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DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA

DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA
FRANCISCO IGARTUA CON DORIS GIBSON, PIEZA CLAVE EN LA FUNDACION DE OIGA, EN 1950 CONFUNDARIAN CARETAS.

«También la providencia fue bondadosa conmigo, al haberme permitido -poniendo a parte estos años que acabo de relatar- escribir siempre en periódicos de mi propiedad, sin atadura alguna, tomando los riesgos y las decisiones dictadas por mi conciencia en el tono en que se me iba la pluma, no siempre dentro de la mesura que tanto gusta a la gente limeña. Fundé Caretas y Oiga, aunque ésta tuvo un primer nacimiento en noviembre de 1948, ocasión en la que también conté con la ayuda decisiva de Doris Gibson, mi socia, mi colaboradora, mi compañera, mi sostén en Caretas, que apareció el año 50. Pero éste es asunto que he tocado ampliamente en un ensayo sobre la prensa revisteril que publiqué años atrás y que, quién sabe, reaparezca en esta edición con algunas enmiendas y añadiduras». FRANCISCO IGARTUA - «ANDANZAS DE UN PERIODISTA MÁS DE 50 AÑOS DE LUCHA EN EL PERÚ - OIGA 9 DE NOVIEMBRE DE 1992»

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«Cierra Oiga para no prostituir sus banderas, o sea sus ideales que fueron y son de los peruanos amantes de las libertades cívicas, de la democracia y de la tolerancia, aunque seamos intolerantes contra la corrupción, con el juego sucio de los gobernantes y de sus autoridades. El pecado de la revista, su pecado mayor, fue quien sabe ser intransigente con su verdad» FRANCISCO IGARTUA – «ADIÓS CON LA SATISFACCIÓN DE NO HABER CLAUDICADO», EDITORIAL «ADIÓS AMIGOS Y ENEMIGOS», OIGA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995

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LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU

LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

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UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.» FRANCISCO IGARTUA - TEXTO SOMETIDO A LA APROBACION DE LA ASAMBLEA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD - VITORIA-GASTEIZ, 27 DE OCTUBRE DE 1999.

«Muchos más ejemplos del particularismo vasco, de la identidad euskaldun, se pueden extraer de la lectura de estos ajados documentos americanos, pero el espacio, tirano del periodismo, me obliga a concluir y lo hago con un reclamo cara al futuro. Identidad significa afirmación de lo propio y no agresión a la otredad, afirmación actualizada-repito actualizada- de tradiciones que enriquecen la salud de los pueblos y naciones y las pluralidades del ser humano. No se hace patria odiando a los otros, cerrándonos, sino integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad del ser vasco. Por ejemplo, asumiendo como propio -porque lo es- el pensamiento de las grandes personalidades vascas, incluido el de los que han sido reacios al Bizcaitarrismo como es el caso de Unamuno, Baroja, Maeztu, figuras universales y profundamente vascas, tanto que don Miguel se preciaba de serlo afirmando «y yo lo soy puro, por los dieciséis costados». Lo decía con el mismo espíritu con el que los vascos en 1612, comenzaban a reunirse en Euskaletxeak aquí en América» - FRANCISCO IGARTUA - AMERICA Y LAS EUSKALETXEAK - EUSKONEWS & MEDIA 72.ZBK 24-31 DE MARZO 2000

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miércoles, 25 de septiembre de 2013

LA TERCERA.- MARÍA, LA DOLOROSA, LA CORREDENTORA

MARÍA, LA DOLOROSA, LA CORREDENTORA, según el P. Artola


Padre Doctor Antonio Maria Artola Arbiza C. P
La verdad que ante el P. Antonio María Artola uno queda anonadado por la hondura de su reflexión teológica, la ternura de su relación con Jesús y con María, la audacia de su investigación, la coherencia de su vida. En el Atrio Paulino del viernes 6 de julio nos expuso el tema "UNA MIRADA A MARÍA DOLOROSA EN EL MES DE LA PATRIA. Cuando la contemplación activa se convierte en un compromiso contemplativo". Al tiempo que nos presentó su libro "Dolorosa. Meditaciones sobre la Compasión de María". (Pasionistas, Lima, 2012).

Nos iluminó con su charla acerca del gran misterio del dolor y de la muerte en el hombre, especialmente del pecado (placer por evitar el deber), y la luz que da respuesta al mismo proveniente de la redención de Jesús y de la Virgen. Sólo se redime por el dolor salvífico de Cristo; Él lo hizo por su muerte. Si el pecado se hizo en Adán y Eva, la redención se hace en el nuevo Adán (Cristo) y la nueva Eva (María). Si los primeros padres "com-pecaron", hay necesidad de "co-redención". Está completamente convencido de que el misterio de María Corredentora debería ser el quinto dogma mariano y que con ello subiría muchísimo tanto la devoción a María como el compromiso de los católicos.

Padre Doctor Antonio Maria Artola Arbiza C. P
Parte de sus reflexiones se ofrecen en sus libros "Getsemaní" y "Dolorosa" –disponibles en Secretaría de la Iglesia del Pilar-, y que son el fruto de sus meditaciones enviadas por carta a las MM. Salesas de Rwanda. Ese monasterio logró reunir a hutus y tutsis y fue el único en evitar la destrucción.

