No se si al presentar “Fedra entre los vascos” haya pecado la editorial Losada en insistir en el tema vasco. No se si esta insistencia haya encubierto las cualidades literarias del libro de Cesar Miro. No se ni mi importa. Soy vasco como el Olavarria de la novela y no puedo negar que me han conmovido parecidamente las páginas de Miro y la campaña vasquita que rodeo la presentación del ágil, pulcro y agudo relato de las costumbres y temperamento de la raza euskara hecho por el Olavarria que se escondía en Cesar Miro en su recreación del mito de Fedra. Un libro escrito con amor al país vasco y al idioma castellano, de prosa fluida, alguna veces de filigrana aunque sin caer jamás en rebuscada, en el que la trama se desarrolla con el misterioso acento que reclama el mito eterno de la endemoniada Fedra y esa raza de fuertes marinos y silenciosos montañeses que desde tiempos perdidos en la historia tienen como hogar los verdes montes que nacen a la orilla del encrespado Cantábrico. Una novela de dulce homenaje a su cuna ancestral, hecha por un vasco americano. A la cuna primigenia de millones de millones de hombres dispersos por el mundo, hijos de esa raza reservada y buena, tenaz hasta la locura, y que en silencio se ha ido derramando por los cinco continentes. Raza recia, de escaso hablar, que vive dentro de su costra dura. La raza de Aitor en los tiempos míticos, de Ignacio de Loyola ayer y de Unamuno hoy. A ella le ha cantado Cesar Miro en su novela, una novela que ha hecho que rompa yo un poco esta mi costra dura de vasco.
F. Igartua
Fedra entre los vascos
César Miró
Editorial: Losada
Ilustrador: Dibujó la cubierta Baldessari
Año de Edición: 1962
Pais: Buenos Aires
Núm. de Páginas: 126
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CENTRO VASCO
El café vasco que la Editorial Lozada abrió y cerro el día de la presentación del libro de Cesar Miro, “Fedra entre los vascos”, sirvió, entre otras cosas, para que se reunieran en él un grupo de vascos residentes en Lima y decidieran organizar un Centro Vasco. Los hay en todas las capitales de América menos en Lima, se dijeron, y de inmediato comenzaron a hacer las listas. Veremos si se hace honor a la tenacidad vascuence.