«¿Nada se gana, entonces, con buscar la verdad? Se gana por lo pronto el rescate de la propia dignidad, que es ya bastante; y se cumple con el Maestro -Unamuno- quien dijo que «la más miserable de todas las miserias, la más repugnante y apestosa argucia de la cobardía es esa de decir que nada se adelanta con denunciar al ladrón y al majadero». FRANCISCO IGARTUA ROVIRA – 23/09/1923 24/03/2004
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DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA
«También la providencia fue bondadosa conmigo, al haberme permitido -poniendo a parte estos años que acabo de relatar- escribir siempre en periódicos de mi propiedad, sin atadura alguna, tomando los riesgos y las decisiones dictadas por mi conciencia en el tono en que se me iba la pluma, no siempre dentro de la mesura que tanto gusta a la gente limeña. Fundé Caretas y Oiga, aunque ésta tuvo un primer nacimiento en noviembre de 1948, ocasión en la que también conté con la ayuda decisiva de Doris Gibson, mi socia, mi colaboradora, mi compañera, mi sostén en Caretas, que apareció el año 50. Pero éste es asunto que he tocado ampliamente en un ensayo sobre la prensa revisteril que publiqué años atrás y que, quién sabe, reaparezca en esta edición con algunas enmiendas y añadiduras». FRANCISCO IGARTUA - «ANDANZAS DE UN PERIODISTA MÁS DE 50 AÑOS DE LUCHA EN EL PERÚ - OIGA 9 DE NOVIEMBRE DE 1992»
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«Cierra Oiga para no prostituir sus banderas, o sea sus ideales que fueron y son de los peruanos amantes de las libertades cívicas, de la democracia y de la tolerancia, aunque seamos intolerantes contra la corrupción, con el juego sucio de los gobernantes y de sus autoridades. El pecado de la revista, su pecado mayor, fue quien sabe ser intransigente con su verdad» FRANCISCO IGARTUA – «ADIÓS CON LA SATISFACCIÓN DE NO HABER CLAUDICADO», EDITORIAL «ADIÓS AMIGOS Y ENEMIGOS», OIGA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995
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LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
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«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.» FRANCISCO IGARTUA - TEXTO SOMETIDO A LA APROBACION DE LA ASAMBLEA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD - VITORIA-GASTEIZ, 27 DE OCTUBRE DE 1999.
«Muchos más ejemplos del particularismo vasco, de la identidad euskaldun, se pueden extraer de la lectura de estos ajados documentos americanos, pero el espacio, tirano del periodismo, me obliga a concluir y lo hago con un reclamo cara al futuro. Identidad significa afirmación de lo propio y no agresión a la otredad, afirmación actualizada-repito actualizada- de tradiciones que enriquecen la salud de los pueblos y naciones y las pluralidades del ser humano. No se hace patria odiando a los otros, cerrándonos, sino integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad del ser vasco. Por ejemplo, asumiendo como propio -porque lo es- el pensamiento de las grandes personalidades vascas, incluido el de los que han sido reacios al Bizcaitarrismo como es el caso de Unamuno, Baroja, Maeztu, figuras universales y profundamente vascas, tanto que don Miguel se preciaba de serlo afirmando «y yo lo soy puro, por los dieciséis costados». Lo decía con el mismo espíritu con el que los vascos en 1612, comenzaban a reunirse en Euskaletxeak aquí en América» - FRANCISCO IGARTUA - AMERICA Y LAS EUSKALETXEAK - EUSKONEWS & MEDIA 72.ZBK 24-31 DE MARZO 2000
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sábado, 17 de noviembre de 2012
CUADRILÁTERO POLÍTICO
viernes, 25 de noviembre de 2011
Francisco Igartua In memoriam
¿Por qué la marca Oiga no se vende?
Lino Bolaños
Eran los primeros días de setiembre de 1995. La revista Oiga daba pérdidas mes tras mes, debido al acoso que sobre ella ejercía el gobierno de Alberto Fujimori, a través de su representante Vladimiro Montesinos. Obligación de realizar pagos adelantados de IGV, desde el momento de la facturación, aunque el pago no se realizara, persecución de la SUNAT, llamadas amenazantes a los auspiciadores, hacían imposible el desarrollo económico y financiero de la revista.
Sin embargo, Oiga no había cedido un ápice de su posición principista en defensa de la democracia y del estado de derecho. Nada podía ser más amargo para ese gobierno inescrupuloso, que se hubiera denunciado y publicado el Plan Verde, elaborado por el ejército y cumplido al pie de la letra por una maquinaria arrolladora. Un plan que incluía la disolución del parlamento, el apresamiento de los diputados y senadores, el silencio de los medios de comunicación, con fechas determinadas, hechos puntuales y estrategias definidas, que les daba el poder sin ninguna restricción.
Nada podía amargar más a ese gobierno totalitario, que aquella voz insobornable que se alzaba semana a semana para denunciar los atropellos y jugarretas del gobierno más corrupto de la historia del Perú.
Nada podía molestar más a ese gobierno, acostumbrado a comprar conciencias a punta de fajos de billetes, que un semanario indócil e incorruptible, mostrara la verdadera esencia y naturaleza de sus acciones.
Pero, al fin, el acoso permanente, terminó por hacer imposible la continuación de una revista que, a lo largo de su historia, había enfrentado dictaduras férreas, gobiernos absurdos y amenazas terroristas.
Agobiado por las deudas y con el compromiso de cumplir con los pagos de liquidación a todos los trabajadores, a Paco Igartua, no le quedó más remedio que cerrar la revista y vender la marca a sus enemigos políticos - muchos de ellos, hoy en la cárcel - quienes deben haberse regocijado y brindado con champagne.
- Algún día recuperaremos Oiga, don Paco. – dijo Jhon Bazán. – Es una promesa.
- Lo sé, - dijo él. – Sé que lo harás.
