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DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA

DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA
FRANCISCO IGARTUA CON DORIS GIBSON, PIEZA CLAVE EN LA FUNDACION DE OIGA, EN 1950 CONFUNDARIAN CARETAS.

«También la providencia fue bondadosa conmigo, al haberme permitido -poniendo a parte estos años que acabo de relatar- escribir siempre en periódicos de mi propiedad, sin atadura alguna, tomando los riesgos y las decisiones dictadas por mi conciencia en el tono en que se me iba la pluma, no siempre dentro de la mesura que tanto gusta a la gente limeña. Fundé Caretas y Oiga, aunque ésta tuvo un primer nacimiento en noviembre de 1948, ocasión en la que también conté con la ayuda decisiva de Doris Gibson, mi socia, mi colaboradora, mi compañera, mi sostén en Caretas, que apareció el año 50. Pero éste es asunto que he tocado ampliamente en un ensayo sobre la prensa revisteril que publiqué años atrás y que, quién sabe, reaparezca en esta edición con algunas enmiendas y añadiduras». FRANCISCO IGARTUA - «ANDANZAS DE UN PERIODISTA MÁS DE 50 AÑOS DE LUCHA EN EL PERÚ - OIGA 9 DE NOVIEMBRE DE 1992»

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«Cierra Oiga para no prostituir sus banderas, o sea sus ideales que fueron y son de los peruanos amantes de las libertades cívicas, de la democracia y de la tolerancia, aunque seamos intolerantes contra la corrupción, con el juego sucio de los gobernantes y de sus autoridades. El pecado de la revista, su pecado mayor, fue quien sabe ser intransigente con su verdad» FRANCISCO IGARTUA – «ADIÓS CON LA SATISFACCIÓN DE NO HABER CLAUDICADO», EDITORIAL «ADIÓS AMIGOS Y ENEMIGOS», OIGA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995

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LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU

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UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

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«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.» FRANCISCO IGARTUA - TEXTO SOMETIDO A LA APROBACION DE LA ASAMBLEA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD - VITORIA-GASTEIZ, 27 DE OCTUBRE DE 1999.

«Muchos más ejemplos del particularismo vasco, de la identidad euskaldun, se pueden extraer de la lectura de estos ajados documentos americanos, pero el espacio, tirano del periodismo, me obliga a concluir y lo hago con un reclamo cara al futuro. Identidad significa afirmación de lo propio y no agresión a la otredad, afirmación actualizada-repito actualizada- de tradiciones que enriquecen la salud de los pueblos y naciones y las pluralidades del ser humano. No se hace patria odiando a los otros, cerrándonos, sino integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad del ser vasco. Por ejemplo, asumiendo como propio -porque lo es- el pensamiento de las grandes personalidades vascas, incluido el de los que han sido reacios al Bizcaitarrismo como es el caso de Unamuno, Baroja, Maeztu, figuras universales y profundamente vascas, tanto que don Miguel se preciaba de serlo afirmando «y yo lo soy puro, por los dieciséis costados». Lo decía con el mismo espíritu con el que los vascos en 1612, comenzaban a reunirse en Euskaletxeak aquí en América» - FRANCISCO IGARTUA - AMERICA Y LAS EUSKALETXEAK - EUSKONEWS & MEDIA 72.ZBK 24-31 DE MARZO 2000

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lunes, 10 de febrero de 2014

Oiga

Las Cofradías de Arantzazu y los vascos de Lima

Prólogo, por Josu LEGARRETA BILBAO

LA IDEA QUE DIO ORIGEN A UN LIBRO
En recuerdo de Paco Igartua y Víctor Ortúzar


El haber conocido en los congresos mundiales de las colectividades vascas a ilustres personajes peruano-vascas me permite brindar un testimonio de reconocimiento a quienes con sus aportes han hecho posible este libro, que no solo traduce la historia de una Hermandad solidaria, como es la de Nuestra Señora de Arántzazu de Lima, sino además, como he tomado conocimiento, de la activa presencia de los vascos en las actividades productivas del Perú, de los siglos XVII en adelante.
En realidad no es para mi cosa nueva saber que la Hermandad peruana es una de las primeras fundadas por vascos en el nuevo mundo, lo cual corrigió mi error de considerar al promover la ley 8/1994 del gobierno vasco, y en los considerandos de la misma, que “el primer centro vasco de América es el de Montevideo, fundado en 1876”. De esto hace casi treinta años.
No soy historiador y era la información que tenía,  hasta que Francisco Igartua nos demostró lo contrario aportando el documento que reza así: “Por cuanto en la Congregación que tienen fundada los caballeros hijosdalgo que residen en esta Ciudad de los Reyes del Perú, naturales del Señorío de Bizkaia y Provincia de Gipuzkoa y descendientes de ellos, y los naturales de la Provincia de Alava, Reino de Navarra y de las cuatro villas de la costa de la Montaña... en el convento del Santo San Francisco de esta ciudad, en la capilla que tiene advocación el Santo Cristo y Nuestra Señora de Aránzazu, (Oñate), a quien se dio principio por los años 1612...”. Y prosigue: “Se trata de las nuevas ordenanzas que la “Ilustre Hermandad Vascongada de Nuestra Señora de Aránzazu aprueba el doce de abril de 1635, en la misma Ciudad de los Reyes, hoy conocida por Lima, con los siguientes miembros: 35 de Gipuzkoa, 49 de Bizkaia, 9 de Navarra, 7 de Alava y 5 de las cuatro villas de la Montaña, con la siguiente declaración: “Se ordena para mayor decoro de esta Congregación, que todos los que hubiesen de ser recibidos en ella sean originarios de las partes y lugares referidos...a fin de ejecutar entre sí y con los de su nación obras de socorro mutuo”.
Hoy debo agradecer una vez más esta aportación del gran periodista peruano-vasco, amigo y gran ser humano porque nos ayudó –a mí e incluso a los propios historiadores- a corregir y mejorar los conocimientos de la historia de la presencia vasca en el ámbito internacional: Eskerrik asko! Muchas gracias!
Llegué en mi rol oficial de contacto con el mundo vasco de ultramar a visitar la mayoría de los Centros Vascos del Mundo. Comprobé que algunos  estaban atravesando momentos económicamente difíciles y que no todos los vascos “habían hecho las Américas”. En dos encuentros internacionales celebrados en Argentina: Bahía Blanca (1989) y  Necoechea (1990) se analizó y trató de resolver esta realidad. En representación del Centro Vasco de Lima participaron los Sres. José Ma. Elejalde y Jon Kepa Guarrotxena.
La celebración de congresos de las colectividades vascas, dispuesta por la Ley 8/1994 ya anotada, permitió dar continuidad a esta tarea. El primero de estos Congresos se celebró en 1995. Tuve el honor de contar con la delegación de Perú compuesta por los señores Javier Celaya, Víctor Ortuzar, y Francisco (Paco) Igartua. Una de las primeras referencias de la ponencia de Paco, titulada “Euskadi y su imagen”, fue precisamente sobre esta ley. Sus palabras textuales fueron: “Otras voces más doctas que la mía tocaron y tocarán con amplitud este tema. Sólo me cabe decir que los vascos de ultramar debemos agradecer esta ley que nos incorpora a la sociedad de este país (País Vasco). Docta apreciación del amigo Paco: aun careciendo de competencias exteriores. Gracias a esta ley han quedado institucionalizadas las relaciones de Euskadi con los vascos que residen en otros países. 
Ha sido, por tanto, lo dicho y hablado en esos eventos lo que en esencia ha dado origen a este libro que nos lleva a la historia de la Hermandad vasca de Lima fundada en honor a Nuestra Señora de Arantzazu que siempre ha estado presente en el corazón de los vascos allí donde fueren. Felizmente, digo, su palabra no quedó en el olvido y sembrada en la fértil memoria de muchos de sus amigos nos ha llevado a sumar esfuerzos para que hoy conozcamos un poco más de esa histórica epopeya.
En este recorrido por la vida, creo que una de las satisfacciones es ver plasmadas en realidades muchas de las cosas que antes fueron sueños, esperanzas o simples charlas de café. Creo que realizar este libro importa mucho no solo en Lima, sino también en México, Buenos Aires, Santiago de Chile, Uruguay y en todo lugar donde un vasco inmigrante hace algunos siglos, y que necesita ser rescatado de algún modo para la posteridad.
Esta es la forma, creo, de hacer un aporte al mejor conocimiento de nuestras colectividades vascas y de sus propósitos, de su inserción con la modernidad y con los objetivos de nuestro tiempo. Y que conste, los vascos no son exclusivistas ni discriminantes; al contrario, somos partidarios de la solidaridad en todas sus formas. Ayer fue una hermandad, hoy es la comprensión global.
En este marco optimista, fruto de tantas batallas, positivas y negativas, creo que este libro es un gran aporte a la cultura vasca y de nuestro mundo. Mi corazón late en positivo, porque de un tiempo a esta parte, incluso ante recuerdos negativos, tengo la costumbre de exclamar, quizás con ironía, aunque sin animosidad dañina, la expresión “¡qué divino!” o “¡realidades humanas!”. Este trabajo se enmarca en lo primero.

                                                           Josu Legarreta

© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados © Fondo Editorial Revista Oiga, 2012 - © EUZKO ETXEA ARANTZAZU LIMA, 2012

Oiga








Moción presentada por Francisco Igartua, en el II Congreso Mundial de Colectividades Vascas, Vitoria Gasteiz, 27 de octubre de 1999

Señores y Señoras, o si se quiere al revés para no ser catalogado de vejestorio y de machista.

Aunque no me corresponde, quisiera que mi voz fuera la voz de todas las delegaciones que dan vida a este Segundo Congreso de la Diáspora Vasca, a las que invito a firmar la moción que se les ha alcanzado, moción de respaldo y aplauso al proceso de paz que se va desarrollando desde hace algún tiempo en Euskadi o Euskalerria, en la Patria de todos los vascos, y que esperamos culmine con la victoria de la paz, por muy largo que sea el tiempo que esta tarde y a pesar de los aleves obstáculos que se le han ido y se les irán poniendo.

Los delegados aquí presentes hemos llegado a Gasteiz satisfechos al ver a las fuerzas nacionalistas en un frente común y también con dos sentimientos encontrados, los dos vinculados a un mismo tema: el de la paz. Vemos con alegría, por un lado, que la voluntad de paz no ha decrecido en el conjunto de la sociedad vasca ni en el Gobierno de Euskadi y nos entristece, por otro, advertir que con frecuencia se cae en el juego de los provocadores que actúan desde el poder central, respondiéndoles a estos con infantil violencia callejera. Sin querer –es de suponerlo– las calles colaboran así con la provocación y resultan atentando también ellas, con irracional contra esa paz. Contra la paz, que es el supremo regalo que los cielos tienen reservado para los pueblos.

Esta es una apreciación hecha con la serenidad que la distancia y, gracias a nuestra Telebista, con algún conocimiento de los vaivenes del proceso de paz que se inicio en época del Lehendakari Ardanza y que hoy continúa bajo la tutela del Lehendakari Ibarretxe.

Desde el primer momento entendimos que la paz, necesariamente, tenía que ser producto no de la eliminación de una de las partes del conflicto sino de la conciliación entre todos los involucrados en el problema vasco, problema real, concreto, a pesar de todas las confusiones montadas por los enemigos de la diferenciación vasca, confusiones que han rodeado al problema desde muy antiguo y le siguen rodeando hoy.

Pero este punto, el de la indubitable identidad de lo vasco, es tema que tocare después.

Por ahora, pidiendo disculpas por la intromisión en asuntos internos de la política vasca que, sin embargo, no deja de ser familiar, para muchos de nosotros, centrare la atención en la necesaria conciliación entre adversarios como basamento cierto de una paz, que sea paz y no entreacto a la espera de otra guerra, tal como lo plantea la Declaración de Lizarra. El ejemplo que al respecto está dando Europa es concluyente.

