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Congregacion Pasionistas - Misioneros Vascos |
CENTENARIO PASIONISTA (1913-2013)
(Capítulo Provincial julio de 2013)
Misioneros en la Amazonía Peruana
Damos gracias a Dios, por concedernos celebrar este
acontecimiento jubilar, por los cien años de la presencia en el Perú de nuestra
Congregación Pasionista, a donde llegaron los primeros doce misioneros, un 10
de febrero de 1913.
Hace 50 años, tuve la suerte de promover y compartir con mis
hermanos Pasionistas nuestro cincuentenario, como lo atestigua la publicación:
“Bodas de Oro 1913-1963 de los Pasionistas en el Perú”.
Nuestra presencia en el Perú se la debemos especialmente a
Mons. Emilio Lissón, Obispo de Chachapoyas, quien en su visita ad Limina a Roma
en 1910, se presentó a los superiores de la Congregación Pasionista y demandó
religiosos para su diócesis, a fin de que se encargaran de la parte más
abandonada, la región de San Martín. Los superiores de la Curia General de Roma
indicaron al celoso obispo que podía acudir a Bilbao, ya que la joven provincia
del Sagrado Corazón disponía de religiosos que podían aceptar este compromiso.
Efectivamente, la Curia Provincial acogió favorablemente la
solicitud del Obispo de Chachapoyas con el envío al Perú de seis sacerdotes y
seis hermanos. Los elegidos para esta heroica misión eran los sacerdotes:
Atanasio Jáuregui, (superior del equipo) Arsenio Sainz, Andrés Asenjo, Hipólito
Balaustegui, Tomás Pestana, Eleuterio Fernández, y los hermanos Felicísimo
Menica, Marcelino Salinas, Bernabé Guridi, Silverio Barrena, Jeremías Ugarte y
Domingo Menica
El 24 de diciembre de 1912 parten de Bilbao rumbo al Perú
doce Misioneros Pasionistas. Eran “doce” como los Apóstoles. Este número tenía
un significado especial para una provincia religiosa que iniciaba una empresa
misionera. La expedición misionera tras una larga travesía, por el océano
Atlántico y el Pacífico, arriba al puerto del Callao el 10 de febrero de 1913,
donde los aguarda Mons. Lissón, a cuyas órdenes comienzan su aventura
misionera. Tras un largo y penoso recorrido por la costa y sierra del Perú, a
pie y a lomo de caballo, pasando por Cajamarca, Chachapoyas, Rioja y Moyobamba,
hasta llegar a la Amazonía, a la ciudad de Tarapoto, el 17 de mayo de 1913.
Por este motivo, la apertura del Centenario Pasionista la
hemos realizado intencionalmente en la ciudad de Tarapoto, el 19 de mayo de
2013 y el siguiente domingo, 26 de mayo, en Lima, en el distrito de San Isidro,
donde se fundó en 1931 el primer convento Pasionista en el Perú. Y el 21 de
julio celebraremos el acto jubilar en Yurimaguas.
Los eventos principales del Centenario están programados de
mayo del presente año a mayo de 2014, que incluirán celebraciones litúrgicas,
actos académicos “Simposio Pasionista”, Exposición Misionera de la obra
Pasionista en la Amazonía Peruana. Con esta finalidad, venimos preparando una
publicación monográfica: “Cien años de los Pasionistas en el Perú” y un
documental (video) “Cien años de la presencia Pasionista en la Amazonía
Peruana”.
Los pasionistas tienen conciencia de recibir esta región como
una rica herencia legada por los antiguos misioneros, sobre todo jesuitas, pero
se dan cuenta también de que reciben una zona misional en situación muy
difícil. El aislamiento y la incomunicación entre sí, la austeridad de vida y la pobreza parecen
haber sido los rasgos más salientes de los primeros años.
En ese empeño misionero hemos tenido una atención
preferencial por los pueblos indígenas y nativos de la amazonía y un compromiso
permanente por los más pobres y excluidos, promoviendo un desarrollo humano
integral con gran respeto a las culturas, a la ecología y a la defensa de los
derechos de los pueblos amazónicos.
