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DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA

DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA
FRANCISCO IGARTUA CON DORIS GIBSON, PIEZA CLAVE EN LA FUNDACION DE OIGA, EN 1950 CONFUNDARIAN CARETAS.

«También la providencia fue bondadosa conmigo, al haberme permitido -poniendo a parte estos años que acabo de relatar- escribir siempre en periódicos de mi propiedad, sin atadura alguna, tomando los riesgos y las decisiones dictadas por mi conciencia en el tono en que se me iba la pluma, no siempre dentro de la mesura que tanto gusta a la gente limeña. Fundé Caretas y Oiga, aunque ésta tuvo un primer nacimiento en noviembre de 1948, ocasión en la que también conté con la ayuda decisiva de Doris Gibson, mi socia, mi colaboradora, mi compañera, mi sostén en Caretas, que apareció el año 50. Pero éste es asunto que he tocado ampliamente en un ensayo sobre la prensa revisteril que publiqué años atrás y que, quién sabe, reaparezca en esta edición con algunas enmiendas y añadiduras». FRANCISCO IGARTUA - «ANDANZAS DE UN PERIODISTA MÁS DE 50 AÑOS DE LUCHA EN EL PERÚ - OIGA 9 DE NOVIEMBRE DE 1992»

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«Cierra Oiga para no prostituir sus banderas, o sea sus ideales que fueron y son de los peruanos amantes de las libertades cívicas, de la democracia y de la tolerancia, aunque seamos intolerantes contra la corrupción, con el juego sucio de los gobernantes y de sus autoridades. El pecado de la revista, su pecado mayor, fue quien sabe ser intransigente con su verdad» FRANCISCO IGARTUA – «ADIÓS CON LA SATISFACCIÓN DE NO HABER CLAUDICADO», EDITORIAL «ADIÓS AMIGOS Y ENEMIGOS», OIGA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995

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LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU

LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

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LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.» FRANCISCO IGARTUA - TEXTO SOMETIDO A LA APROBACION DE LA ASAMBLEA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD - VITORIA-GASTEIZ, 27 DE OCTUBRE DE 1999.

«Muchos más ejemplos del particularismo vasco, de la identidad euskaldun, se pueden extraer de la lectura de estos ajados documentos americanos, pero el espacio, tirano del periodismo, me obliga a concluir y lo hago con un reclamo cara al futuro. Identidad significa afirmación de lo propio y no agresión a la otredad, afirmación actualizada-repito actualizada- de tradiciones que enriquecen la salud de los pueblos y naciones y las pluralidades del ser humano. No se hace patria odiando a los otros, cerrándonos, sino integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad del ser vasco. Por ejemplo, asumiendo como propio -porque lo es- el pensamiento de las grandes personalidades vascas, incluido el de los que han sido reacios al Bizcaitarrismo como es el caso de Unamuno, Baroja, Maeztu, figuras universales y profundamente vascas, tanto que don Miguel se preciaba de serlo afirmando «y yo lo soy puro, por los dieciséis costados». Lo decía con el mismo espíritu con el que los vascos en 1612, comenzaban a reunirse en Euskaletxeak aquí en América» - FRANCISCO IGARTUA - AMERICA Y LAS EUSKALETXEAK - EUSKONEWS & MEDIA 72.ZBK 24-31 DE MARZO 2000

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lunes, 29 de julio de 2013

LA TERCERA

 Colección Archivo Ilustre Cofradía Vascongada de Nuestra Señora de Aránzazu de Lima

LA TERCERA

AUGUSTO B. LEGUIA - Colección Archivo Ilustre Cofradía Vascongada de Nuestra Señora de Aránzazu de Lima

LA TERCERA

AUGUSTO B. LEGUIA – Presidente Constitucional 1924 - Colección Archivo Ilustre Cofradía Vascongada de Nuestra Señora de Aránzazu de Lima

LA TERCERA

AUGUSTO B. LEGUIA – Presidente Constitucional 1919 - Colección Archivo Ilustre Cofradía Vascongada de Nuestra Señora de Aránzazu de Lima


LA TERCERA

AUGUSTO B. LEGUIA – Presidente Constitucional 1909 - Colección Archivo Ilustre Cofradía Vascongada de Nuestra Señora de Aránzazu de Lima

