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DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA

DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA
FRANCISCO IGARTUA CON DORIS GIBSON, PIEZA CLAVE EN LA FUNDACION DE OIGA, EN 1950 CONFUNDARIAN CARETAS.

«También la providencia fue bondadosa conmigo, al haberme permitido -poniendo a parte estos años que acabo de relatar- escribir siempre en periódicos de mi propiedad, sin atadura alguna, tomando los riesgos y las decisiones dictadas por mi conciencia en el tono en que se me iba la pluma, no siempre dentro de la mesura que tanto gusta a la gente limeña. Fundé Caretas y Oiga, aunque ésta tuvo un primer nacimiento en noviembre de 1948, ocasión en la que también conté con la ayuda decisiva de Doris Gibson, mi socia, mi colaboradora, mi compañera, mi sostén en Caretas, que apareció el año 50. Pero éste es asunto que he tocado ampliamente en un ensayo sobre la prensa revisteril que publiqué años atrás y que, quién sabe, reaparezca en esta edición con algunas enmiendas y añadiduras». FRANCISCO IGARTUA - «ANDANZAS DE UN PERIODISTA MÁS DE 50 AÑOS DE LUCHA EN EL PERÚ - OIGA 9 DE NOVIEMBRE DE 1992»

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«Cierra Oiga para no prostituir sus banderas, o sea sus ideales que fueron y son de los peruanos amantes de las libertades cívicas, de la democracia y de la tolerancia, aunque seamos intolerantes contra la corrupción, con el juego sucio de los gobernantes y de sus autoridades. El pecado de la revista, su pecado mayor, fue quien sabe ser intransigente con su verdad» FRANCISCO IGARTUA – «ADIÓS CON LA SATISFACCIÓN DE NO HABER CLAUDICADO», EDITORIAL «ADIÓS AMIGOS Y ENEMIGOS», OIGA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995

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LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU

LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU

LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.» FRANCISCO IGARTUA - TEXTO SOMETIDO A LA APROBACION DE LA ASAMBLEA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD - VITORIA-GASTEIZ, 27 DE OCTUBRE DE 1999.

«Muchos más ejemplos del particularismo vasco, de la identidad euskaldun, se pueden extraer de la lectura de estos ajados documentos americanos, pero el espacio, tirano del periodismo, me obliga a concluir y lo hago con un reclamo cara al futuro. Identidad significa afirmación de lo propio y no agresión a la otredad, afirmación actualizada-repito actualizada- de tradiciones que enriquecen la salud de los pueblos y naciones y las pluralidades del ser humano. No se hace patria odiando a los otros, cerrándonos, sino integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad del ser vasco. Por ejemplo, asumiendo como propio -porque lo es- el pensamiento de las grandes personalidades vascas, incluido el de los que han sido reacios al Bizcaitarrismo como es el caso de Unamuno, Baroja, Maeztu, figuras universales y profundamente vascas, tanto que don Miguel se preciaba de serlo afirmando «y yo lo soy puro, por los dieciséis costados». Lo decía con el mismo espíritu con el que los vascos en 1612, comenzaban a reunirse en Euskaletxeak aquí en América» - FRANCISCO IGARTUA - AMERICA Y LAS EUSKALETXEAK - EUSKONEWS & MEDIA 72.ZBK 24-31 DE MARZO 2000

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domingo, 15 de diciembre de 2013

Oiga

Notas sobre la etapa más desconocida de un político y escritor vasco:
Jon Andoni Irazusta, de parlamentario a misionero en Perú (1950-1952)
Óscar Álvarez Gila

