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DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA

DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA
FRANCISCO IGARTUA CON DORIS GIBSON, PIEZA CLAVE EN LA FUNDACION DE OIGA, EN 1950 CONFUNDARIAN CARETAS.

«También la providencia fue bondadosa conmigo, al haberme permitido -poniendo a parte estos años que acabo de relatar- escribir siempre en periódicos de mi propiedad, sin atadura alguna, tomando los riesgos y las decisiones dictadas por mi conciencia en el tono en que se me iba la pluma, no siempre dentro de la mesura que tanto gusta a la gente limeña. Fundé Caretas y Oiga, aunque ésta tuvo un primer nacimiento en noviembre de 1948, ocasión en la que también conté con la ayuda decisiva de Doris Gibson, mi socia, mi colaboradora, mi compañera, mi sostén en Caretas, que apareció el año 50. Pero éste es asunto que he tocado ampliamente en un ensayo sobre la prensa revisteril que publiqué años atrás y que, quién sabe, reaparezca en esta edición con algunas enmiendas y añadiduras». FRANCISCO IGARTUA - «ANDANZAS DE UN PERIODISTA MÁS DE 50 AÑOS DE LUCHA EN EL PERÚ - OIGA 9 DE NOVIEMBRE DE 1992»

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«Cierra Oiga para no prostituir sus banderas, o sea sus ideales que fueron y son de los peruanos amantes de las libertades cívicas, de la democracia y de la tolerancia, aunque seamos intolerantes contra la corrupción, con el juego sucio de los gobernantes y de sus autoridades. El pecado de la revista, su pecado mayor, fue quien sabe ser intransigente con su verdad» FRANCISCO IGARTUA – «ADIÓS CON LA SATISFACCIÓN DE NO HABER CLAUDICADO», EDITORIAL «ADIÓS AMIGOS Y ENEMIGOS», OIGA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995

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LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU

LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

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UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.» FRANCISCO IGARTUA - TEXTO SOMETIDO A LA APROBACION DE LA ASAMBLEA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD - VITORIA-GASTEIZ, 27 DE OCTUBRE DE 1999.

«Muchos más ejemplos del particularismo vasco, de la identidad euskaldun, se pueden extraer de la lectura de estos ajados documentos americanos, pero el espacio, tirano del periodismo, me obliga a concluir y lo hago con un reclamo cara al futuro. Identidad significa afirmación de lo propio y no agresión a la otredad, afirmación actualizada-repito actualizada- de tradiciones que enriquecen la salud de los pueblos y naciones y las pluralidades del ser humano. No se hace patria odiando a los otros, cerrándonos, sino integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad del ser vasco. Por ejemplo, asumiendo como propio -porque lo es- el pensamiento de las grandes personalidades vascas, incluido el de los que han sido reacios al Bizcaitarrismo como es el caso de Unamuno, Baroja, Maeztu, figuras universales y profundamente vascas, tanto que don Miguel se preciaba de serlo afirmando «y yo lo soy puro, por los dieciséis costados». Lo decía con el mismo espíritu con el que los vascos en 1612, comenzaban a reunirse en Euskaletxeak aquí en América» - FRANCISCO IGARTUA - AMERICA Y LAS EUSKALETXEAK - EUSKONEWS & MEDIA 72.ZBK 24-31 DE MARZO 2000

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lunes, 21 de abril de 2014

EUZKO ETXEA ARANTZAZU LIMA & ABERRI EGUNA 2014

Josu Legarreta

SENTIMIENTOS COMPARTIDOS
-de mayo del 68 al otoño en libertad-

-Ensayo-

Epílogo
PACO IGARTUA
RECUERDO DE UNA AMISTAD

Querido Paco:

Hace unas semanas recibí un correo de nuestro amigo común Pedro Oyanguren, vasco chileno y además con ascendencia en tu querido municipio de Oñate (Gipuzkoa), informándome de la publicación. Francisco Igartua, Oiga y una pasión quijotesca158. Con la diplomacia que frecuentemente nos caracteriza a los vascos, me dirigí a Jhon Bazán. En un par de semanas más recibí dos ejemplares: uno para mí y otro, para la Biblioteca de la Universidad de Deusto.

Sentí verdadera curiosidad por conocer su contenido. Quizás tanto o más que cuando me dedicaste tu obra Siempre un extraño. Me interesaban tus escritos; pero sobre todo ansiaba conocer qué opinaban quienes te conocían de cerca.

JHON BAZAN AGUILAR, FRANCISCO IGARTUA,
OIGA Y UNA PASION QUIJOTESCA
He oído más de una vez que los vascos nos caracterizamos por nuestras estrategias protocolares y frecuentemente iniciamos nuestras exposiciones planteando las conclusiones antes que las hipótesis. En esta carta quisiera exponerte mis recuerdos en esta misma línea, sin preámbulos, en forma directa, pero consciente al mismo tiempo de que probablemente no diré nada novedoso para quienes han participado en la publicación de Jhon Bazán. En cualquier caso, te diré que la he leído en un par de días y que me ha encantado, sobre todo porque todos ellos me han hecho revivir nuestros encuentros de pasado, con tus profundas pero tan amenas apreciaciones especialmente sobre Perú, Chile, México y Cuba, países donde tú has vivido y  que me ha tocado visitar frecuentemente durante los últimos veinticinco años.

Siempre fuiste para mí una caja de sorpresas, tanto en mis dos o tres viajes que hice a Perú, como en los encuentros que mantuvimos en Euskadi. Y la noticia de tu fallecimiento también me sorpredió. Cuando realmente se aprecia a una persona, -y ésta no es una nota laudotoria post mortem-, duele pensar que nunca más habrá oportunidad de nuevos encuentros como los del pasado. Pero la invitación de Jhon Bazán a trascribir recuerdos de nuestros encuentros para una próxima publicación me brindan la oportunidad para plantearme que donde hay amistad también vale la pena exponer los sentimientos en un encuentro virtual.

Decía Mario Benedetti en su Perplejidades de fin de siglo159 que el pasado es siempre una morada en la que irremisiblemente coleccionamos nuestros recuerdos. Y, aunque es verdad –ya me conoces- que mi memoria no es fiable en la identificación exacta de fechas y lugares, sabes muy bien que mis pensamientos son fiel reflejo de mis sentimientos. Por eso he decidido dirigirte esta carta íntima. Desconozco dónde te encuentras. Ignoro tu dirección actual. Más aún: no sé ni si existes. Pero desde ese humanismo cristiano o ese cristianismo humanista en que fuimos formados en una nuestra juventud, o desde ese cristianismo cristianizado, que en alguna oportunidad te escuché, al que aspiramos los dos en nuestras etapas postjuveniles, quiero recopilar mis recuerdos de la amistad que compartimos, con el convencimiento de que, incluso en el caso de que ya no existas, nosotros resucitemos tu presencia con estos escritos.

Definitivamente, no puedo liberarme de mi morada del pasado. Celebro que así sea respecto a tu persona. Y, en primer lugar, por aquello de que las exposiciones públicas deben realizarse con cierta estructuración, debo confesarte que he tenido una tentación fugaz de iniciar alguna búsqueda de datos de tu persona en internet. Pero ha sido muy fugaz, porque los sentimientos personales no están archivados en los grandes servidores, sino en los archivos íntimos de cada persona. Por eso, hoy más que nunca, te hablo con el corazón en la mano, aunque con la limitante de no poder contrastar –incluso debatir- contigo el contenido de mi carta, como lo hiciste, en cierta oportunidad con el Sr. Góngora Perea, diputado aprista por Alto Amazonas.

