ORACION
PARA EL CUARTO DIA
¡Oh Benefactora del mundo! Torre de David guarnecida que a todo el infierno hace resistencia. Muralla inexpugnable donde el incendio que abraza es el fuego de amor con que tu caridad ardiente a las almas favorece: como lo hiciste con doña Isabel Bimpel, que estando tullida dos años sin conseguir alivio de los médicos y cirujanos, hizo voto de irte a visitar en tu Santuario: para ejecución de sus deseos, mando a buscar cuatro hombres que la cargasen. Entro a tu Sagrado templo, persevero orando en tu presencia, y después sintió tan interior regocijo y gozo en su corazón, que se juzgo estar libre; amago a levantarse, y hallándose fácil, a los primeros movimientos se puso en pie, y dando algunos pasos, reconoció no tener embarazo alguno, y como enajenada de gusto por la salud tan milagrosamente recobrada, levanto el grito en acción de gracia a Dios, y a vos por tan singular beneficio. Toda mi vida he andado por caminos sin dar paso en servicio de Dios, y así Señora, dadme auxilios para caminar por la senda de la perfección, imitando sus pasos, que así mereceré como Isabel levantar el grito en alabanzas de tu Hijo, y sirviéndote cómo debo en esta vida, mereceré alabarte en la gloria. Amén.