EuskalKultura.com
25/07/2012
La Cofradía de la Virgen de Arantzazu, que fue fundada hace 400 años, ha renacido del olvido y ya tiene nueva existencia desde el 13 de Febrero del presente año mediante Escritura Pública, aunque su activación oficial será en noviembre próximo con un amplio programa conmemorativo que incluye la plantación en Lima de un retoño del Gernikako Arbola, y otras actividades conmemorativas del Cuatricentenario. La refundación de la Cofradía, en forma de un centro vasco actual, manifiestan sus promotores, se llevó a cabo con la presencia de diversos empresarios de origen vasco en el emblemático e histórico Club Nacional de Lima. Sus propósitos específicos son rendir homenaje a quienes en el Siglo XVII fundaron en Lima la Cofradía cuatricentenaria, que funcionó hasta el año 1865, en que el gobierno peruano de turno la cerró y transfirió sus bienes a la Beneficencia de Lima Metropolitana, recuerdan.
Perú, Lima. La activación tiene como propósito festejar el Cuatricentenario con la edición de un libro conmemorativo, un foro histórico-cultural con la presencia de connotados miembros del mundo vasco latinoamericano, la siembra de un retoño del Gernikako Arbola y un homenaje a los mártires de la tragedia de Gernika, además de otros homenajes, señala John Bazán Aguilar, responsable de la revista limeña Oiga y uno de los impulsores del emprendimiento.
El grupo promotor proyecta también un homenaje póstumo al periodista peruano-vasco Francisco Igartua Rovira --quien diera dio los pasos iniciales para revivir la Cofradía de Lima-- en la forma de entrega de un Premio denominado con su nombre a quienes hayan destacado por su defensa del Estado de Derecho y los Valores Democráticos, que fueron las constantes de su vida profesional.
Este premio será discernido por un Jurado presidido por el pintor Fernando de Szyszlo, quien preside el Consejo Editorial de la Revista “Oiga” que fundara Igartua. Igartua, en el II Congreso Mundial de las Comunidades Vascas, dio a conocer un documento con la historia de la fundación de la Cofradía de Lima, cuyos Estatutos había sacado a la luz, los mismos que, señaló entonces, habían servido para la fundación de otras cofradías similares en otras partes del mundo donde existían comunidades vascas.
La mención de Igartua abrió el camino para que un dedicado grupo de sus amigos personales, y colaboradores, rescatara no solo su legado periodístico cultural sino también esta especial historia de la Cofradía de la Virgen de Arantzazu, que hoy revive al cabo de cuatrocientos años de silencio, concluye la nota remitida a la redacción de EuskalKultura.com.
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