Allí comenzó una nueva etapa. El objetivo inicial era recuperar la marca y, si se diera el caso, volver a editarla algún día, solo si fuera posible mantener el espíritu principista y visionario que su fundador le había impreso a lo largo de los años. Luego vino la enfermedad de Paco y su fallecimiento.
Muchas amenazas, atentados, debió enfrentar Jhon Bazán para al fin, un 14 de marzo del año 2008, registrar la marca en Indecopi.
A partir de ese momento, han sido muchos los intentos de compra de diversos grupos empresariales y editoriales. Ofertas millonarias que harían abrir los ojos a aquellos para quienes el dinero es suprema deidad, han sido rechazadas una y otra vez, para que no se pierda jamás el valor histórico de compromiso con la democracia y con la verdad que Francisco Igartua le imprimió siempre.
Allá están como prueba irrefutable de ese compromiso, el libro “Francisco Igartua, Oiga y una pasión quijotesca”. Está también el premio Francisco Igartua Rovira, destinado a los ciudadanos que hayan tenido una vida y una obra destacadas en defensa de la democracia y del estado de derecho.
Oiga está más viva que nunca. Lo testimonian las innumerables propuestas que siguen llegando para la compra de un logo que representa una de los mejores ejemplos en el Perú de periodismo transparente y comprometido con el país. Lo testimonian los factores que hacen posible, que de vez en vez, sucedan acontecimientos que la mantienen vigente. Y Paco Igartua está presente en esta nueva etapa de Oiga, desde aquella dimensión a la que solo acceden los hombres justos.
domingo, 12 de junio de 2011
¡Que la historia no se vuelva a repetir…!
Francisco Igartua – Editorial “Dos hechos que nos estremecen de espanto” – Oiga 12/08/1993
Dos suceso casi simultáneos, uno ya conocido por la opinión pública y el otro divulgado hoy en esta edición de OIGA, nos muestran el lado oscuro, el lado que se quiere mantener oculto, del régimen autoritario, con barniz democrático, que gobierna al país. Me refiero al descubrimiento de fosas clandestinas, con restos humanos calcinados, logrado por la revista SI, y a las revelaciones que, sobre la probable estructura real del actual régimen, puso en manos de OIGA un pajarito verde.
Esas tumbas de Cieneguilla, malolientes, escondidas a la vera de un camino de basura transitado por la miseria, pueda que no haya guardado los restos de los desaparecidos de La Cantuta, tal como lo creen muchos y lo propaga el rumor general. Pero allí si se escondieron huesos humanos calcinados y es posible que en esos muladares reposen otros muchos crímenes, de aquellos que sería demasiado difícil imputárselos al hampa y bastante improbable que sean obra de los terroristas -los más crueles genocidas de nuestra no tan amable historia patria-, por estar ubicada allí, muy cerca, una base militar de vigilancia. Esos huesos humanos calcinados, con un llavero de recuerdo entre ellos y el increíble desinterés de las autoridades gubernamentales por custodiar las tumbas, son testimonio de los tiempos que nos ha tocado vivir. Pueden ser cadáveres de senderistas quemados por sus propios compañeros para que nadie los pueda identificar, puede ser cierto el rumor de que serian restos de los desaparecidos de La Cantuta. O de otros desaparecidos, añado, pensando en los textos que hoy publica OIGA, preparados por un secreto "Equipo de Trabajo" y por el Servicio de Inteligencia, para un pronunciamiento militar que debió producirse en 1990, que se inicio el 28 de julio de ese año y se consolido con el golpe militar del 5 de abril de 1992.
Se trata de dos hechos secretos, secretísimos, y que, por lo tanto, no dejan huella evidente. No tienen firmas ni sellos. No hay declaratorias de defunción. Tampoco existen pruebas testimoniales comprobables. Hay, en un caso, el dato preciso, con mapa, de un anónimo elemento de Contrainteligencia o de la propia Inteligencia que ha querido liberar su conciencia o enredar los hechos. Pero los muertos están, son ciertos, son huellas de métodos que horrorizan, que hace se nos escarapele la piel y conducen al otro caso, a los documentos publicados hoy en esta revista, en el que las pruebas no están en firmas y sellos sino en la credibilidad, en la seriedad del pajarillo verde que deposito los textos en mis manos y en que esos textos casan, calzan, se machihembran a la perfección con los hechos públicos y semipúblicos que van ocurriendo al mismo tiempo de lo escrito. Cada comentario tiene su correspondiente comprobación en un suceso notorio. Bueno, no todos, como, por ejemplo, el juicio escrito sobre la necesidad de exterminar al "excedente poblacional nocivo, irrecuperable, como son los terroristas, vendedores de pasta básica, agitadores y demás traidores a la patria".
Se trata de documentos que revelan el carácter del régimen que preparaba, desde mediados de 1989, una logia militar con orden del Comando. Régimen que, a último momento, fue negociado con el presidente electo, Alberto Fujimori, porque este venia a resultar el más aparente cabecilla para la "Democracia Dirigida, civil-militar" diseñada en los círculos castrenses.
En los textos se hallan opiniones absolutamente ciertas sobre la realidad peruana -mas que certeras en el análisis de la responsabilidad de Alan García- y es imposible quitarles la razón a muchos de los argumentos allí expuestos sobre la difícil gobernabilidad del Perú y la necesidad de contar con metas estratégicas nacionales de largo plazo. Se puede decir que a su lectura brotan verdades de a puño, aunque la mayoría de estos puñetazos sean más del agrado de la sensibilidad política de las llamadas derechas, que de otros sectores con mayores inquietudes sociales y populares. Hay, sin embargo, aspectos siniestros que a ningún demócrata, a ninguna persona con cierto refinamiento humano, pueda dejar de espantar. Se trata de un proyecto mesiánico, de orientación totalitaria, que nada tiene de democrático por más título de "Democracia Dirigida" que se haya puesto.
