Era una revista que combinaba muy bien las informaciones de corte magazinesco con la crónica política, su principal sustento. Y es que Francisco Igartua Rovira –chosicano, entonces cuarentón, alto, pecoso y de bigote frondoso –era un periodista con una larga gimnasia política que, a su manera y estilo, luchaba por un país mas integrado y mas justo.
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Oiga ha sido la única revista limeña que ha tenido imprenta propia. ItalPeru, que paco fundo con un capital proporcionado por un pariente de origen italiano de ahí el nombre de la imprenta y algunos empresarios amigos. Justamente estuve entre los invitados la noche de la inauguración de sus talleres en 1971 o 1972. Entonces se hicieron presentes, entre otros, don Luis Miro Quesada de la Guerra, el director de El Comercio, enfundado como siempre, en un terno negro.
DOMINGO TAMARIZ LUCAR – Memorias de una pasión - La prensa entre la democracia y el autoritarismo – Tomo II (1964-1980) – Págs. 277
«¿Nada se gana, entonces, con buscar la verdad? Se gana por lo pronto el rescate de la propia dignidad, que es ya bastante; y se cumple con el Maestro -Unamuno- quien dijo que «la más miserable de todas las miserias, la más repugnante y apestosa argucia de la cobardía es esa de decir que nada se adelanta con denunciar al ladrón y al majadero». FRANCISCO IGARTUA ROVIRA – 23/09/1923 24/03/2004
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DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA
«También la providencia fue bondadosa conmigo, al haberme permitido -poniendo a parte estos años que acabo de relatar- escribir siempre en periódicos de mi propiedad, sin atadura alguna, tomando los riesgos y las decisiones dictadas por mi conciencia en el tono en que se me iba la pluma, no siempre dentro de la mesura que tanto gusta a la gente limeña. Fundé Caretas y Oiga, aunque ésta tuvo un primer nacimiento en noviembre de 1948, ocasión en la que también conté con la ayuda decisiva de Doris Gibson, mi socia, mi colaboradora, mi compañera, mi sostén en Caretas, que apareció el año 50. Pero éste es asunto que he tocado ampliamente en un ensayo sobre la prensa revisteril que publiqué años atrás y que, quién sabe, reaparezca en esta edición con algunas enmiendas y añadiduras». FRANCISCO IGARTUA - «ANDANZAS DE UN PERIODISTA MÁS DE 50 AÑOS DE LUCHA EN EL PERÚ - OIGA 9 DE NOVIEMBRE DE 1992»
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«Cierra Oiga para no prostituir sus banderas, o sea sus ideales que fueron y son de los peruanos amantes de las libertades cívicas, de la democracia y de la tolerancia, aunque seamos intolerantes contra la corrupción, con el juego sucio de los gobernantes y de sus autoridades. El pecado de la revista, su pecado mayor, fue quien sabe ser intransigente con su verdad» FRANCISCO IGARTUA – «ADIÓS CON LA SATISFACCIÓN DE NO HABER CLAUDICADO», EDITORIAL «ADIÓS AMIGOS Y ENEMIGOS», OIGA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995
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LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.» FRANCISCO IGARTUA - TEXTO SOMETIDO A LA APROBACION DE LA ASAMBLEA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD - VITORIA-GASTEIZ, 27 DE OCTUBRE DE 1999.
«Muchos más ejemplos del particularismo vasco, de la identidad euskaldun, se pueden extraer de la lectura de estos ajados documentos americanos, pero el espacio, tirano del periodismo, me obliga a concluir y lo hago con un reclamo cara al futuro. Identidad significa afirmación de lo propio y no agresión a la otredad, afirmación actualizada-repito actualizada- de tradiciones que enriquecen la salud de los pueblos y naciones y las pluralidades del ser humano. No se hace patria odiando a los otros, cerrándonos, sino integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad del ser vasco. Por ejemplo, asumiendo como propio -porque lo es- el pensamiento de las grandes personalidades vascas, incluido el de los que han sido reacios al Bizcaitarrismo como es el caso de Unamuno, Baroja, Maeztu, figuras universales y profundamente vascas, tanto que don Miguel se preciaba de serlo afirmando «y yo lo soy puro, por los dieciséis costados». Lo decía con el mismo espíritu con el que los vascos en 1612, comenzaban a reunirse en Euskaletxeak aquí en América» - FRANCISCO IGARTUA - AMERICA Y LAS EUSKALETXEAK - EUSKONEWS & MEDIA 72.ZBK 24-31 DE MARZO 2000
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domingo, 19 de julio de 2009
DOMINGO TAMARIZ LÚCAR - Memorias de una pasión - la prensa peruana entre la democracia y el autoritarismo - Tomo II (1964-1980)
DOMINGO TAMARIZ LÚCAR - Memorias de una pasión - La prensa durante el terrorismo, la hiperinflacción y el autogolpe - Tomo III (1980-1992)
En Caretas trabajé con Paco durante siete años. A su lado me formé como periodista y aprendí a diagramar, cosa que ahora la mayoría de periodistas no sabe, pero que en mis tiempos era importante conocer. Paco era un jefe que hacía el trabajo bastante llevadero, aunque dicen que después cambió: que en Oiga era el Director renegón, inflexible, terriblemente exigente. Por entonces fumaba mucho, gustaba del baile español –fue muy amigo de la famosa bailarina Carmen Amaya–, del fútbol y de la timba, especialmente cuando llegaba al local de la Federación de Periodistas, donde, muy entrada la noche, nadie podía sustraerse del expectante rodar de los dados. Por otro lado, era un político permanente; desde la universidad –“adonde no fui a estudiar”, confesó una vez, “sino a hacer política”–. Y, en ese terreno, un antiaprista incurable. Para algunos lo fue a partir de una pateadura que recibió de unos disciplinarios del APRA una mañana de 1946, cuando se acercó al local de La Tribuna –ubicado entonces en la calle Belén– para entrevistar a Haya de la Torre.