No recuerdo la fecha exacta de nuestro primer encuentro. Creo que fue por el año 1988/1989, en mi primera visita a la Euskal Etxea de Lima, en Malecón de la Reserva de Miraflores. Era mi primer viaje a Perú, y de los primeros que hice por América Latina. Mis conocimientos del Perú, en general, y de la Colectividad Vasca, en particular, eran escasos. (La confesión es un buen exponente de eso que por las latitudes latinoamericanas se define como de perfil bajo. ¡Cúanto me he reído a cuenta de esta afirmación!). Pero la acogida que me brindasteis y la larga charla que mantuvimos en aquella cena me abrió las puertas de nuevos horizontes para la gestión política para la que había sido nombrado.

Recuerdo que hablamos de la historia pasada del exilio vasco en general y de las relaciones del Gobierno Vasco exiliado y las Euskal Etxeak/Centros Vascos, de los silencios que conllevaron el distanciamiento entre las instituciones vascas de Euskadi y las vuestras en el periodo de transición de la dictadura franquista a la democracia (1975-1980), de los objetivos del programa de relaciones con las Colectividades Vascas, de la proyección de Euskadi en el mundo internacional y la posible aportación de las Euskal Etxeak a este fin, de la propia colectividad vasca de Perú, etc, etc.. Con la perspectiva de los años transcurridos, no puedo menos de reiterarte mi agradecimiento por todo lo que me aportasteis: Eskerrik asko. Muchas gracias!

Tengo la seguridad de que no me reprocharás si afirmo que la Euskal Etxea como tal me dio la imagen de una institución de dimensiones físicas reducidas. Sin embargo no fue ésta la impresión que me produjisteis: vuestra dimensión humanitaria, la predisposición de corazón vasco que latía en vuestros planteamientos y vuestra capacidad profesional de establecer relaciones con instituciones y personalidades peruanas me impresionaron. Allí os conocí a tí, a Víctor Ortuzar, a Guarrotxena, a Javier Celaya, y a Mons Irizar, entre otros. Quizás eché en falta la presencia femenina en la Directiva.

A partir de aquella cena, me brindaste la posibilidad de publicación en tu revista de cuantas noticias de Euskadi quisiera; recuerdo que me gestionaste algunas entrevistas con los medios de comunicación social: con directivos y el periodista Insausti (si mal no recuerdo) en el periódico El Comercio y con un directivo de una cadena de televisión, cuyo nombre no recuerdo.  En esta última conversamos de la proyección de Euskadi a través de las televisiones del ámbito internacional y del intercambio de materiales entre la Radio/Televisión Vascas y las emisoras de otros países. Llevábamos muy pocos años de gobierno y los medios de comunicación vascos ni siquiera estaban pensando en aquel momento que su internacionalización podría ser posible; los debates se centraban más bien en para qué queríamos una televisión en euskera: para comunicar y entretener o más bien como instrumento de “euskaldunización”. Posteriormente se creó el canal ETB-2 en castellano. Recuerdo que algunos años más tarde le hablé de ti y de estos planteamientos a un amigo que ostentaba el cargo de Director General y  su respuesta fue textualmente: “Yo no fui nombrado para eso”. En nuestros encuentros de años posteriores más de una vez hemos comentado este tema. Tú, una vez más, no le dabas mayor importancia. Pero aún así, me complace recordártelo, porque, entre otras razones, aquellas tus ideas las recuerdo como vaticinios de que lo en años posteriores ha sucedido.

Pero no sólo hablábamos de Euskadi. Perú era también uno de nuestros temas preferidos. Y correspondiste más que sobradamente a mis curiosidades sobre la situación socio-política de este  gran país: de sus Partidos Políticos, de los diversos Gobierno, de la situación económica, del Sendero Luminoso, de las poblaciones marginales, de los sectores indígenas, de tu vida de destierro en Chile, México y Panamá, de tus relaciones con Fidel Castro, con Vargas Llosa, etc, etc. Tu actitud de respuesta me resultó sumamente agradable e interesante. Si me permites proseguir con mi confesión de recuerdos, hablaré de todo ello, aunque en primer lugar quiero resaltar en qué medida me afectaron tus comentarios sobre las formas de vida de las poblaciones marginales.

La verdad es que tenía algunas referencias, aunque lejanas, por mis años de formación juvenil en la Congregación de los Padres Pasionistas. Me sonaban a familiares los nombres del Moyobamba y Yurimaguas. Pero tus pedagógicas charlas me sirvieron para la gestión que años más tarde desarrollé como Director de Cooperación al Desarrollo. Ambos coincidíamos en que el modelo de desarrollo que practicaban las Organizaciones No Gubernamentales no era ni mínimamente suficiente para el desarrollo de los países, en general, y del Perú, en concreto; pero ambos entendíamos que su discurso de la solidaridad era loable. Con esta perspectiva en estos años de mi gestión político-humanitaria en el Gobierno Vasco, Perú fue –y lo digo con orgullo- uno de los países que mayor financiación recibió: entre 1988 y 1996, las ayudas concedidas por el Gobierno Vasco para la financiación de proyectos de cooperación superaron la cuantía de 6.500.000 euros. (Como anécdota curiosa, quiero comentarte que una de estas organizaciones estaba dirigida por un sacerdote muy amigo de Fujimori. Un día me llamó brindándome la posibilidad de una entrevista con el Presidente. Puedes imaginar mi poco interés de sacarme una foto con él, y, por supuesto, la respuesta fue negativa).

No sé si recuerdas que un día me preguntaste por qué no viajaba más veces a Perú, y en concreto por qué nos inspeccionaba personalmente los proyectos de Cooperación que financiábamos desde el Gobierno Vasco. Como buen profesional del periodismo que eras, te gustaba indagar todo. Y mi respuesta fue a lo vasco, tan de frente como tu propia pregunta, carente de todo aspecto protocolar: “a los amigos que han recibido ayudas de presupuestos públicos hay que inspeccionar de la misma forma que a los desconocidos que han accedido a los mismos”. Y aunque siempre cuesta más tener que enfrentarse, en su caso, con los amigos, sentía la necesidad de total libertad para la toma de mis decisiones. Aunque me resultara doloroso; aunque, como tú mismo afirmas en tu Huellas de un destierro, “estar obligado a publicar una noticia o un comentario que afecta a un amigo produzca desgarros enormes”. Por eso los proyectos de cooperación de Perú fueron inspeccionados por el técnico de la Dirección, Ángel Vázquez”, que en alguna oportunidad le saludaste. El amor a la transparencia y la actuación desde la libertad fueron dos lecciones que aprendí de tu vida.

Me llamó siempre la atención está tu virtud.  E incluso me permití plantearte en una oportunidad algunas preguntas personales sobre tus relaciones con Vargas Llosa y sobre lo que tú pensabas de él. Previamente, te comenté que me encantaba como escritor, que había leído algunas de sus obras, pero que mantenía mis prejuicios sobre sus ideas respecto a los derechos políticos de los pueblos indígenas. No entendía aquel comentario de Ronald Wright en su Continentes Robados: ”Los antiguos peruanos, según Vargas Llosa, estaban cautivos por su rey-dios que, sin instrucciones en sentido contrario, simplemente estaban ahí y se dejaron matar por los conquistadores. Estos trajeron a Perú la perla de la libertad individual; (…) los pueblos indígenas que habitan en Perú en la actualidad deben ser dejados a un lado en nombre del progreso, porque la modernización es sólo posible mediante el sacrificio de las culturas indias”160.  Evidentemente, tú conocías mi ideología y el recorrido histórico del Partido Nacionalista Vasco, defensor siempre de los derechos humanos individuales y colectivos de los Pueblos sin Estado; y no dudaste en mojarte en la respuesta: “Josu, si un día te encuentras con Mario, no le hables del nacionalismo vasco; no os aprecia en absoluto y debe mucho a España”. Y, con el comentario irónico de “a quién no nos gusta el dinero” pasamos a hablar – lo recuerdo como si lo fuera hoy mismo- del nacionalismo vasco, de sus aspiraciones de Paz, de nuestros deseos de que el mundo se percate de una vez para siempre de que las reivindicaciones políticas seculares del nacionalismo democrático no tienen nada que ver con ETA, ni el tiempo, ni en las estrategias, ni en los fines.

