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DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA

DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA
FRANCISCO IGARTUA CON DORIS GIBSON, PIEZA CLAVE EN LA FUNDACION DE OIGA, EN 1950 CONFUNDARIAN CARETAS.

«También la providencia fue bondadosa conmigo, al haberme permitido -poniendo a parte estos años que acabo de relatar- escribir siempre en periódicos de mi propiedad, sin atadura alguna, tomando los riesgos y las decisiones dictadas por mi conciencia en el tono en que se me iba la pluma, no siempre dentro de la mesura que tanto gusta a la gente limeña. Fundé Caretas y Oiga, aunque ésta tuvo un primer nacimiento en noviembre de 1948, ocasión en la que también conté con la ayuda decisiva de Doris Gibson, mi socia, mi colaboradora, mi compañera, mi sostén en Caretas, que apareció el año 50. Pero éste es asunto que he tocado ampliamente en un ensayo sobre la prensa revisteril que publiqué años atrás y que, quién sabe, reaparezca en esta edición con algunas enmiendas y añadiduras». FRANCISCO IGARTUA - «ANDANZAS DE UN PERIODISTA MÁS DE 50 AÑOS DE LUCHA EN EL PERÚ - OIGA 9 DE NOVIEMBRE DE 1992»

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«Cierra Oiga para no prostituir sus banderas, o sea sus ideales que fueron y son de los peruanos amantes de las libertades cívicas, de la democracia y de la tolerancia, aunque seamos intolerantes contra la corrupción, con el juego sucio de los gobernantes y de sus autoridades. El pecado de la revista, su pecado mayor, fue quien sabe ser intransigente con su verdad» FRANCISCO IGARTUA – «ADIÓS CON LA SATISFACCIÓN DE NO HABER CLAUDICADO», EDITORIAL «ADIÓS AMIGOS Y ENEMIGOS», OIGA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995

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LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU

LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

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«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.» FRANCISCO IGARTUA - TEXTO SOMETIDO A LA APROBACION DE LA ASAMBLEA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD - VITORIA-GASTEIZ, 27 DE OCTUBRE DE 1999.

«Muchos más ejemplos del particularismo vasco, de la identidad euskaldun, se pueden extraer de la lectura de estos ajados documentos americanos, pero el espacio, tirano del periodismo, me obliga a concluir y lo hago con un reclamo cara al futuro. Identidad significa afirmación de lo propio y no agresión a la otredad, afirmación actualizada-repito actualizada- de tradiciones que enriquecen la salud de los pueblos y naciones y las pluralidades del ser humano. No se hace patria odiando a los otros, cerrándonos, sino integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad del ser vasco. Por ejemplo, asumiendo como propio -porque lo es- el pensamiento de las grandes personalidades vascas, incluido el de los que han sido reacios al Bizcaitarrismo como es el caso de Unamuno, Baroja, Maeztu, figuras universales y profundamente vascas, tanto que don Miguel se preciaba de serlo afirmando «y yo lo soy puro, por los dieciséis costados». Lo decía con el mismo espíritu con el que los vascos en 1612, comenzaban a reunirse en Euskaletxeak aquí en América» - FRANCISCO IGARTUA - AMERICA Y LAS EUSKALETXEAK - EUSKONEWS & MEDIA 72.ZBK 24-31 DE MARZO 2000

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viernes, 26 de julio de 2013

LA TERCERA

“Por eso invoco la bendición de Dios para que sigan ese camino de amor a Dios y al prójimo, invoco a María hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa de Dios Espíritu Santo, bajo la advocación de la Virgen del Pilar que nos preside, bajo la advocación de la Virgen de Arantzazu, en Oñati, que todos ellos la conocen muy bien, de nuestra Señora de Begoña, en Bilbao, que ella los bendiga los acompañe en este maravilloso jubileo de cien años de presencia en el Perú, gracias Padres Pasionistas gracias por su presencia y por su ejemplo al servicio de la Iglesia en el Perú. Así sea.”. S.E. Card. Juan Luis Cipriani Thorne. Arzobispo de Lima y Primado del Perú. Homilía Centenario Pasionista (1913-2013).

