La Ilustre hermandad
Vascongada
de Nuestra Señora de
Arantzazu
y los vascos de Lima
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Doctor Guillermo Lohmann Villena |
Semblanza del Dr. Guillermo Lohmann
Villena
Si se quisiera describir en dos palabras al doctor Guillermo
Lohmann Villena es preciso llamarlo historiador y diplomático, profesiones a
las que ha consagrado su vida y a las que ha dado, sin duda, notable lustre.
Por eso, el tratamiento adecuado para dirigirse a él es de Doctor y de
Embajador, indistintamente.
"Ojear el curriculum personal de Guillermo Lohmann
-resume con acierto la periodista española Pilar García- es comprobar lo que
puede dar de sí el tiempo de toda una vida sabiéndolo aprovechar al máximo.
Trabajador y estudioso incansable, este peruano de ochenta y cuatro años de
edad continúa, aun después de la jubilación, dedicado por entero a su auténtica
vocación, que no es otra sino la de investigador de los entresijos históricos
del Perú de los siglos XVI y XVII."
El doctor Guillermo Lohmann Villena nació en la calle Schell
del distrito de Miraflores (Lima) el 17 de octubre de 1915, a las 10 de la
mañana, de padre hamburgués, don Juan Pablo Lohmann, y de madre limeña, doña
Carmela Villena Rey.
Sus estudios primarios y secundarios los realizó en la Deutsche
Schule de Lima, salvo en 1928, año que lo cursó en Hamburgo.
En 1933 ingresó en la Universidad Católica para seguir Letras
y Derecho. Desde ese momento hasta la fecha, el doctor Lohmann está
estrechamente vinculado a su alma mater. Precisamente, el cachimbo Lohmann
publicó su primer trabajo, una reseña bibliográfica, en la Revista de la
Universidad Católica (julio de 1933). Siendo todavía alumno en la Facultad de
Letras, en 1936, se convirtió en asistente de las clases del padre Rubén Vargas
Ugarte S.J., exigente catedrático del curso de Historia del Perú II; ejerció la
docencia intermitentemente hasta 1975. El 23 de febrero de 1937 opta al grado
académico de bachiller en Letras. El 5 de agosto de 1938 se doctora en Letras
con la tesis Apuntes para una historia del teatro en Lima durante los siglos
XVI y XVII, la que, como señala el padre Armando Nieto Vélez S.J.,
"mereció no sólo los más altos calificativos de sus profesores, sino
también el elogio de severas personalidades como José de la Riva-Agüero y Osma
y Rubén Vargas Ugarte, que saludaron en él a un joven historiador de
excepcionales dotes." El 30 de mayo de 1939 obtiene su bachillerato en
Derecho y Ciencias Políticas con la tesis Un jurista del virreinato: Juan de
Hevia Bolaño, su vida y sus obras, y el 4 de octubre de 1940 se recibe de
abogado. En 1953 representó a la UC en los actos solemnes del séptimo
centenario de la Universidad de Salamanca (España). El doctor Lohmann es
miembro vitalicio del Instituto Riva-Agüero y es profesor honorario del Departamento
de Humanidades de la PUCP (1989), de cuya Asociación de Egresados y Graduados
ha sido un eficiente y muy colaborador vicepresidente (1990-1997). Con ocasión
de su septuagésimo quinto natalicio, se dedicó al doctor Lohmann el número 17
del Boletín del Instituto Riva-Agüero (Lima: 1990) rindiéndole así un
"cordial homenaje de admiración".
El 12 de abril de 1943 ingresa en el servicio diplomático
como tercer secretario, en el que continuó hasta 1980, llegando a la categoría
de embajador el 1 de enero de 1971. Estuvo por cerca de dos décadas en la
representación peruana en España (1943-1950 y 1952-1962) y luego, en 1965 y
1966, como consejero en la embajada en la República Argentina. Fue director de
la Academia Diplomática del Perú (1969-1971), director general de Protocolo
(1971-1974) y delegado permanente ante la UNESCO (París: 1974-1977). Ha
recibido la Orden El Sol del Perú en el grado de Gran Cruz y ostenta
condecoraciones de Alemania, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia,
Ecuador, España y Venezuela.
Desde 1979 hasta 1983 fue secretario general de la Oficina de
Educación Iberoamericana (hoy Organización de los Estados Americanos para la
Educación, la Ciencia y la Cultura), con sede en Madrid.
En 1945 contribuyó a fundar la Sociedad Peruana de Historia,
apoyando la feliz iniciativa de la doctora Ella Dunbar Temple. En el acta suscrita
el 22 de julio de ese año firmó en representación suya don Pedro Manuel
Benvenutto Murrieta. En la revista Documenta difundió sus trabajos
"Enrique Garcés, minero, poeta y arbitrista" (I/1948) y "La
‘Preciosa Margarita’ del licenciado Diego Flores" (IV/1965).
