FRANCISCO IGARTUA, OIGA Y UNA PASIÓN QUIJOTESCA. EDITORIAL REVISTA OIGA 1948 - 2017 |
FRANCISCO IGARTUA, OIGA Y UNA PASIÓN QUIJOTESCA. EDITORIAL REVISTA OIGA 1948 - 2017 |
«¿Nada se gana, entonces, con buscar la verdad? Se gana por lo pronto el rescate de la propia dignidad, que es ya bastante; y se cumple con el Maestro -Unamuno- quien dijo que «la más miserable de todas las miserias, la más repugnante y apestosa argucia de la cobardía es esa de decir que nada se adelanta con denunciar al ladrón y al majadero». FRANCISCO IGARTUA ROVIRA – 23/09/1923 24/03/2004
«También la providencia fue bondadosa conmigo, al haberme permitido -poniendo a parte estos años que acabo de relatar- escribir siempre en periódicos de mi propiedad, sin atadura alguna, tomando los riesgos y las decisiones dictadas por mi conciencia en el tono en que se me iba la pluma, no siempre dentro de la mesura que tanto gusta a la gente limeña. Fundé Caretas y Oiga, aunque ésta tuvo un primer nacimiento en noviembre de 1948, ocasión en la que también conté con la ayuda decisiva de Doris Gibson, mi socia, mi colaboradora, mi compañera, mi sostén en Caretas, que apareció el año 50. Pero éste es asunto que he tocado ampliamente en un ensayo sobre la prensa revisteril que publiqué años atrás y que, quién sabe, reaparezca en esta edición con algunas enmiendas y añadiduras». FRANCISCO IGARTUA - «ANDANZAS DE UN PERIODISTA MÁS DE 50 AÑOS DE LUCHA EN EL PERÚ - OIGA 9 DE NOVIEMBRE DE 1992»
«Cierra Oiga para no prostituir sus banderas, o sea sus ideales que fueron y son de los peruanos amantes de las libertades cívicas, de la democracia y de la tolerancia, aunque seamos intolerantes contra la corrupción, con el juego sucio de los gobernantes y de sus autoridades. El pecado de la revista, su pecado mayor, fue quien sabe ser intransigente con su verdad» FRANCISCO IGARTUA – «ADIÓS CON LA SATISFACCIÓN DE NO HABER CLAUDICADO», EDITORIAL «ADIÓS AMIGOS Y ENEMIGOS», OIGA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995
«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.» FRANCISCO IGARTUA - TEXTO SOMETIDO A LA APROBACION DE LA ASAMBLEA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD - VITORIA-GASTEIZ, 27 DE OCTUBRE DE 1999.
«Muchos más ejemplos del particularismo vasco, de la identidad euskaldun, se pueden extraer de la lectura de estos ajados documentos americanos, pero el espacio, tirano del periodismo, me obliga a concluir y lo hago con un reclamo cara al futuro. Identidad significa afirmación de lo propio y no agresión a la otredad, afirmación actualizada-repito actualizada- de tradiciones que enriquecen la salud de los pueblos y naciones y las pluralidades del ser humano. No se hace patria odiando a los otros, cerrándonos, sino integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad del ser vasco. Por ejemplo, asumiendo como propio -porque lo es- el pensamiento de las grandes personalidades vascas, incluido el de los que han sido reacios al Bizcaitarrismo como es el caso de Unamuno, Baroja, Maeztu, figuras universales y profundamente vascas, tanto que don Miguel se preciaba de serlo afirmando «y yo lo soy puro, por los dieciséis costados». Lo decía con el mismo espíritu con el que los vascos en 1612, comenzaban a reunirse en Euskaletxeak aquí en América» - FRANCISCO IGARTUA - AMERICA Y LAS EUSKALETXEAK - EUSKONEWS & MEDIA 72.ZBK 24-31 DE MARZO 2000
FRANCISCO IGARTUA, OIGA Y UNA PASIÓN QUIJOTESCA. EDITORIAL REVISTA OIGA 1948 - 2017 |
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Un periodista de verdad |
Luis García Miró Elguera Acaba de presentarse el libro Francisco Igartua, Oiga y una Pasión Quijotesca, en homenaje a un periodista superior como Paco Igartua Rovira, quien dejó huella señera en este complejo y apasionante oficio. Es, a juicio de este escriba, un reconocimiento válido aunque insuficiente para un informador de tantas luces como él. Es decir, la trascendencia del trabajo gacetillero de Paco merece el agradecimiento de toda la colectividad a la que sirvió desapasionadamente durante seis décadas, ofreciéndole no sólo información sino, por encima de todo, opinión para comprender la realidad y alertarla ante el