Como señales perennes de la Misión Pasionista en la Amazonía,
quedan los testigos valerosos que perdieron su vida ahogados en aras del
servicio sacerdotal en sus ríos: P. Eleuterio Fernández, P. Aquilino
Iribertegui, P. Gabino Basaras y P. Cayetano Ardanza (1964)
En su carta pastoral del 15 de agosto de 1936 Mons. Atanasio
Jáuregui describe la obra de las Misioneros Pasionistas en la Amazonía: “Los
Pasionistas que hemos venido prestando nuestra decidida y desinteresada
cooperación a la Diócesis de Chachapoyas desde 1913, en las provincias de San
Martín y Huallaga, podemos afirmar, sin vanos alardes, que nos hemos esforzado
en llenar con honradez y dignidad la delicada misión que se nos encomendara,
“haciéndonos todo para todos –en expresión del Apóstol- a fin de ganar a todos
para Jesucristo”.
La zona encomendada a los pasionistas pertenecía al antiguo
Obispado de Maynas, que posteriormente
pasó a la jurisdicción del Obispado de Chachapoyas, que comprendía la
Región de San Martín, primer escenario de nuestros misioneros.
El año 1921 se crea la Prefectura Apostólica de San Gabriel
del Marañón en la Provincia de Alto Amazonas, Departamento de Loreto, posteriormente elevada a Vicariato Apostólico, se amplía el escenario
misionero de la Congregación Pasionista en la amazonía peruana. Como primer
pastor de ese territorio misional es nombrado por la Santa Sede Mons. Atanasio
Jáuregui, hijo de Larrabezua (Vizcaya) consagrado Obispo en Lima el año 1936.
Mons. Jáuregui ejercerá al mismo tiempo, el cargo de superior
religioso, tanto de los misioneros de la Prefectura, como de los que venían
trabajando en las provincias de Tarapoto, Saposoa, Lamas y Juanjuí, que
eclesiásticamente seguirían dependientes del Obispado de Chachapoyas.
Muchos años después,
en 1948, la Santa Sede confiaba a
la Congregación Pasionista la nueva Prelatura de Moyobamba, en San Martín,
nombrando como Primer Prelado a Mons. Martín Elorza, natural de Elgueta
(Guipúzcoa), quien sería consagrado Obispo el año 1954 en la parroquia
Pasionista de la Virgen del Pilar de Lima.
La Congregación Pasionista ha tenido a su cargo
simultáneamente dos territorios eclesiásticos: el Vicariato Apostólico de
Yurimaguas en el Departamento de Loreto y la Prelatura de Moyobamba en el
Departamento de San Martín, con una extensión territorial de casi cien mil
kilómetros2.
El año 2007 ha sido transferida la Prelatura de Moyobamba a
la Arquidiócesis de Toledo mediante un convenio suscrito entre el Obispo
Prelado de Moyobamba, Mons. Rafael Escudero y el Arzobispo de Toledo Mons.
Antonio Cañizares.
Los Pasionistas seguimos sirviendo a las parroquias de
Tarapoto y Lamas, con sus respectivos anexos.
Dentro del marco del Centenario hemos trasladado los restos
mortales de los dos últimos Obispos Pasionistas de Moyobamba Mons. Venancio Orbe y Santos
Iztueta de nuestro cementerio de la Molina, donde estaban temporalmente
sepultados, a la Catedral de Moyobamba donde descansarán junto al sepulcro de Mons. Martín
Elorza. Ha sido realmente sorprendente la acogida y el cariño que han manifestado los fieles de
San Martín tanto en Tarapoto como en la ciudad de Moyobamba.
En el año 1986 me tocó trasladar los restos de Mons. Elías Olazar de esta
Cripta de la Resurrección a la Catedral de Yurimaguas; donde está sepultado
junto a Mons. Atanasio Jáuregui, primer Obispo Vicario Apostólico de
Yurimaguas.
Los Pasionistas en el Perú somos ante todo misioneros de los
pueblos de la selva, evangelizadores por vocación, con nuestro peculiar carisma
de Pasionista. Esa evangelización ha significado un gran esfuerzo por llegar a
los pueblos y comunidades que llevaban muchos años desprovistos de toda
atención pastoral en esa inmensa región de la amazonía peruana, donde hemos
tratado de implantar la Iglesia.