Desde 1946 es miembro del Instituto Histórico del Perú (a
partir de 1962, Academia Nacional de la Historia). Primero en calidad de
correspondiente, hasta 1955, año en el que fue incorporado como miembro de
número. Ha sido presidente de la Academia entre 1966 y 1979, donde ha honrado
varios cargos y encargos; como el de inspector de archivos y museos en varios
periodos: 1962-1965 y 1979-1980, y en la actualidad como representante de ella
en la Comisión Técnica Nacional de Archivos. En la Revista Histórica se han
dado a la luz diversos escritos suyos (artículos, notas, documentos, discursos
de recepción, recensiones), algunos de los cuales son: "Dos documentos
inéditos sobre Juan del Valle Caviedes" (XI), "El Conde de Cañete: un
virrey desconocido del Perú" (XIV), "Documentos cifrados relativos al
Perú en la época del virreinato" (XXII), "Apuntaciones sobre el curso
de los precios de los artículos de primera necesidad en Lima durante el siglo
XVI "(XXIX), "La fecha exacta de la fundación de Huamanga" (XXXVI),
"Cieza de León en el Perú" (XXXVII) y "Rodrigo Lozano,
øcronista? "(XXXVIII).
En 1948 obtuvo el Premio Nacional de Historia Inca Garcilaso
de la Vega por su libro El Conde de Lemos, virrey del Perú, calificado de
novedoso por el contenido y por el tratamiento metodológico del tema.
Don Guillermo Lohmann ha sido rector de la Universidad del
Pacífico en 1969. El Consejo Universitario de esta prestigiosa casa de
estudios, en sesión de 9 de junio de 1999, acordó la adhesión institucional a
su candidatura a este Premio Southern Perú, considerando "… los evidentes
méritos intelectuales del Dr. Lohmann, cuya labor en el terreno de la Historia
ha inaugurado nuevas rutas para la comprensión del Perú y se ha convertido en
modelo de seriedad y decencia intelectuales."
El 7 de julio de 1972, el doctor Lohmann ingresó como miembro
de número en la Academia Peruana de la Lengua con un discurso sobre la
"Poesía satírico-política durante el virreinato." Fue recibido y
saludado por el director de la Corporación, don Aurelio Miró Quesada Sosa;
actualmente es su vicedirector. Colabora en su Boletín. También es miembro
fundador del Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú (1973). Allí es
autor del tomo IV (siglos XVII y XVIII) de la Historia Marítima del Perú (1977).
Entre 1966 y 1969 fue director de la Biblioteca Nacional de
Perú y en 1985 fue jefe del Archivo General de la Nación, institución a la que
está relacionado de modo muy cercano desde julio de 1937 cuando llegó al
entonces Archivo Nacional, bajo el afortunado padrinazgo del padre Vargas
Ugarte. Don Guillermo Lohmann es el investigador de más larga consulta en el
AGN: sesenta y dos años, hasta la fecha. Su nombre figura en distintas entregas
de la Revista del Archivo Nacional y de la Revista del Archivo General de la
Nación, de la que integra su comité de redacción.
Como investigador en fuentes de primera mano, don Guillermo
Lohmann Villena ha revisado múltiples archivos con una minuciosidad increíble.
Uno de ellos, al que está ligado inevitablemente su nombre, su figura y su
trabajo, es el Archivo General de Indias, en Sevilla, ciudad a la que acude,
por lo menos una vez al año, en Semana Santa, para participar como nazareno en
la estación de penitencia de la Hermandad de Nuestra Señora de la Amargura. Su
sitio de honor en tierras hispalenses está en la Escuela de Estudios
Hispano-Americanos, que tiene en el Anuario de Estudios Americanos su medio de
expresión más cabal y en el que se ha acogido a más de una de sus importantes
contribuciones.
Es miembro fundador (1986) de la Academia Peruana de Historia
Eclesiástica (antes Instituto Peruano de Historia Eclesiástica). En su Revista
ha dado a conocer sus pesquisas acerca de: "Seminario de Santo Toribio de
Lima" (1/1989), "Nuevos datos sobre Fray Antonio de la Calancha y la
impresión de la Corónica Moralizada" (2/1992), "La Corona española y
la población indígena" (3/1994), "Alonso de la Cueva Ponce de León:
historiador de la Iglesia peruana" (4/1995) y las recensiones de los libros
Santa Rosa y su tiempo (Lima: Banco de Crédito, 1995) (5/1996) e Itinerario
para párrocos de indios (Madrid: CSIC, 1995) de Alonso de la Peña Montenegro
(6/1998).