FRANCISCO IGARTUA, REFLEXIONES ENTRE MOLINOS DE VIENTO
Fue así aquella nuestra conversación. Pero posteriormente me he reencontrado contigo en tus Reflexiones entre molinos de viento cuando comentas, al contrario de la opinión de Vargas Llosa, que crees “que el Perú es un país desintegrado, desvertebrado, que no logra a constituirse en nación, con un problema central insólito: el problema del indio. (...) Tan denigrante situación tiene responsables bien visibles. Son los hombres que heredaron el poder colonial y no supieron o no quisieron cumplir su deber de ser clase dirigente de la República. Y esta clase, que no tuvo ni talento ni voluntad de dirigir, sigue siendo hoy uno de los principales obstáculos para que Perú inicie el camino de ser nación”. Incluso citas a Carlos Mariátegui que en 1908 escribió aquello de “La cuestión social del Perú es la cuestión indígena, aunque piensen lo contrario los elocuentes cultivadores del socialismo de importación”. No, yo no poseo conocimientos suficientes como para llegar a tales conclusiones. Pero me alegro de volver a releer estos escritos y contrastar la opinión de D. Mario Vargas.

El tema de la Paz era otro de los temas reiterativos de nuestros encuentros en Euskadi. Tú me preguntabas sobre ETA y el sector social que supuestamente le apoyaba; yo, por mi parte, te preguntaba sobre movimientos terroristas en América Latina y en concreto sobre el Sendero Luminoso. Muchas de nuestras perspectivas eran coincidentes, y no sabes cómo me halagaban tus comentarios, sobre todo cuando refiriéndote a Euskadi usabas el adjetivo NUESTRO. En una de las páginas de Francisco Igartua, Oiga y una pasión quijotesca he vuelto a encontrarme con uno de éstos cuando afirmas: “Sin ETA, Euskal Herria sería capaz de hacer frente a los habituales ataques españoles y los derechos de NUESTRO pueblo serían reconocidos en todo el mundo. Pero con ETA, la opinión del mundo se vuelve en nuestra contra”.

Los vascos en general, y en particular quienes entendemos el nacionalismo como una ideología que desde finales del siglo XVIII –casi cien años antes de que Sabino Arana fundara el Partido Nacionalista Vasco-, reivindica sobre todo el desarrollo de la DEMOCRACIA en su sentido más amplio y profundo, es todo un honor contar amigos como tú, de ascendencia vasca, que sentís a esta Tierra Vasca como propia, que nunca has tenido reparo alguno a contar públicamente que las veces que viajabas a Europa, pasabas por Oñate porque para ti “era una gran oportunidad de volver a mis raíces”. En alguna parte he leído que tu biografía no puede escribirse sin tus referencias a Euskal Herria, por mucho que el amigo Mario Vargas te dijera que sobraban las páginas vascas de tus memorias. Evidentemente, tú nos demuestras que los sentimientos patrios a veces no desaparecen  ni en el transcurso de las generaciones, ni por mucho que se viaje. Como te dije en alguna oportunidad, el nacionalismo no es una enfermedad que se cura viajando. Por lo menos en ti y en mí, cuanto más hemos viajado, más hemos apreciado nuestras raíces vascas, y peruanas, al mismo tiempo que más han crecido en nuestras vidas los sentimientos de solidaridad con el resto del mundo. Personalmente te diré que nunca he entendido que la solidaridad internacional nos exija renuncia alguna del amor a nuestra Patria. Como nunca he entendido que para amar lo propio haya que odiar lo ajeno.

Como ves, te redacto mis recuerdos sin ningún orden cronológico. Intento resumirlos temáticamente, como si todos ellos fueran  exponentes de una conversación entrañable de dos amigos durante todo un día. La verdad es que nuestra relación de amistad, más allá de lo que cada uno representábamos institucionalmente, se fundamentaba en aspectos que de alguna forma resultaban coincidentes en nuestras vidas: teníamos amigos comunes en México y Chile, habíamos vivido nuestras experiencias particulares en Cuba, habíamos atravesado por algunas circunstancias políticas peculiares, aunque en tu caso mucho más graves que en el mío de haber padecido un interrogatorio policial  de ocho horas por estar preparando una publicación de un método de aprendizaje del Euskera (lengua vasca) , etc. De ahí que conversamos frecuentemente de la persecución política que habías padecido tantas veces en Perú, de tu exilio en México o Panamá y de tus relaciones con grandes amigos de la Colectividad Vasca como Martín García Urteaga.

No menos recurrido nos resultaba el tema de Cuba: nuestras estancias en Cuba, encuentros con Fidel Castro (en mi caso tres veces) o con diversos lideres de la revolución cubana, de los posicionamientos sobre Cuba de los escritores como García Márquez, Vargas Llosa, Bryce Echenique, Jorge Edwars o Julio Cortázar, de la polémica de éste, Oscar Collazos y Vargas sobre Literatura en la revolución y revolución en la literatura, sobre el quehacer del escritor ante el avance en el perfeccionamiento de valores estéticos y ante los movimientos revolucionarios, etc… En verdad, las horas transcurrían sin danos cuenta, preocupados no tanto de los conceptos estéticos de estos escritores,, al menos por mi parte, sino de sus ideas sociales.

TEXTO SOMETIDO A APROBACIÓN DE LA ASAMBLEA
 DEL II CONGRESO MUNDIAL DE COLECTIVIDADES VASCAS
POR FRANCISCO IGARTUA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD.
Pero, volviendo a mis recuerdos, este tema de “nuestras raíces” era uno de los temas sobre el que  reflexionábamos en los congresos cuatrienales que el Gobierno Vasco organizaba junto con los Centros Vascos. Si mal no recuerdo tú participaste en dos de ellos, con asistencia de representantes de más de veinte países. Todos sentíais el honor de la doble pertenencia: a Euskal Herria y al País de vuestra residencia habitual, superando, como diría Amin Maalouf en Identidades Asesinas “esa concepción (de identidad uniformista) heredada de los conflictos del pasado que sigue dominando en el mundo entero”. Fruto de estos encuentros internacionales fue la declaración del Congreso del 2003, que textualmente dice: “Los representantes de los Centros Vascos presentes en el Tercer Congreso Mundial de las Colectividades Vascas declaramos nuestro doble sentimiento de identidad y pertenencia a este Pueblo Vasco y al País en residimos”.


En años posteriores a la muerte del General Franco algunos socios de los Centros Vascos se planteaban qué eran: vascos o argentinos, vascos o peruanos, vascos o... Más de una vez llegué a escuchar aquello de aquí me consideran vasco y cuando voy a Euskadi me tratan como americano. Tú y yo no teníamos ese problema: teníamos el convencimiento de que vivir con normalidad los sentimientos de pertenencia a dos nacionalidades. Y con esa naturalidad que te caracterizaba, usabas expresiones como “mis raíces vascas” o “nuestro Pueblo Vasco”. Y en el Congreso Mundial de las Colectividades Vascas de 1995 iniciaste su intervención sobre Euskadi y su imagen afirmando “solo me cabe decir que los vascos de ultramar debemos agradecer esta ley (8/1994, de 27 de mayo) que nos incorpora a la sociedad de este país”.