  —1→ 
Hace ya tiempo que se puso en evidencia cómo una de las facetas más desconocidas de la Guerra Civil española ha sido precisamente la suerte de los leales a la República que, después de 1939 y a raíz de su derrota militar, hubieron de exiliarse en diversos países de Europa y América. Ciertamente, en las dos últimas décadas, tras la recuperación democrática y con la renovación temática y metodológica que ha experimentado la historiografía contemporaneísta, se han subsanado en parte ésta y otras carencias. Pero, a pesar de todo, siguen siendo muchos los elementos de ese complejo mundo del exilio que precisan todavía de un análisis más pormenorizado, partiendo de la recuperación de un buen número de interesantes pero aún hoy desconocidas «historias» personales, cuya suma y entrelazamiento conforman, en buena medida, el devenir vital de cuatro largas décadas de extrañamiento1.
Precisamente, estas breves notas pretenden mostrar la etapa más desconocida de una de esas peculiares historias personales a las que acabamos de aludir, dando cuenta al mismo tiempo de la rica pero no muy conocida fuente a través de la cual   —2→   nos vamos a acercar a ella2. Se trata de Juan Antonio (o, en euskera, Jon Andoni) Irazusta Muñoa, natural de la villa guipuzcoana de Tolosa (1884), quien fuera, como es sabido, un personaje de amplia relevancia política en las filas del nacionalismo vasco en los años de la Segunda República. Durante esta etapa, ocupó varias veces el cargo de Diputado a Cortes por Guipúzcoa, siendo además segundo jefe de la llamada minoría parlamentaria vasca, vertebrada por los cargos electos del Partido Nacionalista Vasco. Abogado de profesión, cultivó además el periodismo y la crónica política3. Exiliado tras la Guerra Civil, pasó primero por Francia, y de allí se dirigiría a América: Panamá, Puerto Rico y Colombia, antes de radicarse en 1946 en Argentina, donde residió un tiempo en Buenos Aires y, más tarde, en Córdoba4. Fue allí, precisamente, donde en una etapa ya avanzada de su vida desarrollaría su faceta literaria en lengua vasca, como autor de dos interesantes novelas (Joañixio y Bizitza garratza da) que vieron la luz en la editorial «Ekin» de Buenos Aires en 1946 y 1950, respectivamente5. Con posterioridad, sus biógrafos se limitan a reseñar su traslado a Perú, país en el que, después de un breve paso por el Seminario, se ordenaría sacerdote «para ir como misionero a la cordillera de los Andes» con los religiosos pasionistas6. Ordenado en Lima en septiembre de 1951, fallecería apenas seis meses después, el 9 de marzo de 1952.
Ciertamente, a simple vista pudiera parecer sorprendente o inesperado este giro de su actividad pública. No obstante, no se trataba ésta de una decisión precipitada o tardía; antes al contrario. De hecho, con bastante anterioridad a su llegada a Perú en 1950, ya había meditado Jon Andoni Irazusta la decisión de hacerse sacerdote y misionero, a pesar de su avanzada edad. Pero había sido precisamente este hecho, su ancianidad, lo que le había cerrado varias puertas a las que llamó, una vez que ya se hallaba exiliado en tierras americanas. Antes de entrar   —3→   en contacto con la congregación de los pasionistas, según relata el prelado nullius7 de Moyobamba Martín Elorza Legaristi8 -quien finalmente lo aceptaría en su diócesis, y cuya correspondencia es la base documental principal que sustenta esta nota-, «había hecho alguna sugerencia él a un Prefecto o Vicario Apostólico, creo que al actual Superior o Rector del Seminario Misional de Burgos, y sólo obtuvo una mirada y sonrisa de compasión al obrero de última hora y nada más»9.
Si bien la fuente no lo indica expresamente, no es aventurado suponer que, muy posiblemente, estos contactos -y en especial, el que se cita expresamente con el Seminario Español de Misiones Extranjeras de Burgos- se habrían producido durante el tiempo en que Irazusta estuvo residiendo en Colombia, pues era en este país sudamericano donde dicho Seminario tenía a su cargo la misión de San Jorge -un vicariato apostólico sito en el departamento de San Marcos10-. Y es todavía más   —4→   significativo el hecho de que fuera un sacerdote vasco quien, por aquellos mismos años, estuviera al frente de dicha misión11.