Cada tema va precedido de una ambientación poética. "En este nuestro mundo transido de tanto dolor, sean los dolores de María el lenitivo más puro y delicado" (p.7). Pretende el autor "poner al alma devota de María en contacto con su alma dolorida en un acto gratuito de compasión. Su motivación podría resumirse en las siguientes palabras: multiplicar el número de devotos de los Dolores de María como san Gabriel de la Dolorosa. `Jesús estará en agonía hasta el final de la historia´. María sigue siendo la Virgen Dolorosa, que personifica el destino doliente de la Iglesia. Y Gabriel es el símbolo de las almas identificadas con el sufrir actual de Cristo y de su Iglesia, como María al pie de la cruz...Sólo un problema humano es verdadero problema: el problema del dolor. Sólo un misterio grande encierra la existencia del hombre: el misterio del sufrimiento.

Padre Doctor Antonio Maria Artola Arbiza C. P
Resolver ese problema es la tarea más ardua de la vida. Y también la más necesaria. Quien no resuelve el problema del dolor, nada importante resuelve en su vida. Quien descubre el misterio del dolor, sublima toda la vida y le otorga el más elevado sentido. Éste es el secreto de la devoción a la Virgen Dolorosa. Ilumina el misterio del dolor humano, enseña a sublimar lo más negativo de la existencia humana. Del duro castigo del pecado primero, quien medita los dolores de María, saca la aceptación que le hace acreedor a la vida eterna".

LA TERCERA - Euzko Etxea Arantzazu Lima

PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR DE SAN ISIDRO.-  Acto de entrega de la Santa Imagen de Nuestra Señora de Arantzazu de Lima al doctor Enrique Saravia Arrescurrenaga, Lehendakari de Euzko Etxea Arantzazu Lima.


LA TERCERA - Euzko Etxea Arantzazu Lima

PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR DE SAN ISIDRO.-  Acto de entrega de la Santa Imagen de Nuestra Señora de Arantzazu de Lima al doctor Enrique Saravia Arrescurrenaga, Lehendakari de Euzko Etxea Arantzazu Lima.


LA TERCERA - Euzko Etxea Arantzazu Lima

PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR DE SAN ISIDRO.-  Acto de entrega de la Santa Imagen de Nuestra Señora de Arantzazu de Lima al doctor Enrique Saravia Arrescurrenaga, Lehendakari de Euzko Etxea Arantzazu Lima.


LA TERCERA - Euzko Etxea Arantzazu Lima

PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR DE SAN ISIDRO.-  Acto de entrega de la Santa Imagen de Nuestra Señora de Arantzazu de Lima al doctor Enrique Saravia Arrescurrenaga, Lehendakari de Euzko Etxea Arantzazu Lima.

LA TERCERA - Euzko Etxea Arantzazu Lima

PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR DE SAN ISIDRO.-  Acto de entrega de la Santa Imagen de Nuestra Señora de Arantzazu de Lima al doctor Enrique Saravia Arrescurrenaga, Lehendakari de Euzko Etxea Arantzazu Lima.


LA TERCERA - Euzko Etxea Arantzazu Lima

PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR DE SAN ISIDRO.-  Carlos Sotomayor Wendorf y Esposa,  hacen entrega oficial al Padre Doctor Antonio María Artola  Arbiza C.P, de la Santa Imagen de Nuestra Señora de Arantzazu de Lima.

jueves, 22 de agosto de 2013

LA TERCERA: NUESTRA SEÑORA DE ARANTZAZU DE LIMA

EUZKO ETXEA ARANTZAZU DE LIMA
Monasterio "San José" de Carmelitas Descalzas del  Vicariato Apostólico de Yurimaguas – Sección Casa de Niñas Expósitas donde se venera a Nuestra Señora de Arantzazu, actualmente en peregrinación en hogares vascos de América 
EUZKO ETXEA ARANTZAZU DE LIMA
Monasterio "San José" de Carmelitas Descalzas del  Vicariato Apostólico de Yurimaguas – Sección Casa de Niñas Expósitas donde se venera a Nuestra Señora de Arantzazu, actualmente en peregrinación en hogares vascos de América 
EUZKO ETXEA ARANTZAZU DE LIMA
Monasterio "San José" de Carmelitas Descalzas del  Vicariato Apostólico de Yurimaguas – Sección Casa de Niñas Expósitas donde se venera a Nuestra Señora de Arantzazu, actualmente en peregrinación en hogares vascos de América 

LA TERCERA: NUESTRA SEÑORA DE ARANTZAZU DE LIMA

Monasterio "San Jose" 
Carmelitas Descalzas del Vicariato Apostolico de Yurimaguas
Euzko Etxea Arantzazu Lima

domingo, 4 de agosto de 2013

LA TERCERA

PROCLAMA DEL GENERAL SIMÓN BOLÍVAR
AL DESPEDIRSE DEL PERÚ,
3 DE SETIEMBRE DE 18261

Peruanos:

Colombia me llama y obedezco.  Siento al partir cuanto os amo, porque no puedo desprenderme de vosotros, sin  tiernas emociones de dolor.
Concebí la osadía de dejaros obligados; más yo cargo con el honroso peso de  vuestra munificencia. Desaparecen mis débiles servicios delante de los  monumentos que la generosidad del Perú me ha consagrado; y hasta sus  recuerdo irán a perderse en la inmensidad de vuestra gratitud. Me habéis  vencido.
No me aparto de vosotros; os queda mi amor en el Presidente y Consejo de  Gobierno, dignos depositarios de la autoridad suprema; mi confianza en los  magistrados que os rigen; mis íntimos pensamientos políticos, en el Proyecto  de Constitución; y la custodia de vuestra independencia, en los Vencedores de  Ayacucho. Los Legisladores derramarán el año próximo todos los bienes de la  libertad por la sabiduría de sus leyes. Sólo un mal debéis temer: os ofrezco el  remedio. Conservad el espanto que os infunde la tremenda anarquía. ¡Terror  tan generoso será vuestra salud!
Peruanos:
Tenéis mil derechos a mi corazón; os lo dejo para siempre. Vuestros bienes y  vuestros males serán los míos. Una nuestra suerte.
Lima, 3 de setiembre de 1826.