En los lineamientos del plan, trazados en octubre de 1989, y en Anexos posteriores a esa fecha, están insertos los planeamientos que, como grandes novedades, viene, repitiendo Fujimori: Libre comercio, "reinsertación ", pena de muerte, pacificación, reforma educativa, acuerdo en las fronteras (entendiendo que "el aspecto territorial ha sido ya rebasado"), necesaria continuidad en el mando (reelección), etc. Pero hay puntualizaciones muy reveladoras del nefasto mesianismo que inspira al proyecto en general, hasta ahora mantenido en el mismo misterio, y que apenas se dejan entrever en algunas de las bruscas declaraciones de Fujimori; como cuando, por ejemplo, se ufana de tener el mejor Servicio de Inteligencia de América Latina. En los textos conspirativos se da, justamente, mayor importancia a lo que llaman "Sistema de Control, Seguridad y Propaganda" y que en esas mismas páginas se especifica que "si, definitivamente, el Sistema es el equivalente a una Gestapo". El carácter antidemocrático del proyecto aparece por todos lados. Desde la "relación" que se seguirá con la prensa ("El objetivo mínimo consiste en conseguir la autocensura, dejando entrever nuestra decisión de ir hasta las últimas consecuencias"), hasta el modelo secreto del gobierno a montarse, muy explicativo de por qué en el régimen fujimorista tiene tan poca importancia el Consejo de Ministros. En el esquema del proyecto esta explicado que la conducción de la política estratégica nacional a largo plazo corresponde a un "Consejo Estratégico de Estado" (CEE), "delegando el protagonismo, los aspectos diplomáticos y sociales y los problemas de corto plazo a los distintos encargados de los portafolios ministeriales". El CEE será un misterio y no tendrá por que asistir a los Consejos de Ministros, "quedando con las manos libres, fuera del ángulo visual del enemigo, para impulsar al país y hacer frente a las necesidades de la guerra". El servicio de cámaras ya instalado, en la época de Alan García, en la Sala del Consejo de Ministros, le servirá al CEE para seguir de cerca por video las sesiones que crea necesario supervisar. Y siguen las perlas. Todas con desagradables evocaciones de equívocos salvadores de sus patrias, de trágicos devaneos autoritarios. De desastres que tuvieron auroras deslumbrantes.
¿Está funcionando el actual régimen bajo el esquema trazado en los documentos que hoy comienza a publicar OIGA?... Por desgracia hay demasiados indicios de que es así. ¡Pobre Perú! Vamos de mal para peor, porque nunca, por ciertos y grandes que sean los males que es necesario superar, han sido buenas las soluciones mesiánicas, totalitarias, autocráticas. Siempre, a la corta o a la larga, las lágrimas borraran los aciertos que pudiera haber tenido el despotismo.
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Francisco Igartua - Editorial "Los cuadernos del pajarillo verde" – Oiga 14/01/1994
CON la ley que cortó el juicio civil a los asesinos de La Cantuta y los trasladó a la justicia castrense -con el propósito de dejar libres a los autores intelectuales del crimen-, se ha puesto fin al precario orden legal que existía en el Perú. La cúpula militar ha notificado al país que es la Fuerza Armada la que manda, que los llamados poderes del Estado son simples ejecutores de sus órdenes. De esa ley en adelante, ya nada ni nadie estará tranquilo en el Perú. La seguridad jurídica ha muerto. Mañana es posible cualquier cosa. Por ejemplo, si los miembros del misterioso Consejo Estratégico del Estado -el verdadero poder en el Perú- decidieran que el servicio bancario nacional, a pesar de todos los privilegios que le han sido concedidos, no le es útil a sus planes económicos, les bastará ordenar a cualquiera de los agentes del SIN infiltrados en el CCD que presente un proyecto de ley trasladando ese servicio a la banca extranjera. No habrá norma constitucional ni consideración alguna que impida que ese proyecto se haga ley y se ejecute, sin dudas ni murmuraciones, y sin que se inquiete un solo ministro, como ha ocurrido con la Ley Cantuta. La digna actitud de Alfonso Bustamante -renunciando al premierato- ha quedado como solitaria excepción, en cuanto a los hombres que rodean a Fujimori, y también como demostración de que las reservas morales del Perú no se han agotado; queda como prueba de que mientras haya tradiciones familiares a seguir, mientras se mantenga activa la conciencia cívica y el sentido del deber ético, siempre habrá enmienda para los errores que se puedan haber cometido. Con caballeros como Bustamante, aunque se queden solos a la hora de la renuncia, el Perú no está perdido.
El arriba descrito es el orden que impera hoy en el Perú. Es el orden de la arbitrariedad militar, reemplazante del orden caprichoso y personal que nos impuso Alan García y que -mientras no tocó a los bancos- tantos aplausos cosechó entre los mismos que hoy festejan a Fujimori, desconociendo la verdadera estructura del poder real en el actual régimen, así como ayer no quisieron advertir el carácter díscolo del joven presidente.
¿Cuál es esa estructura?... Hace muchos meses OIGA publicó el contenido de unos cuadernos que un 'pajarillo verde' puso en mis manos. Y, como en muchas otras oportunidades -¿recuerdan las predicciones de 1985 sobre Alan García, publicadas en esta misma columna?- poco o ningún caso se hizo a las "exageraciones de la revista de los lunes". Como si la simple transcripción de un documento, comprobadamente de origen castrense, podía ser una exageración de propia cosecha. Pero ahora, después del desaguisado de la 'Ley Cantuta', esos cuadernos del 'pajarillo verde' comienzan a inquietar a muchos que hasta hace poco se sentían tranquilos, adormilados con la imagen del 'chino' que todo lo domina y todo lo controla a favor de los sagrados intereses privados.
