En este Día del Periodista, quiero personificar mi saludo en
Ellos, sin embargo, siguen formando parte de nuestra especial Cofrafía. Fueron maestros, quizás severos jefes, compañeros de tertulias y parrandas, feroces competidores en pos de una primicia, consejeros al paso, confidentes, aprendices o realizados, fuimos en las redacciones y en las calles, esencialmente amigos.
Para Pancho Perleche mi inolvidable hermano de mil y una noches, para el Comandante Méndez y su fraterno Hugo, para Marcelo Languasco, poeta del titular al filo de la medianoche tabernera. Para el Cumpa Donayre, a quien de a pocos fui robándole retazos de humanidad hecha poesía, para el "patuto" Oscar Díaz Bravo y su alternante de mesa Jorge Castro de los Ríos; y, claro está, para Alfonso Grados Bertorini quien cambió mis trajines provincianos en mi tierra cercana por los ajetreos de una Lima sesentera; y al ingeniero Federico
Y en cuanto a los fotógrafos, como no mencionar al cabezón Rubens Temoche, a quien literalmente no le entraban balas cuando disparaba sus cámaras; o al exquisito Pedro Shigimoto, prolijo y preciso; y a Willy Retto, ese muchacho mártir que pudo darnos tanto, y que pereció tomando fotos hasta que le cortaron la vida en un lejano pueblo de la sierra de cuyo nombre no quiero acordarme ahora; y Amador García, también victimado allí.
A lo largo de tantos años de correr tras la noticia he perdido tantos amigos, que los que me quedan apenas compensan las penas, que ahogamos en cervezas espumantes en días como hoy. Hay días en que recuerdo al flaco Jiménez, quien me introdujo al mundo de la televisión al empezar los 80s, y también al gordo Mañuco Gutiérrez, con quien por los 90s hice sabroso periodismo en Trujillo; y hay días en que afloran en amicales nostalgias el enjundioso Borboy, el noble flaco Espinar, que fue Presidente de nuestra FPP, Laureano Carnero, el zambo Avendaño, y tantos, tantos más.
A todos ellos les dedico este saludo por el DIA DEL PERIODISTA PERUANO, y los menciono porque los conocí, porque fui de ellos alumno, aprendiz, compadre o compinche de nocturnas correrías. Elevemos el cáliz cotidiano en su nombre, hagamos un sonoro ¡Salud! chocando los cristales de los vasos sacando chispas (oh, me había olvidado de Hugo Villasís, sacapica, mi gran hermano replanero). Por Pancho y el Comandante, por el Cumpa y Laureano, hagamos correr hoy ríos de líquida cebada, allí donde nos encontremos, y en un brindis común –más allá del tiempo y la distancia- reiteremos con ellos que
Lima 1 de Octubre de 2011.
LUIS ALBERTO GUERRERO UCHUYA
Periodista Profesional Colegiado
Reg. CPP 0547 FPP 1165