LA TERCERA

INSTITUTO RIVA-AGÜERO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ - Mesa en torno a la figura de Augusto B. Leguía

LA TERCERA

INSTITUTO RIVA-AGÜERO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ - Mesa en torno a la figura de Augusto B. Leguía

LA TERCERA

INSTITUTO RIVA-AGÜERO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ - Mesa en torno a la figura de Augusto B. Leguía

LA TERCERA

INSTITUTO RIVA-AGÜERO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ - Mesa en torno a la figura de Augusto B. Leguía

LA TERCERA

INSTITUTO RIVA-AGÜERO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ - Mesa en torno a la figura de Augusto B. Leguía

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INSTITUTO RIVA-AGÜERO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ - Mesa en torno a la figura de Augusto B. Leguía

LA TERCERA

INSTITUTO RIVA-AGÜERO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ - Mesa en torno a la figura de Augusto B. Leguía

LA TERCERA

INSTITUTO RIVA-AGÜERO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ - Mesa en torno a la figura de Augusto B. Leguía

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INSTITUTO RIVA-AGÜERO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ - Mesa en torno a la figura de Augusto B. Leguía

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INSTITUTO RIVA-AGÜERO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ - Mesa en torno a la figura de Augusto B. Leguía

LA TERCERA

Instituto Riva-Agüero de la Pontificia Universidad Católica del Perú - Mesa en torno a la figura de Augusto B. Leguía

martes, 23 de julio de 2013

LA TERCERA

Para el álbum

Lohmann en su casa. 
Guillermo Lohmann Villena fue un peruano de ascendencia alemana que se hizo de Sevilla. De la mejor Sevilla que tenemos. De la Sevilla de la investigación, de la Sevilla americana, de la Sevilla de hermandades como La Amargura. Esta misma semana, tan inalcanzable investigador, esposo que fue de Paloma Luca de Tena, volvía a uno de sus rincones sevillanos preferidos: el Archivo de Indias. Donde la Embajada del Perú le ha levantado bronce para perpetuar su excelencia como historiador y como sevillano de Lima. Bienvenido don Guillermo y siéntase como en su casa.

ABC Sevilla

LA TERCERA

La Ilustre hermandad Vascongada
de Nuestra Señora de Arantzazu
y los vascos de Lima

Doctor Guillermo Lohmann Villena

Semblanza del Dr. Guillermo Lohmann Villena

Si se quisiera describir en dos palabras al doctor Guillermo Lohmann Villena es preciso llamarlo historiador y diplomático, profesiones a las que ha consagrado su vida y a las que ha dado, sin duda, notable lustre. Por eso, el tratamiento adecuado para dirigirse a él es de Doctor y de Embajador, indistintamente.

"Ojear el curriculum personal de Guillermo Lohmann -resume con acierto la periodista española Pilar García- es comprobar lo que puede dar de sí el tiempo de toda una vida sabiéndolo aprovechar al máximo. Trabajador y estudioso incansable, este peruano de ochenta y cuatro años de edad continúa, aun después de la jubilación, dedicado por entero a su auténtica vocación, que no es otra sino la de investigador de los entresijos históricos del Perú de los siglos XVI y XVII."

El doctor Guillermo Lohmann Villena nació en la calle Schell del distrito de Miraflores (Lima) el 17 de octubre de 1915, a las 10 de la mañana, de padre hamburgués, don Juan Pablo Lohmann, y de madre limeña, doña Carmela Villena Rey.

Sus estudios primarios y secundarios los realizó en la Deutsche Schule de Lima, salvo en 1928, año que lo cursó en Hamburgo.