Recuerdo con especial cariño las visitas que nos hacían los
misioneros procedentes del Perú en nuestro seminario menor de Gaviria,
despertando en nosotros adolescentes, aspirantes a la Congregación Pasionista,
la ilusión misionera, al tiempo que íbamos conociendo algo de Perú cuando nos
hablaban de Yurimaguas, Tarapoto, Moyobamba, Lagunas… o los ríos Marañón,
Huallaga, Pastaza o Paranapura.
De esta manera, nos resultaba familiar el lejano Perú al que
llegaríamos en épocas diferentes cientos de Pasionistas con la ilusión de
seguir las huellas de los que nos precedieron con su generosa entrega a la
causa del Evangelio y del Perú, que consideramos como nuestra segunda patria a
la que hemos servido también con ilusión y sacrificio.
Desde mi propia experiencia de servicio misionero en la
Selva, me impacta el valor y el heroísmo de los primeros misioneros
pasionistas, desprovistos de todo, incursionando en la selva, expuestos a todas
las enfermedades propias de esa región tropical, caminando por las trochas, o
navegando por los caudalosos ríos, donde cuatro de ellos murieron ahogados.
En respuesta a este gran reto misionero de las Misiones
Pasionistas en el Perú, se originó una gran movilización de religiosos de la
Provincia del Sagrado Corazón de Jesús a lo largo de estos 100 años, gracias a
los numeras vocaciones que surgían en nuestro País Vasco. Ante la dolorosa baja
de las vocaciones que hemos venido sufriendo en nuestra tierra, se ha reducido
nuestra capacidad de cumplir con el histórico encargo que asumimos hace un siglo.
Tenemos una compensación y
una esperanza en las vocaciones pasionistas peruanas que están creciendo
en estos últimos años, siempre que nuestros hermanos peruanos asuman ese
compromiso misionero en la Selva y no se instalen o se acomoden en la ciudad o
en la costa. Ello comporta disponibilidad y entrega generosa imitando a los que
nos precedieron a lo largo de estos cien años.
No olvidemos que los pasionistas llegamos al Perú para ser
misioneros y evangelizadores en la Amazonía, esta es nuestra marca y nuestro
mayor merito.
Tardamos munchos años en iniciar el proceso de promoción y
animación de vocaciones nativas peruanas para la Congregación Pasionista. En
los últimos 25 años han ido floreciendo y consolidándose estas vocaciones;
muestra de ello es la nueva configuración y composición de la familia
Pasionista en el Perú.
Hasta los años 80-90 del pasado siglo, los religiosos
pasionistas proveníamos de España, mayoritariamente del País Vasco, Navarra y
Galicia; y nuestro destino prioritario eran las misiones en la selva.
El año 1972 éramos 60 religiosos: 2 obispos, 50 sacerdotes y
8 hermanos coadjutores, éramos todos españoles. Hoy 2013, somos casi el mismo
número de religiosos pasionistas: 2 obispos, uno de ellos emérito, 4 novicios,
16 teólogos, 33 sacerdotes, de ellos 10 peruanos, y 5 hermanos coadjutores 4
peruanos y un español.
Somos un total de 58 religiosos y de ellos 34 peruanos y 24
de diferentes países: 20 españoles, 2 indonesios, 1 italiano y un colombiano.
Les sugiero ahora una mirada al Vicariato de Yurimaguas (San
Gabriel de la Dolorosa del Marañón) que nos ofrece un cuadro preocupante.
• En el
Vicariato de Yurimaguas sólo queda 1 sacerdote pasionista y 1 hermano peruano
de nuestra Provincia del Corazón de Jesús.
• 2 sacerdotes
pasionistas de Indonesia y 1 sacerdote pasionista de la Provincia de la Pieta
de Italia.
• 4 sacerdotes
diocesanos del Vicariato (1 en estudios en
Argentina)
• 4 sacerdotes
diocesanos provenientes de la Diócesis del Callao (uno de ellos incardinado en
el Vicariato)
• 2 sacerdotes
diocesanos españoles.
• Y 4 sacerdotes
salesianos.