Diversas corporaciones han reconocido la valía intelectual
del doctor Lohmann. En 1956 obtuvo el Premio Menéndez Pelayo. La Universidad de
Sevilla le confirió el título de Doctor honoris causa (1965). El Centro de
Estudios Histórico-Militares del Perú lo distinguió con el Premio Luis Antonio
Eguiguren. El 16 de marzo de 1991 fue recibido como académico de honor de la Sevillana
de Buenas Letras, dando lectura al discurso titulado "Presencia sevillana
en Lima". Es socio honorario de la Asociación de Archiveros del Perú
(1998); miembro de honor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de
Madrid y de The Hispanic Society of America, así como de las Academias
Nacionales de la Historia de la Argentina, Bolivia, Chile y España.
Para comprender su magnífico aporte en el campo de la
investigación histórica basta leer la "Biobibliografía de Guillermo
Lohmann Villena" preparada por Pedro Guibovich Pérez y publicada en el
N¾17 del Boletín del Instituto Riva-Agüero (p. 13-45). Hasta 1990 registra 385
títulos. En lista incompleta, sus libros son: El arte dramático en Lima durante
el virreinato (1945), Los americanos en las órdenes nobiliarias (1529-1900)
(1947), Las minas de Huancavelica en los siglos XVI y XVII (1949), El Gran
Canciller de las Indias (1953), Informaciones genealógicas de peruanos seguidas
ante el Santo Oficio (1957), El Corregidor de Indios en el Perú bajos los
Austrias (1957), Las relaciones de los virreyes del Perú (1959), Las defensas
militares de Lima y Callao (1964), Juan de Matienzo. Gobierno del Perú (1567)
(1967), Les Espinosa, une famille d’hommes d’affaires en Espagne et aux Indes a
l’époque de la colonisation (1968), Los ministros de la Audiencia de Lima en el
reinado de los Borbones (1700-1821) (1974), Las ideas jurídico-políticas en la
rebelión de Gonzalo Pizarro (1977), Personajes y estampas de Piura virreinal
(1979), Los regidores perpetuos del Cabildo de Lima (1535-1821) (1983), Pedro
de Peralta (1987), Amarilis indiana: identificación y semblanza (1993),
Francisco Pizarro. Testimonio. Documentos oficiales, cartas y escritos varios
(1986) e Inquisidores, virreyes y disidentes: el Santo Oficio y la sátira
política (1999).
El doctor Lohmann casó en la parroquia de San Agustín, en
Madrid, el 15 de noviembre de 1945, con doña Paloma Luca de Tena, de cuyo
matrimonio han nacido Paloma, Rosario, Juan Guillermo, Catalina, María Rosa y
María del Carmen. Tiene catorce nietos y dos bisnietos.
"La razón de ser de la Historia -señala el doctor
Lohmann- no es la indagación de lo pasado por el exclusivo virtuosismo de saber
cómo fue, sino para llegar a conocer unos hombres y unos acontecimientos que
han condicionado nuestro presente. En los archivos queda la expresión más cabal
del quehacer humano en todas sus dimensiones y en sus polvorientos legajos
anida una incitación constante para descubrir la verdad del pasado, remoto o
próximo. Por eso me constituí en un afanoso acarreador de materia prima
histórica, y como el gran bibliógrafo chileno José Toribio Medina, puedo decir
que he trabajado mucho y me he cansado poco. La vida es demasiado corta para no
ocupar cada instante con algo provechoso y útil."
Lima, 17 de octubre de 1999.
César Gutiérrez Muñoz
Archivero de la Universidad
Pontificia Universidad Católica del Perú
El doctor Lohmann casó en la parroquia de San Agustín, en Madrid, el 15 de noviembre de 1945, con doña Paloma Luca de Tena, de cuyo matrimonio han nacido Paloma, Rosario, Juan Guillermo, Catalina, María Rosa y María del Carmen. Tiene catorce nietos y dos bisnietos.
ResponderEliminar"La razón de ser de la Historia -señala el doctor Lohmann- no es la indagación de lo pasado por el exclusivo virtuosismo de saber cómo fue, sino para llegar a conocer unos hombres y unos acontecimientos que han condicionado nuestro presente. En los archivos queda la expresión más cabal del quehacer humano en todas sus dimensiones y en sus polvorientos legajos anida una incitación constante para descubrir la verdad del pasado, remoto o próximo. Por eso me constituí en un afanoso acarreador de materia prima histórica, y como el gran bibliógrafo chileno José Toribio Medina, puedo decir que he trabajado mucho y me he cansado poco. La vida es demasiado corta para no ocupar cada instante con algo provechoso y útil."
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