LA TERCERA

“Por esto, en estos cien años, con razón se sienten orgullosos, agradecidos porque el Espíritu Santo ha obrado muchos milagros en este siglo y también cómo no  decirles, caminen en la esperanza, esta herencia tiene que tener continuidad y para eso las vocaciones misioneras. Que no le pierdan los jóvenes el sabor a la misión a la caminata alejada, a las noches de frio y ríos, al contacto cercano y cariñoso con tanta gente sencilla.”. S.E. Card. Juan Luis Cipriani Thorne. Arzobispo de Lima y Primado del Perú. Homilía Centenario Pasionista (1913-2013).

LA TERCERA

“Hermanos, en los comienzos de estos cien años no había mucha organización, pero había una fe y un espíritu misionero que atravesaba montañas, aquel espíritu que tal vez nuestros abuelos en una tarea difícil, de trabajo diario nos dejaron por herencia, por eso al contemplar este teplo y al contemplarlos a muchos ustedes me viene el recuerdo de sus padres, de sus abuelos, de mi niñez y de mi juventud, y no puedo decir, que no hay una gran añoranza. Qué tiempos aquellos, no es una nostalgia sentimental que aprovecha del momento, no, es la verificación que esa generación tenía más peso, la fe era más sencilla, pero de verdad y eso es lo que animó a ese grupo de jóvenes vascos, porque les gusta recordar que son vascos, orgullo, ese grupo de jóvenes de vascos, vinieron a la Selva y trajeron junto con esa fe maravillosa, esos valores cristianos y con esos valores cristianos, respetando a esas culturas que hoy queremos reconocer de una manera tan idílica, pero no real, no eran sujetos de investigación, eran seres humanos a evangelizar y así lo hicieron, sin ideologías ni problemas, caminando, pasando trochas, ríos y enfermedades y el Señor por ello, ha bendecido con la santidad que es el gran regalo de Dios a todos esos hermanos nuestros que fueron la semilla del trabajo Pasionista”. S.E. Card. Juan Luis Cipriani Thorne. Arzobispo de Lima y Primado del Perú. Homilía Centenario Pasionista (1913-2013).

jueves, 25 de julio de 2013

LA TERCERA

Parroquia Virgen del Pilar
San Isidro, 26 de mayo de 2013


Misa de Apertura del Centenario Pasionista
(1913-2013)

Homilía

S.E. Card. Juan Luis Cipriani Thorne
Arzobispo de Lima y Primado del Perú


Muy queridos hermanos Obispos, que hoy me acompañan en esta celebración eucarística, saludos para el Superior Regional de los Pasionistas Javier Areitio, al Párroco Francisco Javier Salazar, a los señores alcaldes de San Isidro y de La Molina, al señor Embajador de España, a los señores Congresistas y a todos, que somos parte de esta familia que hoy celebran los cien años de la presencia Pasionista en el Perú.

Con mucha alegría, en esta Solemnidad de la Santísima Trinidad, Dios Padre, Dios hijo y Dios Espíritu Santo, un gran misterio que nos ha sido revelado por Jesucristo, que nos ha sido explicado por el Espíritu Santo. En este ambiente de una fiesta tan grande para la Iglesia, hoy queremos recordar de una manera breve la labor de los Padres Pasionistas.

Precisamente ser sacerdotes, ser religiosos, iniciaron con una fe firme y decidida la misión de llevar el Evangelio a los pueblos más alejados de nuestra tierra.

Hermanos, en los comienzos de estos cien años no había mucha organización, pero había una fe y un espíritu misionero que atravesaba montañas, aquel espíritu que tal vez nuestros abuelos en una tarea difícil, de trabajo diario nos dejaron por herencia, por eso al contemplar este teplo y al contemplarlos a muchos ustedes me viene el recuerdo de sus padres, de sus abuelos, de mi niñez y de mi juventud, y no puedo decir, que no hay una gran añoranza. Qué tiempos aquellos, no es una nostalgia sentimental que aprovecha del momento, no, es la verificación que esa generación tenía más peso, la fe era más sencilla, pero de verdad y eso es lo que animó a ese grupo de jóvenes vascos, por que les gusta recordar que son vascos, orgullo, ese grupo de jóvenes de vascos, vinieron a la Selva y trajeron junto con esa fe maravillosa, esos valores cristianos y con esos valores cristianos, respetando a esas culturas que hoy queremos reconocer de una manera tan idílica, pero no real, no eran sujetos de investigación, eran seres humanos a evangelizar y así lo hicieron, sin ideologías ni problemas, caminando, pasando trochas, ríos y enfermedades y el Señor por ello, ha bendecido con la santidad que es el gran regalo de Dios a todos esos hermanos nuestros que fueron la semilla del trabajo Pasionista.