He vuelto a releer el texto de tu intervención. He visto en él a mi amigo Paco con su eterna actitud de renuncia al autohalago: dices que habías “sido invitado al Congreso como acompañante de la delegación del Perú”. Pero ésta no es la verdad: tú fuiste invitado por el propio Lehendakari (Presidente vasco), de acuerdo con el artículo 13-3 de la ley que citas, que textualmente dice: “También podrás asistir al Congreso en calidad de invitados por el Lehendakari del Gobierno Vasco otras personalidades o representantes de instituciones vinculadas a las colectividades vascas”.

Para mí tu intervención fue realmente excelente: yo había promovido la ley 8/1994 citada y en los considerandos de la misma se dice que “el primer centro vasco de América es el de Montevideo, fundado en 1876”. No soy historiador y era la información que tenía,  hasta que no demostraste lo contrario aportando el “documento que reza así: “Por cuanto en la Congregación que tienen fundada los caballeros hijos-dalgo que residen en esta Ciudad de los Reyes del Perú, naturales del Señorío de Bizkaia y Provincia de Gipuzkoa y descendientes de ellos, y los naturales de la Provincia de Alava.Reino de Navarra y de las cuatro villas de la costa de la Montaña... en el convento del Santo San Francisco de esta ciudad, en la capilla que tiene advocación el Santo Cristo y Nuestra Señora de Aránzazu, (Oñate), a quien se dio principio por los años 1612...”. Y prosigues: “Se trata de las nuevas ordenanzas que la “Ilustre Hermandad Vascongada de Nuestra Señora de Aránzazu aprueba el doce de abril de 1635, en la misma Ciudad de los Reyes, hoy conocida por Lima, con los siguientes miembros: 35 de Gipuzkoa, 49 de Bizkaia, 9 de Navarra, 7 de Alava y 5 de las cuatro villas de la Montaña, con la siguiente declaración: “Se ordena para mayor decoro de esta Congregación, que todos los que hubiesen de ser recibidos en ella sean originarios de las partes y lugares referidos...a fin de ejecutar entre sí y con los de su nación obras de socorro mutuo”. Hoy debo agradecerte una vez más tu aportación, por lo me ayudaste –a mí e incluso a los propios historiadores– a corregir y mejorar los conocimientos de la historia de la presencia vasca en el ámbito internacional: Eskerrik asko! Muchas gracias!.

FRANCISCO IGARTUA, SIEMPRE UN EXTRAÑO
No quisiera dejar de referirme en este recordatorio la presentación en Bilbao de tu libro Siempre un extraño. Permíteme que te lo recuerde no como testimonio de las gestiones que realicé, sino como exponente de nuestra amistad. Me bastó tu comentario de la publicación para brindarme a realizar gestiones oportunas para que la sociedad vasca lo conociera a través de un acto en la institución académica más importante de esta capital vizcaína: la Universidad de Deusto. Recurrí a ésta, contacté con la Doctora Rosa Miren Pagola, Directora del Instituto de Estudios Vascos y esposa de quien fuera Diputado de Cultura de la Diputación (Gobierno de la Provincia) de Bizkaia, Dr. Tomás Uribetxebarria (por cierto, nacido en Oñate) y pudimos realizar la presentación de tu obra. En esta oportunidad tuve el honor de conocer a Alfredo Bryce Echenique y de gozar de aquel tan humorístico discurso suyo, en el que entre otras intimidades, contó cómo fue la pedida de mano para tu matrimonio con su hermana, de la reacción de quien sería tu suegro, “con pistola en mano”, y de la intervención de Alfredo diciéndole: “Papá, déjalo entrar, porque dejarle entrar es la mejor forma de que pueda salir”. Junto a mí estaba tu señora o tu cuñada –no recuerdo bien–, que desgañitándose de risa no hacía más que repetir: “Es mentira, es mentira”. Fue un acto académiso hermoso, con una asistencia de público bien numerosa. Te lo merecías.

Podría proseguir rememorando muchísimas anécdotas más. Pero no quisiera finalizar sin una referencia a las tres dedicatorias manuscritas de tus tres libros: en Siempre un extraño, me decías “A Josu Legarreta, con esperanza de que lo disfrute”.  Lo has logrado reiteradas veces; en Huellas de un destierro me halagaste sobremanera condecorándome con el título de “Buen Amigo”; y en Reflexiones entre molinos de viento tus palabras de “A Josu Legarreta, con calurosa amistad le dedico el capítulo sobre Unamuno” eran exponentes de nuestra afición común de leer y releer a este gran pensador y escritor vasco.

Querido Paco: No sé si existes en alguna parte. Pero con mis recuerdos he pretendido resucitarte, para que eternamente vivas en nuestra memoria. Tus libros los conservo como reliquias, en la parte central de mi biblioteca, junto a obras de Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Borges, Vargas Llosa, Jorge Edwars, Mario Benedetti, Ortega y Gasset, Pablo Neruda, Octavio Paz, Hans Küng, Sándor Márai, Bryce Echenique, Carlos Fuentes, Julio Cortazar, etc... De verdad: te siento cerca.

158. Jhon Bazán Aguilar, Francisco Igartua, Oiga y una pasión quijoteca, Fauno Editores, Perú, 2010.
159. Mario Benedetti, Perplejidades de fin de siglo. Seix Barral , Buenos Aires, 2000, pág. 13.
160. Ronald Wright, Continentes Robados, Anaya & Mario Muchnik, Madrid 1994, pág. 19.

JOSU LEGARRERA BILBAO, “Sentimientos compartidos –De mayo del 68 al otoño en libertad” -Ensayo-, Editorial La Oveja Negra Ltda., y Fundación Centro Vasco Euskal Etxea Colombia.  Edición Octubre 2011.