Su unidad actual es producto del entierro de agravios centenarios, del olvido de cientos de millones de muertos y de destrucciones sin cuenta, de voltear y voltear paginas de crueldades horripilantes, con el convencimiento de que victorias y derrotas no han hecho otra cosa que abrir tumbas… Hoy, gracias a los múltiples perdones de una y otras, las naciones europeas han logrado unificarse con mucha mayor consistencia que en épocas medievales, cuando el latín era el idioma del continente y el ingles –la antigua lingua franca del mundo– estaba por nacer… Así, con cimientos viejos, meditados perdones de lo pasado y la mirada puesta en el futuro, esa Europa que nunca dejo de ser continente de pueblos más que de naciones ha logrado la solida paz con la que va naciendo el próximo milenio… ¿Por qué, por tanto, la paz de Euskadi tiene que construirse con la humillación de una de las partes del conflicto?... Actuar de semejante modo no es actuar con voluntad de paz sino de guerra.

No podrá haber paz si la prepotencia, la irracionalidad o la violencia –cualquier violencia, aun la que fuera justificada– se seguirán interponiendo al dialogo abierto en el que la sensatez, el realismo y la madurez histórica debieran ser la brújula para la conciliación de las discrepancias. No buscan la paz sino la guerra los que, desde el poder central, no admiten otra solución que la de ellos y se dedican a provocar a los vascos. Y tampoco tratan de encontrarla los que, delirantes, suponen que el agravio y la acción destemplada contra los otros puede generar algo que no sea acrecentar los odios y alimentar internas amarguras. No advierten estos que darse de cabezazos contra la pared no despierta el raciocino, lo entumece. Semejante actitud es pueril e infecunda, aparte de ilusa, inspirada en fantasiosas utopías. No es enriquecedora de nuestra identidad, de nuestra diferenciación. De una personalidad real, cierta, que viene ininterrumpida desde siglos atrás.

La identidad vasca no nace, como dicen los que la niegan, de un capricho o invención de unos señores bilbaínos casi contemporáneos nuestros. Si nada más que eso hubiera sido el sentimiento vasco de identidad ya habría desaparecido con el desarrollo de la modernidad. Y la verdad, lo estamos comprobando una vez más, con esta asamblea, no es como la personalidad, la diferenciación de los vascos, continua hoy tan robusta como cuando las tribus de Euskal Herria resolvían sus problemas bajo un árbol y constituyeron el reino de Navarra. Luego esa identidad se marco en Fueros y, en las lejanas tierras de América, en Cofradías –casi todas bajo la advocación de la virgen de Aranzazu; cofradías del siglo XVII que fueron el embrión de las actuales Euskaletxeas que nosotros representamos hoy en este Congreso.

También se dice entre los otros que el mestizaje borrara la identidad vasca. Pero la verdad es que, aparte de que los vascos nunca dejaron de mestizarse, esta es una tesis tan igual a la de quienes aseguraran que con la globalización se acabaran las naciones y hasta los gobiernos, dejando paso a la creencia de que los gobiernos del futuro serán los directorios de las empresas transnacionales… A lo que se podría añadir las posibilidad de que el mundo termine habitado por seres clonado, totalmente indiferenciados y, por lo mismo, absolutamente aburridos… quien sabe tanto como los angelitos del cielo.

Sin embargo, aunque no sea imposible que los hombres terminen que condenados a ese supremo aburrimiento, tan tétrico destino estaría todavía perdido en un futuro… Mientras tanto, gozan de buena salud las naciones y los pueblos que respetan su identidad y sus tradiciones, enriqueciendo con sus pluralidades al ser humano.

En tal afirmación de lo propio, de nuestra diferenciación, estamos comprometidos los vascos. Pero esa identidad vasca no se preservara con insensatos bombazos de replica a las provocaciones –aunque la perversidad de estas parecieran justificarlos–, ni agrediendo en las paredes de nuestras ciudades a la otredad. Nuestra identidad se hará mas fuerte afirmando los valores de lo vasco, no odiando a los otros, porque odiando solo se logra acrecentar odios y alimentar amarguras. Se hace patria no cerrándonos, integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad de los logros vascos. Por ejemplo, asumiendo como propio el pensamiento de las grandes personalidades vascas, aun las que sean divergentes a la opinión abertzale. ¿Es acaso inteligente despreciar el aporte a la vasquidad de personalidades universales como Unamuno, Baroja, Maeztu?... Y no se diga, por sus paradojales arbitrariedades –en todo caso muy euskaldunes–, que no era vasco quien como Unamuno se precio de serlo afirmando “y yo lo soy puro, por los dieciséis costados” y quien, mas tarde, al término de sus días terrenos, enfrentándose a Millán Astray, el bárbaro adalid de la soldadesca franquista, ratifico su condición de vasco, reaccionando “ante la afrenta personal que implica la repentina explosión de insultos a los vascos y catalanes” y respondiendo “Yo soy vasco. Nací en Bilbao… Don Miguel de Unamuno no replico con insultos a los insultos sino afirmando su identidad. Para mí, el maestro se comporto con valor de vasco y con inteligencia.

Muchas más divagaciones podríamos añadir a las aquí escritas, pero el tiempo es oro y mis palabras barro.

Concluiré comentando que la entrevista concedida el viernes a todos nosotros por calificados representantes de los tres partidos nacionalistas de Euskadi, me complacieron por ver, por fin juntos a los políticos vascos y orientados en una misma dirección de paz. Sin embargo, las clarísimas y brillantes exposiciones de los señores Otegi, Egibar y Larreina sobre la declaración de lizarra no hacen innecesarias la ardorosa invocación a la cordura de estas mis palabras con las que fundamenta la moción de respaldo y aplauso a quienes iniciaron y a quienes continúan el proceso de paz en el que todos los vascos del mundo estamos esperanzados.

Muchas gracias.

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Declaración Preliminar / Inicial

«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan al Gobierno de Euskadi en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado con acierto por el Lehendakari José Antonio Ardanza y continuado con decisión por el actual Lehendakari Juan José Ibarretxe.»
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Declaración Preliminar / Final

«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.»

Texto sometido a la aprobación de la Asamblea por el Sr. D. Francisco Igartua y la delegación peruana, y que fue aprobado por unanimidad - Vitoria-Gasteiz, 27 de octubre de 1999
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© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados © Pedro Oyanguren, 1999 – © Fondo Editorial Revista Oiga, 2012

viernes, 13 de diciembre de 2013

Oiga

EZKIOGA: UN LIBRO PARA PENSAR

Ezkioga
Un libro que está destinado a aclarar muchas incógnitas es el que acaba de publicar el teólogo Antonio María Artola Arbiza, de la Congregación Pasionista, con los auspicios de la Universidad del País Vasco, Universidad de San Martin de Porres de Perú y de los centros vascos Euzko Etxea Arantzazu de Lima y Euzko Etxea de Santiago de Chile.

El autor del libro “EZKIOGA”, en el 80 aniversario de la Pastoral de Mons. Mateo Mugica Urrestarazu, es el teólogo Antonio María Artola Arbiza, de la Congregación Pasionista, que este año conmemoro el primer centenario de la llegada de los primeros doce misioneros vascos al Perú.

La obra ha sido editada por el Fondo Editorial de la Revista Oiga, fundada por el destacado periodista de origen vasco Francisco Igartua Rovira fallecido tempranamente hace nueve años.

El Comité Editorial encargado de la publicación ha sido presidido por el Director Ejecutivo de Euzko Etxea Arantzazu de Lima, Jhon Bazán Aguilar, director del Fondo Editorial de la Revista Oiga.

El prologo ha sido preparado por el destacado historiador vasco doctor Oscar Álvarez Gila, que ha organizado la presentación del libro en la Feria Internacional de Durangoko 2013.

Este libro  pone al descubierto uno de esos hechos ignorados por casi todos los historiadores, sobre los acontecimientos religiosos que sucedieron  en los días mismos de la instauración de la República, en Ezkioga, localidad de la Provincia de Guipúzcoa, que  fue  la  primera  en  proclamar la República.

Se ha dicho, por ejemplo, que °las guerras civiles duran más de un siglo”; por eso la guerra del  1936-39 no cesa de estar presente. En ese contexto el  Arzobispo de Tarragona Jaume Pujol ha dicho: “Hay que hacer un estudio histórico sobre el papel de la Iglesia  en el Repúblicas, la Guerra Civil, y la dictadura  franquista”. En realidad, son pocos los que saben  realmente  como sucedieron los acontecimientos, cómo y  por que  surgió la cruzada.

El libro demuestra que la Virgen en Ezkioga  no favoreció a ningún grupo interesado en  cambiar el curso de los sucesos. Como 50 años después en  Medjurgorje, la Virgen no vino a pedir en Ezkioga más que oración.

Ezkioga es un evento mariano  extraordinario. Su mensaje da para más del  siglo que duran las guerras civiles. Su mensaje sobrepasa el siglo, y  sigue enseñando a los  hombres, que  el acto más elementalmente religioso, y eficaz, es la oración.


Fuente:


Euzko Etxea Arantzazu Lima.

La Tercera:

DE PERÚ A EUSKADI

Viaje por la memoria viva de un gudari


NEKANE LAUZIRIKA - Lunes, 9 de Diciembre de 2013

El reconocido periodista peruano Chema Salcedo con sus anfitriones vascos que han hecho posible que haya visitado y grabado todos los lugares por los que su aita pasó.
FRENTE a quienes pretenden que la memoria de la verdad quede enterrada junto a los cuerpos de quienes la defendieron, se alza la palabra y el espíritu de personas como el periodista Chema Salcedo, forzado al exilio a Perú y bienvenido de vuelta a Euskadi, que trae el macuto repleto con los escritos y la memoria de la verdad, pero sobre todo con los recuerdos imborrables de su padre gudari, encarcelado primero, perseguido después y definitivamente exiliado. Para Chema Salcedo la distancia no ha sido sinónimo de olvido y vuelve porque ni olvida ni desea olvidar, sino llevar a la memoria de todos lo que ocurrió a miles de vascos. De Euskadi a Perú, de Perú a Euskadi, en busca de las huellas de la memoria del gudari. Recorrer los caminos y pisar las huellas que marcó su aita es para Chema revivir a la inversa el tránsito forzoso que a muchos vascos les obligaron a realizar.

Con el paso de los años este reconocido periodista peruano se siente más vasco, a pesar de llevar prácticamente toda la vida en el país andino a donde le llevó su aita, gudari del batallón Irrintzi, tras pasar por distintas cárceles una vez concluida la Guerra Civil. "La biografía pesa más con la edad", sentencia. Su padre, fallecido el pasado año, vivía con él y "ambos éramos hinchas del Athletic de Bilbao".

Chema Salcedo ha permanecido en Euskadi una semana recorriendo los lugares donde discurrieron los primeros años de su vida, pero sobre todo aquellos por los que pasó su aita, José Salcedo, del Valle de Trapaga, antes de tener que emigra, donde un tío les esperaba con un trabajo para la familia.

DE EMOCIÓN EN EMOCIÓN

En Zorroza-Bilbao, en la casa donde nació

La maratoniana jornada comenzó siendo recibido en el aeropuerto de Loiu por un grupo de vascos conocidos a través de la red, que se han encargado de llevarle por todos los lugares de su infancia y por donde transcurrió la vida de su padre antes del exilio. Su llegada a Loiu no pudo ser más emotiva: una ikurriña y un txistulari dándole la bienvenida. Desde hace 20 no había vuelto a Euskal Herria. "En aquella ocasión vine con mi padre", recuerda emocionado Chema. Ahora sus amigos le han reunido con los gudaris, como José Moreno de Portugalete o con nietos de los que lucharon con su aita.

El viernes empezó el periplo por su casa de Zorroza-Bilbao (en el callejón del Tránsito, 7), ya desaparecida y donde ahora reside una colonia de gitanos, "preocupados por si reclamaba algo". Nada más lejos de la realidad. De allí partieron a Eibar después de pasar por Sabin Etxea, donde pudo ver documentos originales de su aita que le hicieron llorar de emoción. Todo esto sin olvidar su encuentro con el escritor Kirmen Uribe.

LA HISTORIA DE PRIMERA MANO

Memoria del Cinturón de Hierro, en Berango

A primeras horas de la mañana del sábado, Chema y el empresario vasco Aitor Bilbao de Emprebask Perú, que se abre camino con iniciativas en Perú junto al periodista Julio Flor, visitaron el museo Memorial del Cinturón de Hierro (1936-1937) de Berango. Como guía de excepción tuvieron al historiador Guillermo Tabernilla, presidente de la Asociación Sancho de Beurko y al concejal de Cultura de la localidad, que fueron detallando los 250 objetos de este coqueta pinacoteca muy poco conocida para vizcainos y vascos en general.

