De los pocos semanarios que se editan en Lima, OIGA ha dado reiteradas muestras de una versatilidad gráfica acorde con el avance tecnológico. Desde su fundación en 1948, y debido al cambio de la composición 'caliente' (en plomo) por la fotocomposición, su aspecto ha ido cambiando hacia una presentación más moderna, un estudiado uso de los espacios blancos, una nueva tipografía, la utilización cada vez más pronunciada de fotografías en gran tamaño, una publicidad mejor distribuida y, en fin, una nueva ola de creatividad gráfica.
Y esto sucede así en OIGA porque, sin duda, uno de los aspectos vitales del planteamiento de toda publicación -cualquiera que sea su rubro- lo constituye su diseño gráfico. Destinado a capturar un mercado preescogido de lectores, no tiene más que una disyuntiva inevitable: cautiva o repele las miradas y ocasiona el juicio instintivo, favorable o condenatorio.
La creatividad estética contribuye a traducir los contenidos en mensajes ópticos, capaces de despertar el interés del lector y de hacer más fácil -digerible- la literatura. Esta misión mediadora es la que realiza el diseño, en cuanto disciplina que articula y racionaliza los contenidos, al tiempo que establece los sistemas y formas de valoración de la información periodística.
La función del diseño
La armonio y unidad entre la forma y el contenido literario -y su mutua dependencia- son dos aspectos importantes del periodismo sociopolítico y de actualidad que practica OIGA, por lo que se ha optado por un diseño que le permita al lector percibir con facilidad el material que se le ofrece, procurándose una selección sistemática de los temas y la distribución de los materiales en secciones reconocibles y diferentes, sin complejidad pero con un énfasis moderado en la esencia del artículo.
El formato moderno de su composición gráfica se caracteriza por su sencillez y claridad, destacando lo más importante en cada una de sus páginas (la letra, la imagen, según sea el caso), sin que por ello éstas se conviertan en unidades aisladas, sino que se integran dentro del ritmo visual-informativo que guarda la publicación en su conjunto.
Los diagramas de páginas son parte integrante del plan general y reflejan unívocamente la identidad en el estilo que mantiene toda la revista. Si bien este aspecto se encuentra determinado por el carácter de la publicación, la manera particular de su presentación y el manejo del contenido de los materiales ha sido convenientemente resuelto por sus diseñadores, planteando soluciones gráficas que logran un equilibrio entre los títulos (título general, títulos de foto, frases destacadas, etc.), -las fotografías (encuadres, conjunto de fotos, lenguaje propio de cada foto, etc.), la tipografía (combinación estética de familias tipográficas, niveles de cuerpos, etc.), el diseño general de las masas gráficas y tipográficas -en el conjunto de cada articulo y en el conjunto de la revista- y, finalmente, los recursos gráficos para singularizar, unir y dividir materiales (líneas, espacios, tramas, etc.).
Estas características peculiares no son accidentales, sino el resultado de estudios probados a través de 44 años en el enfoque de la composición de la revista. Un elemento importante es el formato. Antes de llegar al actual de 20,5 x 27,5 cm, OIGA ha sufrido algunas modificaciones. Comenzó, como todas las publicaciones de la época -la década de los 40-, siendo tabloide. (Antes de la invención de las modernas rotativas offset, las prensas eran relativamente lentas, por lo que resultaba más conveniente imprimir hojas grandes que hojas pequeñas). Su formato pequeño -medio tabloide:- actual se debe, entre otras modernas razones, a una simpleza también moderna. La comodidad: gran número de personas -léase lectores, entiéndase compradores)- puede aprovechar su viaje en microbús para recorrer sus páginas.
Tipografía creativa
El trabajo de la tipografía constituye una parte importante en el diseño de OIGA. La selección apropiada de tipos, tanto para los titulares -futura y avant garde-como para los textos-souvenir determinan no solamente la apariencia del diseño gráfico de la revista, sino que los contornos y el aspecto de las otras sirven al lector como punto de referencia de un articulo a otro.
Algunos titulares de OIGA están compuestos enteramente en mayúsculas. Ello obedece a varias razones: dentro del mismo cuerpo, las mayúsculas son más grandes de por si que cualquier minúscula y el tamaño cuenta mucho en un titulo, sobre todo si de una nota importante se trata. El aspecto que presenta una línea de titular compuesta con mayúsculas resulta más uniforme para si -el 'golpe de vista'- y crea la diferencia con el resto de la composición. De otro lado, los Mulos compuestos en mayúsculas y minúsculas -altas y bajas, periodistas dixit- permiten no sólo la lógica mayor cantidad de letras, sino el contraste tipográfico necesario.Si bien, lo anterior es por lo general adecuadamente utilizado en OIGA, puede permitirse una critica en cuanto a los titulares en altas y bajas trabajados en dos líneas o más: la superposición de una de ellas en desmedro de la superior perjudica la legibilidad -cuando no la interpretación total del título- y no aporta beneficio alguno al estilo tipográfico.