En esos documentos del 'pajarillo verde' se relata paso a paso una conspiración militar que se inició mucho antes de octubre de 1989 -fecha de la entrega del programa elaborado por la logia de los conspiradores- y que luego ha ido variando, aunque no de orientación ni de lineamientos generales, hasta llegar a las declaraciones que, hace pocos días, un alto jefe militar en actividad confió a la agencia de noticias ANSA: "La Fuerza Armada no puede mantenerse al margen de los problemas nacionales -dice el alto mando citado por ANSA-, no se nos puede negar nuestro derecho, como pueblo uniformado, a luchar por el desarrollo nacional dentro de una estrategia integral que tiene un solo objetivo: el bienestar general de los ciudadanos ... Somos una fuerza pensante y comprometida con el desarrollo económico y social: Ahora hemos asumido el rol de coadyuvar el desarrollo nacional de una manera intensa y sostenida, basándonos en planes que son producto de muchos años de visualización y experiencia 'directa, así como de interpretación correcta -de los problemas que afronta el Perú y que siempre se han mantenido en los inventarios políticos electoreros, sin alcanzar soluciones concretas".
Ellos, los uniformados, los dueños de la verdad. La misma ceguera, el mismo error de siempre. El mismo lenguaje de la revolución militar del año 68 y de los cuadernos del 'pajarillo verde', con la única variante de que el 68 alzaba la bandera socialista y hoy alza la bandera liberal. Es siempre, en el meollo del tema, el Ejército que se siente predestinado a salvar al Perú. Es una historia incesante, continuada, con avances y repliegues, que en los cuadernos de 'pajarillo verde' describen la necesidad de dar un golpe militar contra el gobierno de Alan García, por considerar, con no poca razón, que el irresponsable y locuaz líder aprista nos llevaba al desastre nacional. Pero esos planes se detienen cuando las evaluaciones de Inteligencia aseguran que el vencedor de las elecciones próximas será Mario Vargas Llosa, en quien confían los militares como corrector del rumbo seguido por Alan García. Más, cuando el comando de la conspiración advierte que el triunfo corresponderá al desconocido Fujimori, con un programa apenas diseñado y sin orientación precisa, de nuevo se comienzan a barajar los 'escenarios' para el golpe. Sin embargo, pequeños tropiezos demoran el pronunciamiento y, de pronto los conspiradores se festejan por la demora. Consideran que el presidente electo. Alberto Fujimori, puede ser la cabeza del Movimiento. Rápidamente entran e acción los enlaces y Fujimori acepta cobijarse bajo el ala militar, que le impone como condición hacer un gobierno de "democracia dirigida con economía de mercado". Algo sorprendente e inusitado si se recuerdan las veleidades socialistas de la revolución militar del 68.
Esta es, en grandes trazos, la historia que relatan los cuadernos del 'pajarillo verde'. Y el plan de gobierno que en ellos se esboza es, hasta en detalles, el programa que se ha venido desarrollando -con variaciones impuestas por las circunstancias- durante el régimen que algunos llaman fujimorista. En él no hay mayores misterios ni secretos, sí la comprobación plena de que la imaginación y la originalidad de Fujimori no existen, son pura ilusión. En los cuadernos -en el verde para ser precisos- está planteado desde el desarme militar hasta la siembra de auquénidos por todo el Ande y desde la restricción a la gratuidad de la enseñanza hasta el arreglo de las fronteras norte y sur, abriéndonos a una alianza con Brasil, Bolivia y Paraguay. En la mira militar está un corredor del Pacífico al Atlántico. Planteamiento que podría ser muy grato a Japón y que, hace algunos años, los militares lo rechazaban airados, igual que la economía de mercado. ¡Cambios de los tiempos y de la moda!
Tampoco hay demasiado misterio en las recientes declaraciones del alto jefe militar a ANSA. El que "grandes unidades militares de las tres armas estén comprometidas en la ejecución de la guerra contra la pobreza" no hace otra cosa que comprobar que los militares ingresarán con todo a respaldar la reelección de Fujimori, su candidato. Y el que la guerra contra la pobreza sea una cruzada encomiable, en la que el país entero debe comprometer todas sus energías, no oculta el engaño que se está montando: hacer de ella el principal agente de propaganda para la reelección del mascarón de proa de la cúpula militar.
sábado, 4 de junio de 2011
¡Que la historia no se vuelva a repetir..!
Ambos fueron los verdugos de la revista “Oiga”: Alberto Kenya Fujimori Fujimori y Vladimiro Illich Montesinos Torres. Temerosos de la fuerza moral de esta revista, y habiendo agotado Montesinos todos sus recursos frente a un Francisco Igartua al que consideraba “muy difícil”, optaron por cercarla con los impuestos, en una oscura etapa de acosos que forma parte de la negra historia de esta dupla que hoy purga prisión en el Perú. Poco les duró, sin embargo, su pírrica victoria de relanzar una “Oiga” apócrifa en el año 2,000 y que sobrevivió apenas hasta el 2002. Ya en 1998, por inspiración del propio Igartua se habìa formado un equipo de trabajo para recuperar la revista: tuvieron que pasar diez años para lograrlo y con el pronunciamiento inapelable de la Corte Suprema de Justicia, el 14 de Febrero del 2008 la pesadilla había terminado. Para entonces el Director-Fundador había fallecido… pero su legado vivirá mucho más que el triste recuerdo de estos dos actores del mal.
viernes, 13 de mayo de 2011
Oiga
sábado, 26 de diciembre de 2009
Diario Abc 21/02/1993
martes, 1 de diciembre de 2009
FRANCISCO IGARTUA - EDITORIAL "LOS CUADERNOS DEL PAJARILLO VERDE" – Oiga 14/01/1994
CON la ley que cortó el juicio civil a los asesinos de La Cantuta y los trasladó a la justicia castrense -con el propósito de dejar libres a los autores intelectuales del crimen-, se ha puesto fin al precario orden legal que existía en el Perú. La cúpula militar ha notificado al país que es la Fuerza Armada la que manda, que los llamados poderes del Estado son simples ejecutores de sus órdenes. De esa ley en adelante, ya nada ni nadie estará tranquilo en el Perú. La seguridad jurídica ha muerto. Mañana es posible cualquier cosa. Por ejemplo, si los miembros del misterioso Consejo Estratégico del Estado -el verdadero poder en el Perú- decidieran que el servicio bancario nacional, a pesar de todos los privilegios que le han sido concedidos, no le es útil a sus planes económicos, les bastará ordenar a cualquiera de los agentes del SIN infiltrados en el CCD que presente un proyecto de ley trasladando ese servicio a la banca extranjera. No habrá norma constitucional ni consideración alguna que impida que ese proyecto se haga ley y se ejecute, sin dudas ni murmuraciones, y sin que se inquiete un solo ministro, como ha ocurrido con la Ley Cantuta. La digna actitud de Alfonso Bustamante -renunciando al premierato- ha quedado como solitaria excepción, en cuanto a los hombres que rodean a Fujimori, y también como demostración de que las reservas morales del Perú no se han agotado; queda como prueba de que mientras haya tradiciones familiares a seguir, mientras se mantenga activa la conciencia cívica y el sentido del deber ético, siempre habrá enmienda para los errores que se puedan haber cometido. Con caballeros como Bustamante, aunque se queden solos a la hora de la renuncia, el Perú no está perdido.