Situada a pocos minutos de la mítica línea defensiva que erigiera el Gobierno de Euzkadi en 1936-37, el Memorial del Cinturón de Hierro relata, a través de una escenografía clara y moderna, cómo y por qué fue construido, las características de sus fortificaciones y su conquista por las tropas franquistas. Días de intensos combates que decidieron la batalla por Bilbao. Chema no perdía detalle del relato, "porque le recordaba a lo que le había contado su padre".

SIN OLVIDAR TRAPAGARAN

Al cementerio de La Arboleda

En el barrio de la Escombrera, en Trapagaran (antes San Salvador del Valle), al periodista peruano le queda aún una prima, Itziar, que vive con su familia en un baserri. Hasta allí se desplazó con su comitiva Chema para volver a grabar en su retina la casa donde jugaba de pequeño. También fue obligada la visita al cementerio de La Arboleda, donde yacen los restos de los gudaris de Trapagaran que participaron en el batallón Irrintzi o que eran combatientes con José Salcedo cuando se alistó para defender al Gobierno de la República elegido por la ciudadanía.

Tras la emotiva visita al camposanto, Chema fue recibido por el alcalde de Trapagaran, Xabier Cuéllar, quien le hizo uno de los regalos más entrañables, unas publicaciones ilustradas con fotografías de gudaris del municipio, en las que aparece el aita del periodista.

Aquí no terminaron las sorpresas para el escritor. Hasta Trapagaran se acercaron, algunos desde Gasteiz, los nietos de los gudaris amigos del aita de Chema, del Horno; de Arruabarrena, Heraclio Otaola, Anacleto Nubla, de Iñaki Pedrosa.

El periodista estaba cumpliendo así uno de los mitos de su infancia, recuperar el Valle de Trapaga y otro, rescatar la Guerra Civil. Todos sus encuentros, entrevistas, visitas a los museos... iban grabándose por dos cámaras. "Tuve la suerte de que al morir mi padre, el pasado año, me dejara una especie de diario donde fue plasmando en sus cuartillas todos los avatares de su longeva y azarosa vida. Esto me ha dado pie para realizar este documental y tal vez un libro", se sincera. "Es un viaje contado por un gudari del batallón Irrintzi que desde la distancia se sentía nacionalista de corazón, como su amoma se lo inculcó; que veía ETB y votaba para los de aquí", se emociona al relatarlo. "Fue tanto el amor a su patria que cuando murió -en diciembre de 2012- había dado orden a la mujer que le cuidaba que tapara su ataúd con una ikurriña. Al no encontrarla la mujer compró las telas y la hizo como homenaje a mi aita. Fue enterrado con su bandera. Cumplimos sus deseos".

EN LA VILLA DE PORTUGALETE

Con el gudari José Moreno

Para el documental que está preparando este prestigioso periodista no podía faltar un encuentro en Portugalete con el admirable José Moreno, gudari del 36, que con su memoria privilegiada hizo las delicias de Chema y de todos los que le acompañaban. Moreno les relató de seguro historias de la incívica guerra, que como suele denunciar todavía no han recibido petición de perdón por parte de ninguna autoridad estatal, ni mucho menos por los descendientes de la masacre, que ahora habitan casi todos en el PP.

ANTES DE PARTIR A Perú

A Donostia y Nafarroa

El lunes, Chema Salcedo lo dedicaría a visitar otros territorios como Donostia y también Ainhoa en Nafarroa. "Un poco de turismo", porque para el martes, antes de irse el miércoles, tenía previsto entrevistarse con algunos empresarios vascos que conforman Empresbask y que quieren internacionalizar sus empresas. "La marca España es muy negativa para nosotros los vascos, tanto en Perú como en otros países de América Latina; por eso tenemos que aunar esfuerzos y la reputación de Chema Salcedo puede ayudarnos", remacha Aitor Bilbao.

Fuente:  Deia

jueves, 15 de agosto de 2013

LA TERCERA

EZKIOGA Y LA IGLESIA

        I.  LA APARICIÓN FUNDANTE
La historia de las apariciones de Ezkioga tiene no pocas  cosas singulares. La primera de ellas es la atención mínima que los autores conceden al fenómeno de los comienzos. Los medios de comunicación se interesaron muy pronto de los hechos extraordinarios y más aparatosos, y dejaron en la penumbra, si  no en la oscuridad más completa, la historia de los comienzos. No se dan ni los  nombres de los primeros videntes. Las informaciones eclesiásticas no dan  su nombre, y las edades las ponen equivocadas. Nunca aparece en  un documento eclesiástico español  el nombre  de los primeros videntes Ni siquiera en las  encuestas a que han sido sometidos  recientemente los testigos de los sucesos de Ezkioga, se han ocupado de interrogar a los hermanos  Bereciartúa. De las apariciones parece que en la actualidad  solo interesa el   aspecto social de lo religioso de tales eventos. Esta es la razón por la cual la historia de los orígenes esté tan envuelta en la  oscuridad. Sin  pretender ser exhaustivos vamos a ofrecer en este trabajo los datos que hemos  podido rescatar sobre los hechos fundantes de Ezkioga, a base de unas sumarias encuestas realizadas en varias visitas a los testigos de los dos niños, en Zumárraga[1]

1.     Los "primeros" y los "segundos videntes"
Hay un hecho comprobado por los que se han interesado por Ezkioga, y es  que en Ezkioga hubo dos grupos de visionarios de condiciones esencialmente  diferentes: los videntes primeros y los posteriores[2].  Gaëtan de Bernoville que visitó Ezkioga en la segunda mitad de  julio de 1931[3], cuando aún  no se había producido la falsa estigmatización de   Ramona Olazabal,  distinguió en el fenómeno colectivo de Ezkioga, tres grupos. El primero estaba formado por  los hermanos Bereciartúa, por los cuales sintió una verdadera admiración  y respeto[4]. En el segundo  grupo estaban los sinceros-fanáticos[5]. En el tercero, los simuladores[6].  Esta lúcida división de los protagonistas del fenómeno visionario grupal  del Ezkioga, continuó más  o menos igual hasta el final del ciclo.  De este triple grupo, con un conocimiento más exacto de los resultados y de las causa del fenómeno de Ezkioga, en la actualidad se prefiere hablar de solo dos grupos. Este estado de cosas plantea crudamente el problema de la siguiente manera. ¿Qué es lo que sucedió en los primeros tiempos de Ezkioga? ¿Qué evolución tuvieron aquellos hechos primeros? ¿Cómo surgió el fenómeno del  grupo segundo de videntes? El problema del discernimiento de la verdad de Ezkioga está en determinar qué fue lo que pasó en los primeros días. Tanto más  interesante es este et aspecto cuanto que tal momento fundante nunca fue analizado en los diversos procesos eclesiásticos a que fue sometido  el caso de Ezkioga. En este epilogo se  tratará de resumir los actos  más característicos de este momento verdaderamente fundante de los  hechos de Ezkioga. Este  hecho, tan seriamente documentado, plantea la siguiente pregunta: ¿cómo se realizaron las primeras visiones y cómo surgió el fenómeno de los continuadores?

2.-    El ambiente
El Dr. Christian he reconstruido maravillosamente el contexto político-religioso en que sucedieron  los episodios de Ezkioga, lo mismo en España que en el País Vasco. Pero igualmente importante es  reconstruir  el microclima espiritual que preparó el advenimiento de las apariciones. Dos realidades  intervienen en forma notable en la ambientación religiosas  de las apariciones: el santuario de la Antigua en la vecina población de Zumárraga, y  su Párroco D. Antonio Amundaráin[7]. En efecto, Ezkioga estaba, religiosamente e,  bajo la influencia muy cercana del Santuario de la Antigua  de Zumárraga, considerada como   “la catedral de las ermitas de Guipúzcoa” [8].Su vida civil, tanto en lo  comercial como en lo administrativo, giraba en torno a Zumárraga. En cuanto a la ambientación religiosa,  en los días de la aparición,  el clima  espiritual de la zona de Zumárraga estaba fuertemente te influida por la  solemne novena en honor de la Patrona, que se desarrolló en los días 24 de junio al 2 de julio, fiesta de la Antigua. El último día de la novena y fiesta de la Virgen de la Antigua, tuvo D. Antonio el primer encuentro con los videntes y su aparición. Desde D. Antonio fue el más influyente animador del movimiento religioso  surgido de las apariciones.
Dos días antes del comienzo de la  novena  tuvo lugar un suceso tenido como milagroso que, en algún modo, se anticipó a las apariciones marianas que comenzaron el 30 del mismo mes. Se trata del caso sorprendente de Ignacio Galdós, el cual el de junio,  experimentó una prodigiosa ayuda de parte de la Virgen[9]. Por otra parte, el ambiente político aparecía grandemente enrarecido por el advenimiento de la II República el 14 de abril de aquel año, y la celebración de las elecciones a la Asamblea Constituyente[10], en la misma víspera del 30 de junio. En la política  local trabajaba con  ardor el  Partido Nacionalista Vasco, en su pretensión de conseguir la aprobación del Estatuto de Autonomía.

II. LOS PROTAGONISTAS
Los protagonistas de la aparición fundante  fueron  los hermanos Antonia y Andrés Bereciartúa. Antonia nació el 18 de enero de l920 en Ezkioga. Andrés nació el 23 de mayo de 1924,  también en Ezkioga. La educación religiosa que ambos hermanos recibieron en su niñez  se puede reconstruir por la manera como la maestra de Ezkioga -Manuela  Lasa- organizaba sus clases. Se empezaba el día con una oración. Se practicaba el mes de mayo con flores y plegarias. Los sábados se rezaba el santo rosario. Un crucifijo y una estatua de la Virgen presidían el aula[11]. Todo ello cambió con el advenimiento de la República[12].Este ambiente escolar junto con la asistencia a la misa dominical,  y las funciones de la iglesia parroquial de Santa Lucía marcaron la personalidad religiosa de los futuros videntes.
Antonia hizo su primera comunión, con su hermano Andrés, el mismo año de las apariciones, en 1931[13]. Andrés nació el 23 de mayo de 1924 en Ezkioga. En los primeros días siguió en todo los gestos de su hermana.  Creyó que la gente que tenía visiones era como ellos y se adaptó. Se le vio con frecuencia poner a los pies de la Virgen las flores y los objetos que los  devotos traían al tablado[14]. Su aspecto se mostraba en las apariciones, como transfigurado[15].
WAC, Las Visiones de Ezkioga,
Antonia fue la primera en tener la visión del 30 de junio. Ella será -en la primera etapa de las visiones-  la protagonista principal  de  los sucesos de Ezkioga. La condición de vidente  fue para ella una misión dura de cumplir. La primera reacción contraria surgió en su propia casa. La mentalidad eibarresa de su padre reaccionó    primero con un escepticismo agresivo[16]. Aquel brote religioso en su propia casa no gustó nada a José Bereciartúa. Mucho menos que algunos curas empezaran a merodear en torno a su casa para saber cosas de los niños, y dirigir rezos. Conforme aumentaba la afluencia de curiosos, el  escepticismo cambió en cólera. No solo hubo palabras duras y amenazas para con sus dos hijos, sino que frecuentemente Antonia fue objeto de  fuertes  azotes con  el  cinto, cuando los niños hablaban de la Virgen o iban al sitio de las apariciones. Se ensañaba especialmente en Antonia, a quien creía era la responsable principal de todo el enredo. Cuando Andrés le veía  llorar a causa de los malos tratos le consolaba diciendo:"¡Con las cosas tan hermosas como  has visto ¿todavía lloras?!". El día 4 de julio  secuestró a los niños llevándolos a un lugar desconocido.  Estas circunstancias dolorosas  tuvieron su parte positiva en todo el drama de Ezkioga sufrido en Basterreche. Nadie pudo tachar a la família  de ningún asomo de interés de  lucro o beneficio[17] en el asunto de las apariciones[18]. Según tradición local, al comienzo de las aglomeraciones, cerró su taberna, para no aparecer como favorecedor  de los sucesos.
Cuando el día 4 empezó a crecer la afluencia de la gente, los niños desparecieron. Corrió la voz de que, sometidos a un estrés peligroso, habían sido recluidos en su casa. Otros decían  que los niños se habían ausentado[19].
Como se ha indicado ya, la Virgen no habló nunca a los primeros videntes[20]. Todo el tiempo  de las apariciones, los dos niños mantuvieron esa característica. Los primeros videntes  nunca entraron ni en éxtasis ni en trance, pero quedaban  como transfigurados[21]. Incluso en el estruendo   propio de un ambiente de  agitación de los días posteriores, cuando se multiplicaron los videntes, y la agitación  dominaba en la campa, los niños mantenían su aspecto de recogimiento profundo de sus propias visiones[22]. Los hermanos Bereciartúa no hicieron otra cosa que secundar los impulsos interiores inducidos por la Virgen para  inducir también  ellos  a la gente a orar. Así se convirtieron en los verdaderos promotores de la oración en masa en Ezkioga[23]. Luego, el ambiente de intensa espiritualidad creado por el rezo del rosario favoreció la onda  expansiva de lo maravilloso.