No olvidemos que en el centro de este carisma está la Cruz, y la Cruz que es Amor, la Cruz es amor. En la medida en que aprendemos ese lenguaje del dolor, la vida es mucho más serena. Mientras el dolor sea un problema, la vida es muy complicada. La vida frente a la Cruz es el centro del alma para iluminar, para perdonar, para serenar, para llevarnos a la alegría, este es el centro del mensaje de los Padres Pasionistas.

Por esto, en estos cien años, con razón se sienten orgullosos, agradecidos porque el Espíritu Santo ha obrado muchos milagros en este siglo y también cómo no  decirles, caminen en la esperanza, esta herencia tiene que tener continuidad y para eso las vocaciones misioneras. Que no le pierdan los jóvenes el sabor a la misión a la caminata alejada, a las noches de frio y ríos, al contacto cercano y cariñoso con tanta gente sencilla.

Hoy el Papa usa mucho de la palabra periferia, algunos quieren convertirlo en ideología, el Papa habla de la periferia refiriéndose a que hay que salir de la comodidad, de la instalación, hay que ir a ver a los enfermos, a ver a los pobres, a ver a los jóvenes, a ver a los niños, no como una diferencia de clases, no, salir de eso que dice él autoreferencia ser más a los demás, es muy sencillo el mensaje. Pues esto es el misionero.

Nos dice la sagrada Escritura en el libro de los Proverbios, que una delicia para Dios estar con los hijos de los hombres, yo pienso que ahí está el núcleo de la misión del misionero, es un gozo cuando uno se acerca y puede compartir con esa gente sencilla y alejada, a veces parecería que al Señor lo ponemos muy lejos, recordemos que está a nuestro lado siempre y está como un Padre amoroso, ayudándonos, guiándonos, bendiciéndonos, perdonándonos.
Esa experiencia de ese Dios Uno y Trino es en definitiva la experiencia del amor de Dios, San Agustín  decía, ved la Trinidad y vez el amor, ahí está el desafío del tiempo actual, más amor, más trato humano, que fácil es decir buenos días, que alegría encontrar a un hombre y a una mujer por las calles y saludarle como antaño, no había tanto twitter pero había calor, no me llegaba un twitter, un saludo, un pasar la calle, un darse un abrazo, el barrio, pues esto en el misionero no cambia, este contacto personal es fundamental para que Dios pueda actuar en las almas.

Por eso queridos hermanos, con la alegría de celebrar estos cien años, agradeciendo el que me hayan podido invitar a presidir esta eucaristía, conozco por los menos en los últimos cincuenta o sesenta años el empeño de la Congregación Pasionista en el Perú y también de modo especial en Lima.

Permanezcan queridos hermanos Pasionistas fieles a esta herencia que han construido a lo largo de este siglo, muchas familias, muchas de mis abuelos podemos decir abuelos, hijos y nietos y bisnietos han crecido y se han formado a la sombra de la santidad, amistad, atención espiritual, que han impulsado ustedes en las diversas parroquias y diversas misiones.

Permítanme brevísimos recuerdos. En mi época de colegial venía con frecuencia a la misa de las 9 de la mañana y tengo todavía con ustedes el recuerdo vivo, ardoroso, entusiasmático del P. Constancio Bollar, no lo hagamos un héroe, era un hombre bueno, fiel, misionero, trabajador, coherente, piadoso, lo que hoy diríamos un santo, pero él no se sentía santo, pero transmitía un deseo de mejorar o cambiar.