dictado de tanto gobernante que –a lo largo del siglo pasado– capturó el poder para ejecutar sus caprichos e imponer sus intereses. Al municipio de Lima –que representa a la ciudadanía a la que Igartua entregó su prolífica vida profesional– le toca dedicar un espacio destacado para rendir homenaje a este grande del periodismo. Siendo autodidacta, desde sus inicios –en la revista Jornada– Igartua ejerció una potente labor periodística. Lo hizo inspirado en sus dos grandes paradigmas: Miguel de Unamuno y Federico More. Este último escribió lo que Igartua comprendió y ejecutó como dogma en su carrera: “En el periodismo el silencio es la peor forma de la mentira (…) Creo conocer el oficio periodístico. Pero aquí surge la duda: ¿existe un oficio periodístico? Creo que más que carrera y más que profesión el periodismo es oficio. Y cuando se depura y ennoblece, cuando llega a las alturas un poco irrespirables de la imaginación, se convierte en arte (…) El periodismo es antiacadémico y antiuniversitario por su naturaleza misma. Los grandes periodistas siempre han escrito mal. Están llenos de neologismos, de giros populares, de excesiva tendencia a la síntesis, de prisa en la composición (…). El periodismo es de naturaleza profundamente nacionalista. No puede funcionar sino dentro de un idioma y dentro de una sensibilidad. Y aún dentro del mismo idioma existen las diferencias nacionales. Un periodista uruguayo jamás alcanzará el desarrollo total de su personalidad en Venezuela o en México, y así sucesivamente.” Ya hastiado de tanto manoseo al oficio, el 2001 Igartua escribió con puntería: “El periodismo como arte y oficio de informar y comentar sobre los hechos que conmueven a la sociedad está siendo desvirtuado hoy por mercaderes metidos a periodistas (…). Aunque en toda actividad hay excepciones, sería aconsejable que, como primera medida reformista, las direcciones de todos los diarios fueran ocupadas por periodistas conscientes de su responsabilidad legal y de sus obligaciones éticas (…). El periodismo no está por encima de la ley; al contrario, los delitos se hacen muchísimo más graves cuando se cometen a través de los medios de comunicación.” Paco Igartua fundó Oiga en 1948 y dos años después Caretas. Fue un activo a la vez que muy ameno comunicador. Pero sobre todo, a lo largo de sesenta y tantos años –transitados entre papel y tinta– Igartua Rovira ha sido, en este país, el hombre de prensa con mayor lucidez y olfato. Más aún –como reza el título de este libro bien compilado por su ex colaborador, Jhon Bazán Aguilar– fue un auténtico Quijote del periodismo. Enfrentó a dictaduras sólo con su pluma, y publicó la revista Oiga hasta que el fujimontesinismo lo ahogó financieramente inventándole obligaciones tributarias sujetas a moras siderales y a tasas de interés agiotistas, que es como suelen silenciar a la prensa incómoda todos los regímenes dictatoriales; incluso algunos que en su momento se hicieron llamar democráticos. La pluma perspicaz de Paco hace demasiada falta en estos tiempos tormentosos por los que atraviesa la prensa peruana. |
Paco empezó a asistir al colegio de los Hermanos Maristas de El Callao, desde donde regresaba todas las tardes tan sucio y con las ropas tan destrozadas que su madre lo amenazaba con vestirlo con costales y amarrarle a la cintura los útiles escolares para que no los perdiera, como sucedía a menudo. Al parecer, la facha de Paco no era tanto consecuencia de riñas callejeras, que no iban con su carácter, sino de las travesuras de pesca y otras aventureras incursiones que realizaba con su primo Lucho y un grupo de amigos a la boca del río, la parte rural y agreste que aún poseía El Callao de esa época. Los zapatos mojados y el deterioro completo del uniforme eran consecuencia de su paso por los pantanos y matorrales que con su pandilla hacían para llegar al sitio donde muere el milenario río (...)
A pesar de sus palomilladas, Paco sintió siempre, como hijo mayor que era, el deber de velar por sus hermanos Herminia, Laco y Mima. Un sentimiento que se profundizó, sobre todo, hacia su hermana menor a raíz de la trágica desaparición de su madre, una mujer extraordinaria (...)