lunes, 10 de febrero de 2014

Oiga

Las Cofradías de Arantzazu y los vascos de Lima

Prólogo, por Josu LEGARRETA BILBAO

LA IDEA QUE DIO ORIGEN A UN LIBRO
En recuerdo de Paco Igartua y Víctor Ortúzar


El haber conocido en los congresos mundiales de las colectividades vascas a ilustres personajes peruano-vascas me permite brindar un testimonio de reconocimiento a quienes con sus aportes han hecho posible este libro, que no solo traduce la historia de una Hermandad solidaria, como es la de Nuestra Señora de Arántzazu de Lima, sino además, como he tomado conocimiento, de la activa presencia de los vascos en las actividades productivas del Perú, de los siglos XVII en adelante.
En realidad no es para mi cosa nueva saber que la Hermandad peruana es una de las primeras fundadas por vascos en el nuevo mundo, lo cual corrigió mi error de considerar al promover la ley 8/1994 del gobierno vasco, y en los considerandos de la misma, que “el primer centro vasco de América es el de Montevideo, fundado en 1876”. De esto hace casi treinta años.
No soy historiador y era la información que tenía,  hasta que Francisco Igartua nos demostró lo contrario aportando el documento que reza así: “Por cuanto en la Congregación que tienen fundada los caballeros hijosdalgo que residen en esta Ciudad de los Reyes del Perú, naturales del Señorío de Bizkaia y Provincia de Gipuzkoa y descendientes de ellos, y los naturales de la Provincia de Alava, Reino de Navarra y de las cuatro villas de la costa de la Montaña... en el convento del Santo San Francisco de esta ciudad, en la capilla que tiene advocación el Santo Cristo y Nuestra Señora de Aránzazu, (Oñate), a quien se dio principio por los años 1612...”. Y prosigue: “Se trata de las nuevas ordenanzas que la “Ilustre Hermandad Vascongada de Nuestra Señora de Aránzazu aprueba el doce de abril de 1635, en la misma Ciudad de los Reyes, hoy conocida por Lima, con los siguientes miembros: 35 de Gipuzkoa, 49 de Bizkaia, 9 de Navarra, 7 de Alava y 5 de las cuatro villas de la Montaña, con la siguiente declaración: “Se ordena para mayor decoro de esta Congregación, que todos los que hubiesen de ser recibidos en ella sean originarios de las partes y lugares referidos...a fin de ejecutar entre sí y con los de su nación obras de socorro mutuo”.
Hoy debo agradecer una vez más esta aportación del gran periodista peruano-vasco, amigo y gran ser humano porque nos ayudó –a mí e incluso a los propios historiadores- a corregir y mejorar los conocimientos de la historia de la presencia vasca en el ámbito internacional: Eskerrik asko! Muchas gracias!
Llegué en mi rol oficial de contacto con el mundo vasco de ultramar a visitar la mayoría de los Centros Vascos del Mundo. Comprobé que algunos  estaban atravesando momentos económicamente difíciles y que no todos los vascos “habían hecho las Américas”. En dos encuentros internacionales celebrados en Argentina: Bahía Blanca (1989) y  Necoechea (1990) se analizó y trató de resolver esta realidad. En representación del Centro Vasco de Lima participaron los Sres. José Ma. Elejalde y Jon Kepa Guarrotxena.
La celebración de congresos de las colectividades vascas, dispuesta por la Ley 8/1994 ya anotada, permitió dar continuidad a esta tarea. El primero de estos Congresos se celebró en 1995. Tuve el honor de contar con la delegación de Perú compuesta por los señores Javier Celaya, Víctor Ortuzar, y Francisco (Paco) Igartua. Una de las primeras referencias de la ponencia de Paco, titulada “Euskadi y su imagen”, fue precisamente sobre esta ley. Sus palabras textuales fueron: “Otras voces más doctas que la mía tocaron y tocarán con amplitud este tema. Sólo me cabe decir que los vascos de ultramar debemos agradecer esta ley que nos incorpora a la sociedad de este país (País Vasco). Docta apreciación del amigo Paco: aun careciendo de competencias exteriores. Gracias a esta ley han quedado institucionalizadas las relaciones de Euskadi con los vascos que residen en otros países. 
Ha sido, por tanto, lo dicho y hablado en esos eventos lo que en esencia ha dado origen a este libro que nos lleva a la historia de la Hermandad vasca de Lima fundada en honor a Nuestra Señora de Arantzazu que siempre ha estado presente en el corazón de los vascos allí donde fueren. Felizmente, digo, su palabra no quedó en el olvido y sembrada en la fértil memoria de muchos de sus amigos nos ha llevado a sumar esfuerzos para que hoy conozcamos un poco más de esa histórica epopeya.
En este recorrido por la vida, creo que una de las satisfacciones es ver plasmadas en realidades muchas de las cosas que antes fueron sueños, esperanzas o simples charlas de café. Creo que realizar este libro importa mucho no solo en Lima, sino también en México, Buenos Aires, Santiago de Chile, Uruguay y en todo lugar donde un vasco inmigrante hace algunos siglos, y que necesita ser rescatado de algún modo para la posteridad.
Esta es la forma, creo, de hacer un aporte al mejor conocimiento de nuestras colectividades vascas y de sus propósitos, de su inserción con la modernidad y con los objetivos de nuestro tiempo. Y que conste, los vascos no son exclusivistas ni discriminantes; al contrario, somos partidarios de la solidaridad en todas sus formas. Ayer fue una hermandad, hoy es la comprensión global.
En este marco optimista, fruto de tantas batallas, positivas y negativas, creo que este libro es un gran aporte a la cultura vasca y de nuestro mundo. Mi corazón late en positivo, porque de un tiempo a esta parte, incluso ante recuerdos negativos, tengo la costumbre de exclamar, quizás con ironía, aunque sin animosidad dañina, la expresión “¡qué divino!” o “¡realidades humanas!”. Este trabajo se enmarca en lo primero.

                                                           Josu Legarreta

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Moción presentada por Francisco Igartua, en el II Congreso Mundial de Colectividades Vascas, Vitoria Gasteiz, 27 de octubre de 1999

Señores y Señoras, o si se quiere al revés para no ser catalogado de vejestorio y de machista.

Aunque no me corresponde, quisiera que mi voz fuera la voz de todas las delegaciones que dan vida a este Segundo Congreso de la Diáspora Vasca, a las que invito a firmar la moción que se les ha alcanzado, moción de respaldo y aplauso al proceso de paz que se va desarrollando desde hace algún tiempo en Euskadi o Euskalerria, en la Patria de todos los vascos, y que esperamos culmine con la victoria de la paz, por muy largo que sea el tiempo que esta tarde y a pesar de los aleves obstáculos que se le han ido y se les irán poniendo.

Los delegados aquí presentes hemos llegado a Gasteiz satisfechos al ver a las fuerzas nacionalistas en un frente común y también con dos sentimientos encontrados, los dos vinculados a un mismo tema: el de la paz. Vemos con alegría, por un lado, que la voluntad de paz no ha decrecido en el conjunto de la sociedad vasca ni en el Gobierno de Euskadi y nos entristece, por otro, advertir que con frecuencia se cae en el juego de los provocadores que actúan desde el poder central, respondiéndoles a estos con infantil violencia callejera. Sin querer –es de suponerlo– las calles colaboran así con la provocación y resultan atentando también ellas, con irracional contra esa paz. Contra la paz, que es el supremo regalo que los cielos tienen reservado para los pueblos.

Esta es una apreciación hecha con la serenidad que la distancia y, gracias a nuestra Telebista, con algún conocimiento de los vaivenes del proceso de paz que se inicio en época del Lehendakari Ardanza y que hoy continúa bajo la tutela del Lehendakari Ibarretxe.

Desde el primer momento entendimos que la paz, necesariamente, tenía que ser producto no de la eliminación de una de las partes del conflicto sino de la conciliación entre todos los involucrados en el problema vasco, problema real, concreto, a pesar de todas las confusiones montadas por los enemigos de la diferenciación vasca, confusiones que han rodeado al problema desde muy antiguo y le siguen rodeando hoy.

Pero este punto, el de la indubitable identidad de lo vasco, es tema que tocare después.

Por ahora, pidiendo disculpas por la intromisión en asuntos internos de la política vasca que, sin embargo, no deja de ser familiar, para muchos de nosotros, centrare la atención en la necesaria conciliación entre adversarios como basamento cierto de una paz, que sea paz y no entreacto a la espera de otra guerra, tal como lo plantea la Declaración de Lizarra. El ejemplo que al respecto está dando Europa es concluyente.

Su unidad actual es producto del entierro de agravios centenarios, del olvido de cientos de millones de muertos y de destrucciones sin cuenta, de voltear y voltear paginas de crueldades horripilantes, con el convencimiento de que victorias y derrotas no han hecho otra cosa que abrir tumbas… Hoy, gracias a los múltiples perdones de una y otras, las naciones europeas han logrado unificarse con mucha mayor consistencia que en épocas medievales, cuando el latín era el idioma del continente y el ingles –la antigua lingua franca del mundo– estaba por nacer… Así, con cimientos viejos, meditados perdones de lo pasado y la mirada puesta en el futuro, esa Europa que nunca dejo de ser continente de pueblos más que de naciones ha logrado la solida paz con la que va naciendo el próximo milenio… ¿Por qué, por tanto, la paz de Euskadi tiene que construirse con la humillación de una de las partes del conflicto?... Actuar de semejante modo no es actuar con voluntad de paz sino de guerra.