Bolívar




1 Denegri Luna, Félix, Obra gubernativa y epistolario de Bolívar, págs. 273-274. Colección  documental de la independencia del Perú, tomo XIV, vol. 2°, Lima, 1975.

LA TERCERA

LEY DISPONIENDO QUE EL EJECUTIVO COMUNIQUE A BOLÍVAR LA
ABOLICIÓN DE LA CONSTITUCIÓN VITALICIA Y LA ELECCIÓN DE
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, 22 DE JUNIO DE 1827
EL CIUDADANO VICEPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
ENCARGADO DEL PODER EJECUTIVO

Por cuanto el Congreso ha sancionado lo siguiente:

EL CONGRESO GENERAL CONSTITUYENTE DEL PERÚ

Considerando:

I. Haber hecho saber el Consejo de Gobierno, por medio de un coronel  peruano, al general Simón Bolívar, Presidente de Colombia,  el  nombramiento que los llamados colegios electorales habían hecho  en su persona para Presidente vitalicio de la República;

II. Haber declarado el Congreso, por decreto de 11 de junio,  ser nula,  de ningún valor ni efecto dicha Constitución, jurada en 9 de  diciembre del año anterior, y quedado, en su consecuencia,  insubsistente el expresado nombramiento de Presidente vitalicio;

Decreta lo siguiente:

Artículo 1. Que el Poder Ejecutivo comunique oficialmente al Libertador Simón  Bolívar, Presidente de Colombia, la instalación del Congreso General  Constituyente, y decreto expedido sobre la Constitución llamada Boliviana; y  asimismo, la elección que ha hecho de Presidente y Vicepresidente  propietarios de la República.

Artículo 2. Que a nombre del Congreso General le manifieste la gratitud de la  nación por lo servicios que ha prestado a la causa de la independencia.

Comuníquese al Poder Ejecutivo para que disponga lo necesario a su  cumplimiento, mandándolo imprimir, publicar y circular.

Dado en la sala del Congreso, en Lima, a 23 de junio de 1827.

Javier de Luna Pizarrro, Presidente.– Nicolás de Piérola, Diputado Secretario.–

Manuel Tellería, Diputado Secretario.

Por tanto, ejecútese, guárdese y cúmplase. 

Dado en el Palacio de Gobierno, en  Lima a 23 de junio de 1827.– 8º.– MANUEL SALAZAR, Vicepresidente.


Por orden de S. E.– El encargado del Ministerio de Estado en el departamento  de Gobierno y Relaciones Exteriores.– Manuel del Río

LA TERCERA

MENSAJE QUE EL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR
DEBÍA PRESENTAR
AL CONGRESO NACIONAL, EL 10 DE FEBRERO DE 18261

Señores:

La instalación del primer Congreso Constitucional es el acontecimiento más grande que podría desear el Perú para poner a la República en estado de dar a sus instituciones el complemento que ellas requieren. Más de dos años a que se me honró con el mando de la nación: entonces el
Estado se hallaba sumergido en las mayores calamidades; pero la victoria de  Ayacucho restableció a la República en la integridad de sus goces y de sus derechos. El Ejército vencedor logró en su marcha benéfica rescatar los pueblos que gemían bajo el yugo español. El año de 1825 fue señalado por la libertad del Alto Perú y por la muerte del último tirano que hollaba todavía el suelo de los Andes. Los primeros días de este año han sido testigos de la rendición de la plaza del Callao. Así se ha terminado la guerra continental. Séame permitido felicitar a la República por la gloria de sus bravos y por la libertad del Nuevo Mundo.
Todo el Ejército de Colombia no ha vuelto a su país porque una división ha estado empleada en el sitio del Callao, otra se ha pedido a Colombia para el servicio del Alto Perú y la del general Lara, que se halla en Arequipa, no ha sido ajustada todavía por falta de fondos. A pesar de todo, ya ha empezado a embarcarse y pronto estará fuera del Perú.
Desde que el Congreso General quiso obligarme de nuevo al glorioso encargo de presidir la República, me facultó para delegar el Poder Supremo, que había recibido de sus manos, en un Consejo de Gobierno, compuesto del Gran Mariscal La Mar y de los Ministros del despacho. Así lo hice, reservándome tan sólo la autoridad militar, que debía conservar hasta la conclusión de la guerra.
El Consejo de Gobierno, que con tanta probidad y firmeza ha desempeñado sus funciones, dará al Congreso cuenta de su administración y del estado de la República. Por lo que a mí toca, sólo debo deciros que los departamentos del Alto y Bajo Perú, que acaban de librar nuestras armas y que yo he regido por algunos meses, han recibido aquellas mejoras legales y económicas que el tiempo y las circunstancias han permitido darles; allí reinan las leyes constitucionales con todo su hermoso rigor; los puertos se han abierto al comercio; sobre los Andes se han mandado construir caminos; se han ordenado establecimientos de educación científica para la juventud y los fondos para ellos se han señalado. La minería se ha fomentado con la baja de derechos. He dictado reglamentos benéficos y generosos en favor de los indígenas que se hallaban oprimidos por ese Gobierno perverso que hemos expulsado; estos primitivos propietarios de nuestro país han sido el objeto de mi predilecta solicitud; y todos los peruanos del Sur han obtenido junto con la libertad, los bienes que dependían de mis facultades.
El Gran Mariscal de Ayacucho y el Gobierno del Río de la Plata convidaron a los ciudadanos del Alto Perú para que en una Asamblea General deliberasen sobre su suerte y Gobierno; y a mí no me era posible impedir un acto tan legítimo y tan conforme con los principios del Congreso Constituyente. La Asamblea decidió erigirse en nación libre y soberana; quiso, además, que yo dirigiese los primeros pasos de la nueva República y que la autoridad ejecutiva la ejerciese el Gran Mariscal de Ayacucho. La sabiduría de los Representantes del pueblo formará de este importante suceso el juicio que él merece; más yo no podré ocultar la gratitud sin límites que debo a un pueblo que ha querido arrancarse su nombre y darle el mío a todas sus generaciones. Yo espero el reconocimiento de Bolivia como la recompensa de mis débiles servicios.
Señores:
El Congreso Constitucional va a empezar sus tareas legislativas en las circunstancias más gloriosas para el Perú, pues se halla libre y en reposo, gozando de los triunfos de sus armas, del orden que ha establecido la administración y de la sabiduría de las leyes más liberales del mundo.
En medio de tales prosperidades era mi ardiente deseo devolver el Poder Público que la nación me había confiado y dejaros en plena libertad de obrar sin la presencia de un Ejército auxiliar y de un jefe extranjero; pero el pueblo, la capital de la República, todas las corporaciones y vosotros mismos habéis mostrado vuestra terrible alarma por mi separación del Perú; yo, pues, no he podido resistir a los votos de una nación que se empeña en honrarme con su confianza y en oprimirme con sus bondades.
¡Representantes del pueblo! Os ofrezco nuevamente mis servicios hasta que mi patria me llame o mi conciencia me persuada que no soy más útil a los peruanos.