Siendo aún joven estudiante de secundaria decidió hacerse seminarista, respondiendo a lo que él creía era una urgente vocación religiosa. Esta decisión lo llevó a viajar a Chile, de donde tuvo que regresar por problemas de salud y porque ya se habla diluido su juvenil deseo vocacional (...)
Regresó entonces al colegio de los Hermanos Maristas para culminar sus estudios, reincorporándose también así al seno de sus queridos amigos chalacos y a su inseparable compañero, el primo Lucho Empezaron, entonces, las inquietudes propias de la edad, los paseos por el Malecón, las retretas y los espectáculos de varieté en el Edén cine. Cuando les preguntaban en casa por qué llegaban tan tarde, invariablemente la respuesta era: "Nos encontramos con una fiesta en el camino....” (...)
MI PRIMO PACO - Nini Ghislieri
¿Qué día comencé a hacer periodismo? No lo sé. Sé que en los años 42 y 43 publiqué algunos artículos en un periodiquito de la Universidad Católica y sobre todo, recuerdo que escribía en hojas eventuales que iban apareciendo y desapareciendo en esos años, al entreverse el inicio del proceso electoral de 1945. No siempre cobré por ellos, pero sí recibí muy a menudo buenas propinas. Entré en planilla en Jornada. Allí comencé comentando las noches de la bohemia limeña y haciendo crítica teatral, lo que una vez me llevó a cruzar algunos golpes de puño con Sebastián Salazar Bondy, más tarde entrañable colaborador mío en OIGA (…)
Pero esto es historia, contada a groso modo, sin los matices que rodearon los hechos esenciales que he descrito. Lo que en mis recuerdos de periodista importa es que, paralelamente a esas tratativas e intrigas políticas, se funda un periódico que haría historia en la prensa nacional: Jornada. Allí fue donde, usando el lenguaje taurino, recibí la alternativa de periodista a tiempo completo. Aquel humilde periódico –muy bien diseñado- habría de ser quién sabe, la más bella aventura del periodismo peruano de este medio siglo. Una hoja. Una sola hoja, eso era Jornada, se alzó como vocero del Frente Democrático y se enfrentó a todo el resto de la prensa local, de la gran prensa tradicional, de los diarios que siempre habían dictado el rumbo de la política peruana (…)
La hoja solitaria pronto creció a cuatro y algunas veces a ocho páginas, pero por falta de rotativa tuvo que imprimirse en varias imprentas a la vez. Se llegó a más de cien mil ejemplares diarios… Y la hoja, Jornada, venció en esas elecciones nacionales. La razón, la movilidad al inmovilismo. El Frente Democrático tuvo un triunfo arrollador (…)
FRANCISCO IGARTUA – Andanzas de un periodista
Archivo Revista Oiga – Colección Jornada
CON MUCHO recelo ve el pueblo, que ahora tiene memoria, APROXIMARSE El Proceso Electoral de 1936.
Cuando cayó Leguía, el pueblo tuvo la impresión de que no habían hombres capaces para ponerse al frente de los negocios públicos.
Por eso se tolero que Sánchez Cerro fuera Presidente Provisorio.
Cada vez que Sánchez Cerro –en los primeros días de su gobierno provisional– hablaba a los ciudadanos desde los balcones de Palacio, entre los que escuchaban se percibía una sensación desagradable.
Ese hombre, el Jefe del Estado, el Primer Ciudadano de la Republica, tenía menos capacidad que todos los que formaban la gran masa de manifestantes.
“Las ratas pulguientas” y “los cholos babosos” se daban cuenta de que el Presidente de la Republica veía la paja en el ojo ajeno….
Pero se consolaban diciendo que tenía buenas intenciones.
Rápidamente paso a la historia eso de las buenas intenciones. Los cadáveres de ciudadanos regados en las ciudades y en los pueblos, las prisiones atestadas de gentes que no sabían por que estaban detenidas, eran elocuentes. Ante ese panorama ya no le cupo la menor duda: Sánchez Cerro no tenía ni siquiera buenas intenciones.
Desgraciadamente, el pueblo siguió convencido de que no había hombres. Y cuando tuvo que escoger entre Sánchez Cerro, Haya de la Torre, Osores y de la Jara y Ureta, optó por el peor.
Seguidamente pensó que “mas vale malo conocido que bueno por conocer”.
No tenia confianza en ningún de los otros, a pesar de los limpios antecedentes políticos de Osores y la Jara.