III. LA PRIMERA SEMANA
Las apariciones de Ezkioga tuvieron un origen muy  humilde y sencillo en el marco de las fiestas de San Pedro en el barrio de Santa Lucía. Hubo dos días seguidos de fiesta: el sábado 29, San Pedro, y el 30, domingo. Los videntes eran los hijos del tabernero, y cuando refirieron su experiencia aparicional, todo el mundo se enteró de  la noticia. El bar resultó  el mejor altavoz para propagar  la noticia.
La primera aparición tuvo lugar de la siguiente menara. A la hora del Ángelus[24] del 30 de junio de 1931  día de S. Marcial[25], la niña Antonia Bereciartúa –de 11 años- bajaba del caserío Igarzábal-Erdi[26] hacia su casa, llevando, una marmita llena de leche[27]. Al llegar al lugar en que su sendero cruza con el que va del caserío Basterreche hacia la vecina fuente, se encuentra con su hermanito Andrés[28]. Con una jarra en la mano se dirige a la fuente[29]. Al llegar al lugar en que su sendero cruza con el que va del caserío Basterreche hacia la vecina fuente, se encuentra con su hermanito Andrés[30]. Con una jarra en la mano se dirige a la fuente[31]. En aquel momento pasaba también por el mismo lugar Felipa Aramburu[32], que va a Basterreche a comprar cerillas para encender el fuego del hogar al día siguiente. En este momento, Antonia  se para y se sienta sobre la marmita de leche[33]. De pronto  en unos robles cercanos ve a la Virgen[34]. Volviendo la cara inmediatamente hacia su hermano le dice en vascuence:” ¡Mira la Virgen!”. Entonces Andrés vuelve la cabeza y la ve también. Los dos hermanitos se arrodillan inmediatamente, y rezan juntos el «Ave María»[35]. De los tres niños que están en el lugar sólo Felipa es la que no ve a la Virgen. Mientras Antonia y Andrés rezan, la Virgen les mira sonriendo. Terminado el rezo desaparece la visión. La Virgen iba vestida de blanco y cubierta de manto negro. Tenía corona semicircular luminosa. Llevaba en el brazo izquierdo al Niño Jesús, vestido de blanco, y en la mano derecha una cosa que parecía un pañuelo.  Nunca tuvieron un éxtasis. Tampoco les habló la Virgen. Sólo sintieron un atractivo espiritual fuerte en su interior que les invitaba a rezar. Llegados a casa hablan de su experiencia con el hermano mayor, de 16 años el cual no les cree. Tampoco les creen los padres. La casa tiene una taberna, y la gente allá presente en la noche plácida de la fiesta, les sigue con curiosidad al lugar de la aparición. Según  versión  local,  salen otra vez los dos hermanos al lugar de la aparición, y ven de nuevo a la Virgen. Aquel  día era el séptimo de la Novena de la Antigua, domingo, día 30 de junio de 1931.
Los  hermanos Bereciartúa regresan a su casa, mientras Felipa cuenta lo sucedido a su hermana Primitiva. Ambas vivían en el caserío Celaeta muy cercano a Basterreche. Primitiva lo refirió a Antonia Echezarreta,  del caserío Sagastizábal cercano a Basterreche. La muchacha  procuraba la leche a la Parroquia de Zumárraga[36]. Al bajar el lunes 1 de julio a Santa Lucía, Antonia  Echezarreta ve a la vidente Antonia delante de la escuela. La toma de la mano y la lleva consigo a Zumárraga a la casa parroquial. Presenta la niña a D. José Lasa, el cual no da mayor crédito a lo que dice Antonia.
Aunque nadie les hace caso, los niños creen firmemente, y al día siguiente –1 de julio- vuelven al robledal, poco después del Ángelus. De nuevo se aparece la Virgen, La ven sola, sin el Niño. Se acercan a ella corriendo. Cuando tocan el roble desaparece la visión.
Al día siguiente,  2 de julio, era la fiesta de la Antigua, y último día de la novena. El  Párroco D. Antonio Amundaráin quiere informarse de todo lo  sucedido, y en la misma mañana de la fiesta de la Antigua, oye de boca de Antonia Echezarreta el relato de los sucesos. Ese mismo día, por la tarde el Párroco y uno de los  coadjutores de Zumárraga se dirigen a Santa Lucía para hacerse cargo de lo que en realidad sucede en Anduaga. Se encaminan  al robledal, pero tienen la sorpresa de que este día los niños no ven nada. Los dos hermanitos  se retiran a su casa contrariados. El coadjutor también se va. El párroco se queda un poco más. En esto, la niña vuelve al lugar de la aparición y  ve de nuevo a la Virgen. El párroco invita prudentemente a Andresito a que le acompañe hasta la colina; el niño exige como condición, que los dos han de ir rezando. Cuando van acercándose a los arboles de la aparición  también el niño comienza a ver y dice: «La Virgen ahora tiene las manos juntas y reza con nosotros». Doce labradores acompañan al grupo formado por los dos niños y el Párroco. El día 3 los niños ven de nuevo a la Virgen en presencia del párroco y un coadjutor. Piden al capellán de Zumárraga[37] que rece el rosario en voz alta y así se inicia  una práctica que se repetirá luego todos los días. En este cuarto día las apariciones, el 3 de julio, se constituye lo nuclear de lo que será Ezkioga. Se completa ciclo de la aparición fundante.
Esta visita del Párroco excita la cólera del padre de los niños. Lo último que podía ocurrir a un eibarrés de educación era  tener  unos hijos videntes,  y recibir la visita de un cura en casa. Aumentan  los malos tratos a los niños y cierra su taberna a los que vienen a visitar el lugar de las apariciones.
El día 4  hay un salto cualitativo en las apariciones. La afluencia aumenta  notablemente. Hay ya más de 500 personas[38]. Constituido lo  nuclear de Ezkioga, comienza su onda expansiva. En ese día comienzan los nuevos videntes. Cuatro personas  más tienen visiones en ese día. Y, por primera vez hay un milagro de conversión[39].Fue la última vez que estuvieron los niños presentes en Basterreche al atardecer. Había corrido el rumor de que por temor a que los niños  enfermasen los niños los alejaron   unos días  del lugar de las apariciones hasta la tarde del 7[40].
Los días 5 y 6 se reúne la gente sin la presencia de los niños. Nadie ocupa su lugar de videntes. Se reza simplemente el santo rosario
El domingo 7 fue especial. Habían aparecido por la mañana las primeras informaciones de la prensa, y aquella tarde la afluencia fue numerosa. Hay alarma entre los devotos pues temen no estén los  niños presentes en la aparición. Pero a la hora habitual  se presentan ante la gente, con  la agradable sorpresa  de todos.  Los  sacerdotes y el Dr. Aranzadi, médico, iban a dar a la gente una justificación de la ausencia, pero inesperadamente  los niños aparecieron con gran naturalidad. Antes de salir para la visión, varios médicos, entre ellos, el mismo Dr. Asuero, vieron a la niña y la reconocieron detenidamente, declarando que nada anormal se observaba en su salud. Llegada la hora, la niña salió acompañada de los citados médicos, del Alcalde y del Secretario de Ezkioga, y subió  la pendiente. La gente estaba ya rezando el Rosario. Fue el día en que  sometieron a los niños a una prueba de veracidad. A la niña la dejaron en el robledal. Al niño se lo llevaron a la otra falda del monte. La visión empezó  a las ocho y cuarto. Duró el tiempo del Rosario. Terminado el  rezo, desapareció también la visión. A cada uno de los videntes le acompañaba un sacerdote. Al final de la aparición, cada uno de los sacerdotes escuchó de labios de los dos hermanos, una relación completamente coincidente[41]. Del contendido de la visión, la niña declaró que seguía viendo a la Virgen Dolorosa. Dio detalles  sobre el manto negro,  sobre la corona  que ceñía su cabeza, y de su aspecto, ora  risueño triste.  La visión duró el rezo del Rosario.
Desde esta fecha la información  fue continua y abundante, con lo cual los hechos de Ezkioga alcanzaron una actualidad extraordinaria, y la presencia de devotos y turistas alcanzó proporciones extraordinarias[42].

IV.- EL REZO DEL ROSARIO
Lo esencial del mensaje de la Virgen consistió en la invitación a rezar. Esta sencilla piedad despertó en la gente piadosa una respuesta orante, que resultó verdaderamente contagiosa. El rezo informal de los primeros días cedió el lugar  a una forma regulada de plegaria que fue el rosario. Los niños de Ezkioga no eran capaces de rezarlo. Entonces la gente piadosa que se reunía en torno a los niños suplicó a uno de los sacerdotes  presentes a la aparición, dirigiera él mismo el rosario[43]. Fue el 3 de julio, día siguiente a la fiesta solemne de la Antigua de Zumárraga. Fue  masiva la participación  de la gente en la oración. Hasta el final de las apariciones por intervención formal de la Jerarquía, se rezó el rosario. Era el acto central que preparaba y envolvía a las apariciones. Así lo decía  D. Antonio Amundaráin en su artículo del 28 de julio[44]. El rezo  concreto del rosario se debió a que la  gente  quería rezarlo y que pidió al capellán de Zumárraga  lo dirigiera. Lo nuevo que comenzó el 3 de julio fue  la forma de la oración querida por la Virgen, concretada en el rezo del rosario mariano desde ese día, hasta que la autoridad  eclesiástica prohibió los actos públicos de Ezkioga.  En un principio se reunían los devotos a la hora del Ángelus. Lugo se señaló para el comienzo de acto las 20,00 solares. El largo crepúsculo del mes de julio, otorgaba al acto un encanto singular. Comenzaba con la procesión diaria a las 20,15. Partía de las proximidades del caserío Basterreche,  cerca de la carretera y  continuaba hasta el lugar de las apariciones[45]. La procesión estaba precedida por los primeros  videntes  que salían con velas en las manos, (como Bernadette en Lourdes)  seguidos de los fieles devotos. El quinto misterio y las letanías, se rezaban    con  los brazos en cruz. Se cerraba el acto mariano con el  “Agur, Jesusen Ama”  (Salve Madre de Jesús). El  rosario recibió algunos retoques más de Antonio Amundaráin, como la añadidura del rezo de las siete avemarías a la Virgen Dolorosa, al final. Este solemne rezo del rosario causaba por su seriedad y el fervor, unos efectos impresionantes. Los videntes interrumpían con frecuencia el rezo con espontáneas exclamaciones, que enardecían al devoto público creándose una maravillosa interacción entre el pueblo, los sacerdotes que dirigían el rezo, y los videntes que lanzaban al aire sus  gritos de oración. El efecto era como de un oleaje espiritual indescriptible, como si se sumergiera en un océano místico. Lo dirigía en un  principio,  el clero de Zumárraga. En los casos de aglomeración la dirigían generalmente dos.  Algunos días, cuando la afluencia era mayor, no bastaban los dos sacerdotes para dirigir el rezo de modo que su voz llegara a  la muchedumbre de devotos. Así se dio el caso frecuente de que un coro de diez sacerdotes de voz sonora rezaran el avemaría al cual  repondrá la masa humana como un rumor denso de fervor de, cuyo eco que se podía oír desde el alto de Gabiria, en la parte opuesta a Ezkioga.  En suma, una plegaria colectiva que, en su  grandiosa sencillez arrebataba el alma. Muchos  escépticos pensaban  que, independientemente de la veracidad de los hechos, esa plegaria colectiva compensaba la incertidumbre sobre el origen dudoso del fenómeno que lo provocaba. Los efectos del rezo eran impresionantes. No hubo en Ezkioga ni misas, ni rezo de salmos, o plegarias litúrgicas. Solo el rosario, en el  atardecer, en  campo abierto. Durante aquel inmenso clamor de la muchedumbre electrizada, tenía lugar las apariciones.  Los partes que enviaban los corresponsales de la prensa tenían acentos de profunda emoción cuando describían el rezo diario del rosario en Ezkioga
Sacerdotes el acceso a Ezkioga, el rezo del rosario, fue el  acto religioso de  Ezkioga, por excelencia. Este rezo recibió muy pronto una forma fija. Junto al rezo del rosario en masa a horas fijas surgieron iniciativas de gente que se ocupaba también en rezar por grupo.  Comenzaba con la procesión diaria a las 20,15. Partía de las  proximidades del caserío Basterreche,  cerca de la carretera y  continuaba hasta el lugar de las apariciones[46]. La procesión estaba precedida por los primeros  videntes  que salían con  velas en las manos, (como Bernadette en Lourdes)  seguidos de los fieles devotos. El quinto misterio y las letanías, se rezaban    con  los brazos en cruz. Se cerraba el acto mariano con el “Agur, Jesusen Ama”  (Salve Madre de Jesús). El  rosario recibió algunos retoques más de Antonio Amundaráin, como la añadidura del rezo de las siete avemarías a la Virgen Dolorosa, al final. Este solemne rezo del rosario causaba por su seriedad y el fervor, unos efectos impresionantes. Los videntes interrumpían con frecuencia el rezo  con espontáneas exclamaciones, que enardecían al devoto público creándose una maravillosa interacción entre el pueblo, los sacerdotes que dirigían el rezo, y los videntes que lanzaban al aire sus  gritos de oración. El efecto era como de  un oleaje espiritual indescriptible, como si se sumergiera en un océano místico. Lo dirigía en un principio,  el clero de Zumárraga. En los casos de aglomeración la dirigían generalmente dos sacerdotes.  Algunos días, cuando la afluencia era mayor, no bastaban los dos sacerdotes para dirigir el rezo de modo que su voz llegara a la muchedumbre de devotos. Así se dio el caso frecuente de que un coro de diez sacerdotes de voz sonora rezaran el avemaría al cual  responderá la masa humana como un rumor denso de fervor de, cuyo eco que se podía oír desde el alto de Gabiria, en la parte opuesta a Ezkioga.  En suma, una plegaria colectiva que, en su  grandiosa sencillez arrebataba el alma. Muchos escépticos pensaban que, independientemente de la veracidad de los hechos, esa plegaria colectiva compensaba la incertidumbre sobre el origen dudoso   del fenómeno que lo provocaba.  Los efectos del rezo eran impresionantes. No hubo en Ezkioga ni misas, ni rezo de salmos, o plegarias litúrgicas. Solo el rosario, en el  atardecer, en campo abierto. Durante aquel inmenso clamor de la muchedumbre electrizada, tenía lugar las apariciones. Los partes que enviaban los corresponsales de la prensa tenían acentos de profunda emoción cuando describían el rosario que se rezaba todas las noches en Ezkioga.