El arriba descrito es el orden que impera hoy en el Perú. Es el orden de la arbitrariedad militar, reemplazante del orden caprichoso y personal que nos impuso Alan García y que -mientras no tocó a los bancos- tantos aplausos cosechó entre los mismos que hoy festejan a Fujimori, desconociendo la verdadera estructura del poder real en el actual régimen, así como ayer no quisieron advertir el carácter díscolo del joven presidente.
¿Cuál es esa estructura?... Hace muchos meses OIGA publicó el contenido de unos cuadernos que un 'pajarillo verde' puso en mis manos. Y, como en muchas otras oportunidades -¿recuerdan las predicciones de 1985 sobre Alan García, publicadas en esta misma columna?- poco o ningún caso se hizo a las "exageraciones de la revista de los lunes". Como si la simple transcripción de un documento, comprobadamente de origen castrense, podía ser una exageración de propia cosecha. Pero ahora, después del desaguisado de la 'Ley Cantuta', esos cuadernos del 'pajarillo verde' comienzan a inquietar a muchos que hasta hace poco se sentían tranquilos, adormilados con la imagen del 'chino' que todo lo domina y todo lo controla a favor de los sagrados intereses privados.
En esos documentos del 'pajarillo verde' se relata paso a paso una conspiración militar que se inició mucho antes de octubre de 1989 -fecha de la entrega del programa elaborado por la logia de los conspiradores- y que luego ha ido variando, aunque no de orientación ni de lineamientos generales, hasta llegar a las declaraciones que, hace pocos días, un alto jefe militar en actividad confió a la agencia de noticias ANSA: "La Fuerza Armada no puede mantenerse al margen de los problemas nacionales -dice el alto mando citado por ANSA-, no se nos puede negar nuestro derecho, como pueblo uniformado, a luchar por el desarrollo nacional dentro de una estrategia integral que tiene un solo objetivo: el bienestar general de los ciudadanos ... Somos una fuerza pensante y comprometida con el desarrollo económico y social: Ahora hemos asumido el rol de coadyuvar el desarrollo nacional de una manera intensa y sostenida, basándonos en planes que son producto de muchos años de visualización y experiencia 'directa, así como de interpretación correcta -de los problemas que afronta el Perú y que siempre se han mantenido en los inventarios políticos electoreros, sin alcanzar soluciones concretas".
Ellos, los uniformados, los dueños de la verdad. La misma ceguera, el mismo error de siempre. El mismo lenguaje de la revolución militar del año 68 y de los cuadernos del 'pajarillo verde', con la única variante de que el 68 alzaba la bandera socialista y hoy alza la bandera liberal. Es siempre, en el meollo del tema, el Ejército que se siente predestinado a salvar al Perú. Es una historia incesante, continuada, con avances y repliegues, que en los cuadernos de 'pajarillo verde' describen la necesidad de dar un golpe militar contra el gobierno de Alan García, por considerar, con no poca razón, que el irresponsable y locuaz líder aprista nos llevaba al desastre nacional. Pero esos planes se detienen cuando las evaluaciones de Inteligencia aseguran que el vencedor de las elecciones próximas será Mario Vargas Llosa, en quien confían los militares como corrector del rumbo seguido por Alan García. Más, cuando el comando de la conspiración advierte que el triunfo corresponderá al desconocido Fujimori, con un programa apenas diseñado y sin orientación precisa, de nuevo se comienzan a barajar los 'escenarios' para el golpe. Sin embargo, pequeños tropiezos demoran el pronunciamiento y, de pronto los conspiradores se festejan por la demora. Consideran que el presidente electo. Alberto Fujimori, puede ser la cabeza del Movimiento. Rápidamente entran e acción los enlaces y Fujimori acepta cobijarse bajo el ala militar, que le impone como condición hacer un gobierno de "democracia dirigida con economía de mercado". Algo sorprendente e inusitado si se recuerdan las veleidades socialistas de la revolución militar del 68.
Esta es, en grandes trazos, la historia que relatan los cuadernos del 'pajarillo verde'. Y el plan de gobierno que en ellos se esboza es, hasta en detalles, el programa que se ha venido desarrollando -con variaciones impuestas por las circunstancias- durante el régimen que algunos llaman fujimorista. En él no hay mayores misterios ni secretos, sí la comprobación plena de que la imaginación y la originalidad de Fujimori no existen, son pura ilusión. En los cuadernos -en el verde para ser precisos- está planteado desde el desarme militar hasta la siembra de auquénidos por todo el Ande y desde la restricción a la gratuidad de la enseñanza hasta el arreglo de las fronteras norte y sur, abriéndonos a una alianza con Brasil, Bolivia y Paraguay. En la mira militar está un corredor del Pacífico al Atlántico. Planteamiento que podría ser muy grato a Japón y que, hace algunos años, los militares lo rechazaban airados, igual que la economía de mercado. ¡Cambios de los tiempos y de la moda!