En 1933 ingresó en la Universidad Católica para seguir Letras y Derecho. Desde ese momento hasta la fecha, el doctor Lohmann está estrechamente vinculado a su alma mater. Precisamente, el cachimbo Lohmann publicó su primer trabajo, una reseña bibliográfica, en la Revista de la Universidad Católica (julio de 1933). Siendo todavía alumno en la Facultad de Letras, en 1936, se convirtió en asistente de las clases del padre Rubén Vargas Ugarte S.J., exigente catedrático del curso de Historia del Perú II; ejerció la docencia intermitentemente hasta 1975. El 23 de febrero de 1937 opta al grado académico de bachiller en Letras. El 5 de agosto de 1938 se doctora en Letras con la tesis Apuntes para una historia del teatro en Lima durante los siglos XVI y XVII, la que, como señala el padre Armando Nieto Vélez S.J., "mereció no sólo los más altos calificativos de sus profesores, sino también el elogio de severas personalidades como José de la Riva-Agüero y Osma y Rubén Vargas Ugarte, que saludaron en él a un joven historiador de excepcionales dotes." El 30 de mayo de 1939 obtiene su bachillerato en Derecho y Ciencias Políticas con la tesis Un jurista del virreinato: Juan de Hevia Bolaño, su vida y sus obras, y el 4 de octubre de 1940 se recibe de abogado. En 1953 representó a la UC en los actos solemnes del séptimo centenario de la Universidad de Salamanca (España). El doctor Lohmann es miembro vitalicio del Instituto Riva-Agüero y es profesor honorario del Departamento de Humanidades de la PUCP (1989), de cuya Asociación de Egresados y Graduados ha sido un eficiente y muy colaborador vicepresidente (1990-1997). Con ocasión de su septuagésimo quinto natalicio, se dedicó al doctor Lohmann el número 17 del Boletín del Instituto Riva-Agüero (Lima: 1990) rindiéndole así un "cordial homenaje de admiración".

El 12 de abril de 1943 ingresa en el servicio diplomático como tercer secretario, en el que continuó hasta 1980, llegando a la categoría de embajador el 1 de enero de 1971. Estuvo por cerca de dos décadas en la representación peruana en España (1943-1950 y 1952-1962) y luego, en 1965 y 1966, como consejero en la embajada en la República Argentina. Fue director de la Academia Diplomática del Perú (1969-1971), director general de Protocolo (1971-1974) y delegado permanente ante la UNESCO (París: 1974-1977). Ha recibido la Orden El Sol del Perú en el grado de Gran Cruz y ostenta condecoraciones de Alemania, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España y Venezuela.

Desde 1979 hasta 1983 fue secretario general de la Oficina de Educación Iberoamericana (hoy Organización de los Estados Americanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura), con sede en Madrid.

En 1945 contribuyó a fundar la Sociedad Peruana de Historia, apoyando la feliz iniciativa de la doctora Ella Dunbar Temple. En el acta suscrita el 22 de julio de ese año firmó en representación suya don Pedro Manuel Benvenutto Murrieta. En la revista Documenta difundió sus trabajos "Enrique Garcés, minero, poeta y arbitrista" (I/1948) y "La ‘Preciosa Margarita’ del licenciado Diego Flores" (IV/1965).

Desde 1946 es miembro del Instituto Histórico del Perú (a partir de 1962, Academia Nacional de la Historia). Primero en calidad de correspondiente, hasta 1955, año en el que fue incorporado como miembro de número. Ha sido presidente de la Academia entre 1966 y 1979, donde ha honrado varios cargos y encargos; como el de inspector de archivos y museos en varios periodos: 1962-1965 y 1979-1980, y en la actualidad como representante de ella en la Comisión Técnica Nacional de Archivos. En la Revista Histórica se han dado a la luz diversos escritos suyos (artículos, notas, documentos, discursos de recepción, recensiones), algunos de los cuales son: "Dos documentos inéditos sobre Juan del Valle Caviedes" (XI), "El Conde de Cañete: un virrey desconocido del Perú" (XIV), "Documentos cifrados relativos al Perú en la época del virreinato" (XXII), "Apuntaciones sobre el curso de los precios de los artículos de primera necesidad en Lima durante el siglo XVI "(XXIX), "La fecha exacta de la fundación de Huamanga" (XXXVI), "Cieza de León en el Perú" (XXXVII) y "Rodrigo Lozano, øcronista? "(XXXVIII).

En 1948 obtuvo el Premio Nacional de Historia Inca Garcilaso de la Vega por su libro El Conde de Lemos, virrey del Perú, calificado de novedoso por el contenido y por el tratamiento metodológico del tema.