No podrá haber paz si la prepotencia, la irracionalidad o la violencia –cualquier violencia, aun la que fuera justificada– se seguirán interponiendo al dialogo abierto en el que la sensatez, el realismo y la madurez histórica debieran ser la brújula para la conciliación de las discrepancias. No buscan la paz sino la guerra los que, desde el poder central, no admiten otra solución que la de ellos y se dedican a provocar a los vascos. Y tampoco tratan de encontrarla los que, delirantes, suponen que el agravio y la acción destemplada contra los otros puede generar algo que no sea acrecentar los odios y alimentar internas amarguras. No advierten estos que darse de cabezazos contra la pared no despierta el raciocino, lo entumece. Semejante actitud es pueril e infecunda, aparte de ilusa, inspirada en fantasiosas utopías. No es enriquecedora de nuestra identidad, de nuestra diferenciación. De una personalidad real, cierta, que viene ininterrumpida desde siglos atrás.

La identidad vasca no nace, como dicen los que la niegan, de un capricho o invención de unos señores bilbaínos casi contemporáneos nuestros. Si nada más que eso hubiera sido el sentimiento vasco de identidad ya habría desaparecido con el desarrollo de la modernidad. Y la verdad, lo estamos comprobando una vez más, con esta asamblea, no es como la personalidad, la diferenciación de los vascos, continua hoy tan robusta como cuando las tribus de Euskal Herria resolvían sus problemas bajo un árbol y constituyeron el reino de Navarra. Luego esa identidad se marco en Fueros y, en las lejanas tierras de América, en Cofradías –casi todas bajo la advocación de la virgen de Aranzazu; cofradías del siglo XVII que fueron el embrión de las actuales Euskaletxeas que nosotros representamos hoy en este Congreso.

También se dice entre los otros que el mestizaje borrara la identidad vasca. Pero la verdad es que, aparte de que los vascos nunca dejaron de mestizarse, esta es una tesis tan igual a la de quienes aseguraran que con la globalización se acabaran las naciones y hasta los gobiernos, dejando paso a la creencia de que los gobiernos del futuro serán los directorios de las empresas transnacionales… A lo que se podría añadir las posibilidad de que el mundo termine habitado por seres clonado, totalmente indiferenciados y, por lo mismo, absolutamente aburridos… quien sabe tanto como los angelitos del cielo.

Sin embargo, aunque no sea imposible que los hombres terminen que condenados a ese supremo aburrimiento, tan tétrico destino estaría todavía perdido en un futuro… Mientras tanto, gozan de buena salud las naciones y los pueblos que respetan su identidad y sus tradiciones, enriqueciendo con sus pluralidades al ser humano.

En tal afirmación de lo propio, de nuestra diferenciación, estamos comprometidos los vascos. Pero esa identidad vasca no se preservara con insensatos bombazos de replica a las provocaciones –aunque la perversidad de estas parecieran justificarlos–, ni agrediendo en las paredes de nuestras ciudades a la otredad. Nuestra identidad se hará mas fuerte afirmando los valores de lo vasco, no odiando a los otros, porque odiando solo se logra acrecentar odios y alimentar amarguras. Se hace patria no cerrándonos, integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad de los logros vascos. Por ejemplo, asumiendo como propio el pensamiento de las grandes personalidades vascas, aun las que sean divergentes a la opinión abertzale. ¿Es acaso inteligente despreciar el aporte a la vasquidad de personalidades universales como Unamuno, Baroja, Maeztu?... Y no se diga, por sus paradojales arbitrariedades –en todo caso muy euskaldunes–, que no era vasco quien como Unamuno se precio de serlo afirmando “y yo lo soy puro, por los dieciséis costados” y quien, mas tarde, al término de sus días terrenos, enfrentándose a Millán Astray, el bárbaro adalid de la soldadesca franquista, ratifico su condición de vasco, reaccionando “ante la afrenta personal que implica la repentina explosión de insultos a los vascos y catalanes” y respondiendo “Yo soy vasco. Nací en Bilbao… Don Miguel de Unamuno no replico con insultos a los insultos sino afirmando su identidad. Para mí, el maestro se comporto con valor de vasco y con inteligencia.

Muchas más divagaciones podríamos añadir a las aquí escritas, pero el tiempo es oro y mis palabras barro.

Concluiré comentando que la entrevista concedida el viernes a todos nosotros por calificados representantes de los tres partidos nacionalistas de Euskadi, me complacieron por ver, por fin juntos a los políticos vascos y orientados en una misma dirección de paz. Sin embargo, las clarísimas y brillantes exposiciones de los señores Otegi, Egibar y Larreina sobre la declaración de lizarra no hacen innecesarias la ardorosa invocación a la cordura de estas mis palabras con las que fundamenta la moción de respaldo y aplauso a quienes iniciaron y a quienes continúan el proceso de paz en el que todos los vascos del mundo estamos esperanzados.

Muchas gracias.

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Declaración Preliminar / Inicial

«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan al Gobierno de Euskadi en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado con acierto por el Lehendakari José Antonio Ardanza y continuado con decisión por el actual Lehendakari Juan José Ibarretxe.»
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Declaración Preliminar / Final

«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.»

Texto sometido a la aprobación de la Asamblea por el Sr. D. Francisco Igartua y la delegación peruana, y que fue aprobado por unanimidad - Vitoria-Gasteiz, 27 de octubre de 1999
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miércoles, 7 de noviembre de 2012

HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DE ARANTZAZU DE LIMA 1612-2012



PALABRAS DEL SEÑOR JHON BAZÁN AGUILAR, DIRECTOR DEL FONDO “EDITORIAL PERIODISTICA OIGA”, EN LA CONFERENCIA CONMEMORATIVA DEL CUATRICENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA COFRADIA DE NUESTRA SEÑORA DE ARANTZAZU EN LIMA

SEÑOR JOSE DE LA PUENTE BRUNKE DIRECTOR DEL INSTITUTO RIVA AGÜERO DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA CATOLICA DEL PERU, DE LA CIUDAD DE LIMA,
SEÑOR DOCTOR DANIEL VALERA LOZA DECANO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y DE RECURSOS HUMANOS DE LA UNIVERSIDAD DE SAN MARTIN DE PORRES, DE LA CIUDAD DE LIMA,
SEÑOR INGENIERO DE MINAS CARLOS MONTORI ALFARO, PRESIDENTE DEL DIRECTORIO DE LA EMPRESA EDITORIAL PERIODISTICA OIGA S.A,
SEÑOR INGENIERO PEDRO OYANGUREN DEL CENTRO VASCO “EUZKO ETXEA DE SANTIAGO”,
SEÑOR DOCTOR REVERENDO PADRE ANTONIO ARTOLA ARBIZA CP, DE LA CONGREGACION PASIONISTA DEL PERU,
SEÑOR DOCTOR OSCAR ALVAREZ GILA DE LA UNIVERSIDAD DEL PAIS VASCO, PAIS VASCO,
SEÑORA DOCTORA ELENA SANCHEZ DE MADARIAGA DE LA UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS DE ESPAÑA,
SEÑOR MAGISTER DIEGO LEVANO MEDINA DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA CATOLICA DEL PERU,
SEÑOR DOCTOR RAUL NOBLECILLA DOMINGUEZ PRESIDENTE DEL CENTRO VASCO “EUSKAL ETXEA DE LIMA”,

