquia Señor de los Milagros. Habrá también celebraciones litúrgicas en las parroquias pasionistas a lo largo del año, actos académicos como un Simposio Pasionista, la Exposición Misionera de la Obra Pasionista en la Selva Peruana y la Semana Pasionista Cultural y Religiosa en Tarapoto, Lamas y Yurimaguas; esto último, en el año 2014.

La Cofradía y Hermandad de Nuestra Señora de Arantzazu en Lima expresan su más cordial saludo ante este acontecimiento, y se proponen participar en estas actividades con el apoyo del Fondo Editorial de la Revista Oiga, que hacer honor a la memoria del periodista peruano-vasco Francisco Igartua Rovira.


Peregrinación al Monasterio de las Carmelitas Descalzas. Monseñor Jose Luis Astigarraga con la imagen de Nuestra Señora de Arantzazu de Yurimaguas, actualmente de peregrinación (foto JBazan)




Fuente:

Euskalkultura.com

CENTENARIO PASIONISTA DEL PERU

Fallece en Lima, Perú, el prelado donostiarra monseñor Santos Iztueta, hasta hace un mes obispo de Moyobamba

29/08/2007

Fallecía el pasado lunes en un hospital limeño a los 78 años el sacerdote vasco y obispo titular hasta hace poco más de un mes de la diócesis peruana de Moyobamba José Ramón Santos Iztueta Mendizabal. Calificado por quienes le conocían como 'persona afable, humilde y servicial, y optimista para quien no había imposibles', su salud había venido resintiéndose en el último año y él mismo prestaba más atención a su trabajo diario y a las cuestiones propias de su cargo que a su salud. 'Era incapaz de quejarse ni tampoco de dejar el trabajo'. Se hallaba cubriendo las vacaciones de un compañero, el padre Bernardo Marticorena, cuando tuvieron que forzarle a viajar a Lima, donde ingresó directamente en el hospital, en el que ha muerto el pasado lunes a los tres días de ingresar.



RPR-Redacción/Lima-Donostia. A las 3,45 de la tarde del pasado lunes 27 de agosto falleció Monseñor José Ramón Santos Iztueta, hasta hace un mes Obispo de Moyobamba. Monseñor Santos nació en Donostia-San Sebastián el 3 de abril de 1929. Emitió sus votos religiosos en la Congregación Pasionista el 26 de mayo de 1946. Fue ordenado sacerdote el 29 de marzo de 1952. Recién ordenado, fue destinado a la Prelatura de Moyobamba donde trabajó durante diecisiete años.

A la muerte de Mons. Martín Elorza Legaristi fue nombrado Administrador Apostólico de Moyobamba en 1967. Y Superior Provincial de 1973 al 1976 y de 1993 a 1998. Fue elegido Consultor General de la Congregación de 1976 a 1988. Superior de la Casa Generalicia de los Santos Juan y Pablo de 1988 a 1993.

Obispo coadjutor de Moyobamba en 1998

El 30 de mayo de 1998 fue promovido a Obispo Coadjutor de Mons. Venancio Orbe Uriarte de Moyobamba, habiendo recibido la ordenación episcopal el 3 de junio del mismo año en la Iglesia de San Felicísimo, Parroquia de La Pasión de Deusto, Bilbao. Y el 7 de junio del 2.000 pasó a ser Obispo titular de Moyobamba.

Durante su gobierno pastoral realizó toda una serie de gestiones para lograr incorporar más sacerdotes a la Prelatura de Moyobamba, cosa que logró a través del compromiso con la Diócesis española de Toledo, a través de Mons. Cañizares, quien aceptó el reto y ha ido enviando una veintena de sacerdotes. El pasado 24 de julio del 2007 Mons. Santos Iztueta cesó oficialmente en su cargo episcopal, sucediéndole Mons. Rafael Escudero, de la Diócesis de Toledo.

Moyabamba, obispos pasionistas vascos

Creada en 1948, la Prelatura de Moyabamba pasó en 1949 a la responsabilidad misionera de la provincia religiosa del Sagrado Corazón de Jesús, con sede en la ciudad vasca de Bilbao. Posteriormente ha contado con tres obispos, miembros de la Orden Pasionista, que trabajaba en la zona desde 1913: el elgetarra Martín Fulgencio Elorza Legaristi CP, Obispo Titular de Baliana y primer Prelado con sede en Moyabamba; el fruiztarra Venancio Celestino Orbe Uriarte CP; y el donostiarra José R. Santos Iztueta Mendizabal CP.

Son muchos los obispos, sacerdotes, y religiosas y religiosos vascos que continúan hoy día desarrollando su labor en diferentes provincias de Perú, en buen número de ocasiones en muy estrecho contacto con las necesidades y carencias de todo tipo que sufre la población peruana, en particular la indígena.