Don Guillermo Lohmann ha sido rector de la Universidad del Pacífico en 1969. El Consejo Universitario de esta prestigiosa casa de estudios, en sesión de 9 de junio de 1999, acordó la adhesión institucional a su candidatura a este Premio Southern Perú, considerando "… los evidentes méritos intelectuales del Dr. Lohmann, cuya labor en el terreno de la Historia ha inaugurado nuevas rutas para la comprensión del Perú y se ha convertido en modelo de seriedad y decencia intelectuales."

El 7 de julio de 1972, el doctor Lohmann ingresó como miembro de número en la Academia Peruana de la Lengua con un discurso sobre la "Poesía satírico-política durante el virreinato." Fue recibido y saludado por el director de la Corporación, don Aurelio Miró Quesada Sosa; actualmente es su vicedirector. Colabora en su Boletín. También es miembro fundador del Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú (1973). Allí es autor del tomo IV (siglos XVII y XVIII) de la Historia Marítima del Perú (1977).

Entre 1966 y 1969 fue director de la Biblioteca Nacional de Perú y en 1985 fue jefe del Archivo General de la Nación, institución a la que está relacionado de modo muy cercano desde julio de 1937 cuando llegó al entonces Archivo Nacional, bajo el afortunado padrinazgo del padre Vargas Ugarte. Don Guillermo Lohmann es el investigador de más larga consulta en el AGN: sesenta y dos años, hasta la fecha. Su nombre figura en distintas entregas de la Revista del Archivo Nacional y de la Revista del Archivo General de la Nación, de la que integra su comité de redacción.

Como investigador en fuentes de primera mano, don Guillermo Lohmann Villena ha revisado múltiples archivos con una minuciosidad increíble. Uno de ellos, al que está ligado inevitablemente su nombre, su figura y su trabajo, es el Archivo General de Indias, en Sevilla, ciudad a la que acude, por lo menos una vez al año, en Semana Santa, para participar como nazareno en la estación de penitencia de la Hermandad de Nuestra Señora de la Amargura. Su sitio de honor en tierras hispalenses está en la Escuela de Estudios Hispano-Americanos, que tiene en el Anuario de Estudios Americanos su medio de expresión más cabal y en el que se ha acogido a más de una de sus importantes contribuciones.

Es miembro fundador (1986) de la Academia Peruana de Historia Eclesiástica (antes Instituto Peruano de Historia Eclesiástica). En su Revista ha dado a conocer sus pesquisas acerca de: "Seminario de Santo Toribio de Lima" (1/1989), "Nuevos datos sobre Fray Antonio de la Calancha y la impresión de la Corónica Moralizada" (2/1992), "La Corona española y la población indígena" (3/1994), "Alonso de la Cueva Ponce de León: historiador de la Iglesia peruana" (4/1995) y las recensiones de los libros Santa Rosa y su tiempo (Lima: Banco de Crédito, 1995) (5/1996) e Itinerario para párrocos de indios (Madrid: CSIC, 1995) de Alonso de la Peña Montenegro (6/1998).

Diversas corporaciones han reconocido la valía intelectual del doctor Lohmann. En 1956 obtuvo el Premio Menéndez Pelayo. La Universidad de Sevilla le confirió el título de Doctor honoris causa (1965). El Centro de Estudios Histórico-Militares del Perú lo distinguió con el Premio Luis Antonio Eguiguren. El 16 de marzo de 1991 fue recibido como académico de honor de la Sevillana de Buenas Letras, dando lectura al discurso titulado "Presencia sevillana en Lima". Es socio honorario de la Asociación de Archiveros del Perú (1998); miembro de honor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid y de The Hispanic Society of America, así como de las Academias Nacionales de la Historia de la Argentina, Bolivia, Chile y España.

