DE PERÚ A EUSKADI
Viaje por la memoria viva de un gudari
NEKANE LAUZIRIKA - Lunes, 9 de Diciembre de 2013
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El reconocido periodista peruano Chema Salcedo con sus
anfitriones vascos que han hecho posible que haya visitado y grabado todos los
lugares por los que su aita pasó.
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FRENTE a quienes pretenden que la memoria de la verdad quede
enterrada junto a los cuerpos de quienes la defendieron, se alza la palabra y
el espíritu de personas como el periodista Chema Salcedo, forzado al exilio a
Perú y bienvenido de vuelta a Euskadi, que trae el macuto repleto con los
escritos y la memoria de la verdad, pero sobre todo con los recuerdos
imborrables de su padre gudari, encarcelado primero, perseguido después y
definitivamente exiliado. Para Chema Salcedo la distancia no ha sido sinónimo
de olvido y vuelve porque ni olvida ni desea olvidar, sino llevar a la memoria
de todos lo que ocurrió a miles de vascos. De Euskadi a Perú, de Perú a
Euskadi, en busca de las huellas de la memoria del gudari. Recorrer los caminos
y pisar las huellas que marcó su aita es para Chema revivir a la inversa el tránsito
forzoso que a muchos vascos les obligaron a realizar.
Con el paso de los años este reconocido periodista peruano se
siente más vasco, a pesar de llevar prácticamente toda la vida en el país
andino a donde le llevó su aita, gudari del batallón Irrintzi, tras pasar por
distintas cárceles una vez concluida la Guerra Civil. "La biografía pesa
más con la edad", sentencia. Su padre, fallecido el pasado año, vivía con
él y "ambos éramos hinchas del Athletic de Bilbao".
Chema Salcedo ha permanecido en Euskadi una semana
recorriendo los lugares donde discurrieron los primeros años de su vida, pero
sobre todo aquellos por los que pasó su aita, José Salcedo, del Valle de
Trapaga, antes de tener que emigra, donde un tío les esperaba con un trabajo
para la familia.
DE EMOCIÓN EN EMOCIÓN
En Zorroza-Bilbao, en la casa donde nació
La maratoniana jornada comenzó siendo recibido en el
aeropuerto de Loiu por un grupo de vascos conocidos a través de la red, que se
han encargado de llevarle por todos los lugares de su infancia y por donde
transcurrió la vida de su padre antes del exilio. Su llegada a Loiu no pudo ser
más emotiva: una ikurriña y un txistulari dándole la bienvenida. Desde hace 20
no había vuelto a Euskal Herria. "En aquella ocasión vine con mi
padre", recuerda emocionado Chema. Ahora sus amigos le han reunido con los
gudaris, como José Moreno de Portugalete o con nietos de los que lucharon con
su aita.
El viernes empezó el periplo por su casa de Zorroza-Bilbao
(en el callejón del Tránsito, 7), ya desaparecida y donde ahora reside una
colonia de gitanos, "preocupados por si reclamaba algo". Nada más
lejos de la realidad. De allí partieron a Eibar después de pasar por Sabin
Etxea, donde pudo ver documentos originales de su aita que le hicieron llorar
de emoción. Todo esto sin olvidar su encuentro con el escritor Kirmen Uribe.
LA HISTORIA DE PRIMERA MANO
Memoria del Cinturón de Hierro, en Berango
A primeras horas de la mañana del sábado, Chema y el
empresario vasco Aitor Bilbao de Emprebask Perú, que se abre camino con
iniciativas en Perú junto al periodista Julio Flor, visitaron el museo Memorial
del Cinturón de Hierro (1936-1937) de Berango. Como guía de excepción tuvieron
al historiador Guillermo Tabernilla, presidente de la Asociación Sancho de
Beurko y al concejal de Cultura de la localidad, que fueron detallando los 250 objetos
de este coqueta pinacoteca muy poco conocida para vizcainos y vascos en
general.
