Por Paco Igartua
Señor Director:
Hoy, 5 de setiembre, Francisco Igartua Rovira hubiera cumplido 88 años. Me viene a la memoria que el día de su partida, hace ya siete años, quise decirle muchas cosas, tantas, que guardé silencio. No hay duda, la prensa peruana aún no le ha tributado el homenaje que merece este maestro de periodistas “nacido para joder”. Don Paco siempre dio lecciones de entrega a un oficio (así lo denomino) que tenía que servir a las causas nobles. “El periodismo debe ser el arma de los débiles para enfrentar a los poderosos”, solía decir en las reuniones de edición de la revista Oiga. Un auténtico Quijote. Por eso aunque durante cinco años (1985-1990) fue un tenaz y casi solitario crítico del gobierno aprista, el 29 de julio de 1990 decidió suspender su artillería contra el flamante ex presidente Alan García. “Ya no está en el poder, y aunque a otros les guste hacer leña del árbol caído, nosotros no lo vamos a hacer”, dijo convencido a la redacción. Todos nos quedamos sorprendidos, recordando los sinsabores que enfrentó a lo largo de su trayectoria con el partido de Haya de
Gerardo Barraza
Periodista
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