Para comprender su magnífico aporte en el campo de la investigación histórica basta leer la "Biobibliografía de Guillermo Lohmann Villena" preparada por Pedro Guibovich Pérez y publicada en el N¾17 del Boletín del Instituto Riva-Agüero (p. 13-45). Hasta 1990 registra 385 títulos. En lista incompleta, sus libros son: El arte dramático en Lima durante el virreinato (1945), Los americanos en las órdenes nobiliarias (1529-1900) (1947), Las minas de Huancavelica en los siglos XVI y XVII (1949), El Gran Canciller de las Indias (1953), Informaciones genealógicas de peruanos seguidas ante el Santo Oficio (1957), El Corregidor de Indios en el Perú bajos los Austrias (1957), Las relaciones de los virreyes del Perú (1959), Las defensas militares de Lima y Callao (1964), Juan de Matienzo. Gobierno del Perú (1567) (1967), Les Espinosa, une famille d’hommes d’affaires en Espagne et aux Indes a l’époque de la colonisation (1968), Los ministros de la Audiencia de Lima en el reinado de los Borbones (1700-1821) (1974), Las ideas jurídico-políticas en la rebelión de Gonzalo Pizarro (1977), Personajes y estampas de Piura virreinal (1979), Los regidores perpetuos del Cabildo de Lima (1535-1821) (1983), Pedro de Peralta (1987), Amarilis indiana: identificación y semblanza (1993), Francisco Pizarro. Testimonio. Documentos oficiales, cartas y escritos varios (1986) e Inquisidores, virreyes y disidentes: el Santo Oficio y la sátira política (1999).

El doctor Lohmann casó en la parroquia de San Agustín, en Madrid, el 15 de noviembre de 1945, con doña Paloma Luca de Tena, de cuyo matrimonio han nacido Paloma, Rosario, Juan Guillermo, Catalina, María Rosa y María del Carmen. Tiene catorce nietos y dos bisnietos.

"La razón de ser de la Historia -señala el doctor Lohmann- no es la indagación de lo pasado por el exclusivo virtuosismo de saber cómo fue, sino para llegar a conocer unos hombres y unos acontecimientos que han condicionado nuestro presente. En los archivos queda la expresión más cabal del quehacer humano en todas sus dimensiones y en sus polvorientos legajos anida una incitación constante para descubrir la verdad del pasado, remoto o próximo. Por eso me constituí en un afanoso acarreador de materia prima histórica, y como el gran bibliógrafo chileno José Toribio Medina, puedo decir que he trabajado mucho y me he cansado poco. La vida es demasiado corta para no ocupar cada instante con algo provechoso y útil."

Lima, 17 de octubre de 1999.