Como no recordar esos confesionarios que siguen siendo habitualmente atendidos cuando de muchachos veníamos a algunas de estas colas, había colas en todos, encontrábamos siempre a alguien que nos atendieran, como ahora. Pasó el tiempo y conocí poco, pero con profundidad, a Mons. Venancio Orbe. Y también, aquí, ya en la Virgen del Pilar, al joven sacerdote no sé si era Juan Kruz pero hoy Miguel Irizar, porque los cambios de nombres me complican, es Miguel Irizar, no sé como era antes, pero era así, hablaba más todavía, cantaba y canta muy bien y la verdad San Isidro entero conocía de sus correrías. Después vino José Luis Astigarraga y pronto se lo llevaron a la Selva.

Y así han ido pasando todos hasta estar hoy Francisco Javier, no me quiero extender mucho, recuerdo como no, en esas misas tempraneras a Víctor Andrés Belaúnde, tu Padre, no voy a decir lo que todos decían, no lo voy a decir, pero decíamos “tiene debajo el pijama”, porque venía tempranísimo a rezar y a oír misa, era un ejemplo. Cuando Víctor Andrés estaba en su profundidad, verlo, era ya un catecismo porque, que meditación, que profundidad porque con qué sencillez llegaba y se iba, así también recuerdo, porque son cosas que quedan grabadas en el alma y eso digo a los papás y abuelos, detalles pequeños que uno ha visto de chico se quedan para siempre, si son buenos te ayudan mucho, si son malos te hacen mucho daño.

Yo recuerdo aquel buen sacerdote alto, fuerte, que aquí había un órgano en esa zona y entraba; su apellido es vasco irrepetible porque era muy largo. Tenía un carácter más o menos, era un poco impaciente cuando quien le decía lo que tenía que tocar lo interrumpía, pero cómo tocaba, que bien tocaba el órgano, cómo nos ayudaba a rezar. El P. Clemente Sobrado, horas y hora de confesionario por ahí andará, pero todo ello –no quiero, me da un poco de vergüenza señalar nombres- porque es la acción de Dios, es la Congregación Pasionista. Por eso, cuando uno tiene ese agradecimiento creo yo, que muchos dirán lo mismo y con humildad ellos son consientes que Dios ha hecho maravillas con su fidelidad.

Por eso invoco la bendición de Dios para que sigan ese camino de amor a Dios y al prójimo, invoco a María hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa de Dios Espíritu Santo, bajo la advocación de la Virgen del Pilar que nos preside, bajo la advocación de la Virgen de Arantzazu, en Oñati, que todos ellos la conocen muy bien, de nuestra Señora de Begoña, en Bilbao, que ella los bendiga los acompañe en este maravilloso jubileo de cien años de presencia en el Perú, gracias Padres Pasionistas gracias por su presencia y por su ejemplo al servicio de la Iglesia en el Perú.    

Así sea.


Centro Vasco Euzko Etxea Arantzazu de Lima
Ilustre Hermandad Vascongada de Nuestra Señora de Arantzazu de Lima
Ilustre Cofradía Vascongada de Nuestra Señora de Arantzazu de Perú


miércoles, 24 de julio de 2013

LA TERCERA



Congregacion Pasionistas - Misioneros Vascos 

CENTENARIO PASIONISTA (1913-2013)
(Capítulo Provincial julio de 2013)

I Parte

Misioneros en la Amazonía Peruana

Damos gracias a Dios, por concedernos celebrar este acontecimiento jubilar, por los cien años de la presencia en el Perú de nuestra Congregación Pasionista, a donde llegaron los primeros doce misioneros, un 10 de febrero de 1913.

Hace 50 años, tuve la suerte de promover y compartir con mis hermanos Pasionistas nuestro cincuentenario, como lo atestigua la publicación: “Bodas de Oro 1913-1963 de los Pasionistas en el Perú”.

Nuestra presencia en el Perú se la debemos especialmente a Mons. Emilio Lissón, Obispo de Chachapoyas, quien en su visita ad Limina a Roma en 1910, se presentó a los superiores de la Congregación Pasionista y demandó religiosos para su diócesis, a fin de que se encargaran de la parte más abandonada, la región de San Martín. Los superiores de la Curia General de Roma indicaron al celoso obispo que podía acudir a Bilbao, ya que la joven provincia del Sagrado Corazón disponía de religiosos que podían aceptar este compromiso.