1 El Congreso, convocado por Bolívar en Arequipa, el 20 de mayo de 1825, no llegó a reunirse.

LA TERCERA

DECRETO RECONOCIENDO LA INDEPENDENCIA DEL ALTO PERÚ
(BOLIVIA), 18 DE MAYO DE 1826
EL CONSEJO DE GOBIERNO DE LA REPÚBLICA PERUANA


CONSIDERANDO:

I. Que el decreto del Congreso Constituyente del Perú, comunicado al Poder Ejecutivo en 23 de febrero del año pasado de 1825, reconoce implícitamente el derecho de las provincias del Alto Perú para erigirse en Estado soberano e independiente, sin más condición que la muy justa de que «el gobierno a quien pertenecieren indemnizará al Perú los gastos causados en emanciparlas»;
II. Que este mismo derecho ha sido también reconocido por el Congreso de las Provincias Unidas del Río de la Plata, a cuyo antiguo virreinato pertenecieron dichas provincias del Alto Perú, en su resolución de 9 de abril del mismo año;
III. Que la Asamblea General del Alto Perú, reunida en virtud del decreto del Libertador de Colombia y del Perú, expedido en Arequipa a 16 de mayo del propio año, declaró solemne y unánimemente, en 6 de agosto del citado año, su resolución de erigirse en cuerpo político independiente del Rey de España y de cualquiera otra potencia;
IV. Que es urgente proveer a que las relaciones de los dos Estados limítrofes se establezcan sobre bases estables, a fin de estrechar los vínculos naturales que unen a los habitantes respectivos;
V. Que el enviado de las provincias del Alto Perú cerca del Consejo ha comunicado oficialmente la erección de aquel nuevo Estado, bajo el glorioso título de República Boliviana, manifestando los votos que forma su gobierno porque el Perú le reconozca formalmente como miembro de la gran familia americana;
VI. Que el Consejo de Gobierno se halla investido por el Libertador de todas las facultades ordinarias y extraordinarias concedidas a S. E. por el Congreso Constituyente del Perú, en sus decretos de 10 de febrero y 10 de marzo del año último.
HE VENIDO EN DECLARAR Y DECLARO:
Artículo 1. El Perú reconoce a la República Boliviana como Estado soberano e independiente.
Artículo 2. Este reconocimiento será sometido al próximo Congreso para su aprobación, a tenor de la facultad 7ª del Poder Legislativo, artículo 60 de la
Constitución.
Artículo 3. Luego que se halle definitivamente organizado el gobierno de Bolivia, el Perú enviará a la capital de aquel Estado un plenipotenciario encargado de felicitarle y de manifestarle los sinceros deseos del Perú, de que reine entre las dos Repúblicas la más cordial amistad y buena armonía.
Artículo 4. Se liquidarán los gastos causados en la emancipación de las provincias que componen la República Boliviana hechos por el Ejército Unido Libertador, a fin de procurar su reembolso.
Artículo 5. Este decreto será oficialmente comunicado al enviado de la República Boliviana después de elevado al conocimiento del Libertador.
Artículo 6. El Ministro de Estado en el departamento de Relaciones Exteriores queda encargado de la ejecución de este decreto. 

Imprímase, publíquese y circúlese.

Dado en el palacio de gobierno, en la capital de Lima, a 18 de mayo de 1826.- 7° de la Independencia y 5° de la República.

Hipólito Unánue.- José de Larrea y Loredo.