Este último dato nos pone en la pista de un dato de sumo interés: la presencia, en tierras americanas, de una extensísima red de misiones regentadas y servidas por personal total o mayoritariamente vasco, producto de la altísima fecundidad vocacional de las diócesis vascas12. Irazusta contaba, para sus propósitos, con un amplio catálogo de posibilidades, desde Centroamérica hasta el Cono sur americano, donde acogerse a una recepción benévola por religiosos compatriotas, y todo parece indicar que utilizó estas conexiones. De hecho, la propia obra literaria de Irazusta nos informa de que tenía un conocimiento bien preciso de la amplitud y extensión esta presencia religiosa vasca en América, en el capítulo que dedica a otros religiosos vascos, misioneros igualmente en otra región colombiana: los carmelitas descalzos de Urabá13.
De hecho, sus primeros contactos con los pasionistas de Perú -también todos ellos misioneros vascos, hemos de recordar14-, que habían sido epistolares15, habían venido motivados por este conocimiento directo y por la cercanía que esperaba encontrar en unos religiosos vascos como él, y a los que ciertamente conocía desde antes de su exilio. En 1949, cuando todavía era Martín Elorza el delegado de la provincia pasionista vasca en América, ya se había puesto Jon Andoni Irazusta en contacto con él desde Argentina, expresándole sus deseos de ingresar en la congregación y de ejercitar su futura labor pastoral en la misión de Moyobamba, una prelatura de recentísima creación, en la «ceja de montaña» peruana -estribaciones andinas de la Amazonía-, que ha sido encomendada a los mismos pasionistas vascos que, desde 1923, regentaban la vecina misión de Yurimaguas. A comienzos de 1950, como hemos indicado, llega finalmente Irazusta   —5→   a Perú16, si bien sin tener todavía muy bien definido su engarce en el organigrama del personal misionero que iba a ser destinado allí. Su principal mentor es el propio Martín Elorza, quien para entonces ya ha sido nombrado para el cargo de administrador apostólico17 de Moyobamba. Para él, una de cuyas primeras preocupaciones en su nuevo cargo había sido la promoción de vocaciones sacerdotales, la perspectiva de la cercana ordenación de Irazusta habría de hacer mucho bien a la prelatura, no sólo por el posible factor de emulación que pudiera despertar, sino también porque se trataba de un hombre ya formado, de amplia cultura y mucha valía: «será, pues, el primer seminarista y ordenado de la prelatura», comunica entonces a sus superiores pasionistas en Deusto. «No dirán que empezamos por mocosillos que no saben donde tienen la mano derecha»18.
Inmediatamente, Elorza comienza a gestionar ante Roma condiciones especiales para que se le reduzca a Jon Andoni Irazusta el período de estudios en el seminario19, por razón de su edad y su cualificación académica; conseguirá para ello incluso la recomendación favorable del nuncio vaticano en Perú20. De igual modo, pedirá a los superiores de la congregación pasionista condiciones especiales para admitir en el noviciado a un hombre de sesenta y seis años. Irazusta, por su parte, comienza a estudiar la Teología en el seminario de Lima, mientras reside en la casa que los pasionistas mantenían abierta en la capital peruana.
A la espera de la respuesta de la Santa Sede, Martín Elorza encarga a Irazusta uno de sus proyectos más largamente acariciados, que pretendía que se convirtiera en la punta de lanza de la recatolización de la vida pública de todo el departamento de San Martín -donde se halla ubicada la prelatura-: el Círculo Católico de Estudios. Este «Círculo», de vocación decididamente elitista, quería convertirse en polo prestigioso de reflexión y centro de formación de una intelectualidad católica seglar y militante, dispuesta a defender los intereses de la Iglesia y la religión en   —6→   todos los frentes de la vida pública21. Sus primeras batallas deberían dirigirse, según la idea de monseñor Elorza, contra la labor proselitista del protestantismo, cuya penetración entre la población de Moyobamba es rápida y amplia, favorecida entre otros factores por la debilidad de la presencia de la Iglesia católica en la región. El «Círculo» se funda en noviembre de 1950, bajo la responsabilidad directa de Jon Andoni Irazusta22, que inició las sesiones de conferencias mensuales, el 3 de diciembre23, con una charla titulada «A Dios por la ciencia»; de todas las conferencias impartidas por Irazusta en el «Círculo», sería ésta precisamente la única que no se refiere directamente a la cuestión protestante.