Efectivamente, la Curia Provincial acogió favorablemente la solicitud del Obispo de Chachapoyas con el envío al Perú de seis sacerdotes y seis hermanos. Los elegidos para esta heroica misión eran los sacerdotes: Atanasio Jáuregui, (superior del equipo) Arsenio Sainz, Andrés Asenjo, Hipólito Balaustegui, Tomás Pestana, Eleuterio Fernández, y los hermanos Felicísimo Menica, Marcelino Salinas, Bernabé Guridi, Silverio Barrena, Jeremías Ugarte y Domingo Menica

El 24 de diciembre de 1912 parten de Bilbao rumbo al Perú doce Misioneros Pasionistas. Eran “doce” como los Apóstoles. Este número tenía un significado especial para una provincia religiosa que iniciaba una empresa misionera. La expedición misionera tras una larga travesía, por el océano Atlántico y el Pacífico, arriba al puerto del Callao el 10 de febrero de 1913, donde los aguarda Mons. Lissón, a cuyas órdenes comienzan su aventura misionera. Tras un largo y penoso recorrido por la costa y sierra del Perú, a pie y a lomo de caballo, pasando por Cajamarca, Chachapoyas, Rioja y Moyobamba, hasta llegar a la Amazonía, a la ciudad de Tarapoto, el 17 de mayo de 1913.

Por este motivo, la apertura del Centenario Pasionista la hemos realizado intencionalmente en la ciudad de Tarapoto, el 19 de mayo de 2013 y el siguiente domingo, 26 de mayo, en Lima, en el distrito de San Isidro, donde se fundó en 1931 el primer convento Pasionista en el Perú. Y el 21 de julio celebraremos el acto jubilar en Yurimaguas.

Los eventos principales del Centenario están programados de mayo del presente año a mayo de 2014, que incluirán celebraciones litúrgicas, actos académicos “Simposio Pasionista”, Exposición Misionera de la obra Pasionista en la Amazonía Peruana. Con esta finalidad, venimos preparando una publicación monográfica: “Cien años de los Pasionistas en el Perú” y un documental (video) “Cien años de la presencia Pasionista en la Amazonía Peruana”.

Los pasionistas tienen conciencia de recibir esta región como una rica herencia legada por los antiguos misioneros, sobre todo jesuitas, pero se dan cuenta también de que reciben una zona misional en situación muy difícil. El aislamiento y la incomunicación entre sí,  la austeridad de vida y la pobreza parecen haber sido los rasgos más salientes de los primeros años.

En ese empeño misionero hemos tenido una atención preferencial por los pueblos indígenas y nativos de la amazonía y un compromiso permanente por los más pobres y excluidos, promoviendo un desarrollo humano integral con gran respeto a las culturas, a la ecología y a la defensa de los derechos de los pueblos amazónicos.

Como señales perennes de la Misión Pasionista en la Amazonía, quedan los testigos valerosos que perdieron su vida ahogados en aras del servicio sacerdotal en sus ríos: P. Eleuterio Fernández, P. Aquilino Iribertegui, P. Gabino Basaras y P. Cayetano Ardanza (1964)

En su carta pastoral del 15 de agosto de 1936 Mons. Atanasio Jáuregui describe la obra de las Misioneros Pasionistas en la Amazonía: “Los Pasionistas que hemos venido prestando nuestra decidida y desinteresada cooperación a la Diócesis de Chachapoyas desde 1913, en las provincias de San Martín y Huallaga, podemos afirmar, sin vanos alardes, que nos hemos esforzado en llenar con honradez y dignidad la delicada misión que se nos encomendara, “haciéndonos todo para todos –en expresión del Apóstol- a fin de ganar a todos para Jesucristo”.



La zona encomendada a los pasionistas pertenecía al antiguo Obispado de Maynas, que posteriormente  pasó a la jurisdicción del Obispado de Chachapoyas, que comprendía la Región de San Martín, primer escenario de nuestros misioneros.