SEÑORAS Y SEÑORES

Esta tarde los aquí reunidos echamos una mirada al pasado, rescatando del olvido una esencia que esperó cuatrocientos años a ser rescatada. Una Cofradía fundada por vascos hace cuatro siglos vuelve hoy a ser noticia en Lima, dando evidencia de una presencia terca y accionante que resiste al tiempo, y que aún corre por las venas de muchos de los aquí presentes, que nos sentimos continuadores de ese espíritu que hermana países y  continentes.
Hace unos años, exactamente el 8 de noviembre del año 2010, nuestra empresa Editorial Periodística Oiga presentó el libro “Francisco Igartua, Oiga y una pasión quijotesca”, que cerraba el último círculo de la azarosa vida de la revista Oiga, fundada por el periodista peruano vasco Francisco Igartua Rovira. En esta ocasión cerraremos otro gran círculo –como decía don Miguel de Unamuno– referente a otro sorprendente pasaje de la historia peruana… la historia de la Cofradía de Nuestra Señora de Arantzazu de Lima.
No es casualidad que la figura señera de Igartua esté presente también en este círculo. Fue él precisamente quien en un Congreso de las Colectividades Vascas, el segundo, quien puso en claro que la Cofradía de Lima era una de las más antiguas de su género fundadas en América, precisando incluso la fecha: 1612.
Estaba próximo el Cuatricentenario y la tarea que nos propusimos nos parecía enorme, casi imposible. Pero bien dicen que para los vascos no hay imposibles.
Nuestro primer paso fue localizar las fuentes documentales referentes a la existencia de esta Cofradía (antes del 19 de setiembre de 1865 denominada Ilustre Hermandad Vascongada de Nuestra Señora de Arantzazu de Lima). Ello nos llevó a los archivos documentarios de dos congregaciones religiosas muy antiguas y venerables en el Perú: la de los Agustinos y la de los Franciscanos y posteriormente a los archivos del Arzobispado de Lima. Asimismo, a los archivos históricos de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana, el Archivo de la Nación, la Biblioteca Nacional, y por lógico encadenamiento a muchas colecciones documentales privadas.
El acceso a las fuentes fue un trabajo laborioso, en el cual tuvimos que emplear todo nuestro arte de negociación, dado que las instituciones públicas y sobre toda las religiosas guardan celosamente sus archivos.
Y aunque pasaron los meses y los años, tercos y convencidos de nuestro empeño, con el mismo espíritu comunal que desarrollaron y desarrollan los vascos, seguimos insistiendo en nuestro primer y único objetivo… rescatar los archivos históricos de la cofradía de Nuestra Señora de Arantzazu de Lima.
¡Y vaya si lo hemos conseguido! Bien valió la pena la insistencia. Documentos y testimonios gráficos de esta epopeya vasca ya están con nosotros.
Hoy, nuestra base de imágenes será cedida a instituciones universitarias especializadas para que se cataloguen y puedan anexarse al libro que hoy será reseñado por su director, doctor Oscar Álvarez Gila.
El libro cuenta con 19 colaboraciones, de las cuales tres son póstumas, y abarcan no solo la historia de los vascos de Lima, sino su presencia en América.
Gracias al apoyo de personas de buen corazón –donde incluyo con mucho orgullo a mis padres–, pudimos lograr completar este trabajo.
En esta labor, descubrimos por ejemplo documentos históricos como la Novena de la Virgen de Arantzazu de Lima, desaparecida desde hacía muchos años, que han sido publicadas por nuestro Fondo Editorial el 18 de octubre del presente año con los Estatutos históricos de la Hermandad, cuyos capítulos fueron leídos en el Salón Capitular del Convento de San Francisco.
Asimismo, encontramos los documentos que acreditaban que la imagen de la Virgen que se venera actualmente en el Convento de San Francisco de Lima, fue coronada por la Cofradía de Nuestra Señora de Arantzazu el 9 de julio de 1911, en una ceremonia que fue todo un acontecimiento.
Igualmente hemos asistido a la peregrinación para traer a la santa imagen de Nuestra Señora de Arantzazu de Lima. Viaje que el peregrinaje para traer a la Andra Mari de Yurimaguas fue un acontecimiento único y lo llevamos en el corazón.
En el trabajo de plasmar y obtener los complementos del libro nos han sido muy valiosas las colaboraciones de muchas personas e instituciones, y en especial del Padre Antonio Artola, y de fraternos hermanos vascos como es el caso de don Pedro Oyanguren, de la Euzko Etxea de Santiago de Chile.
¿Cómo no recordar las sabias palabras del Padre Antonio Artola cuando nos señaló que el libro estaría incompleto si previamente no hablábamos del significado de la aparición de Nuestra Andra Mari? Fue así como el Padre Artola, cuya congregación pasionista cumplirá el próximo año su primer centenario de presencia en el Perú, se convirtió en el padre espiritual  de esta obra.
En ciertos momentos podríamos haber dicho que los archivos se encontraban abandonados y en mal estado, y en muchos casos perdidos para siempre. No lo hicimos, la idea fundamental era seguir el ejemplo de México, en el caso de unir en un solo lugar su acervo documentario, y continuar la tarea con la formación del equipo de trabajo, según el modelo de nuestros hermanos vascos santiagueños.
Euzko Etxea de Santiago es un modelo a seguir, gracias en especial a su directiva, a Pedro Oyanguren que nos acompañará en el sembrado del Gernikako Arbola, mañana en el campus de la Universidad de San Martín de Porres, cuya colaboración también destaco, y por supuesto a los anfitriones de esta Noble Casa de Cultura que es el Instituto Riva Agüero. 
Gracias a Josu Legarreta, profundo conocedor de las colectividades vasca en el mundo, como que fue director de Colectividades Vascas del Gobierno Vasco, por quien pudimos conocer al doctor Oscar Álvarez Gila. Gracias, una vez más, póstumamente a Francisco Igartua, y por supuesto a Guillermo Lohmann, José Antonio del Busto y todos los que colaboraron y colaborarán aún para que esta obra siga en pie.

Gracias pueblo vasco, Gora Euskal Herria,

Muchas gracias a todos.

viernes, 16 de marzo de 2012

COFRADIA DE NUESTRA SEÑORA DE ARANZAZU DE LIMA 1612-2012

EuskalKultura.com

Vascos de ambos lados del Atlántico acompañaron a Eusko Etxea de Santiago en su Centenario

19/03/2012

La semana del 12 de marzo ha resultado una semana completita en Santiago de Chile. Eusko Etxea cumplía cien años y la celebración coincidía con la llegada desde Bizkaia de una delegación de empresarios y chefs, con el objetivo trazado de avanzar en las relaciones y la colaboración entre empresas y emprendimientos bilaterales, en un viaje organizado por la Diputación Foral de Bizkaia. Se presentaba así la marca Bilbao-Bizkaia y Eusko Etxea recibía el jueves, en su Euskal Jaia del Centenario, a vascos partícipes de esa delegación y a vascos locales, unidos en una celebración de hermandad. EuskalKultura.com también participó, de la mano de su colaboradora Laida Zabala. He aquí su crónica.

Laida Zabala/Santiago de Chile. Con un pin que reunía en abrazo las enseñas chilena y vasca a un lado, y con un librillo de cantos vascos en la mano. Así accedían a Eusko Etxea de Santiago los invitados que llegaban a participar en Euskal Jaia, la fiesta del Centenario. El escenario, el frontón de la entidad, que de su actividad habitual de botes y rebotes de pelota, pasó a albergar otro acontecimiento, al que proporcionó sin duda el valor añadido de su evidente naturaleza euskaldun. Numerosas sillas y largas mesas aguardaban el momento de ser ocupadas; también los vasos, llamados a recibir tanto las txinpartak y burbujas del txakoli vasco, como los excelentes caldos chilenos que se sirvieron a lo largo de la noche, por no hablar de la espera ansiosa de cuchillos y tenedores, pendientes de poder interactuar con las delicias que ofrecerían los cuatro chefs venidos ex profeso desde Euskadi.