Paso el tiempo. Unas balas destruyeron todo lo malo que habían hecho esas elecciones desgraciadas.
Se inicio una época mejor.
Ahora nos aproximamos nuevamente a un periodo electoral. Otra vez el pueblo tendrá que escoger a su mandatario. Habrá de elegir un nuevo Presidente de la Republica.
Naturalmente, hay muchos probables candidatos. Entre ellos, el señor de la Riva Agüero, don Felipe Barrera Laos, don Luis Alberto Flores, don Luis Antonio Eguiguren, don Amadeo de Piérola, don Julio Egoaguirre, don Roberto Leguía, don Víctor Raúl Haya de la Torre, don Pedro Oliveira, don Guillermo Billinghurst, etc, etc….
Muchos serán los candidatos.
En 1931 fueron solo cuatro.
El pueblo escogió cuidadosamente. Gozo de libertad. Asistió a las conferencias, estudio programas, ingirió folletos y escucho discursos.
Discutió, se culturizo, se hizo moderno.
Y a la postre resulto eligiendo al peor de todos los candidatos.
¿Para que sirven entonces, entonces, las elecciones?
Puede considerarse al político al político elegido como el autentico representante de las mayorías o de los intereses de esas mayorías?
Los dieciséis meses son la mejor respuesta.
Por eso, para 1936, siendo mas los candidatos, y consiguientemente mas difícil la elección, el pueblo esta extraordinariamente receloso.
Teme las elecciones. Teme volver a equivocarse.
No tiene el menor interés, en intervenir en el próximo proceso electoral.
Si en las democracias debe realizarse lo que desean las mayorías, esta vez, democráticamente, debían ser muy pensadas las elecciones del 36. Porque el pueblo no tiene mucho interés.
Sabe que le puede ocurrir lo mismo que en el 31. Y con mayor razón tratándose de que los candidatos son más numerosos y variados.
Y no todos los días se tiene la suerte de que los errores duren solo dieciséis meses.
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Ayer dijo la Prensa
“EL COMERCIO”, en su sección editorial, conforme a lo que habíamos anticipado nosotros en nuestra edición de ayer, se ha ocupado, con una extensión fluvial, de los desbordes del rio Huatíca, sin parar mientes, sin duda, en que sus desbordes editoriales, que ni siquiera tienen la fecundidad del légamo del Nilo, están arrasando las sementeras del país.
En su sección, “Lo que pasa en Europa” que lleva como subtitulo “Recordando al Buen Rey”, (¿no será el de los Once Años?), da cuenta de la manera como se ha conmemorado el primer aniversario de la muerte de este soberano.
Hoy, en primera pagina, hay un apreciable anuncio japonés, lo que quiere decir que el nacionalismo se resfría.
Unos telegramas de protesta por el nefasto atentado de San Isidro, han salido en letras muy pequeñitas, lo que quiere nos confirma en nuestra idea de que el nacionalismo del Decano se ha constipado.
En la décima pagina, en lugar perdido, el Decano publica las sugestiones hechas por un Gremio de Trabajadores, a propósito de la construcción del barrio para obreros, iniciativa que ha de tener gran trascendencia social.
En las noticias del extranjero, no encontramos ningún cuadrito seductor.
Registramos dos artículos sobre el Japón (nunca había sobre los japoneses en el Perú). Con toda seguridad que mañana tiene dos anuncios de casas japonesas. (¿Deo Gratias!)
“LA PRENSA” se ocupa, dándoles igual importancia, de los aprestos bélicos de Rusia y Japón y de la necesidad de suprimir o morigerar las contribuciones comerciales.
En su sección editorial, y con una amplitud que no la conocíamos sino en el Decano, “La Prensa”, respondiendo a su agrarismo, hace disquisiciones sobre la conveniencia de estimular el cultivo del trigo en las zonas altas del Perú.
Después de ese articulo, “La Prensa” va a venderse mas entre los indios que pueblan las orillas del lago Titicaca.
“LA CRONICA”, en su 1era, pagina, por equivocación o por carecer de archivo, ha publicado el retrato de Bernaw Shaw, haciéndolo aparecer como si fuera Venizelos.
Solo al ilustre humorista ingles le pasan cosas como esta. ¡Que cosa dirá cuando al ver “La Crónica”, y reconociendo su retrato, se de cuenta de que el ya no es el mismo, sino Venizelos! ¡Ahora si que va a creer en la trasmigración, en vida, de las almas!
Archivo Revista Oiga - Colección Cascabel