Tampoco hay demasiado misterio en las recientes declaraciones del alto jefe militar a ANSA. El que "grandes unidades militares de las tres armas estén comprometidas en la ejecución de la guerra contra la pobreza" no hace otra cosa que comprobar que los militares ingresarán con todo a respaldar la reelección de Fujimori, su candidato. Y el que la guerra contra la pobreza sea una cruzada encomiable, en la que el país entero debe comprometer todas sus energías, no oculta el engaño que se está montando: hacer de ella el principal agente de propaganda para la reelección del mascarón de proa de la cúpula militar.
lunes, 30 de noviembre de 2009
FRANCISCO IGARTUA – EDITORIAL “DOS HECHOS QUE NOS ESTREMECEN DE ESPANTO” – Oiga 12/08/1993
Dos suceso casi simultáneos, uno ya conocido por la opinión publica y el otro divulgado hoy en esta edición de OIGA, nos muestran el lado oscuro, el lado que se quiere mantener oculto, del régimen autoritario, con barniz democrático, que gobierna al país. Me refiero al descubrimiento de fosas clandestinas, con restos humanos calcinados, logrado por la revista SI, y a las revelaciones que, sobre la probable estructura real del actual régimen, puso en manos de OIGA un pajarito verde.
Esas tumbas de Cieneguilla, malolientes, escondidas a la vera de un camino de basura transitado por la miseria, pueda que no haya guardado los restos de los desaparecidos de La Cantuta, tal como lo creen muchos y lo propaga el rumor general. Pero allí si se escondieron huesos humanos calcinados y es posible que en esos muladares reposen otros muchos crímenes, de aquellos que seria demasiado difícil imputárselos al hampa y bastante improbable que sean obra de lo terroristas -los mas crueles genocidas de nuestra no tan amable historia patria-, por estar ubicada allí, muy cerca, una base militar de vigilancia. Esos huesos humanos calcinados, con un llavero de recuerdo entre ellos y el increíble desinterés de las autoridades gubernamentales por custodiar las tumbas, son testimonio de los tiempos que nos ha tocado vivir. Pueden ser cadáveres de senderistas quemados por sus propios compañeros para que nadie los pueda identificar, puede ser cierto el rumor de que serian restos de los desaparecidos de La Cantuta. O de otros desaparecidos, añado, pensando en los textos que hoy publica OIGA, preparados por un secreto "Equipo de Trabajo" y por el Servicio de Inteligencia, para un pronunciamiento militar que debió producirse en 1990, que se inicio el 28 de julio de ese año y se consolido con el golpe militar del 5 de abril de 1992.
Se trata de dos hechos secretos, secretísimos, y que, por lo tanto, no dejan huella evidente. No tienen firmas ni sellos. No hay declaratorias de defunción. Tampoco existen pruebas testimoniales comprobables. Hay, en un caso, el dato preciso, con mapa, de un anónimo elemento de Contrainteligencia o de la propia Inteligencia que ha querido liberar su conciencia o enredar los hechos. Pero los muertos están, son ciertos, son huellas de métodos que horrorizan, que hace se nos escarapele la piel y conducen al otro caso, a los documentos publicados hoy en esta revista, en el que las pruebas no están en firmas y sellos sino en la credibilidad, en la seriedad del pajarillo verde que deposito los textos en mis manos y en que esos textos casan, calzan, se machihembran a la perfección con los hechos públicos y semipúblicos que van ocurriendo al mismo tiempo de lo escrito. Cada comentario tiene su correspondiente comprobación en un suceso notorio. Bueno, no todos, como, por ejemplo, el juicio escrito sobre la necesidad de exterminar al "excedente poblacional nocivo, irrecuperable, como son los terroristas, vendedores de pasta básica, agitadores y demás traidores a la patria".
Se trata de documentos que revelan el carácter del régimen que preparaba, desde mediados de 1989, una logia militar con orden del Comando. Régimen que, a ultimo momento, fue negociado con el presidente electo, Alberto Fujimori, porque este venia a resultar el mas aparente cabecilla para la "Democracia Dirigida, civil-militar" diseñada en los círculos castrenses.
En los textos se hallan opiniones absolutamente ciertas sobre la realidad peruana -mas que certeras en el análisis de la responsabilidad de Alan García- y es imposible quitarles la razón a muchos de los argumentos allí expuestos sobre la difícil gobernabilidad del Perú y la necesidad de contar con metas estratégicas nacionales de largo plazo. Se puede decir que a su lectura brotan verdades de a puño, aunque la mayoría de estos puñetazos sean mas del agrado de la sensibilidad política de las llamadas derechas, que de otros sectores con mayores inquietudes sociales y populares. Hay, sin embargo, aspectos siniestros que a ningún demócrata, a ninguna persona con cierto refinamiento humano, pueda dejar de espantar. Se trata de un proyecto mesiánico, de orientación totalitaria, que nada tiene de democrático por mas titulo de "Democracia Dirigida" que se haya puesto.
En los lineamientos del plan, trazados en octubre de 1989, y en Anexos posteriores a esa fecha, están insertos los planeamientos que, como grandes novedades, viene, repitiendo Fujimori: Libre comercio, "reinsertación ", pena de muerte, pacificación, reforma educativa, acuerdo en las fronteras (entendiendo que "el aspecto territorial ha sido ya rebasado"), necesaria continuidad en el mando (reeleccion), etc. Pero hay puntualizaciones muy reveladoras del nefasto mesianismo que inspira al proyecto en general, hasta ahora mantenido en el mismo misterio, y que apenas se dejan entrever en algunas de las bruscas declaraciones de Fujimori; como cuando, por ejemplo, se ufana de tener el mejor Servicio de Inteligencia de América Latina. En los textos conspirativos se da, justamente, mayor importancia a lo que llaman "Sistema de Control, Seguridad y Propaganda" y que en esas mismas paginas se especifica que "si, definitivamente, el Sistema es el equivalente a una Gestapo". El carácter antidemocrático del proyecto aparece por todos lados. Desde la "relación" que se seguirá con la prensa ("El objetivo mínimo consiste en conseguir la autocensura, dejando entrever nuestra decisión de ir hasta las ultimas consecuencias"), hasta el modelo secreto del gobierno a montarse, muy explicativo de por que en el régimen fujimorista tiene tan poca importancia el Consejo de Ministros. En el esquema del proyecto esta explicado que la conducción de la política estratégica nacional a largo plazo corresponde a un "Consejo Estratégico de Estado" (CEE), "delegando el protagonismo, los aspectos diplomáticos y sociales y los problemas de corto plazo a los distintos encargados de los portafolios ministeriales". El CEE será un misterio y no tendrá por que asistir a los Consejos de Ministros, "quedando con las manos libres, fuera del ángulo visual del enemigo, para impulsar al país y hacer frente a las necesidades de la guerra". El servicio de cámaras ya instalado, en la época de Alan García, en la Sala del Consejo de Ministros, le servirá al CEE para seguir de cerca por video las sesiones que crea necesario supervisar. Y siguen las perlas. Todas con desagradables evocaciones de equívocos salvadores de sus patrias, de trágicos devaneos autoritarios. De desastres que tuvieron auroras deslumbrantes.