La cancha y aledaños se fueron llenando de invitados. Entre ellos representantes de la Diputación Foral vizcaína, como Imanol Pradales, diputado de Promoción Económica, que encabezaba la delegación vizcaína; directivos y socios de Euzko Etxea e integrantes de la comunidad vasca local; empresarios vascos y amigos chilenos; personas como Alejandro Sande, uno de los fundadores de Emprebask-Chile o la activa Iratxe de Madariaga, cónsul de Chile en Bilbao. Pero había muchos más. José Luis Bilbao, diputado general de Bizkaia, se hizo presente a través de las nuevas tecnologías, mientras el Gobierno Vasco estuvo representado por Ana Urchueguía, delegada de Euskadi en Chile y Perú.

Los dantzaris y el coro de Euzko Etxea

Pedro Oyanguren, responsable del archivo y biblioteca de la institución, nacido en Chile y ligado 'desde siempre' a Euzko Etxea, resumió en su intervención la historia de la decana de las euskal etxeas chilenas, con un especial recuerdo a todos quienes contribuyeron a que fuera posible llegar al centenario. "El vasco que deja atrás su país tiene dos vidas, una soñando con volver y una segunda, luchando por la pervivencia de su identidad". Sus palabras finalizaron pidiendo un brindis por Euzko Etxea. A continuación, las palabras se tornaron música de la mano de los quince cantores del Coro de Eusko Etxea, dirigido por Patricio Aburto, con el acompañamiento musical de Cristian Bustos.

Desde Bilbao, una conexión en directo permitió sumarse al acto a José Luis Bilbao. El diputado general de Bizkaia felicitó a Eusko Etxea por el Centenario y agradeció a los vascos chilenos su permanente contribución a Euskal Herria. "Mi agradecimiento por mantener vuestras dos nacionalidades, la memoria de Euskadi y vuestra raíces", dijo. Tras ello, los dantzaris del grupo "Itxaropen Gaztea" impregnaron de color y movimiento el recinto. Las hermanas Maritxu y Maite Bastarrica lideran la formación y fueron ellas las que interpretaron el 'Agurra' inicial, para más tarde bailar junto a los demás dantzaris 'Makil dantza'. Maite Bastarrica, cuyos padres y abuelos pertenecieron a Euzko Etxea aseguraba que mantiene "la cultura vasca mediante la danza", siendo su cariño por Euskal Herria un sentimiento transmitido de generación en generación.

Celebrar con un menú de Bizkaia

Imanol Pradales se refirió por su parte a la implementación de las relaciones político-económicas vasco-chilenas. "Hemos venido a promocionar nuestra cultura, también la de vertiente empresarial, ésa es nuestra manera de hallar nuestro lugar en el mundo". El diputado vizcaíno de Promoción Económica se proclamó feliz una y otra vez "por el recibimiento inmejorable dispensado en Chile, por la victoria del Athlétic ante el Manchester y por el Centenario de Euzko Etxea". Tras hacer mención a los siete territorios vascos, terminó su intervención con un sonoro 'Gora Euskadi Askatuta'.

Conforme avanzaba el acto, discursos, cantos y bailes preparaban el terreno para el momento gastronómico, esperado sin duda por los presentes: los pintxos, el txakolí y el vino se convirtieron rápidamente en protagonistas, junto a los responsables del buen hacer culinario allí representado por los chefs Beñat Ormaetxea, David Garcia, Javyer Gartzia y Ricardo Perez, y del sommelier Jon Andoni Rementeria. Tras satisfacer la curiosidad gastronómica, el son alegre de la trikitixa y el pandero convocaron a los más animados a cánticos y kalejiras, cruzando estas últimas el frontón de lado a lado. Los participantes en la fiesta del Centenario hallaron sin duda una pequeña Euskal Herria en Eusko Etxea de Santiago. Como señaló Imanol Pradales, "Eusko Etxea cumplirá otros cien años". Que así sea.

jueves, 15 de marzo de 2012

COFRADIA DE NUESTRA SEÑORA DE ARANZAZU DE LIMA 1612-2012

EuskalKultura.com

Euzko Etxea de Santiago de Chile conmemora este mes de marzo su Centenario (1912-2012)

14 marzo de 2012

Marzo de 2012 y la colectividad vasco-chilena está de enhorabuena y de celebración. Euzko Etxea de Santiago conmemora su Centenario y lo hará a través del año con diversos actos culturales y festivos, que se inician esta misma semana con la celebración mañana de una Euskal Jaia, en la que participará [tal como damos cuenta en nota aparte] una selección de chefs vascos de Bizkaia, así como una delegación empresarial de este territorio. Para ubicarnos en las coordenadas y en la historia de la euskal etxea, hemos pedido a Pedro Oyanguren, responsable del archivo del centro y persona de larga trayectoria en la Casa, un artículo de presentación de Euzko Etxea de Santiago. Eskerrik asko, Pedro.

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Por Pedro Oyanguren/Santiago de Chile. Las Cofradías de Arantzazu creadas en Perú, México y Chile se podrían considerar como las primeras instituciones creadas por vascos en América en los siglos XVI y XVII. La de Lima cumple este año sus cuatrocientos años. Estas nacieron seguramente como reminiscencia de la antigua tradición del auzolan, como instituciones de ayudas mutuas.

Solo a partir de fines del XIX y principios del XX comienzan a aparecer las primeras Euskaletxeak, coincidiendo con fuertes emigraciones hacia América. Si se revisan las publicaciones de la época son notorias las influencias nacionalistas que empujaron la creación de estas instituciones. En el caso de Chile, posterior a las de Uruguay y Argentina, la primera publicación de éste tipo corresponde al año 1907.

Solo en Marzo del 1912 aparece la escritura legal de la creación del primer Centro Vasco en Santiago de Chile. Desde entonces funcionó en diversos lugares de la ciudad pues no tenía un sitio en propiedad.

En 1931 se crea dentro del mismo Centro Vasco una agrupación de jóvenes con un mayor compromiso político nacionalista que se llamó Euzko Gastedija, que era la respuesta de lo que sucedía en esa época en Euzkadi. Recibieron en herencia de don Vicente Aranguren el año 1943, una propiedad en la calle Echeverría 1002 en Santiago.

Durante algunos años ambas instituciones siguieron funcionando en forma separada, pero no así en las tres fiestas institucionales que se celebraban en común: Aberri Eguna, Iñaki Deuna (San Ignacio) y Mikel Deuna (San Miguel).

Terminada la Guerra Civil y estando el Gobierno Vasco en el Exilio, se recibió la primera visita del Lehendakari Agirre en el año 1942. Con su llegada se iniciaron las gestiones para unificar ambas instituciones y finalmente logró Agirre la unión.

Euzko Gastedija vendió la sede que tenía y juntos compraron la propiedad actual en la calle Vicuña Mackenna. Transformaron el nombre y pasó a llamarse Euzko Etxea, donde se acoge a los vascos de los siete herrialdes. Se recorrió el país pidiendo ayuda a todos los vascos que estaban en condiciones de prestarla y se comenzó la construcción en 1957 y desde entonces no se ha parado, siempre hay algo más que construir o hacer. Esto es importante, pues siempre que exista la ilusión de un nuevo proyecto, es como un nuevo renacer.