Algunos de los prelados comprometidos aquí

Algunos de los prelados de esta zona de América son Miguel Irizar Campos (Ormaiztegi, 1934), obispo de El Callao, Perú; Venancio Orbe Uriarte (Fruiz, 1927), obispo emérito de Moyobamba, Perú; Víctor Garaygordobil Berrizbeitia (Otxandio, 1915), obispo emérito de Babahoyo, Ecuador; Jesús Ramón Martínez de Ezquerecocha Suso (Jungitu, 1935), obispo de Babahoyo, Ecuador; Antonio Arregui Yarza (Oñati, 1939), arzobispo de Guayaquil, Ecuador; Juan José Larrañeta Olleta (Villaba, 1941), obispo vicario apostólico de Puerto Maldonado, Perú...

...José Ramón Gurruchaga Ezama (Barakaldo, 1931), obispo emérito de Lurín, Perú; Francisco José Arbaiz Zarandona (Bilbao, 1925), obispo de Leges y auxiliar de Santo Domingo, República Dominicana; Carlos María Ariz Bolea (Marcilla, 1928), obispo emérito de Colón-Kuna Yala, Panamá; Manuel Eguiguren Galarraga (Goiatz, 1930), obispo emérito de Beni, Bolivia; Ignacio Gogorza Izaguirre (Azkoitia, 1936), obispo de Encarnación, Paraguay; José Luis Lacunza Maestrojuán (Pamplona, 1944), obispo de David, Panamá; José Agustín Ganuza García (Artajona, 1931), obispo de Bocas de Toro, Panamá; José Luis Astigarraga Lizarralde (Azkoitia, 1940), obispo de Buleliana, Perú... en una lista nada exhaustiva.


ENLACES RELACIONADOS

En el blog peruano 'Vida, desarrollo y solidaridad'

Fuente Euskalkultura.com

CENTENARIO PASIONISTA DEL PERU

CENTENARIO PASIONISTA DEL PERU

CENTENARIO PASIONISTA DEL PERU



21/04/2013

Los Pasionistas entraron al Perú por la puerta grande de "la misión". Los primeros pasionistas arribaron aquí invitados por el obispo de Chachapoyas para servir a la Iglesia y al pueblo. No llegaban en busca de vocaciones ni para asentarse en lugares apacibles, regentando parroquias con buen soporte económico, ni para abrir colegios rentados.

Los pasionistas no "sabían" a dónde venían, ni conocían el tipo de pastoral que iban a realizar. Ningún religioso había visitado antes la nueva zona de fundación. Sólo tenían noticias que les comunicaba el buen obispo Emilio Lisson, nuestro fundador en Perú, que les presentó el nuevo campo apostólico como un reto "para valientes", y los 12 primeros (seis hermanos y seis sacerdotes) eran, en verdad, supervalientes y muy esforzados.

Tras un largo viaje, saliendo de Bilbao a finales de diciembre de 1912 y entrando en las aguas del Atlántico el 01 de enero de 1913, llegaron a TARAPOTO, departamento de San Martín, el 17 de mayo del mismo año (cuatro meses y medio de viaje). Eran 12, como los apóstoles. Al recordar hoy a los religiosos que abrieron el camino, para el futuro de la congregación, un campo misionero y situarnos a distancia en los lugares donde se establecieron, es justo dar gracias al Señor por la obra iniciada, por los sacrificios realizados y por el tesón y perseverancia que pusieron en su trabajo.

CENTENARIO PASIONISTA DEL PERU


OBISPOS PASIONISTAS
EN LA SELVA PERUANA (I)

La Misión avanza con sus Pastores al frente. Como animadores de la fe de un pueblo, han de estar siempre en la avanzadilla, siendo guías, maestros, compañeros y amigos de los misioneros y las comunidades.

Labor importante es su visita a todas las poblaciones de la Misión, sean chicas o grandes. No debe quedar un solo rincón que no hayan conocido y visitado. Las ovejas esperan con ansia a su Pastor. Primer requisito: conocerlas para poder amarlas.

La Misión Pasionista del Perú ha tenido siete Obispos misioneros, miembros de la Congregación: cuatro en el Vicariato Apostólico de Yurimaguas (Departamento de Loreto) y tres en la Prelatura de Moyobamba (Departamento de San Martín) cuya relación publicaremos próximamente.

VICARIATO APOSTOLICO DE YURIMAGUAS

Mons. Atanasio Jáuregui (período 1936-57)
Mons. Elías Olázar (período 1953-57 como Obispo Coadjutor). Período 1957-72 como Obispo titular.
Mons. Miguel Irízar (período 1972-89)
En el intervalo de 1989-92 ejerció como Pro Vicario Apostólico el P. Pío Zarrabe.
Mons. José Luís Astigarraga (1992.......)
De izquiera a Derecha: Mons. Olázar, Mons. Irízar y Mons. Jáuregui

jueves, 16 de mayo de 2013

CENTENARIO PASIONISTA DEL PERU


CENTENARIO PASIONISTA DEL PERU


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