Esta funcionando el actual régimen bajo el esquema trazado en los documentos que hoy comienza a publicar OIGA?... Por desgracia hay demasiados indicios de que es así. ¡Pobre Perú! Vamos de mal para peor, porque nunca, por ciertos y grandes que sean los males que es necesario superar, han sido buenas las soluciones mesiánicas, totalitarias, autocráticas. Siempre, a la corta o a la larga, las lágrimas borraran los aciertos que pudiera haber tenido el despotismo.
PRIMICIA EXCEPCIONAL - HISTORIA DE UNA TRAICION - Oiga 12/07/1993
PRIMICIA EXCEPCIONAL
HISTORIA
DE UNA
TRAICION
MUCHOS MISTERIOS
QUEDARAN
REVELADOS
AL CONOCERSE EL
PLAN MILITAR QUE SE
CONSOLIDO EL 5-IV-92
Para muchos fue una gran sorpresa la aparición de los carros armados en las calles de Lima el 5 de abril de 1992, mientras el presidente constitucional, Alberto Fujimori, anunciaba por televisión y radio la clausura del Parlamento y del Poder Judicial, el control de las comunicaciones y la prensa, etcétera. Solo unos pocos, entre ellos OIGA, venían observando que el régimen perseguía este desenlace desde tiempo atrás y en estas páginas hasta nos adelantamos a la noticia oficial del golpe militar. Sin embargo, nadie -fuera de los círculos castrenses- sospecho que el pronunciamiento militar del 5 de abril tenía un inicio muy lejano: octubre de 1989, cuando el señor Fujimori no había siquiera aparecido en el panorama político nacional. En esa lejana fecha, un "equipo de trabajo" cumpliendo el "misionamiento (sic) ordenado por el comando", culminaba su tarea con un documento que así explicaba los objetivos revolucionarios en la introducción.
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EN OCTUBRE DE 1989 estaban en el alto mando militar los generales Alejandro Antunez de Mayolo y Jorge Zegarra. Nos ha sido imposible saber quien ordeno el plan.
“CUCHARITA” DIAZ contaba con la asesoría de Vladimiro Montesinos en el Servicio de Inteligencia Nacional. Serian los autores de las “Apreciaciones” del SIN.
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Introducción
El presente Plan de Gobierno ha sido preparado por el equipo de trabajo dentro de una perspectiva de Estado Mayor, en el marco de un proyecto nacional necesario para llevar al país al siglo XXI con opción de alcanzar un nivel de país desarrollado.
En su elaboración a sido lamentable constatar el alto grado de desarticulación en el que se encuentra el país, a raíz de la experiencia aprosubersiva.
Ha resultado penoso reconocer y aceptar la gravedad de los males que nos aquejan, hubiéramos querido arribar a conclusiones diferentes sobre las soluciones a los problemas estratégicos del Estado, sin embargo, la evidencia es de tal magnitud que hace imposible soslayar la realidad.
El esfuerzo realizado ha estado ajeno a "ideologismos", hemos mantenido un espíritu pragmático al abordar los distintos temas tratados teniendo siempre presente solo los intereses de la patria.
El equipo de trabajo cumple con el misionamiento ordenado por el comando y agradece la confianza y asume la responsabilidad entregada.
Viva el Perú
Octubre 1989
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Luego de esta breve introducción que no lleva firma alguna -tampoco la lleva el resto de la documentación- el equipo de trabajo hace un análisis objetivo de la realidad peruana, aunque falto de matices y, en partes, algo prejuiciado e inexacto, para terminar presentando el programa de gobierno que se le había encomendado bosquejar.
Junto a este documento ha llegado a nuestras manos las "apreciaciones" que el Servicio de Inteligencia va haciendo desde el 20 de febrero del 90 al 19 de junio de ese año, sobre las variaciones políticas que se van presentando y los cálculos realizados sobre la conveniencia o no de poner en marcha la captura del poder y la instalación del gobierno civil-militar diseñado por el equipo de trabajo, gobierno al que se comienza a llamar de Reconstrucción Nacional y que no oculta la orientación mesiánica y totalitaria de sus autores de la que Fujimori se ha hecho o, para mejor decir, lo han hecho abanderado.
En las "evaluaciones" al 13 de junio de 1990 se puntualiza: "El golpe electoral del 8 de abril de1990 ha quedado consolidado con los resultados del 10 de junio", "continua el proceso de descomposición del Fredemo"..."el liderazgo de las FFAA está definido".
Y en los "análisis" se señala: "El modelo de representación política vigente en el país se ha mostrado incapaz de proyectar al Perú"... "No existirá la posibilidad de acceder al periodo de atracción sostenida de capitales mientras el país no sea pacificado y se termine con la suerte de 'lotería política' que impide el planeamiento de largo plazo"... "No podemos esperar nada seguro de Cambio 90 y la patria no está para mas experimentos económicos"...