Por orden de S. E.- José María de Pando

LA TERCERA

PROCLAMA DEL PRESIDENTE DEL CONSEJO DE GOBIERNO,
DOCTOR HIPÓLITO UNANUE,
EL 3 DE ABRIL DE 1825

Señor:

El Libertador de Colombia destinado a la felicidad e independencia del Perú no puede existir a un tiempo mismo en cuantas partes le llaman las necesidades de él. Desde las orillas del Apurímac, adonde le condujo la victoria, hubo de retroceder para salvar a Lima cuyos infelices moradores  gemían bajo la desolación más espantosa.
Los tiranos que la oprimían parece que se habían desnudado del carácter de hombres para vestir el de fieras, pero de una fiereza no conocida ni aún en la naturaleza bruta. Del tigre se cuenta que llora sobre los cadáveres humanos que ha destrozado y aquellos entonaban cánticos de alegría sobre sus miembros ensangrentados.
Huyeron a las fortalezas del Callao al acercarse el héroe y permanecen allí sosteniéndose con obstinación; no por valor, porque esta excelente cualidad del ánimo está unida a la esperanza de que carecen; no por desesperación, porque su elemento vencedor, a pesar de su infidelidad e infracción de pactos, los trata con suma afabilidad. Es el encono, es la rabia y deseo de destrucción, de venganza y que no quede piedra sobre piedra de esos castillos, llave del Perú, ya que no puede verificarse en su capital. Que se destruyan en hora buena, que de sus escombros levantaremos un muro más alto para que no vuelvan a penetrar en la tierra de que han sido arrojados.
El Libertador marcha a las provincias del sur, donde la gloria cubrirá de nuevo esplendor las páginas de su vida.
En su ausencia quiere quede al frente del Gobierno un Consejo compuesto de sus ministros. Desde que entró en Lima, han trabajado éstos con el empeño que pedía la reparación de una administración arruinada, pero tenían su luz que los dirigía a través de las dificultades y dudas. Hoy se ausenta, nosotros le seguiremos con nuestras consultas.
El Consejo espera que las altas clases que se hallan aquí reunidas cooperarán con exacto cumplimiento de sus deberes y con su influencia pública a un buen desempeño. El Perú está colocado en el centro de la península austral. Es el fiel de la balanza entre las repúblicas que la pueblan, y así como estará su mayor prosperidad y dicha en permanecer tranquilo a la sombra de un buen régimen, pues será el lazo de oro que las una; así le sobrevendrá un cúmulo de desastres si se envuelve en nuevas revoluciones y anarquías. Le invadirán y le dividirán todos; porque nadie quiere vivir en rededor de un centro emponzoñado.
Basta ya; basta señores; que el nombre de peruano no obscurezca la historia de la libertad de los pueblos. No se vean más bajo de este cielo esos infaustos y extravagantes sucesos de entregar la patria a los enemigos los mismos que desenvainaron la espada para hacerla independiente.
Yo juro sobre las aras del Dios de la eternidad, que si no suspende de mí la mano benefactora con que siempre me ha protegido, primero seré reducido a cenizas que dejar caer una mancha sobre el lienzo de la libertad de la patria.

En paz y sosiego nos deja, señores, el Libertador en Lima y provincias adyacentes, en paz y sosiego es nuestro deber devolverlas.

LA TERCERA 1

DECRETO NOMBRANDO INTERINAMENTE A HIPÓLITO UNÁNUE
PRESIDENTE DEL CONSEJO DE GOBIERNO Y DESIGNANDO LOS
DEMÁS MIEMBROS DEL MISMO, 1 DE ABRIL DE 18251
MINISTERIO DE GUERRA
SIMÓN BOLÍVAR, LIBERTADOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE
COLOMBIA, LIBERTADOR DE LA DEL PERÚ Y ENCARGADO DEL
SUPREMO MANDO DE ELLA, ETC.


CONSIDERANDO:

I. Que el Gran Mariscal José de La Mar, Presidente del Consejo de  Gobierno, se halla ausente.
II. Que el Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores doctor D. José  Sánchez Carrión se halla gravemente enfermo.
III. Que el general en jefe del Ejército de la Costa está en el día   extraordinariamente  ocupado con la dirección del sitio del Callao.
IV. Que el Consejo de Gobierno no puede por estas circunstancias  componerse por ahora de los individuos nombrados en el decreto de  su creación.
V. Que es urgente la instalación de este Consejo de Gobierno,  por  mi  próxima ausencia de esta capital.

HE VENIDO EN DECRETAR Y DECRETO:

1. El día tres de abril se instalará el Consejo de Gobierno.
2. Se compondrá interinamente del doctor D. Hipólito Unánue, Ministro de  Estado en el Departamento de Hacienda, que ejercerá también  Interinamente  la Presidencia del Consejo de Gobierno.
3. Sus vocales serán: el general D. Tomás Heres, Ministro en el  Departamento de Guerra y Marina, y D. José María Pando, Ministro  Interino en el Departamento de Hacienda.
4. El Ministerio de Gobierno y Relaciones Exteriores será ejercido por el  general Heres, Ministro de la Guerra.
5. El Ministro de la Guerra permanecerá en el Consejo de Gobierno, como  vocal de él, hasta que se ponga en posesión de su empleo el Gran  Mariscal D. José de La Mar, y hasta el restablecimiento del Ministro de  Gobierno y Relaciones Exteriores doctor D. José Sánchez Carrión.
6. El Ministerio de Guerra quedará en esta capital, dependiente por ahora  del Consejo de Gobierno, despachado por el oficial mayor, hasta que el  general D. Tomás Heres se separe del Consejo de Gobierno.
7. El Consejo de Gobierno recibirá instrucciones y órdenes por la Secretaría General que se ha creado con esta fecha.
8. Luego que el Consejo de Gobierno haya recibido en su seno al Gran  Mariscal D. José de La Mar, y al Ministro de Relaciones Exteriores D. José Sánchez Carrión, Vicepresidente nato del Consejo; el Ministro de Guerra volverá a ponerse a la cabeza de su Ministerio y me seguirá a los  departamentos.
9. Cuando se incorpore al Consejo de Gobierno el Gran Mariscal D. José  de La Mar, o D. José Sánchez Carrión, volverá a desempeñar el  Ministerio de Hacienda D. Hipólito Unánue.
10. El Ministro de Estado en los Departamentos de Guerra y Marina queda  encargado de la ejecución de este decreto.
Imprímase, publíquese y circúlese.