V.-. LAS DESVIACIONES
La aparición del 30 de junio coincidió con tiempo de suma  exaltación político-religiosa en España. La brusca irrupción de la II República planteaba un angustioso problema  de fe. En  este momento llegan las apariciones de Ezkioga. Parecía una providencial  intervención divina  que daba sentido a cuanto acontecía en la nación. Pero la Virgen en Ezkioga no dio ningún  mensaje  verbal  que pudiera interpretarse como una respuesta a los acontecimientos. Se limitó  a dejarse ver como Dolorosa, induciendo a los niños  a rezar. Era el lenguaje más a propósito para afrontar la situación desde la oración colectiva. La multitud que acudió  numerosa y presurosa a orar en el lugar de las apariciones,  entendió claramente el lenguaje de la Virgen. Pero había mucho interés en que la Virgen dejara oír su voz y  rompiera a hablar  en una manera más sensacional. El primer interés fue de tipo religioso. El modelo más llamativo de las apariciones marianas era, a la sazón, Lourdes. Entonces se pensó que, en Ezkioga, todo debía suceder como en el santuario de Massabielle. Muy pronto se copió aquel modelo. Lo primero que se imitó fue la procesión al lugar de las apariciones. Los niños debían presentarse en el santo lugar como Bernardita, con un cirio encendido en la mano[47]. Pero, sobre todo, el modelo de Lourdes  empezó a aplicarse en cuanto la presencia de los milagros. Efectivamente, en  la novena aparición  brotó milagrosamente una fuente de agua en la gruta. Se pensaba que en Ezkioga tenía que suceder algo parecido. Pero Ezkioga no era Lourdes. Los problemas de la España del 1931 no eran los mismos de la Francia  de Lourdes  en 1858. Ezkioga tenía su propia dinámica, y este intento de asimilación entre  los dos lugares marianos resultó fatal. Ezkioga era una chispa en un campo de hojas secas. No era una llama de candela que se había de propagar lentamente en el curso de los decenios siguientes. Era  una irrupción espiritual que se había de expandir rápidamente  a modo de una onda de expansión veloz. Efectivamente, las cosas de Ezkioga tuvieron un ritmo de expansión muy rápido, ya el quinto día, 4 de julio.  Aquel día los niños fueron secuestrados  por su padre. A la hora del rosario, otros 4  niños tuvieron su visión como los primeros videntes[48]. Otro suceso prodigioso que tuvo lugar el mismo día 4  fue  la  conversión  fulminante del taxista de Beasáin Ignacioa Aguado[49]. Se trataba de unas intervenciones  marianas  rápidas e instantáneas que dejaron  cambiadas a las personas afectadas. A las visiones de los primeros videntes sucedieron las locuciones, al día siguiente de la conversión del taxista[50]. La onda expansiva de Ezkioga estaba  en acción. El día 7 que cerraba la primera semana de las apariciones comenzaron los éxtasis de conversión con el caso espectacular de Patxi Goicoechea[51]. El 8 de julio  sucedió  la conversión  de Xanti de Gabiria[52], el 12 de julio se multiplicaron las visiones, tuvieron lugar  la  experiencia de Antonio Cabezón[53],  obrero de Beasáin[54].En  este ambiente saltó la conexión  de las visiones con la política. La primera que señaló esta faceta fue María Dolores Núñez (Lolita), el 12 de julio 1931[55].En sus visiones gritaba que al Virgen salvara a España[56]. Fue  el detonante de la utilización política de Ezkioga. Allí fue donde se oyó por, primera vez de boca  de Patxi,  la consigna:"Hay que derrocar la República"[57]. El rezo del rosario en masa fue también la ocasión  del fenómeno de las preguntas a la Virgen formuladas por los devotos[58]. Pero los  hechos milagrosos de conversión no fueron considerados como milagros y surgió el afán sensacionalista de los milagros al estilo de  Lourdes, que certificaran la aparición. Entonces  se encendió la fiebre de los milagros sensacionalistas. Desde mediados de julio de 1931 el tema del milagro era una obsesión que había  ganado a todo el público ezkioguista. Desde los periodistas hasta la gente más sencilla, pasando por el clero, una respuesta clara y terminante a lo que estaba pasando en  Ezkioga era la intervención de la Virgen por medio de un milagro.
Ninguno de los sucesos que hemos llamado extraordinarios satisfizo completamente esta ansia, y siempre se exigían cosas más aparatosas. Fue  entonces cuando se constituyó  en el mismo caserío Basterreche  una comisión  de control e los milagros. En este tiempo llegó a Ezkioga el futuro académico de Francia D. Gaëtan de Bernoville. Este autor es el que realizó el diagnóstico mejor de lo que sucedía en Ezkioga[59].
En una forma parecida  pero más estricta, al final del mes de julio D. Antonio hizo una primera evaluación  de lo que pasaba en Ezkioga en un texto firmado por La Comisión Eclesiástica. Un hecho de la mayor importancia para la historia de Ezkioga fue la publicación de un comunicado, sin firma, del Párroco de Zumárraga el 28 de julio de 1931, en el periódico donostiarra El Día publicó, con el título "Sobre los Hechos de Ezkioga". Cuando apareció esta declaración anónima, Ezkioga estaba ya en plena efervescencia. En cuanto a los milagros  afirmaba que los hechos milagrosos  analizados hasta entonces   ofrecían  sólo  “una  tenue probabilidad”. Al mismo tiempo Afirma rotundamente que no se cuenta con ninguna aprobación de la Iglesia. Sobre esta firme base, condena toda venta y comercio de objetos piadosos referentes a Ezkioga. Reprueba con energía todas las actuaciones reprobables que han tenido lugar  al amparo de la noche en las cercanías de la campa
El hecho central y más característico en que se fija la atención del Sr. Párroco es el rezo del santo rosario. Para que este acto central tenga toda su fuerza espiritual, insiste en el valor de la piedad y el silencio que debe rodear a dicho acto de culto mariano. Termina el documento con una declaración enérgica sobe la finalidad suprema que debe dirigir todo lo concerniente al culto tributado a la Virgen en Ezkioga: la gloria de  Dios
Ese es el documento más positivo sobe Ezkioga, el más matizado y prudente. En una palabra, una declaración de un testigo de lo que en realidad acontece en la campa de Anduaga. No obstante la seriedad y el tono digno del comunicado, la autoridad diocesana publicó el mismo día y en el mismo periódico una declaración en la que se negaba la existencia de una “comisión oficial". Esta nota  desautorizaba claramente al mentor de las aperciones. Por eso la nota del Vicario General señaló el fin del control local del Párroco y el paso a las intervenciones primeras de la autoridad diocesana. Desde el 28 julio  el Obispado de Vitoria asumió, D. Antonio optó por dejar en otras manos  el control de Ezkioga. Aflojado de este modo el control de la autoridad parroquial en Ezkioga, se creó pronto un  vacío de liderazgo eclesiástico, que fue inmediatamente ocupado por  los promotores.
Los promotores
El vacío del control eclesiástico local lo colmaron los llamados promotores, la principal de las cuales era Carmen Medina. A finales de julio llegó a Ezkioga Carmen Medina. Se encontró con una situación religiosa muy compleja. Por todas partes cundían las visiones. Lolita y Patxi acaparaban la atención. En Ezkioga ya dominaba el aprecio de lo maravillosos. Los primeros videntes estaban bastante eclipsados en aquel momento. Medina venía con una intención muy precisa. España estaba en una situación  de bancarrota y había que salvarla. En esta convicción pensó que Ezkioga con su mensaje era la mejor respuesta a aquella situación. Ezkioga ya había tomado para entonces una orientación inicialmente política.  Carmen  Medina comenzó a proteger a los videntes del segundo grupo y atraerlos hacia la esfera de sus pretensiones, con regalos y halagos. Sus preferidos  eran Lolita, Patxi y Ramona Olazabal.