César Gutiérrez Muñoz
Archivero de la Universidad

Pontificia Universidad Católica del Perú

lunes, 22 de julio de 2013

LA TERCERA

Doctor Guillermo Lohmann Villena

La Ilustre hermandad Vascongada

de Nuestra Señora de Arantzazu

y los vascos de Lima

GUILLERMO LOHMANN VILLENA EN PERSPECTIVA HISTÓRICA

Pedro Guibovich Pérez

Pontificia Universidad Católica del Perú

El 14 de julio del 2005, falleció en Lima, su ciudad natal, Guillermo Lohmann Villena, sin duda el más prolífico de los historiadores peruanos y el más importante especialista en la época virreinal -y no colonial, como solía decir- . Su partida nos sorprendió a todos, porque, para los que lo conocimos, Lohmann era un ejemplo de vitalidad y tesón en el trabajo de investigación, y su figura se había hecho muy habitual en los repositorios documentales y bibliográficos de esta ciudad. No está más entre nosotros, pero queda su obra, y sobre ella trataré en las líneas que siguen. Después de culminar sus estudios secundarios en el Colegio Alemán, Lohmann ingresó a la Universidad Católica en 1933. Por ese entonces, la Universidad de San Marcos estaba cerrada por orden del gobierno, de modo que la Universidad Católica se volvió un centro de gran actividad intelectual. Durante aquellos años, gravitaban en el medio académico de la capital dos importantes figuras de la historiografía nacional: José de la Riva-Agüero y Rubén Vargas Ugarte, vinculados ambos también a la casa de estudios de la Plaza Francia. Lohmann siempre profesó una especial admiración por la figura y obra de Riva-Agüero, de quien se consideraba discípulo. Alguna vez, escribió que en las conversaciones con Riva-Agüero había aprendido
«Mucho de aquel pasado peruano que no consta en los documentos y que solo su memoria prodigiosa había rescatado de recuerdos familiares y de la tradición oral suscitada por su inagotable curiosidad».1
Lohmann admiró de la obra de Riva-Agüero su poder evocador, su contribución a la formación de la conciencia nacional y su revaloración del periodo colonial. Pero, sobre todo, admiró su carácter erudito, en particular la manera de tratar las fuentes históricas. En su obra, Riva-Agüero se reveló como un auténtico innovador dentro de los estudios históricos en el Perú de inicios del siglo XX, ya que fue el primero en llamar la atención sobre la necesidad de evaluar las fuentes documentales manuscritas e impresas a partir del establecimiento de su crédito informativo, para luego discriminar su uso, tareas que «a ninguno de nuestros historiadores se le había ocurrido», escribió Lohmann.2
Riva-Agüero nunca llegó a sistematizar lo que pensaba acerca de la metodología para escribir Historia, como sí Rubén Vargas Ugarte, catedrático de Historia del Perú en la Universidad Católica y, por tanto, profesor de Lohmann. Tanto Riva-Agüero como Vargas Ugarte coincidían en la importancia del estudio de las fuentes como punto de partida para la composición de la Historia. Vargas Ugarte sostuvo en su Historia del Perú (curso universitario), obra publicada por primera vez en 1939, que, «para adentrarse en las reconditeces del ayer y dar de él una imagen en lo posible idéntica a la realidad», era preciso hacer una investigación prolija de las fuentes, de los documentos, operación preliminar e indispensable sin la cual no podía levantarse nada sólido.3
Al reseñar la obra de su maestro, Lohmann escribió que las recomendaciones metodológicas de Vargas Ugarte eran de especial importancia en el medio historiográfico peruano, «porque desgraciadamente todavía en nuestro país, existe muy difundido el criterio anticuado y nefasto de los antiguos sistemas para escribir la reconstrucción del pasado».
En tal sentido, censuró que no se practicase «la fiel transcripción de los textos», como tampoco la valoración de los mismos, o que se dejasen de «cumplir con negligencia los postulados que prescribe la metodología moderna para la cabal realización de las obras sobre Historia».4
Se trataba, pues, de una reacción contra la manera de escribir Historia que por entonces imperaba en el medio académico peruano. Esta ruptura con el pasado se hace aún más visible en los escritos tempranos de Lohmann. Así, en las reseñas que escribió acerca del Diccionario Histórico-Biográfico de Mendiburu reeditado por Evaristo San Cristóbal, Lohmann -aún un estudiante de la Facultad de Letras de la Universidad Católica- corrigió numerosas referencias, complementó la bibliografía e identificó diversas fuentes documentales. Criticó a San Cristóbal la vaguedad e imprecisión de sus anotaciones.5
Lejos de limitarse a los personajes de la colonia, Lohmann llamó la atención acerca de la importancia de consultarlas fuentes hemerográficas para reconstruir la historia del siglo XIX. «En especial -recomendó a San Cristóbal- debería orientar sus búsquedas en los periódicos y revistas del pasado siglo, en cuyas columnas colaboró lo más selecto de la falange de eruditos historiógrafos, que tuvo el Perú de esos años».6
La compulsa de las fuentes y la crítica de las mismas es una constante en la obra de Lohmann. Una y otra vez vuelve sobre la necesidad de hacer una valoración de las fuentes manuscritas e impresas. Auténtico abanderado de la causa de la heurística, no tuvo reparos en poner en tela de juicio la obra de algunos historiadores consagrados, como fue el caso de Raúl Porras Barrenechea, a quien calificó de «historiador romántico».
Lohmann no cuestionaba los aportes de Porras, pero sí su manera de escribir Historia. De modo similar que los historiadores del siglo XIX, Porras hacía demasiadas concesiones a la literatura, su prosa es y seguirá siendo cautivadora, pero en detrimento del rigor histórico. Además, con frecuencia, como lo advirtió Lohmann, no era muy cuidadoso en registrar las fuentes bibliográficas y documentales consultadas para la elaboración de sus textos.7
La necesidad de escribir Historia sustentada en los firmes cimientos de la erudición, es decir, de la crítica heurística, llevó a Lohmann a publicar valiosos estudios sobre algunas de las más importantes fuentes sobre el periodo colonial. Sería largo comentar sus aportes en este tema. Pero ahora quiero tan solo mencionar uno: su estudio monográfico sobre las relaciones (o memorias) de virreyes.8
Esas eran los informes acerca de su actuación como gobernantes escritos al final de su mandato. Desde que Manuel Atanasio Fuentes iniciara su publicación a mediados del siglo XIX, las relaciones se convirtieron en la principal fuente para reconstruir la labor de los máximos representantes de la corona. Habían sido muchos los historiadores que las habían empleado en sus trabajos históricos: Sebastián Lorente, Carlos Huyese, Mariano Felipe Paz Soldán, Manuel de Mendiburu, José de la Riva-Agüero y Rubén Vargas Ugarte, entre otros, pero ninguno había evaluado su información. El estudio de Lohmann es un modelo de crítica heurística. La obra de Lohmann es sólida, rigurosa y erudita, innovadora en temas y metodologías. Es también enorme: 29 libros y opúsculos, 15 ediciones de textos, 320 artículos y centenar y medio de reseñas de libros.9
¿Cómo pudo escribir tanto? La respuesta es doble: de un lado, disciplina de trabajo, y, de otro, «avidez de conocimiento». Por años, a Lohmann no solo lo vimos en la biblioteca del Instituto Riva-Agüero, sino también en la Biblioteca Nacional y en el Archivo General de la Nación.
En este último, era el primero de los investigadores en llegar –muy temprano- y no gustaba que lo interrumpiesen mientras leía. Junto con la disciplina por el trabajo archivístico, Lohmann confesó tener una avidez por el conocimiento, conducta que él mismo definió alguna vez como de «casi enfermiza». Y, en 1991, declaró para un diario sevillano que «la investigación histórica es un vicio que empeora con los años». Este saludable vicio por el conocimiento lo llevó a escribir sobre el teatro, las artes plásticas y la literatura; virreyes, oidores, regidores, juristas, obispos y escritores; instituciones administrativas y económicas; y la difusión de ideas políticas y religiosas durante el periodo colonial. La obra de Lohmann se sustenta en un laborioso trabajo de acopio e interpretación de datos procedentes de fuentes manuscritas e impresas. Sus fichas y anotaciones en papeles –muchas veces de pequeño formato, pocas veces grandes- fueron los ladrillos de la misma. Laboriosamente reunidos, esos ladrillos sirvieron para la construcción de su producción historiográfica y, al mismo tiempo, para la renovación de los estudios sobre el Perú de los siglos XVI, XVII y XVIII. Nuestra deuda y gratitud con el colega y amigo ausente es grande.