La solicitud personal de Elorza finalmente, obtendrá sus frutos en cuanto a la ordenación de Jon Andoni Irazusta, aunque se demorará un poco. La tardanza tampoco preocupa en exceso al prelado de Moyobamba, más interesado por los primeros frutos de su labor al frente del «Círculo». «No quiero precipitar los acontecimientos poniéndole la sotana. Después de unos pocos meses más se le dará esa transformación que no dejará de sorprender a muchos»24. Finalmente, llega la autorización de Roma, en abril de 1951, para que disponga la ordenación en la fecha que crea oportuna, con la sola condición «de que siga después el estudio de la Teología hasta terminarla»25. Y así, el 2 de septiembre de 1951, en la iglesia de la Nunciatura de Lima, Irazusta se convierte en sacerdote, oficiando su primera misa en la iglesia parroquial que los pasionistas tenían en San Isidro, Lima, una semana más tarde. Serán sus padrinos de ordenación un matrimonio guipuzcoano, amigo común de Irazusta y de los pasionistas vascos de Lima, ciudad ésta en la que residiría: Eduardo Olano, y su esposa Amanda26. Expresamente para predicar en el   —7→   acto, llegó desde Buenos Aires el sacerdote capuchino, también amigo de Irazusta, exiliado como él tras la Guerra Civil y pariente de los Olano, padre Miguel de Alzo27.
«Acabo de presenciar con grandísimo consuelo de mi alma la ordenación sacerdotal y primera misa de Jon Andoni Irazusta, hijo ilustre de esa villa (de Tolosa). Él ha sido el primer sacerdote que ha visto ordenarse esta nueva prelatura de Moyobamba: un tolosano», informó entonces Martín Elorza a una congregación de monjas de Tolosa, con la que mantenía correspondencia28. Pero aquello sólo suponía el primer paso en el deseo de Irazusta, pues seguidamente «vino con la ilusión de poderse hacer religioso pasionista con toda su realidad canónica», recuerda Elorza29. Pero un hecho se interpone en su deseo: la provincia pasionista vasca no disponía todavía de un noviciado en América.
Por esta razón, Martín Elorza opta por enviar unos inmejorables informes a Roma, en la esperanza de que se arbitren soluciones especiales, dadas las circunstancias excepcionales que rodean al caso (entre las que no puede olvidarse la imposibilidad que tenía Irazusta de ir al País Vasco a ingresar en el noviciado, por su condición de exiliado político de España)30. No pierde así ocasión para ponderar muy positivamente las virtudes que, a su entender, ostentaba Jon Andoni Irazusta, que actuaba ya como un religioso más en la disciplina regular: «El señor se porta muy bien y nada tengo contra él. Está en todo pendiente de mí; y hasta es difícil saber su inclinación, porque es tan delicado que quiere en todo seguir la de sus superiores; y evita manifestar su propia preferencia o voluntad». Finalmente, propone como solución conveniente, en caso de que haya de trasladarse Irazusta a   —8→   algún noviciado canónico establecido, que «se podría convenir con los PP. [Pasionistas] de Argentina y obtenerle dispensa de parte del tiempo»31.
La insistencia del prelado Elorza, sin embargo, no le sirvió en esta ocasión, e Irazusta tuvo que conformarse con su condición de sacerdote secular. Pero, como resumía Elorza pocos días después de su fallecimiento, «en ese brevísimo plazo se le impuso en la Teología y elevó al sacerdocio; fundó el Círculo Católico de Estudios, dio diferentes conferencias, se le nombró asesor jurídico de la Prelatura y prestó diferentes servicios o ministerios sacerdotales en Tarapoto como adscrito a aquella parroquia. [...] Dudo que los jesuitas hubieran obtenido mucho más en ese corto espacio de tiempo y en este medio de la selva»32.