La desconfianza militar en el programa económico de Fujimori es total y una de las conclusiones del "escenario N° 3", después de apuntar que todo está "listo", es la siguiente: "Hoy podemos reorganizar bajo nuestras banderas a las fuerzas dispersas del Fredemo que son la mayoría cualitativa del país, mañana quien sabe"... "Si no tomamos una decisión rápida y preventiva, correremos el riesgo (de) que cuando tomemos el gobierno solo nos quedara pasar 'de los Reductos a Julcamarca' y jugarnos el destino en una tempestad".
Por último, el 19 de junio, en la Hoja de coordinación final, se fija que la fecha del día D (se supone la del golpe) será el 27 de julio de1990... Y, ¡Oh!, ¡sorpresa! En estas últimas páginas se añade bajo el subtitulo Secuencia del día D: "Negociación y acuerdo con Fujimori. Bases de negociación: concepto de Democracia dirigida y Economía de Mercado"... "De no arribarse a un acuerdo con Fujimori nos moveremos en el escenario N° 2". Y así se plantea el escenario N° 2: "Comunicado N° 2, Contenido: Haciendo conocer que el presidente electo no acepta la política de pacificación, moralización y solución a la crisis económica planteada por las FFAA y reconoce no estar preparado para la conducción del país... lo ha dejado y entregado a las FFAA la responsabilidad del Estado". El documento concluye con "Nota: todos estos eventos deben producirse entre el día D, hora H mas 24 horas".
Con estas rápidas citas es fácil entender como fue evolucionando el pronunciamiento militar hacia Fujimori y explica porque este dejo en la estacada, pronto y sin explicación alguna, a sus asesores económicos y se paso instantáneamente a la "Economía de Mercado". También aclara como pudo ser posible que Fujimori eliminara, sin correr sin ningún contratiempo, a los altos mandos de las FFAA el mismo día que asumió la presidencia, después de jurar, "ante Dios y estos Santos Evangelios", cumplir y hacer respetar la Constitución que acababa de comprometerse con el Ejercito a violar y destruir.
El golpe del 5 de abril de 1992 no fue, pues, una decisión desesperada de un presidente que se sentía impotente para gobernar, porque el Parlamento obstaculizaba sus planes y el Poder Judicial no le permitía moralizar. Los pretextos esgrimidos por Fujimori ese día eran falsos. Nunca antes un Parlamento había otorgado con más amplitud y facilidades poderes extraordinarios al ejecutivo, sobre todo en el terreno de la lucha antisubversiva, y hasta ahora Fujimori no ha detenido, no ha puesto entre rejas a un solo corrupto, ni a un solo narcotraficante, prueba de que el afán moralizador no fue ni es real. Ese día -5 de abril de 1992- se ejecuto el mismo plan de captura del poder diseñado por los militares en octubre de 1989: neutralización de AG y AM (Alan García y Agustín Mantilla), toma del Congreso, control de la prensa, etc. Los objetivos de entonces son los que ahora se están cumpliendo: Democracia dirigida, o sea autocracia, para que sea posible -según los golpistas- la economía de mercado al estilo de Chile. Como siempre falta de imaginación y proclividad al calco y al calco más cercano a la vista, sin perspectiva y sin análisis de la diversidad de realidades. En todo el 'estudio' no hay dos líneas dedicadas a 'apreciar' el ejemplo colombiano, más exitoso que el chileno en el terreno económico y sin quebrantamientos del orden democrático. Si se dedican muchos párrafos a Taiwán y a los otros tigres asiáticos. Ejemplos todos de países con gobiernos autocráticos y, quien sabe, muy ajenos a la realidad peruana.
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Un pajarillo verde
Pero constatados los hechos que explican las razones de fondo del golpe del 5 de abril y comprobados los lazos de complicidad entre el Ejército y Fujimori en la violación constitucional que mancho indeleblemente al régimen, pasemos a la descripción de los documentos que obran en nuestro poder gracias al obsequio que nos trajo un pajarito verde de alta graduación. Son pruebas de que era cierto lo que alguna vez, en una recepción diplomática, le confió a nuestro director un alto mando militar: "Hemos corregido los errores de Velasco. Tenías razón, eso del socialismo fue un disparate. Pero, ahora si el movimiento tendrá éxito. No se podía desconocer la importancia de la iniciativa privada. Será, eso sí, un proceso largo".
La intención golpista del programa de gobierno, elaborado por el equipo de trabajo y presentado en octubre de 1989, queda estampada en negro sobre blanco en el cuadernillo que va elaborando el Servicio de inteligencia Nacional a partir del 20 de febrero de 1990. El punto primero en el índice de 'Apreciación de inteligencia' lleva el título de 'Misión' y la misión es: "Evaluar los escenarios nacionales próximo-futuros para escoger el más adecuado y derrocar al gobierno civil, disolver los poderes Ejecutivo y Legislativo para que la Fuerza Armada institucionalmente asuma la conducción del Estado, con el fin de revertir la actual situación político-social-económica, cuyo deterioro amenaza destruir el sistema y las instituciones tutelares de la República".
En esa época gobernaba Alan García y el Servicio de Inteligencia estaba bajo las órdenes del general Edwin (Cucharita) Díaz, quien tenía de asesor al doctor Vladimiro Montesinos, capitán retirado del Ejército. Este asesoramiento no era muy visible, pero si decisivo.
Alan García, el desastroso presidente que las mayorías nacionales eligieron, ilusionadas por su juventud y empuje -a la corta el empuje solo fue verbal-, dormía tranquilo en Palacio, confiado en 'Cucharita' Díaz y en el comandante general del Ejercito, su amigo Artemio Palomino. Al parecer García nunca sospecho de su jefe de Inteligencia y, tampoco, ni se entero quien era el consejero del SIN. Tampoco advirtió que el jefe del Estado Mayor, general Alejandro Antúnez de Mayolo, y el general Jorge Zegarra -comandante general de 1990- tenían posición muy diferente a la de Artemio Palomino y a la corte militar de Alan García.