VI. LOS NIÑOS DESPUÉS DE LAS APARICIONES
Las  visiones de Antonia tuvieron un ciclo regular que se cerró con el mes de julio 1931.
En conjunto parece que constó de  16 apariciones[60]. Con el cese de las apariciones, y la proliferación de las visiones aparatosas[61], se fue alejando poco  de la campa de Anduaga. El ambiente de  Ezkioga se le hacía insoportable[62].Decidió salir de Ezkioga a Zumárraga a aprender de peluquera en casa de Pilar Alustiza Apaolaza, C/ Soraluze, nº 6. Simultaneaba su trabajo de peluquera ocupándose de recoger los puntos de las medias. Con ocasión de fiestas de afluencia mayor en el bar; servía en el mismo con toda amabilidad.
El año 1934, cuando ya se había producido  la condenación del Obispo, optó por irse a vivir en Legazpia, donde empezó a ejercer de peluquera[63].Más tarde se acomodó en el local de la misma peluquería, una pequeña habitación con cocina para hacer allí su vida retirada; pero seguía colaborando con Iru-Bide.
Acudía mucho a la Iglesia, para oír la misa y participar en las funciones religiosas de la Parroquia. Por  confidencias a con sus amigas se sabe que el Sr. Obispo Mateo Múgica   tuvo una entrevista con ella en Zarauz, pero jamás reveló el contenido de dicha entrevista.
En los años de Legazpia acudía con frecuencia  al lugar de las apariciones, pero siempre sola y cuando no había gente[64].
Según confesión de sus  conocidos "era de carácter alegre y comunicativo, sabía estar en cuadrilla, aunque su forma de ser era especial, pues no se le podía hacer cualquier pregunta. Toda la vida fue fiel a su misión de vidente de Ezkioga.
No había gozado del favor de los llamados "promotores"[65].Y, a pesar de las insidiosas alusiones de la prensa en sentido contrario, la familia y los videntes se aprovecharon poco o nada de las visiones (WAC,. Las Visiones de Ezkioga, p.64).
Allí pasaba el día, fuera del estruendo de Ezkioga, y solo volvía a  su pueblo por la noche.
A los 14 años se trasladó a Legazpia[66]. Más tarde se acomodó en el local de la peluquería, una pequeña habitación con cocina para hacer allí su vida retirada; pero seguía colaborando con Iru-Bide. Más tarde se acomodó en el local de la peluquería, una pequeña habitación con cocina para hacer allí su vida retirada; pero seguía colaborando con Iru-bide. Simultaneaba su trabajo de peluquera ocupándose de recoger los puntos de las medias. Con ocasión de fiestas de afluencia mayor en el bar, servía en el mismo con toda amabilidad.
Acudía mucho a la Iglesia, para oír la misa y participar en las funciones religiosas de la Parroquia. Por  confidencias a con sus amigas se sabe que el Sr. Obispo Mateo Múgica   tuvo una entrevista con ella en Zarauz, pero jamás reveló el contenido de dicha entrevista.
En sus años de Legazpia acudía con frecuencia  al lugar de las apariciones, pero siempre sola y cuando no había gente[67].
Según confesión de sus  conocidos "era de carácter alegre y comunicativo, sabía estar en cuadrilla, aunque su forma de ser era especial, pues no se le podía hacer cualquier pregunta".
 Murió en la Residencia Sanitaria  de Zumárraga  el 12 de mayo de 2005. Está enterrada en el cementeriode Ezkioga.
Andrés nació el 23 de mayo de 1924 en Ezkioga. En los primeros días siguió en todo los gestos de su hermana.  Creyó que la gente que tenía visiones era como ellos y se adaptó. Se le vio con frecuencia poner a los pies de la Virgen las flores y los objetos que los  devotos traían al tablado.
William A. Christian describe una de las apariciones cuyo probable protagonista  es Andrés: "un chiquito que estaba jugando con dos piedras delante de un sacerdote de Oyarzun, de repente levanta los ojos al cielo y dice:"Sí, Madre; sí, Madre"[68].
 Poco a poco fue abriendo los ojos a la  diferencia de los videntes del segundo grupo. Él no pudo marcharse como su hermana. Su reacción fue de una inadaptación sicológica muy agresiva. Su ciclo de visiones de divide en  dos partes: desde el 30 de junio hasta fines de agosto, con 31 visiones. Rechazado por su propia familia, marginado por los promotores[69] de los segundos videntes, carente del apoyo de su hermana, respondió con los recursos de un niño acorralado en sus más íntimas convicciones surgidas del contacto  vivo con la aparición. Todo cuanto los periodistas del tiempo y el propio Párroco  declararon sobre él, pertenece seguramente a esta época  conflictiva de su vida[70]. Además de las visiones  anteriores, tuvo una segunda parte -a juzgar por los testigos- [71] de un par de años. Estas tenían lugar en el manzanal detrás de la casa. Este desplazamiento del lugar puede obedecer al disgusto que le producían  los del segundo grupo de videntes o también a la prohibición eclesiástica del acceso de los videntes  al lugar de las apariciones. En ninguna de las dos etapas sus visiones llegaron  al éxtasis o a la percepción de locuciones de parte de la aparición. Hacia el año siguió el mismo camino de su hermana. Se fue a Zumárraga a estudiar en el Colegio de los Hermanos de La Salle. De allí pasó  a una escuela de armería en Éibar, que le buscó seguramente su propio padre.
De Éibar se fue a Vitoria, donde  encontró un nuevo trabajo. Inventó dos máquinas de triturar cereales o forraje. No tuvo éxito[72], porque no se pudo comercializar la nueva maquinaria[73]. Su hermana Catalina (13.10.2009) atribuía el fracaso a la estafa de que fue objeto de parte del socio.
De Vitoria con cierta frecuencia venia en los fines de semana a Ezkioga. Siempre fue fiel a la misa dominical. Oía con devoción la vespertina del sábado, y la del día domingo. Según los conocidos era muy devoto y muy formal.
Cuando se presentaba en un lugar donde no era conocido, era frecuente  que se le señalara como el vidente de Ezkioga.
Un mismo destino unió a los dos hermanos en sus actitudes. No se plegaron a las pretensiones protectoras de  Carmen Medina. No entraron en el grupo de las personas interrogadas  por la autoridad eclesiástica en el proceso diocesano de Vitoria. Tampoco fueron llevados a la audiencia que Mons. Mateo Múgica concedió a los videntes del segundo grupo en su destierro de La Puye[74].
Murió en Vitoria el  4 de octubre  del 2000, cinco años antes que se hermana Antonia que falleció el 12 de mayo del 2005. Ambos están enterrados en el cementerio municipal  de Ezkioga, lo mismo que sus padres.

CONCLUSIÓN
La vida de los hermanos Bereciartúa después de la condenación de Ezkioga nada tuvo que ver con las comodidades de que gozaron  los videntes del segundo grupo, de parte de los "promotores". Haber sido "videntes" de Ezkioga para ellos supuso siempre un baldón. Se retiraron a la vida cristiana común y sencilla, sin ningún protagonismo en los  medios de comunicación que continuaron hablando HASTA la "Guerra Civil"
La permanencia eibarresa de D. José Bereciartúa (padre de los videntes) y de Andrés Bereciartúa (vidente) no deja de ser significativa. El  14 de  abril de 1931 la victoria de las izquierdas en las elecciones municipales abrió el camino a la proclamación de la II República Española. La primera población a promulgar la República fue Éibar (Guipúzcoa) que mereció del Gobierno el titulo de ciudad. En el domingo siguiente a las elecciones a las Cortes Constituyentes  (30 de junio de 1931) tiene lugar la primera de las apariciones de  Ezkioga. Inexplicablemente  las manifestaciones religiosas que serían el obstáculo mayor al afianzamiento de la República procederían de un hogar muy vinculado  precisamente con Éibar,  y tendría como epicentro el Goyerri guipuzcoano.
Especialistas en el tema como William A. Christian, creen que el frente hostil más fuerte que encontró la II República fue Ezkioga. Pero  no fue esa la dinámica primera de Ezkioga. Las apariciones a los primeros videntes presentaron la solución al advenimiento de la República, en una manera de acción sencilla y comunitaria, sin éxtasis, sin raptos místicos, sin locución externa  alguna sino con el impulso interior irresistible que les lanzaba a orar.
Ezkioga ha sido desde la condenación de las apariciones un motivo de vergüenza colectiva en el  País Vasco. La frustración de  Ezkioga  fue una lección muy  fuerte. Para siempre quedó el País curado de aficiones aparicionistas,  con bastante alergia a los movimientos cristianos del siglo XX, y bastante distancia respecto de las posturas políticas de las autoridades de la Iglesia. También quedo, para las personas que vivieron los acontecimientos, la persuasión negativa de que todo   lo de  Ezkioga, fue una dolorosa pesadilla. A pesar de todo, la gran rehabilitación de Ezkioga realizada por William A. Christian abre una nueva época de esperanza. Lo válido de Ezkioga para siempre es el mensaje de los primeros videntes: oración pública y comunitaria para la solución de los grandes conflictos. El conflicto en 1931 fue la República. A  los 80 años de aquellos acontecimientos, el enemigo a combatir es la descristianización. Los mensajes  de lo Alto tienen  una vigencia de siglos. Si la primera recepción fue degradada, queda una oportunidad para escucharla de nuevo con humilde corazón.
La protagonista principal de Ezkioga fue Antonia Bereciartúa. En ella se ve más que en nadie el dolor de la frustración de las apariciones. Toda la vida llevó oculto en su interior un drama interior terrible. Si desconcierto espiritual cuando en  septiembre se apartó del lugar de las Apariciones  y se retiró a su casa, para refugiarse en Zumárraga  y en Legazpia, lo describió en trazos firmes el irlandés Starky: “Raras veces he visto una expresión tan trágica en el rostro de un niño. Parecía como si la hubieran  castigado ya las penas de toda una vida” (WS. 9. 83).
Bernardita fue en Lourdes el trasunto de la Inmaculada. En Ezkioga, el trasunto de la Dolorosa que veía  en Anduaga, era Antonia Bereciartúa.
En todo el proceso eclesiástico de la Diócesis de Vitoria nunca aparecen los nombres de los hermanos Bereciartúa. Solo se mencionan en la "Positio" de Bondini en Roma. Por tanto, la aparición fundante vivida por dichos niños, nunca ha sido condenada por la Iglesia diocesana o romana. La autoridad eclesiástica solo ha condenado  las desviaciones de los segundos videntes. Y fue una condenación justa. La rehabilitación de Ezkioga es distinta de la de Ntra. Sra. de los Pueblos de Ámsterdam lo de la Virgen de El Escorial, en Madrid, rechazadas  por la Iglesia. En Ezkioga lo que falta  es reconocimiento de  lo positivo que  hubo en la aparición  fundante  de los primeros videntes.