DOMINGO TAMARIZ LUCAR – Memorias de una pasión - La prensa durante el terrorismo, la hiperinflación y el autogolpe – Tomo III (1980-1992)
sábado, 18 de julio de 2009
PALABRAS DEL GENERAL DE DIVISIÓN EP JAIME SALINAS SEDÓ EN LA CEREMONIA DE DISTINCIÓN
Señor doctor Javier Alva Orlandini, Presidente del Tribunal Constitucional, señores miembros de su prestigioso Cuerpo Colegiado, señor Presidente del Poder Judicial, distinguidos señores Congresistas de la República, autoridades, damas y caballeros.
Gracias a una noble y trascendente iniciativa de los miembros del Órgano Supremo de interpretación y control de la constitucionalidad de nuestra patria, civiles y militares se encuentran hoy para darse la mano y compartir el esfuerzo en este largo y difícil proceso de fortalecimiento de la democracia, responsabilidad que los militares tenemos el deber de considerar una cuestión de honor y dignidad castrense el respeto al principio democrático de subordinación constitucional a las autoridades civiles, legítima y soberanamente elegidas por nuestro pueblo.
Hoy con este significativo acto se fortalecen nuestras convicciones y me vuelve a la memoria, lo que inspirado por el doctor Javier Valle Riestra, mi abogado defensor, quien siempre sostuvo que los juicios políticos son efímeros, expresé frente a la sala de guerra que dictó contra nosotros su aberrante sentencia. Éste señores, es un proceso político en el que algún día acusados y acusadores seremos juzgados ya no por la afiebrada noticia diaria muchas veces por humana, doblegada y temerosa, si no por la serena e indomable historia. Ese día, estoy seguro, para orgullo de nuestros hijos, ella no nos será ingrata. Los que participamos en el gesto cívico de insurgir legalmente contra un gobierno de facto consideramos que ése día ha llegado.
La Medalla Constitucional que hoy recibimos, es una distinción que trasciende el orgullo y personal satisfacción para convertirse en un hecho que se inscribirá en nuestra historia política como el día en que un grupo de militares, respetando la dignidad ciudadana de su pueblo y su derecho a vivir civilizadamente bajo la tutela del orden jurídico legalmente establecidos, se opuso a los tradicionales golpes de Estado intentando devolver la legalidad constitucional a nuestra patria. El movimiento del 13 de noviembre de 1992 no pretendió jamás que un militar usurpara el poder. Aunque un acuerdo tácito, casi un pacto de honor, selló la responsabilidad a la luz pública de nosotros y algunos insignes políticos como el ingeniero Máximo San Román y el doctor Alberto Borea Odría, fueron varios más los civiles y militares partícipes en este intento, y sólo a ellos corresponde reconocer su compromiso democrático para que se insista en la verdadera naturaleza de este gesto cívico.
Permítame, señor Presidente del Tribunal Constitucional agradecer a usted y a los miembros de su cuerpo colegiado por tan honrosa distinción. Permítame igualmente, aprovechar esta oportunidad para expresar nuestra gratitud a los honorables miembros del Congreso de la República, muchos de ellos aquí presentes, por la promulgación de una reciente Ley que restituye los derechos que nos fueron conculcados por la dictadura y que esperamos merezca pronta y justa aplicación por los responsables directos de su ejecución.
Interminable sería la lista de todos aquellos que merecen nuestra gratitud, por ello para evitar imperdonables olvidos sólo quiero referirme a quienes ya no se encuentran entre nosotros, son insignes personajes que con su apoyo moral nos dieron fuerzas para superar el difícil transe de estar en prisión sabiéndonos inocentes. Al Presidente Constitucional de la República, arquitecto Fernando Belaúnde Terry, al señor doctor Luis Alberto Sánchez, al señor ingeniero Gustavo Mohme Llona, al señor arquitecto Luis Miró Quesada, a la señora Bertha Gonzáles Posada, al señor Francisco Igartua Rovira, al señor Juan Ramírez Lazo y a los Generales Guillermo Arbulú Galliani, Luis Cisneros Vizcarra, Javier Tantaleán Vanini, va para ellos nuestro eterno agradecimiento, y sobre todo, nuestro agradecimiento será igualmente eterno para nuestras señoras esposas, hijos, padres, hermanos y amigos verdaderos quienes día a día nos acompañaron en los momentos más difíciles, movilizándose con coraje para exigir nuestra libertad haciendo frente con admirable paciencia, los embates de la prensa y soportando con estoicismo la cruel persecución que la dictadura desató contra ellos.
Muchas gracias señor Presidente.
Lima, 05 de abril de 2005