El año 1921 se crea la Prefectura Apostólica de San Gabriel del Marañón en la Provincia de Alto Amazonas, Departamento de Loreto,   posteriormente elevada  a Vicariato Apostólico, se amplía el escenario misionero de la Congregación Pasionista en la amazonía peruana. Como primer pastor de ese territorio misional es nombrado por la Santa Sede Mons. Atanasio Jáuregui, hijo de Larrabezua (Vizcaya) consagrado Obispo en Lima el año 1936.

Mons. Jáuregui ejercerá al mismo tiempo, el cargo de superior religioso, tanto de los misioneros de la Prefectura, como de los que venían trabajando en las provincias de Tarapoto, Saposoa, Lamas y Juanjuí, que eclesiásticamente seguirían dependientes del Obispado de Chachapoyas.

Muchos años después,  en 1948, la Santa Sede confiaba  a la Congregación Pasionista la nueva Prelatura de Moyobamba, en San Martín, nombrando como Primer Prelado a Mons. Martín Elorza, natural de Elgueta (Guipúzcoa), quien sería consagrado Obispo el año 1954 en la parroquia Pasionista de la Virgen del Pilar de Lima.

La Congregación Pasionista ha tenido a su cargo simultáneamente dos territorios eclesiásticos: el Vicariato Apostólico de Yurimaguas en el Departamento de Loreto y la Prelatura de Moyobamba en el Departamento de San Martín, con una extensión territorial de casi cien mil kilómetros2.

El año 2007 ha sido transferida la Prelatura de Moyobamba a la Arquidiócesis de Toledo mediante un convenio suscrito entre el Obispo Prelado de Moyobamba, Mons. Rafael Escudero y el Arzobispo de Toledo Mons. Antonio Cañizares.

Los Pasionistas seguimos sirviendo a las parroquias de Tarapoto y Lamas, con sus respectivos anexos.

Dentro del marco del Centenario hemos trasladado los restos mortales de los dos últimos Obispos Pasionistas de Moyobamba                   Mons. Venancio Orbe y Santos Iztueta de nuestro cementerio de la Molina, donde estaban temporalmente sepultados, a la Catedral de Moyobamba donde descansarán junto al sepulcro                            de Mons. Martín Elorza. Ha sido realmente sorprendente la acogida  y el cariño que han manifestado los fieles de San Martín tanto en Tarapoto como en la ciudad de Moyobamba.

En el año 1986 me tocó trasladar los restos de                     Mons. Elías Olazar de esta Cripta de la Resurrección a la Catedral de Yurimaguas; donde está sepultado junto a Mons. Atanasio Jáuregui, primer Obispo Vicario Apostólico de Yurimaguas.


Los Pasionistas en el Perú somos ante todo misioneros de los pueblos de la selva, evangelizadores por vocación, con nuestro peculiar carisma de Pasionista. Esa evangelización ha significado un gran esfuerzo por llegar a los pueblos y comunidades que llevaban muchos años desprovistos de toda atención pastoral en esa inmensa región de la amazonía peruana, donde hemos tratado de implantar la Iglesia.
Recuerdo con especial cariño las visitas que nos hacían los misioneros procedentes del Perú en nuestro seminario menor de Gaviria, despertando en nosotros adolescentes, aspirantes a la Congregación Pasionista, la ilusión misionera, al tiempo que íbamos conociendo algo de Perú cuando nos hablaban de Yurimaguas, Tarapoto, Moyobamba, Lagunas… o los ríos Marañón, Huallaga, Pastaza o Paranapura.

De esta manera, nos resultaba familiar el lejano Perú al que llegaríamos en épocas diferentes cientos de Pasionistas con la ilusión de seguir las huellas de los que nos precedieron con su generosa entrega a la causa del Evangelio y del Perú, que consideramos como nuestra segunda patria a la que hemos servido también con ilusión y sacrificio.

Desde mi propia experiencia de servicio misionero en la Selva, me impacta el valor y el heroísmo de los primeros misioneros pasionistas, desprovistos de todo, incursionando en la selva, expuestos a todas las enfermedades propias de esa región tropical, caminando por las trochas, o navegando por los caudalosos ríos, donde cuatro de ellos murieron ahogados.