Toda esta actividad se detendría cuando, por causa de una enfermedad, hubo de ser rápidamente trasladado a Lima, donde estuvo bajo la atención personal del propio monseñor Elorza. Irazusta fallecería el 4 de marzo de 1952. Sería enterrado en Lima, corriendo todos los gastos de los funerales a cargo de la prelatura, en todas cuyas parroquias se hicieron oficiar misas por su alma33.

Oiga:


TRISTE ES LA MUERTE Y ES MUY TRISTE CUANDO MUERE LA INTELIGENCIA

Nada más doloroso que renunciar a alguien. Y hemos venido a devolverle a la tierra el cuerpo del ingenioso y agresivo prosista que llenara, desde su mocedad hasta ayer, el lugar más destacados y bullicioso del periodismo peruano. Solo para el mañana –señalando por campo toda América Hispana– ha dejado Federico More la tarea, demasiado ambiciosa, de poderlo igualar. Le gusto ser primero. Y lo fue siempre. Nadie uso de la pluma con la habilidad de él, nadie supo hacerse odiar y temer como él y ninguno habrá que haya gozado de la amistad más que el. Caballo desbocado, tuvo ideas demasiada emotivas sobre la realidad social y política; pero, adoro con desenfreno lo que creyó justo. Paso la vida entreteniéndose en decir que lo que más amaba era un crepúsculo, frente al mar, o el silencio infinito de su puna. Lo que siempre hizo fue vivir apasionadamente, buscando sin cesar una trinchera de combate, queriendo- en el mundo de las ideas –unir la luna con la tierra. Fue poeta, en lucha constante por hacer vivir a los hombres dentro de una libre y divertida  discrepancia. Y por poeta, quiso ser político. Lo vencieron la poesía y el humorismo. Ese sutilísimo humorismo   sajón que permite llorar bajo la risa. Vivió entre sueños encantados y chispeantes; que no impidieron, sin embargo, que muy a menudo coincidiera en su trágica angustia por su pueblo con las multitudes, a las que detesto con convicción de aristócrata de la inteligencia. More no entendió de la vida sin pelea…. Y ha caído peleando. Honra a CARETAS el haber sido su última trinchera. Los que hemos estado hasta su fin a su lado, sabemos que no lo mato la muerte. Federico se dejo morir. En un país donde cada día es menos valorada la inteligencia; en momentos en que se han perdido hasta las buenas maneras -de las que el gusto tanto- ; y cuando las posibilidades de rehacer la fe de su pueblo, a base del respeto a la discrepancia, se transforman en seguro temor de tener que continuar en obligada convivencia, no creyó encontrar otro camino que el de dejarse  morir ¿Qué hacia él, eterno discrepante, en un mundo de  silencio?  Como sus amigos, los viejos griegos, se fue sonriéndole a la vida. Junto a Federico enterramos otra esperanza maltratada.

Discurso pronunciado por Don Francisco Igartua, director de Caretas en el Cementerio de Baquijano del Callao, con ocasión del sepelio de Don Federico More. En esta ocasión también hicieron uso de la palabra los señores Oscar Miro Quesada, Emilio Armaza, José Antonio Encinas, Esteban Pavletich y el Dr. De la Puente.

La segunda edición del libro FRANCISCO IGARTUA, OIGA Y una pasión quijotesca, no estaría completa sin la publicación de este memorable discurso.

Fuente:
Caretas, Año V,  28 de Febrero al 14 de marzo, 1955 – N° 60.


viernes, 13 de diciembre de 2013

Oiga

EZKIOGA: UN LIBRO PARA PENSAR

Ezkioga
Un libro que está destinado a aclarar muchas incógnitas es el que acaba de publicar el teólogo Antonio María Artola Arbiza, de la Congregación Pasionista, con los auspicios de la Universidad del País Vasco, Universidad de San Martin de Porres de Perú y de los centros vascos Euzko Etxea Arantzazu de Lima y Euzko Etxea de Santiago de Chile.

El autor del libro “EZKIOGA”, en el 80 aniversario de la Pastoral de Mons. Mateo Mugica Urrestarazu, es el teólogo Antonio María Artola Arbiza, de la Congregación Pasionista, que este año conmemoro el primer centenario de la llegada de los primeros doce misioneros vascos al Perú.

La obra ha sido editada por el Fondo Editorial de la Revista Oiga, fundada por el destacado periodista de origen vasco Francisco Igartua Rovira fallecido tempranamente hace nueve años.

El Comité Editorial encargado de la publicación ha sido presidido por el Director Ejecutivo de Euzko Etxea Arantzazu de Lima, Jhon Bazán Aguilar, director del Fondo Editorial de la Revista Oiga.

El prologo ha sido preparado por el destacado historiador vasco doctor Oscar Álvarez Gila, que ha organizado la presentación del libro en la Feria Internacional de Durangoko 2013.

Este libro  pone al descubierto uno de esos hechos ignorados por casi todos los historiadores, sobre los acontecimientos religiosos que sucedieron  en los días mismos de la instauración de la República, en Ezkioga, localidad de la Provincia de Guipúzcoa, que  fue  la  primera  en  proclamar la República.