1 «Riva-Agüero desde el umbral», Estudios de Historia peruana. La conquista y el virreynato. Lima: Instituto Riva-Agüero, 1968, p. xvi.
2 Ibídem, p. XVIII.
3 Vargas Ugarte, Manual de estudios peruanistas. Lima: Studium, 1951, p. 10.
4 Reseña a Rubén Vargas Ugarte, Historia del Perú (curso universitario), Lima, 1939, Revista de la Universidad Católica, VII/8-9, noviembre-diciembre de 1939, p.536.
5 Reseñas a Manuel de Mendiburu, Diccionario Histórico-Biográfico del Perú. T. V. 2a.ed., Lima: Librería e Imprenta Gil, 1932, Revista de la Universidad Católica, 1/5, julio de 1933, pp. 467-469; y Diccionario Histórico-Biográfico del Perú. T. VIII. 2da.ed., Lima: Librería e Imprenta Gil, 1934, Revista de la Universidad Católica, II/9, junio de 1934, pp. 123-125.
6 Reseña a Manuel de Mendiburu, Diccionario Histórico-Biográfico del Perú. T. IX. 2a.ed., Lima: Librería e Imprenta Gil, 1934, Revista de la Universidad Católica, II/11, noviembre de 1934, p. 302.
7 «Raúl Porras Barrenechea, historiador romántico», en Homenaje a Raúl Porras Barrenechea. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1984, p. 148.
8 «Las relaciones de los virreyes del Perú», Anuario de Estudios Americanos , XVI,1959, pp. 315-537.
9 Al respecto, véase Guillermo Lohmann Villena. Miembro honorario del claustro. Discursos y bibliografía. Lima: Universidad del Pacífico, 2004. Contiene una detallada relación de los libros, artículos y reseñas publicados por Lohmann entre los años 1935 y 2004.


B. APL, 43. 2007 (119-123)