Situada a pocos minutos de la mítica línea defensiva que
erigiera el Gobierno de Euzkadi en 1936-37, el Memorial del Cinturón de Hierro
relata, a través de una escenografía clara y moderna, cómo y por qué fue
construido, las características de sus fortificaciones y su conquista por las
tropas franquistas. Días de intensos combates que decidieron la batalla por
Bilbao. Chema no perdía detalle del relato, "porque le recordaba a lo que
le había contado su padre".
SIN OLVIDAR TRAPAGARAN
Al cementerio de La Arboleda
En el barrio de la Escombrera, en Trapagaran (antes San
Salvador del Valle), al periodista peruano le queda aún una prima, Itziar, que
vive con su familia en un baserri. Hasta allí se desplazó con su comitiva Chema
para volver a grabar en su retina la casa donde jugaba de pequeño. También fue
obligada la visita al cementerio de La Arboleda, donde yacen los restos de los
gudaris de Trapagaran que participaron en el batallón Irrintzi o que eran
combatientes con José Salcedo cuando se alistó para defender al Gobierno de la
República elegido por la ciudadanía.
Tras la emotiva visita al camposanto, Chema fue recibido por
el alcalde de Trapagaran, Xabier Cuéllar, quien le hizo uno de los regalos más
entrañables, unas publicaciones ilustradas con fotografías de gudaris del
municipio, en las que aparece el aita del periodista.
Aquí no terminaron las sorpresas para el escritor. Hasta
Trapagaran se acercaron, algunos desde Gasteiz, los nietos de los gudaris
amigos del aita de Chema, del Horno; de Arruabarrena, Heraclio Otaola, Anacleto
Nubla, de Iñaki Pedrosa.
El periodista estaba cumpliendo así uno de los mitos de su
infancia, recuperar el Valle de Trapaga y otro, rescatar la Guerra Civil. Todos
sus encuentros, entrevistas, visitas a los museos... iban grabándose por dos
cámaras. "Tuve la suerte de que al morir mi padre, el pasado año, me
dejara una especie de diario donde fue plasmando en sus cuartillas todos los
avatares de su longeva y azarosa vida. Esto me ha dado pie para realizar este
documental y tal vez un libro", se sincera. "Es un viaje contado por
un gudari del batallón Irrintzi que desde la distancia se sentía nacionalista
de corazón, como su amoma se lo inculcó; que veía ETB y votaba para los de
aquí", se emociona al relatarlo. "Fue tanto el amor a su patria que
cuando murió -en diciembre de 2012- había dado orden a la mujer que le cuidaba
que tapara su ataúd con una ikurriña. Al no encontrarla la mujer compró las
telas y la hizo como homenaje a mi aita. Fue enterrado con su bandera.
Cumplimos sus deseos".
EN LA VILLA DE PORTUGALETE
Con el gudari José Moreno
Para el documental que está preparando este prestigioso
periodista no podía faltar un encuentro en Portugalete con el admirable José
Moreno, gudari del 36, que con su memoria privilegiada hizo las delicias de
Chema y de todos los que le acompañaban. Moreno les relató de seguro historias
de la incívica guerra, que como suele denunciar todavía no han recibido
petición de perdón por parte de ninguna autoridad estatal, ni mucho menos por
los descendientes de la masacre, que ahora habitan casi todos en el PP.
ANTES DE PARTIR A Perú
A Donostia y Nafarroa
El lunes, Chema Salcedo lo dedicaría a visitar otros
territorios como Donostia y también Ainhoa en Nafarroa. "Un poco de
turismo", porque para el martes, antes de irse el miércoles, tenía
previsto entrevistarse con algunos empresarios vascos que conforman Empresbask
y que quieren internacionalizar sus empresas. "La marca España es muy
negativa para nosotros los vascos, tanto en Perú como en otros países de
América Latina; por eso tenemos que aunar esfuerzos y la reputación de Chema
Salcedo puede ayudarnos", remacha Aitor Bilbao.
Fuente: Deia