[1] No repetimos cuanto hemos narrado ya en la Parte Tercera  sobre  la IGLESIA Y EZKIOGA, pp. 132-161.La información sobre los hechos de este Epilogo la hemos recogido personalmente en las entrevistas que hemos podido realizar en octubre de 2009,   2010,  201l, y en febrero  de 2013 con los siguientes testigos: para la vida de los videntes en Ezkioga: Catalina Bereciartúa (hermana de los videntes). Felipa Aramburu Urkia, nacida  en Ezkioga, en el caserío  Zelaeta, el 31-12-1919. Testigo de las aperciones desde el primer día. Las siguientes personas, son todas ellas -menos Magdalena y Martín- del mismo caserío Celaeta del tiempo de las apariciones. Juan Osinalde Aramburu  nacido en Casa: Zelaeta (Ezkioga) el 23-8-1940. Juan es sobrino-nieto de Felipa,de prte de su hermna Joseja.. Su testomnio es directo resèctyo de GFeliepa, y des sus padres y abuela). Martin Etxeberría Aramburu, nacido en Ezkioga el 30-11-1918  Testigo contemporáneo de los hechos. Para la vida de Antonia en Legazpia, Magdalena Irastorza Elizburu, nacida en Legazpia el 22-7-1941 (de oídas en casa del marido, Juan Osinalde Aramburu, y  de sus padres, contemporáneos de los  sucesos).
[2] William A. CHRISTIAN  describe a los primeros  de la siguiente manera:”Los viejos habitantes de Ezkioga diferencian   a la hermana y  al hermano de los videntes posteriores,  más famosos, e insisten en la inocencia de los niños  y en  la falta de otras motivaciones [no religiosas]. Consideran que los   videntes de más edad lo “estropearon “(William A. CHRISTIAN Jr. Las Visiones de Ezkioga. La Segunda República y el Reino de Cristo. Traducción española de José Luis Gil Arestu,,  Ariel,1996,p.64) Esta obta citamos en adelante con la abreviatura WAC, Las visiones,  Las Visiones de Ezkioga…, p.63)
 [3] DE, notas 139-140, de las pp. 155-156.
[4] Es el grupo que Bernoville (Les faits étranges d' Ezquioga, ÉTUDES, 1931, IV, p. 460.
llama  de la “zona de veracidad, de sinceridad, de sencillez, de piedad".
[5] Es el grupo  "de alucinación, neurosis, y de histeria mística", Les faits étranges d' Ezquioga, ÉTUDES, 1931, IV, p. 460.
 [6] Bernoville la designa como "zona de comedia, y con frecuencia, de fraude”, Les faits étranges d' Ezquioga, ÉTUDES, 1931, IV, p. 464.
( 7] Ver  nota 84, pg.136.
[8]  J.A. SOBRINO, Antonio Amundaráin .Desafío y esperanza,  Biblioteca de Autores Cristianos,  1990,p.
[9] El episodio sucedió de la siguiente manera. El 22 de junio de 1931 Ignacio Galdós ,que conducía
un carro cargado de  troncos. El carro se precipitó por un  barranco. Corrían peligro los bueyes y el carro, pero sobre todo el hijo que  iba encima del carro. En el desconcierto  del accidente,  el hombre   vio a una señora vestida de negro delante  de la pareja de  bueyes. Tocó  con su mano los cuernos de uno de los  bueyes, los cuales se levantaron  inmediatamente. Ignacio pudo por sí mismo acomodar el  carro y salir del atolladero. Cuando el  hombre volvió la cara para agradecer el  a la señora  de negro, no la vio más. No comentó con  nadie el suceso para no ser tenido por  supersticioso. Cuando a los ocho días apareció la Virgen en Ezkioga, reconoció  que era la misma a que le ayudó a sacar su carro del barranco. Cuando se multiplicaron las apariciones un día preguntó a una de las videntes por qué él no veía a la Virgen. Le respondió que por castigo a no haber referido suceso milagroso del día 22,Este milagro lo coloca WAC diez días antes de la aparición (p.257).Bondini lo coloca el día 22( DE, p.85)
[10] En Ezkioga era la fiesta patronal de San Pedro. Aunque la Parroquia estaba dedica a Santa Lucia, el Patrón era San Pedro.
[11] WAC, p.34.
[12] La maestra Manuela  Lasa -natural de Ormáiztegui, fue  retirada de la enseñanza en Ezkioga .Le sustituyó en el  cargo, una maestra que no conocía el vascuence.
[13] El año 1931  se implantó  por primera vez en Ezkioga  la comunión temprana a los 7 años. Hasta entonces no se hacía la comunión sino hacia los 12 años. Por esta razón, seguramente, en 1931 se hizo a la vez, la comunión de los que contaban con 11 ó 12 años, y los que contaban con 7 años. Antonia tenía a la sazón 11 años y Andrés, 7. A partir de este año se dividieran las comuniones. La comunión de los 12 años empezó a llamarse "solemne" (komunio aundia)  que se hacía  torno a la fiesta de la Ascensión. La comunión de los 7 años se llamaba sencillamente la  "primera comunión" que  se hacía, por lo general,  en las semanas inmediatas al Domingo de Ramos. En   1931  no se sabe en qué fecha se hizo la "primera comunión". Si ,se según  la antigua usanza, coincidió con la fiesta de Ascensión, el año 1931 , Antonia y Andrés comulgaron , los dos a la vez,  el 14 de mayo.
[14] ."Era negra  noche y  él parecía  que translucía como un ángel          que estuviera adorando a Dios" R (p.288).
[15] William. A. Christian cree que es Andrés el niño de quien informa un testigo:"un chiquito que estaba jugando con dos piedras delante de un sacerdote de Oyarzun, de repente levanta los ojos al cielo y dice:" Bai, Ama; Bai Ama! (Sí, Madre; sí, Madre)"[15]. WAC, Las Visiones de Ezkioga.
[16] Todos los testigos supervivientes encuestados están de acuerdo en afirmar que la educación que D. José procuraba a sus hijos fue muy severa. Tal vez esa formación  intransigente de los primeros años, dura y  represiva, explique el hecho un poco insólito de que ninguno de los hijos  de la familia Bereciartúa-Goenaga se casó.
[17] Y, a pesar de las insidiosas alusiones de la prensa en sentido contrario, la familia y los videntes se aprovecharon poco o nada de las visiones (WAC, Las Visiones de Ezkioga,  p.64).
[18] Cuando el movimiento ezkioguista resultó incontenible, José  se vio obligado por la fuerza de las cosas, a ceder en su obstinación. El caserío Basterreche se convirtió en centro de  la comisión eclesiástica de verificación  de los casos milagrosos. Allá llegó en julio de 1931 el futuro académico de Francia,  Bernoville a informarse de lo  sucedía, para informar a la revista  francesa  ÉTUDES
 [20] “Los primeros videntes nunca cayeron en trance  ni pretendieron hallarse   en un estado alterado” (WAC, Las Visiones de Ezkioga,   p...).Ezkioga se parece a Pontmain. Tampoco allí habló la Virgen. Su mensaje apareció escrito en una banderola que  decaía:”Mais  priez mes enfants”…
 [21] Ver nota 14.
 [22]“Los videntes se presentaban en una diversidad de condiciones. físicas que iban del estado inalterado y normal de la primera niña a los profundos trances de Patxi y a lo que parecía en otros una pérdida total de la conciencia”. (WAC, Las Visiones de Ezkioga,  p. 270).Rafael Picabea escribió refiriéndose al niño: «Los nuevos videntes..., lo han eclipsado. Ni sufre desmayos emocionantes, ni cae en sueños patológicos truculentos.»28
 [23] Este rezo fue  lo que provocó los primeros fenómenos extraordinarios de conversión  como el  Aguado, de  Patxi y de Lolita, y favoreció la eclosión de los fenómenos maravillosos de la segunda época. Estos fenómenos formaban lo que hemos llamado la  “onda expansiva” del  acontecimiento  Los hermanos Bereciartúa no hicieron otra cosa que secundar los impulsos interiores inducidos por la Virgen para  inducir también  ellos  a la gente a orar. Así se convirtieron en los verdaderos promotores de la oración en masa en Ezkioga. .Luego, el ambiente de intensa espiritualidad creado por el rezo del rosario favoreció la onda  expansiva de lo maravilloso.
 [24] Una tradición n recogida por WAC (p. 52) supone que la aparición   tuvo lugar precisamente al toque del Ángelus, y los niños se arrodillaron para rezar la oración correspondiente
[25]La fecha de la primera aparición es incierta, W. Christian la coloca el 29 de junio en p.15., mientras que en p. 8 señala los días 29-30 como igualmente probables. La tradición más fija coloca la primera aparición el domingo día 30. En favor del 29 se puede aducir el detalle de que en tal día solían encargar los ezkioguistas una misa de aniversario en  la capilla de la Virgen de Lourdes de los P. Pasionistas de Villarreal de Urretxu. Es posible que la fecha de la misa fuera el 29 por la fiesta de San Pedro, más para una reunión de devotos de Ezkioga. El 29 se basa en una información de María Ángeles Montoya a W A C.(Las Visiones de Ezkioga, p32), que el día 29, al día siguiente de las elecciones [28 de junio], una mujer se vio se vio obligada detener su coche  porque había tenido lugar una aparición a dos niños. El testimonio, según WAC,  fue confirmado por un sacerdote de Zaldivia. De ser esto cierto, hay que suponer que el  calentamiento psicológico del día posterior a las elecciones, hizo que alguno se enterara pronto de las apariciones e hiciera correr voz inmediatamente la voz a la multitud. La asociación de  la fecha con las elecciones, puede ser más primitiva que la asocia con  el "día siguiente de San Pedro" que recuerdan otros testigos, y confirmó expresamente Catalina Bereciartúa -hermana de los videntes- e13  octubre de 2009. al autor de estas líneas. Las cosas se pueden reconstruir de la siguiente manera. El día 29 son las fiestas de San Pedro en  Santa Lucia, y hay numerosos grupos de  gente en la taberna Basterreche. Además, la plaza del barrio  hierve  de gente. La nueva de  que los dos hermanitos de la taberna han tenido una visión en el monte provoca una    especie e incendio informativo. Mientras los videntes van de nuevo al monte, la gente del barrio, se apiña la  en la carretera hacia     la taberna. La dificultad más seria contra esta cronología es que, de haber tenido lugar la primera aparición el día 29, habría un vacío informativo para el día 30, a no ser que la doble visión  del día 30  se deba a la fusión de las visiones del 29 y 30. Esta sucesión cronológica concede más tiempo para que A. Echezarreta pueda enterarse de boca de Antonia Bereciartúa  a lo largo del  domingo  día 30 de los sucesos del día de San Pedro, y  el lunes 1 de julio informe en la Parroquia de Zumárraga sobre lo acontecido en Ezkioga. Para resolver definitivamente este problema hemos interrogado a Felipa Aramburu, testigo directo de la primera aparición el día 13 de octubre de 2009.Según ella, la aparición aconteció el día de San Marcial (30 de junio(. Sin  añadir más detalles sobre el día  que le precede. Lo confirmó Catalina Bereciartúa (Ezkioga, 13 octubre 2009( confirmado  de octubre 2011 en el Geriátrico de Ordizia).
 [26] Era un caserío arrendado, que ya no subsiste. Tras un  incendio, su propietario  Juan José Echezarreta no quiso reedificarlo, y los terrenos los plantó de pinos para su fábrica de papel en Legorreta.
[27] La taberna de Basterreche  no poseía vacas. La leche se procuraba fuera.
[28] Al tiempo de la encuesta  (octubre del 2010) vivía en Zumárraga  .Es  todavía (mayo del 2013) la única superviviente de la aparición misma del día 30 de junio de 1931.
[29] La escena de la primera visión ha sido relatada  en las más diversas versiones.  El P. Burguera. la pone, justamente, en el camino, cerca de la carretera. El hecho de no haber encuestado  nunca ni a los primeros videntes ni  a los  testigos de vista, de la primera visión ha contribuida a  fijar una escena completamente  deformada. Interrogada Felipa  Aramburu y  la hermana de los videntes, Catalina Bereciartúa, hemos podido reconstruir la escena con toda exactitud.   Hay que rectificar, igualmente, que  no iban los dos hermanos juntos al caserío a traer la leche. Sólo Antonia baja del monte con la leche. La visión no tuvo lugar en la falda de la montaña, sino cerca de la carretera y del caserío Basterreche, en el cruce de senderos que se ha descrito.
[30] Al tiempo de la primera encuesta  (13 de octubre del 2009) vivía en Zumárraga  .Es  todavía (mayo del 2013) la única superviviente de la aparición misma del día 30 de junio de 1931..
[31] La escena de la primera visión ha sido relatada  en las más diversas versiones.  El P. Burguera. la pone, justamente, en el camino, cerca de la carretera. El hecho de no haber encuestado  nunca ni a los primeros videntes ni  a los  testigos de vista, de la primera visión ha contribuida a  fijar una escena completamente  deformada. Interrogada Felipa  Aramburu y  la hermana de los videntes, Catalina Bereciartúa, hemos podido reconstruir la escena con toda exactitud. Hay que rectificar , igualmente, que  no iban los dos hermanos juntos al caserío a traer la leche. Sólo Antonia baja del monte con la leche. La visión no tuvo lugar en la falda de la montaña, sino cerca de la carretera y del caserío Basterreche, en el cruce de senderos que se ha descrito.
[32] Felipa Aramburu Urkia  nació  el 31.12.1919 en el caserío Zelaeta (Ezkioga) .Era de la misma edad de Antonia Bereciartúa, nacida el 18.01.1920.
 [33] Según testimonio de Catalina Bereciartúa  (13.10.2009) la marmita y la jarra se      conservan  todavía en el caserío Basterreche.