Se ha dicho, por ejemplo, que °las guerras civiles duran más de un siglo”; por eso la guerra del  1936-39 no cesa de estar presente. En ese contexto el  Arzobispo de Tarragona Jaume Pujol ha dicho: “Hay que hacer un estudio histórico sobre el papel de la Iglesia  en el Repúblicas, la Guerra Civil, y la dictadura  franquista”. En realidad, son pocos los que saben  realmente  como sucedieron los acontecimientos, cómo y  por que  surgió la cruzada.

El libro demuestra que la Virgen en Ezkioga  no favoreció a ningún grupo interesado en  cambiar el curso de los sucesos. Como 50 años después en  Medjurgorje, la Virgen no vino a pedir en Ezkioga más que oración.

Ezkioga es un evento mariano  extraordinario. Su mensaje da para más del  siglo que duran las guerras civiles. Su mensaje sobrepasa el siglo, y  sigue enseñando a los  hombres, que  el acto más elementalmente religioso, y eficaz, es la oración.


Fuente:


Euzko Etxea Arantzazu Lima.

La Tercera:

DE PERÚ A EUSKADI

Viaje por la memoria viva de un gudari


NEKANE LAUZIRIKA - Lunes, 9 de Diciembre de 2013

El reconocido periodista peruano Chema Salcedo con sus anfitriones vascos que han hecho posible que haya visitado y grabado todos los lugares por los que su aita pasó.
FRENTE a quienes pretenden que la memoria de la verdad quede enterrada junto a los cuerpos de quienes la defendieron, se alza la palabra y el espíritu de personas como el periodista Chema Salcedo, forzado al exilio a Perú y bienvenido de vuelta a Euskadi, que trae el macuto repleto con los escritos y la memoria de la verdad, pero sobre todo con los recuerdos imborrables de su padre gudari, encarcelado primero, perseguido después y definitivamente exiliado. Para Chema Salcedo la distancia no ha sido sinónimo de olvido y vuelve porque ni olvida ni desea olvidar, sino llevar a la memoria de todos lo que ocurrió a miles de vascos. De Euskadi a Perú, de Perú a Euskadi, en busca de las huellas de la memoria del gudari. Recorrer los caminos y pisar las huellas que marcó su aita es para Chema revivir a la inversa el tránsito forzoso que a muchos vascos les obligaron a realizar.

Con el paso de los años este reconocido periodista peruano se siente más vasco, a pesar de llevar prácticamente toda la vida en el país andino a donde le llevó su aita, gudari del batallón Irrintzi, tras pasar por distintas cárceles una vez concluida la Guerra Civil. "La biografía pesa más con la edad", sentencia. Su padre, fallecido el pasado año, vivía con él y "ambos éramos hinchas del Athletic de Bilbao".

Chema Salcedo ha permanecido en Euskadi una semana recorriendo los lugares donde discurrieron los primeros años de su vida, pero sobre todo aquellos por los que pasó su aita, José Salcedo, del Valle de Trapaga, antes de tener que emigra, donde un tío les esperaba con un trabajo para la familia.

DE EMOCIÓN EN EMOCIÓN

En Zorroza-Bilbao, en la casa donde nació

La maratoniana jornada comenzó siendo recibido en el aeropuerto de Loiu por un grupo de vascos conocidos a través de la red, que se han encargado de llevarle por todos los lugares de su infancia y por donde transcurrió la vida de su padre antes del exilio. Su llegada a Loiu no pudo ser más emotiva: una ikurriña y un txistulari dándole la bienvenida. Desde hace 20 no había vuelto a Euskal Herria. "En aquella ocasión vine con mi padre", recuerda emocionado Chema. Ahora sus amigos le han reunido con los gudaris, como José Moreno de Portugalete o con nietos de los que lucharon con su aita.

El viernes empezó el periplo por su casa de Zorroza-Bilbao (en el callejón del Tránsito, 7), ya desaparecida y donde ahora reside una colonia de gitanos, "preocupados por si reclamaba algo". Nada más lejos de la realidad. De allí partieron a Eibar después de pasar por Sabin Etxea, donde pudo ver documentos originales de su aita que le hicieron llorar de emoción. Todo esto sin olvidar su encuentro con el escritor Kirmen Uribe.