En este cuadro no he considerado los religiosos pasionistas
que permanecen en la Prelatura de Moyobamba: cinco sacerdotes en la ciudad de
Tarapoto y uno en Lamas.
Al describir la presencia pasionista, particularmente en el
territorio misional del Vicariato, me pregunto y cuestiono con afecto fraterno
a esta Asamblea Capitular: ¿sigue siendo prioridad la Misión en el Vicariato de
Yurimaguas para nuestra Congregación?
La misma consideración la hice en este mismo escenario, a los
participantes en el Sínodo de la Congregación Pasionista el año 1977.
Les hablo desde mi experiencia de misionero y obispo durante
17 años en esa iglesia particular de la Amazonía, que pudieron ser muchos más,
de no haber sido trasladado al Callao como obispo diocesano, de donde he
enviado cuatro sacerdotes diocesanos para cooperar con mi hermano obispo José
Luis en su preocupación por el clero diocesano nativo.
Finalmente nos resulta también esperanzador el surgimiento de
vocaciones para el clero diocesano y para la vida consagrada, en nuestras
iglesias de la Prelatura de Moyobamba y del Vicariato Apostólico de Yurimaguas.
En este Centenario queremos recordar con inmensa gratitud el
aporte de tantas congregaciones religiosas de mujeres y varones, que han
compartido con nosotros la obra evangelizadora y social, tanto en la Prelatura
de Moyobamba, como en el Vicariato Apostólico de Yurimaguas.
Y nuestro gran reconocimiento a cientos de catequistas y
animadores de comunidades cristianas que son el mejor fruto de la misión y de
la Iglesia en la selva.
II Parte
Fundadores de parroquias en Lima
La Casa Hacienda Moreyra fue la primera residencia temporal
de los Pasionistas (1926), aquí se inicia
la misión en Lima.
• Parroquia de
Chorrillos 1926-1938
1. Parroquia
“Santa Beatriz”, Lince (1926)
Primer distrito limeño de la presencia Pasionista
• Templo 1936
• Fundador y
primer párroco P. Lucas Zarandona.
2. Primer
Convento Pasionista en San Isidro
(1931), en el año de la creación del distrito
3. Parroquia
Virgen del Pilar
La Fundación de la Parroquia “Nuestra Señora del Pilar” está
estrechamente vinculada al desarrollo histórico del distrito de San Isidro.
* Primer templo de la Virgen del Pilar (1932)
* Vice-Parroquia (1935)
* Parroquia (1943) P. Constancio Bollar Párroco (1937-1970)
* Nuevo Templo (actual) (1948-1954)
* Retablo colonial
* Vía crucis
* Templo Mariano
* Centro parroquial de Asistencia Social (1957-1958)
4. Cercado de
Lima
* Parroquia de Cristo Rey (1943)
* Casa del Postulantado Pasionista (1978 y 1995)
* Centro Pastoral Parroquial (2005)
5. Presencia
emblemática en La Molina
Los Pasionistas nacimos juntos con el distrito de La Molina
(1962), como en San Isidro.
Complejo religioso y pastoral construido por la
Congregación Pasionista:
• Cripta de la
Resurrección (Cementerio de la Planicie)(1962)
• Residencia
Pasionista (1964)
• Casa de
Retiros (1970)
• Parroquia de
la Resurrección (1965)
Primer templo
parroquial (1979)
Nuevo templo
parroquial (2008)
Asimismo, entre los años 1990-1998 promovieron y construyeron
en la Molina las parroquias “Corazón de María”, “San Pablo de la Cruz” y
“Jesús, Camino Verdad y Vida”.
6. Noviciado
Pasionista en Chosica (1989)
7. Fuera de Lima
hay que destacar la presencia pasionista en Sullana, cuya parroquia principal
regentaron los años 1935-1952.
8. En este
Itinerario Histórico de los Pasionistas en el Perú, queremos reseñar el último
compromiso pastoral asumido por la Congregación Pasionista en la Sierra
Peruana. El año 2007, han optado por una nueva presencia en la Parroquia de la
Natividad de Apata en Huancayo, mediante un convenio suscrito en febrero de
2007 con el Arzobispo de Huancayo, Mons. Pedro Barreto, S.J.
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