[34] También  la localización de la primera visión es incierta. La zona boscosa de Anduaga, donde los niños tuvieron su primera visión, no ofrecía ningún detalle  inconfundible para localizar posteriormente el lugar exacto de la visión. No tenía una gruta y un río, como Lourdes. Ningún árbol, como Fátima. Tampoco el tejado de  una casa como en Pontmain. Además, los niños en un principio, no dieron importancia al lugar, pues creían que aquello no se iba repetir. Según  una compañera de infancia de los videntes, éstos vieron por vez primera a la Virgen «en lo alto del monte» o «en el cielo”. Así  contemplaron a la Virgen en  un punto espacial  ilocalizable  .Fue D. Antonio Amundaráin quien, llevándolos a la cima de la montaña, les ayudó a  identificar el lugar  donde se aparecía la Virgen, en la falda de la montaña. Los primeros reporteros  tuvieron dificultad en localizara el punto exacto de la visión. A veces   colocaban este lugar en en unas zarzamoras entre dos manzanos .Otros lo colocaban en la proximidad de unos árboles. Sólo a partir del día 7  se concretó un  “lugar” de las apariciones. No fue, desde luego, un lugar fijo como la gruta de Lourdes. La localización fue más bien  al modo de la aparición  de Banneux. En ella, Marieta Becco vio cómo la Virgen descendía del cielo sobre las cimas de dos abetos, de los cuales bajaba a donde se encontraba la vidente. La montaña o el cielo del que hablan los primeros testigos, se colocaba, por tanto, al modo de las citadas apariciones de Banneux, en un punto  de la cima de la montaña, que daba al cielo. Desde allí  se aproximaba la Virgen al lugar donde se encontraban  los niños, "un poco por encima del suelo". (WAC, Las Visiones de Ezkiogap, p. 311). Los videntes posteriores modificaron estas localizaciones, dificultando hasta la identificación del lugar primero. (WAC, Las Visiones de Ezkioga,  p. 43).Del lugar exacto de la primera aparición solo se puede precisar, la parte del camino donde se encontraban los niños. Corresponde en la actualidad, a la zona delantera de la casa Zelaeta, propiedad del Sr. Juan Osinalde.
[35]  Probablemente a esa edad, no sabían rezar más que el padre nuestro y el avemaría. No eran capaces de rezar solos el rosario
[36] Sobre la  personalidad de Antonia Echezarreta, ver la información de WAC, Las Visiones de Ezkioga,  p. 59
[37] Probablemente  D. Andrés Olaechea.
[38] El día 2, 12 labradores acompañan al Párroco y a los niños. El  4,500 personas; el  9, 12.000; el 11,7.000; e1 12,30.000; el 13,4.000. En las noches  de los días 12, 16, y 18 de julio y 16 de octubre, hasta 80.000 personas acudieron   a la espera milagrosa. El primer mes hubo más de cien videntes y las visiones continuaron  a la intemperie  y en público hasta el otoño de 1933 (WAC, Las Visiones de Ezkioga,. p.36).
[39] El primer caso fue el de Ignacio Aguado, taxista de Beasáin,  uno de los cuatro jóvenes que tuvieron sucesivamente visiones, luego de haberse mostrado escépticos. Aguado había estado bromeando con unos amigos, cuando vio a la Virgen, durante el rosario del 4 de julio. Sintió una especie de desmayo y se derrumbó por espacio de un minuto. Para quienes lo observaban, parecía inconsciente, pero, según su propia descripción, «yo caí al suelo, pero no perdí el sentido y continué viendo la imagen». Hubo que introducirlo en una casa y transportarlo, luego, de vuelta a Beasáin. Según una versión, se confesó y se convirtió en católico practicante” (WAC, Las Visiones de Ezkioga,  p.280).
[40] Por confidencias muy posteriores  de Antonia con  una amiga de Legazpia: Felisa  Andueza, se sabe que  el padre  había ocultado a los niños en un caserío  donde vivían  unos familiares -tal vez la casa natal de la madre-, pero nunca quiso  hablar de esto. Nunca se ha sabido dónde estaba ese caserío. Los niños habían trasladados ocultamente a   algún  caserío, lejano del lugar de las manifestaciones. Tal vez la casa natal de la madre
 [42]  El domingo 7 de julio, acudieron unas tres mil personas. La aparición tuvo lugar para los niños como los demás días. Ese día siete la concurrencia aproximada alcanzaría al número de seis mil. Toda la carretera era un cúmulo de autos particulares, «autocares», un sinnúmero de bicicletas y muchos grupos de personas a pie.
[43] Probablemente era D. Andrés Olaechea, capellán de las Hnas. Mercedarias de la Caridad.
[44] "El santo rosario, que es el único acto religioso oficial que aquí se practica, viene recitándose con extraordinaria devoción y gusto espiritual intenso, tanto que muchísimos caballeros y señoras vienen aquí, no con afán de ver a la Virgen, sino exclusivamente a rezar el santo rosario. Este es el hecho cierto que lo ven y lo palpan en Ezkioga, no media docena de personas, sin todos los que vienen con un poco de sentimiento religioso" (DE, pp.21-22)
[45] Felipa Aramburu (6 mayo 2013)
[46] Felipa Aramburu (el  6 mayo 2013)
[47] La procesión partía de las inmediaciones de Basterreche, cerca de la  carretera, y se dirigía hacia el lugar las apariciones.
[48] En estas visiones no fueron  ni sustituidos ni  suplantados los  videntes primeros. Fue como un caso de reacción  carismática, que surgió como una renovación de la aparición fundante que nacía del rezo común del santo rosario.
[49] El primer caso fue  el de Ignacio Aguado, taxista de Beasáin,  uno de los cuatro jóvenes que tuvieron sucesivamente visiones, luego de haberse mostrado escépticos. Aguado había estado bromeando con unos amigos, cuando vio a la Virgen, durante el rosario del 4 de julio. Sintió una especie de desmayo y se derrumbó por espacio de un minuto. Para quienes lo observaban, parecía inconsciente, pero, según su propia descripción, «yo caí al suelo, pero no perdí el sentido y continué viendo la imagen». Hubo que introducirlo en una casa y transportarlo, luego, de vuelta a Beasáin. Según una versión, se confesó y se convirtió en católico practicante.”(WA, Las Visiones de Ezkioga,  p.280).
 [50] Un niño de Zumárraga  fue el primer en  tener una visión, después de Antonia y Andrés, el 5 de julio de 1931(WAC,  Las Visiones de Ezkioga, p.  301).
 [51] “Patxi cayó por tierra el 7 de julio una vez concluidas las oraciones habituales [el rezo del rosario] y después de haber hecho una broma sobre la Virgen. Patxi subió a zancadas hasta una elevación de la ladera y la señaló lanzando un grito. Por consejo de alguien próximo, le preguntó por tres veces qué quería y ella le dijo que debían rezar el rosario. Así lo hicieron 1[quienes se hallaban en torno suyo. La prensa lo describió luego con los ojos abiertos, pero «sin sentido», «kordegabeta», «desvanecido», en «pasmo», en «arrobamiento» o «extático». Sus amigos lo bajaron de la ladera. Patxi, al igual que Aguado, dijo: «Caí desvanecido pero no perdí el conocimiento. Al bajar la cuesta en brazos de ellos continuaba ella ante mí. » Había para entonces una habitación de primeros auxilios y los médicos presentes comprobaron que el corazón de Patxi funcionaba bien. Se sentía conmocionado, como Aguado, y alguien hubo de conducirlo a casa. No se recuperó del todo hasta bien entrada la noche, y durante cuatro días no comió, apenas durmió y se sintió triste.(WAC, Las Visiones de Ezkioga, ,p. 283).                
[52]  WAC, Las Visiones de Ezkioga,  p.. 283.
[53]  WAC, Las Visiones de Ezkioga,  p.. 283
[54] WAC, Las Visiones de Ezkioga,  p.. 283.
[55] Fue la primera persona fotografiada en éxtasis.
[56] WAC, Las Visiones de Ezkioga, p.71.
[57] El resultado personal fue que el status de su vida cambió y empezó a recibir regalos y a viajar [57].
[58] De los relatos contemporáneos se puede conjeturar que fue la experiencia colectiva del rosario fue la ocasión externa que  suscitó en la masa de los fieles  las experiencias extraordinarias. -No fue dicho fenómeno de contagio de los pequeños videntes, porque es la afirmación unánime  de los contemporáneos  que los niños jamás tuvieron una experiencia de éxtasis, ni oyeron hablar  a la Virgen, ni sufrieron perdida del estado normal de su  conciencia[58]. No así los nuevos videntes  los cuales, en la experiencia aparicional,  empezaron ya a oír la voz de la Virgen y a entrar en estados extáticos .La onda expansiva comenzó por provocar fenómenos nuevos.
 [60] "En total  la niña tuvo dieciséis visiones, negándose a jugar con los demás niños. Había dejado de ver a la  Virgen y se encerraba en su habitación. Nunca entró en trance durante las mismas sino que se mantenía impasible, sin que le variara el pulso. Nunca oyó hablar a la Virgen” (WAC, Las Visiones de Ezkioga,  p.63). El mismo autor recuerda la aparición del 21 de julio de 1931, cuando Antonia vio a la Virgen extender las manos  hacia la multitud, al canto de despedida "Agur, Jesusen Ama",  (WAC, Las Visiones de Ezkioga, p.274)
[61]“De mis fuentes periodísticas, impresas, fotográficas, manuscritas y orales he recopilado una lista de   unas 250º personas que tuvieron visones en Ezkioga mismo, en el resto del País Vasco y Navarra, desde el 29 de   junio de 19331 hasta la Guerra Civil [...] Podemos dar por supuesto que hubo videntes circunstanciales en los días de asistencia masiva, como el 12 de julio, el 16-18 y el 25 y 26 del mismo mes  y el 15-20 de octubre, en que los periodistas  acudieron a   otros videntes anónimos"( WAC, Las Visiones de Ezkioga,  p. 257):
[62] Los dos hermanos eran motejados por la gente, como "marías" en razón  de  su condición de videntes
[63]  Llegó acompañada de su madre, para buscar alojamiento. Primeramente, se instaló en casa de  su fiel amiga  Mariatxo Etxeberria y de sus padres. Estos tenían a su cargo el bar que hoy se con el nombre de Elizondo. Cuando  la familia Etxeberria dejó el bar, se trasladaron a vivir a la Calle Mayor, se fue también  con ellos  Antonia. Al casarse su amiga  Mariatxo fue cuando se trasladó al Iru-bide. Era un restaurante-Pensión donde ella empezó a prestar servicios cuando había mayor afluencia de gente. El nombre  de la dueña de  Iru-bide era Marcelina.
[64]  Martin Etxeberría  Aramburu  recuerda haberle visto varias veces   salir sola de casa bajo una lluvia torrencial y quedar  rezando con los brazos en cruz en Anduaga.
[66]  Llegó acompañada de su madre, para buscar alojamiento. Primeramente, se instaló en casa de  su fiel amiga  Mariatxo Etxeberria y de sus padres. Estos tenían a su cargo el bar que hoy se con el nombre de Elizondo. Cuando  la familia Etxeberria dejó el bar, se trasladaron a vivir a la Calle Mayor, se fue también  con ellos  Antonia. Al casarse su amiga  Mariatxo fue cuando se trasladó al Iru-bide. Era un restaurante-Pensión donde ella empezó a prestar servicios cuando había mayor afluencia de gente. El nombre  de la dueña de  Iru-bide era Marcelina.
[67]  Martin Etxeberría  Aramburu  recuerda haberle visto varias veces   salir sola de casa bajo una lluvia torrencial y quedar  rezando con los brazos en cruz en Anduaga.
[68] WAC, Las Visiones de Ezkioga,  p. 306.
[69] Fuera de los primero días en que Amundaráin se volcó sobre ellos, en cuanto se hizo presente lo maravilloso del segundo grupo,  los niños Bereciartúa se vieron abandonados por el Párroco de Zumárraga. Ni Medina, ni el grupo catalán, ni Rigné ni  Burguera se interesaron por sus experiencias.
[70] “Travieso y descarado” (St.)”Travieso y arisco” “simpático y vivillo”, “arisco”, “salvaje”, “impertinente, “confianzudo” (arrogante), “desenvuelto”. El párroco: “El niño es para rebeldía”. Un  periodista de Sn. Sn. “Es un revoltoso terrible y últimamente  está acostumbrado a la visión y ni le da la mínima importancia, a lo que hay que agregar que lo tienen harto de preguntas” (WAC, p.63). No tenía trances.”Simplemente dejaba de jugar. Extendía sus brazos  y rezaba durante su visión; luego volvía a sus juegos. Trepaba a los árboles  cuando la gente rezaba en la ladera. O salía corriendo al bosque  cuando querían hablar con él. Sus visones ocurrieron en diversos lugares, especialmente en los manzanos detrás de su casa. No oyó  hablar a la Virgen. Para principios de septiembre  había experimentado  treinta y una visiones y  los creyentes afirmaban que siguió  teniéndolas a diario al  menos  durante dos años. A comienzos  de 1934 las tenía durante las oraciones nocturnas de la familia .Por entonces asistía a la escuela de Zumárraga” (WAC, Las Visiones de Ezkioga,  63-64).
[71] "Para principios de septiembre  había experimentado  treinta y una visiones y  los creyentes afirmaban que siguió  teniéndolas a diario al  menos  durante dos años. A comienzos  de 1934 las tenía durante las oraciones nocturnas de la familia" (WAC, Las Visiones de Ezkioga,  63-64.).
[72] Según referencias de su hermana Catalina (13 octubre 2009) el fracaso se debió a la  difícil comercialización de la maquinaria; pero, sobre todo,  a la estafa del socio que le dejó sin capital.

 [74] WAC, Las Visiones de Ezkioga,  p.75.