LA HISTORIA DE PRIMERA MANO

Memoria del Cinturón de Hierro, en Berango

A primeras horas de la mañana del sábado, Chema y el empresario vasco Aitor Bilbao de Emprebask Perú, que se abre camino con iniciativas en Perú junto al periodista Julio Flor, visitaron el museo Memorial del Cinturón de Hierro (1936-1937) de Berango. Como guía de excepción tuvieron al historiador Guillermo Tabernilla, presidente de la Asociación Sancho de Beurko y al concejal de Cultura de la localidad, que fueron detallando los 250 objetos de este coqueta pinacoteca muy poco conocida para vizcainos y vascos en general.

Situada a pocos minutos de la mítica línea defensiva que erigiera el Gobierno de Euzkadi en 1936-37, el Memorial del Cinturón de Hierro relata, a través de una escenografía clara y moderna, cómo y por qué fue construido, las características de sus fortificaciones y su conquista por las tropas franquistas. Días de intensos combates que decidieron la batalla por Bilbao. Chema no perdía detalle del relato, "porque le recordaba a lo que le había contado su padre".

SIN OLVIDAR TRAPAGARAN

Al cementerio de La Arboleda

En el barrio de la Escombrera, en Trapagaran (antes San Salvador del Valle), al periodista peruano le queda aún una prima, Itziar, que vive con su familia en un baserri. Hasta allí se desplazó con su comitiva Chema para volver a grabar en su retina la casa donde jugaba de pequeño. También fue obligada la visita al cementerio de La Arboleda, donde yacen los restos de los gudaris de Trapagaran que participaron en el batallón Irrintzi o que eran combatientes con José Salcedo cuando se alistó para defender al Gobierno de la República elegido por la ciudadanía.

Tras la emotiva visita al camposanto, Chema fue recibido por el alcalde de Trapagaran, Xabier Cuéllar, quien le hizo uno de los regalos más entrañables, unas publicaciones ilustradas con fotografías de gudaris del municipio, en las que aparece el aita del periodista.

Aquí no terminaron las sorpresas para el escritor. Hasta Trapagaran se acercaron, algunos desde Gasteiz, los nietos de los gudaris amigos del aita de Chema, del Horno; de Arruabarrena, Heraclio Otaola, Anacleto Nubla, de Iñaki Pedrosa.

El periodista estaba cumpliendo así uno de los mitos de su infancia, recuperar el Valle de Trapaga y otro, rescatar la Guerra Civil. Todos sus encuentros, entrevistas, visitas a los museos... iban grabándose por dos cámaras. "Tuve la suerte de que al morir mi padre, el pasado año, me dejara una especie de diario donde fue plasmando en sus cuartillas todos los avatares de su longeva y azarosa vida. Esto me ha dado pie para realizar este documental y tal vez un libro", se sincera. "Es un viaje contado por un gudari del batallón Irrintzi que desde la distancia se sentía nacionalista de corazón, como su amoma se lo inculcó; que veía ETB y votaba para los de aquí", se emociona al relatarlo. "Fue tanto el amor a su patria que cuando murió -en diciembre de 2012- había dado orden a la mujer que le cuidaba que tapara su ataúd con una ikurriña. Al no encontrarla la mujer compró las telas y la hizo como homenaje a mi aita. Fue enterrado con su bandera. Cumplimos sus deseos".

EN LA VILLA DE PORTUGALETE

Con el gudari José Moreno

Para el documental que está preparando este prestigioso periodista no podía faltar un encuentro en Portugalete con el admirable José Moreno, gudari del 36, que con su memoria privilegiada hizo las delicias de Chema y de todos los que le acompañaban. Moreno les relató de seguro historias de la incívica guerra, que como suele denunciar todavía no han recibido petición de perdón por parte de ninguna autoridad estatal, ni mucho menos por los descendientes de la masacre, que ahora habitan casi todos en el PP.

ANTES DE PARTIR A Perú

A Donostia y Nafarroa

El lunes, Chema Salcedo lo dedicaría a visitar otros territorios como Donostia y también Ainhoa en Nafarroa. "Un poco de turismo", porque para el martes, antes de irse el miércoles, tenía previsto entrevistarse con algunos empresarios vascos que conforman Empresbask y que quieren internacionalizar sus empresas. "La marca España es muy negativa para nosotros los vascos, tanto en Perú como en otros países de América Latina; por eso tenemos que aunar esfuerzos y la reputación de Chema Salcedo puede ayudarnos", remacha Aitor Bilbao.

Fuente:  Deia