Dado en el Palacio del Supremo Gobierno, en Lima a 1 de abril de 1825.- 6° y  4°.
Simón Bolívar

Por orden de S. E.- Tomás de Heres.- Es copia.- Heres


1 Denegri Luna, Félix, Obra gubernativa y epistolario de Bolívar, págs. 433-434. Colección documental de la independencia del Perú, tomo XIV, vol. 1°, Lima, 1975.

LA TERCERA

DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL CONGRESO CONSTITUYENTE,
José GREGORIO PAREDES, AL CLAUSURAR SUS SESIONES,
EL 10 DE MARZO DE 1825


Señores Representantes de la nación peruana:

Cuando vamos a dejar de una vez estos asientos, tendría que sofocar unos afectos muy vivos y faltar a la simpatía que reina generalmente en los ánimos si me abstuviese de congratular a todos y a cada uno de los señores Diputados por haber llegado al término de sus compromisos, por la prosperidad con que comparativamente hablando ha llevado su curso esta Asamblea y por los solemnes actos de dedicación al lleno de su deber, firmeza y patriotismo que ha producido.
Tres Congresos en Europa y uno en América han sido disueltos a la fuerza y sus miembros pasados a cuchillo o expatriados, y otro más de una de nuestras secciones perseguido, esclavizado y reducido a la nulidad por un déspota, en tanto que el Constituyente del Perú, si bien ha experimentado borrascas deshechas, nacidas de los reveses de la guerra, o de la tiranía doméstica y de la traición, sin embargo no ha zozobrado en medio de ellas. Semejantes a valerosos y aguerridos que al recibir un choque del enemigo se dispersan momentáneamente para tornar a firmarse y espiar la ocasión de superarle; así, los Diputados firmes en su propósito de conservar a todo trance el depósito que les confió la nación y muy ajenos de transigir jamás con los opresores de ella, desafiando los peligros, han vuelto a congregarse y continuar sus funciones, apenas han podido realizarlo. Verdad de hecho, aunque no materia de alabanza singular, en una clase de funcionarios que, desde que se les confiere el cargo, deben revestirse de tanta entereza y resolución, como reposo y prudencia.
No trato de hacer el elogio del Congreso, ni estaría bien en la boca de uno de sus miembros, desasistido por otra parte de las calidades necesarias para tal obra. Pero dejando a un lado el mérito que haya granjeado este cuerpo, por el desempeño de las labores que le fueron esencialmente encomendadas, puede en todo tiempo sin riesgo de incurrir en la nota de presuntuoso, preciarse de haber resistido a la tiranía, atenido solo a su pundonor y a la justicia de su causa, y de haber preservado la nave del Estado de un naufragio de otro modo inevitable, entregandolo al famoso argonauta que la ha salvado.
Ya pues, que nos ha concedido el benigno cielo retirarnos bajo semejantes auspicios de las penosas tareas legislativas, dígnese otorgar lo que aún falta para el cumplimiento de nuestros votos: presenciar desde las galerías de este salón, los aciertos de nuestros sucesores.

En cumplimiento de lo acordado por el Soberano Congreso, declaro que ha concluido sus funciones.

LA TERCERA

BOLÍVAR DELEGA MANDO POLÍTICO Y MILITAR
EN CONSEJO DE GOBIERNO PRESIDIDO POR EL GRAN MARISCAL
JOSÉ DE LA MAR, 24 DE FEBRERO DE 18251
SIMÓN BOLÍVAR, LIBERTADOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
DE COLOMBIA, LIBERTADOR DE LA DEL PERÚ Y
ENCARGADO DEL SUPREMO MANDO DE ELLA, ETC.

CONSIDERANDO:

I. Que me hallo autorizado por el Soberano Congreso para delegar una  parte de las facultades que me ha conferido.
II. Que los intereses de la República me llaman a los departamentos del  sur.
III. Que siempre ha sido mi más decidida inclinación la de depositar el  gobierno del Perú en sus propios ciudadanos.  
IV. Que durante mi ausencia debe quedar en esta capital un gobierno  supremo.

HE VENIDO EN DECRETAR Y DECRETO:

1. Delego el mando político y militar en un Consejo de Gobierno compuesto  de tres miembros, cuyo Presidente será el Gran Mariscal D. José de la  Mar, y los vocales, el Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores D.  José Sánchez Carrión, y el de Hacienda D. Hipólito Unánue.
2. El Presidente del Consejo de Gobierno tendrá voto decisivo en las  resoluciones del Consejo, y los vocales consultivo.
3. Las facultades del Consejo de Gobierno serán las que da la Constitución  al Presidente del Estado.
4. El Consejo de Gobierno recibirá instrucciones y órdenes por el Ministerio  de Guerra, que deberá cumplir conforme a su tenor en los casos que se  señalen.
5. El tratamiento y honores del Consejo de Gobierno serán los mismos que  los del Presidente de la República.
6. El Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores será el Vicepresidente,  para llenar las faltas o enfermedades del Presidente. En caso de que  dos de los individuos del Consejo de Gobierno falten por algún  accidente, entrará a reemplazarlos el general en jefe del Ejército de la  Costa.
7. El Ministro de Guerra me seguirá a los departamentos del sur, y estará  siempre a mi lado, debiendo entenderse directamente con él el Consejo  de Gobierno en todos los negocios que ocurran.
8. Los departamentos de Gobierno, Relaciones Exteriores y Hacienda  pertenecen en toda plenitud al Consejo de Gobierno.
9. Los ministros vocales del Consejo de Gobierno quedarán siempre  encargados del despacho de sus respectivos departamentos.
10. La dirección inmediata de la guerra en los departamentos de Lima,  Trujillo y Huánuco queda al cargo del Consejo de Gobierno.
11. La dirección inmediata de la escuadra bloqueadora del Callao pertenece  igualmente al Consejo de Gobierno.
12. Todos los negocios, de cualquier clase que sean, se los departamentos  de Arequipa, Cuzco y Puno, serán despachados por el Ministerio de  Guerra.
13. En los mismos departamentos tendrán lugar las providencias y decretos  del Consejo de Gobierno, después de ser consultado el Ministerio de  Guerra, y de haber recibido por su conducto mi aprobación.
14. En la jurisdicción de la República serán obedecidas y ejecutadas las  órdenes y decretos que emanasen del Ministerio de Guerra, bien sean  dirigidas por el órgano del Consejo de Gobierno, o directamente,  debiéndose dar siempre conocimiento a dicho Consejo de Gobierno de  estas órdenes y decretos.
15. El Consejo de Gobierno queda especialmente encargado de convocar la
Representación Nacional de la República para el día señalado por la ley  en el año próximo.
16. El Ministro de Estado en el departamento de Guerra y Marina queda  encargado de la ejecución de este decreto.

Imprímase, publíquese y circúlese.

Dado en el Palacio del Supremo Gobierno en Lima, a 24 de febrero de 1825.

Simón Bolívar

Por orden de S. E.- Tomás de Heres


1 Denegri Luna, Félix, Obra gubernativa y epistolario de Bolívar, págs. 350-352. Colección documental de la independencia del Perú, tomo XIV, vol. 1°, Lima, 1975.

LA TERCERA

CONTESTACIÓN DEL LIBERTADOR BOLÍVAR AL PRESIDENTE DEL
CONGRESO, DR. JOSÉ MARÍA GALDIANO, EL 10 DE FEBRERO DE 1825

Legisladores: hoy es el día del Perú, porque hoy no tiene un dictador.

El Congreso salvó la patria, cuando trasmitió al Ejército Libertador la sublime autoridad que le había confiado el pueblo, para que lo sacase del caos y la tiranía. El Congreso llenó altamente su deber dando leyes sabias en la Constitución republicana, que mandó cumplir. El Congreso, dimitiéndose de esa autoridad inenajenable que el pueblo mismo apenas podía prestar, ha dado el ejemplo más extraordinario de desprendimiento y patriotismo.

Consagrándose a la salud de la patria y destruyéndose a sí mismo, el Congreso constituyó al Ejército en el augusto encargo de dar libertad al Estado, de salvar sus flamantes leyes y de lavar con la sangre de los tiranos las manchas que la nación había recibido de esos hombres nefandos, a quienes se había confiado la autoridad de regirla.
Me es imposible expresar la inmensidad de gloria que me ha dado el Congreso encargándome de los destinos de su patria. Como representante yo del EjércitoLibertador, me atreví a recibir la formidable carga que apenas podrían sobrellevar todos mis compañeros de armas; pero la virtud y el valor de estos ínclitos guerreros me animaron a aceptarla. Ellos han cumplido la celeste misión que les confió el Congreso; en Junín y Ayacucho han derramado la libertad por todo el ámbito del imperio que fue de Manco Cápac; han roto el yugo y las cadenas que le imponían los Representantes del procónsul de la santa alianza en España. Ellos marchan al Alto Perú; pues sean cuales fueren las miras que allí manda, al fin es un español. Yo volaré con ellos y la plaza del Callao será tomada al asalto por los bravos del Perú y Colombia.

Después, señores, nada me queda que hacer en esta República; mi permanencia en ella es un fenómeno absurdo y monstruoso, es el oprobio del Perú.

Yo soy un extranjero; he venido a auxiliar como guerrero y no a mandar como político. Los legisladores de Colombia, mis propios compañeros de armas, me increparían un servicio que no debo consagrar sino a mi patria, pues unos y otros no han tenido otro designio que el de dar la independencia a este gran pueblo. Pero si yo aceptase su mando, el Perú vendría a ser una nación parásita ligada así a Colombia, cuya presidencia obtengo y en cuyo suelo nací.

Yo no puedo, señores, admitir un poder que repugna mi conciencia; tampoco los legisladores pueden conceder una autoridad que el pueblo les ha confiado sólo para representar su soberanía. Las generaciones futuras del Perú os cargarían de execración; vosotros no tenéis facultad de librar un derecho de que no estáis investidos. No siendo la soberanía del pueblo enajenable, apenas puede ser representada por aquellos que son los órganos de su voluntad; más un forastero, señores, no puede ser el órgano de la Representación Nacional. Es un intruso en esta naciente República.


Yo no abandonaré, sin embargo, el Perú; le serviré con mi espada y con mi corazón, mientras un sólo enemigo huelle su suelo. Luego, ligando por las manos las Repúblicas del Perú y Colombia, daremos el ejemplo de la grande confederación que debe fijar los destinos futuros de este nuevo universo.