El impacto fotográfico
Por su característica particular, la fotografía periodística es el centro de la composición de la página, ya que impacta mucho más que el texto y atrae inmediatamente la atención del lector. No es gratuito ni casual que en OIGA, la imagen vaya estrechamente ligada al texto, formando una unidad intencional: no se utiliza como elemento decorativo o complementario, sino como conformante de la noticia.
Medio escrito que convive con los audiovisuales en una década donde la imagen ha sentado sus reales, OIGA procura aprovechar en todo lo posible el apoyo fotográfico. Esto es evidente, por ejemplo, cuando se sabe utilizar una fotografía que podría ser catalogada de borrosa o mediocre, pero que representa el único testimonio de un suceso importante: hará noticia a pesar de sus defectos. La destreza está en saber reconocerla y darle el despliegue apropiado, y en OIGA se le ha sabido dar, sin temor alguno, una o dos páginas completas.
Como quiera que el estilo informativo de la revista conlleva un tono de denuncia, de destape periodístico, se ha impuesto el examen minucioso de las fotografías, utilizándose un acercamiento de los detalles que de otra manera podrían pasar inadvertidos para el lector. Este recurso -casi exclusivo del diseño gráfico de la revista- guarda correspondencia con los criterios de edición periodística. En muchos casos, la imagen así trabajada y unas pocas líneas explicativas le han bastado al semanario para transmitir un informe noticioso.
En OIGA cobra especial importancia el 'corte' de las fotos, vale decir la decisión que toma el diagramador de prescindir, en una imagen, de todo aquello que nada añade sino, más bien, resta al valor periodístico de la misma. Igualmente, es relevante la combinación que se ejecuta entre dos o más fotografías para lograr, en su yuxtaposición o superposición, el mayor contraste y la más incisiva fuerza informativa.
El tamaño y la ubicación del material fotográfico es determinado no sólo por el espacio, sino por su rol informativo y la significación qué tiene en relación con el artículo al que ilustra. Se valora la fotografía dándole un determinado tamaño (a mayor tamaño, mayor valor de la imagen y, por tanto, mayor valor también como noticia o como llamado de atención para el lector).
Las fotografías se adaptan a las medidas que prevalecen en la revista. Para mayor facilidad en la diagramación, sus tamaños se extienden a unidades completas de una o más columnas. Sin embargo, ciertas fotos escapan a esta norma con eficacia; por ejemplo, los pequeños retratos, por lo general de los autores de una colaboración, que resultarían demasiado grandes al ancho de una columna.
Sin temor al vacío
Una de las características del diseño gráfico moderno es la cada vez mayor presencia de los 'blancos' en la diagramación. Estos espacios libres permiten el descanso visual al lector y otorgan plasticidad y movimiento a una página que de otra manera se presentarla gris y sin atractivo. OIGA los utiliza con cierta destreza para resolver los problemas de la disposición y del equilibrio estético. Hay que recordar que uno de los principios de la imprenta es el contraste equilibrado del negro y el blanco, y que cuando más negro es el negro y más blanco es el blanco, por obvio que esto parezca, mejor se leerá la página impresa.
La estrategia de lo gráfico
El hábito no hace al monje pero lo identifica. Por muy objetivos que pretendamos ser, frecuentemente juzgamos por las apariencias. La habilidad que ha demostrado OIGA para hacer una revista gráfica en un formato pequeño es singular. Son simples recursos de diseño, de encuadre de sus aperturas, de maestría en el manejo de la tipografía.
La diagramación, es decir, el ordenamiento visual de los elementos que constituyen la página, es la última tarea que experimenta la revista antes de entrar la edición en prensa. Ella le da su estructura y la viste para el encuentro semanal con su público. Es una tarea compleja que pone orden en lo que es siempre -y de alguna manera es uno de los encantos que tiene esta profesión- una confusión inicial.
Cada etapa de OIGA se ha caracterizado por la unidad establecida entre lo periodístico y lo gráfico. O diseño original, en cuanto a sus principios, se ha mantenido, procesándose los cambios que la tecnología ha permitido. Lo recorrido a lo largo de 44 años evidencia su intención de marchar de la mano con los tiempos. Y el aporte de OIGA al diseño gráfico peruano es el fruto de la 'puesta en página', semana a semana, de la actualidad.