LA TERCERA

MENSAJE DEL GENERAL SIMÓN BOLÍVAR
AL SOBERANO CONGRESO CONSTITUYENTE DEL PERÚ,
10 DE FEBRERO DE 1825


Señores:

Los representantes del pueblo peruano se reúnen hoy, bajo los auspicios de la espléndida victoria de Ayacucho, que ha fijado para siempre los destinos del Nuevo Mundo.
Hace un año que el Congreso decretó la autoridad dictatorial, con la mira de salvar la República, que fallecía oprimida con el peso de las más espantosas calamidades. Pero, la mano bienhechora del Ejército Libertador, ha curado las heridas que llevaba en su corazón la patria: ha roto las cadenas que había remachado Pizarro a los hijos de Manco Capac, fundador del Imperio del Sol; y ha puesto a todo el Perú bajo el sagrado régimen de sus primitivos derechos.
Mi administración no puede llamarse propiamente sino una campaña: apenas hemos tenido el tiempo necesario para armarnos y combatir, no dejándonos el tropel de los desastres, otro arbitrio que el de defendernos. Como el Ejército ha triunfado con tanta gloria de las armas peruanas, me creo obligado a suplicar al Congreso que recompense debidamente el valor y la virtud de los defensores de la patria.
Los tribunales se han establecido según la ley fundamental. Yo he mandado buscar el mérito oculto para colocarlo en el tribunal; he solicitado con esmero a los que profesaban modestamente el culto de la conciencia: la religión de las leyes.
Las rentas nacionales no existían, el fraude corrompía todos sus canales, el desorden aumentaba la miseria del Estado. Me he creído forzado a dictar reformas esenciales y ordenanzas severas para que la República pueda llevar adelante su existencia, ya que la vida social no se alimenta sin que el oro corra por sus venas. La crisis de la República me convidaba a una preciosa reforma, que el curso de los siglos quizá no volverá a ofrecer. El edificio político había sido destruido por el crimen y la guerra. Yo me encontraba sobre un campo de desolación; más, con la ventaja de poder constituir en él un gobierno benéfico. A pesar de mi ardiente celo por el bien del Perú, no puedo asegurar al Congreso que esta obra haya llegado al grado de mejora con que me lisonjeaba mi esperanza. La sabiduría del Congreso tendrá que emplear toda su eficacia para dar a su patria la organización que ella requiere y la dicha que la libertad promete. Séame lícito confesar que, no siendo yo peruano, me ha sido más difícil que a otro, la consecución de una empresa tan ardua.
Nuestras relaciones con la República de Colombia nos han proporcionado poderosos auxilios. Nuestra aliada y confederada no ha reservado nada para nosotros; ella ha empleado su tesoro, su Marina, su Ejército, en combatir al enemigo común como en causa propia.
El Congreso observará, por estas demostraciones de Colombia, el precio infinito que tiene, en el orden americano, la íntima y estrecha federación de los nuevos Estados. Persuadido yo de la magnitud del bien que nos resultará de la reunión del Congreso de representantes, me he adelantado a invitar a nombre del Perú a nuestros confederados para que, sin pérdida de tiempo, verifiquemos en el istmo de Panamá, esa augusta Asamblea que debe sellar nuestra alianza perpetua.
La República de Chile ha puesto a las órdenes de nuestro gobierno una parte de su Marina, mandada por el bizarro vice-almirante Blanco, que actualmente bloquea la plaza del Callao con fuerzas chilenas y colombianas.
Los Estados de México, Guatemala y Buenos Aires nos han hecho ofertas de servicios, aunque sin efecto alguno, a causa de la celeridad de los sucesos. Estas repúblicas se han constituido y mantienen su tranquilidad interna.
El agente diplomático de la República de Colombia es el único que, en estas circunstancias, ha sido acreditado cerca de nuestro gobierno.
Los cónsules de Colombia, de los Estados Unidos de América y de la Gran Bretaña se han presentado en esta capital a ejercer sus funciones. El último ha tenido la desgracia de perecer de un modo lamentable; los otros dos han obtenido el exequátur correspondiente para entrar a los deberes de su cargo.
Luego que los sucesos militares del Perú sean conocidos en Europa, parece probable que aquellos gobiernos decidan definitivamente de la política que hayan de adoptar. Me lisonjeo que la Gran Bretaña será la primera que reconozca nuestra independencia. Si hemos de dar crédito a las declaraciones de Francia, ella no está muy distante de unirse a Inglaterra en esta marcha liberal, y tal vez el resto de la Europa seguirá esta misma conducta. La España misma, si oye los consejos de su propio interés, no se opondrá más a la existencia de los nuevos Estados que han venido a completar la sociabilidad del universo.
¡Legisladores!
Al restituir al Congreso el poder supremo que depósito en mis manos, séame permitido felicitar al pueblo, porque se ha librado de cuánto hay de más terrible en el mundo: de la guerra, con la victoria de Ayacucho, y del despotismo con mi resignación. Prescribid para siempre, os ruego, tan tremenda autoridad. ¡Esta autoridad que fue el sepulcro de Roma! Fue laudable, sin duda, que el Congreso, para flanquear abismos horrorosos y arrostrar furiosas tempestades, clavase sus leyes en las bayonetas del Ejército Libertador; pero, ya que la nación ha obtenido la paz doméstica y la libertad política, no debe permitir que manden sino las leyes.
Señores:

El Congreso queda instalado. Mi destino de soldado auxiliar me llama a contribuir a la libertad del Alto Perú y a la rendición del Callao, último baluarte del imperio español en la América Meridional. Después volaré a mi patria a dar cuenta a los representantes del pueblo colombiano de mi misión en el Perú, de vuestra libertad y de la gloria del Ejército Libertador