En respuesta a este gran reto misionero de las Misiones Pasionistas en el Perú, se originó una gran movilización de religiosos de la Provincia del Sagrado Corazón de Jesús a lo largo de estos 100 años, gracias a los numeras vocaciones que surgían en nuestro País Vasco. Ante la dolorosa baja de las vocaciones que hemos venido sufriendo en nuestra tierra, se ha reducido nuestra capacidad de cumplir con el histórico encargo que asumimos hace un siglo.

Tenemos una compensación y  una esperanza en las vocaciones pasionistas peruanas que están creciendo en estos últimos años, siempre que nuestros hermanos peruanos asuman ese compromiso misionero en la Selva y no se instalen o se acomoden en la ciudad o en la costa. Ello comporta disponibilidad y entrega generosa imitando a los que nos precedieron a lo largo de estos cien años.

No olvidemos que los pasionistas llegamos al Perú para ser misioneros y evangelizadores en la Amazonía, esta es nuestra marca y nuestro mayor merito.

Tardamos munchos años en iniciar el proceso de promoción y animación de vocaciones nativas peruanas para la Congregación Pasionista. En los últimos 25 años han ido floreciendo y consolidándose estas vocaciones; muestra de ello es la nueva configuración y composición de la familia Pasionista en el Perú.

Hasta los años 80-90 del pasado siglo, los religiosos pasionistas proveníamos de España, mayoritariamente del País Vasco, Navarra y Galicia; y nuestro destino prioritario eran las misiones en la selva.

El año 1972 éramos 60 religiosos: 2 obispos, 50 sacerdotes y 8 hermanos coadjutores, éramos todos españoles. Hoy 2013, somos casi el mismo número de religiosos pasionistas: 2 obispos, uno de ellos emérito, 4 novicios, 16 teólogos, 33 sacerdotes, de ellos 10 peruanos, y 5 hermanos coadjutores 4 peruanos y un español.

Somos un total de 58 religiosos y de ellos 34 peruanos y 24 de diferentes países: 20 españoles, 2 indonesios, 1 italiano y un colombiano.

Les sugiero ahora una mirada al Vicariato de Yurimaguas (San Gabriel de la Dolorosa del Marañón) que nos ofrece un cuadro preocupante.

•         En el Vicariato de Yurimaguas sólo queda 1 sacerdote pasionista y 1 hermano peruano de nuestra Provincia del Corazón de Jesús.

•         2 sacerdotes pasionistas de Indonesia y 1 sacerdote pasionista de la Provincia de la Pieta de Italia.

•         4 sacerdotes diocesanos del Vicariato (1 en estudios en  Argentina)

•         4 sacerdotes diocesanos provenientes de la Diócesis del Callao (uno de ellos incardinado en el Vicariato)

•         2 sacerdotes diocesanos españoles.

•         Y 4 sacerdotes salesianos.

En este cuadro no he considerado los religiosos pasionistas que permanecen en la Prelatura de Moyobamba: cinco sacerdotes en la ciudad de Tarapoto y uno en Lamas.

Al describir la presencia pasionista, particularmente en el territorio misional del Vicariato, me pregunto y cuestiono con afecto fraterno a esta Asamblea Capitular: ¿sigue siendo prioridad la Misión en el Vicariato de Yurimaguas para nuestra Congregación?

La misma consideración la hice en este mismo escenario, a los participantes en el Sínodo de la Congregación Pasionista el año 1977.

Les hablo desde mi experiencia de misionero y obispo durante 17 años en esa iglesia particular de la Amazonía, que pudieron ser muchos más, de no haber sido trasladado al Callao como obispo diocesano, de donde he enviado cuatro sacerdotes diocesanos para cooperar con mi hermano obispo José Luis en su preocupación por el clero diocesano nativo.

Finalmente nos resulta también esperanzador el surgimiento de vocaciones para el clero diocesano y para la vida consagrada, en nuestras iglesias de la Prelatura de Moyobamba y del Vicariato Apostólico de Yurimaguas.

En este Centenario queremos recordar con inmensa gratitud el aporte de tantas congregaciones religiosas de mujeres y varones, que han compartido con nosotros la obra evangelizadora y social, tanto en la Prelatura de Moyobamba, como en el Vicariato Apostólico de Yurimaguas.

Y nuestro gran reconocimiento a cientos de catequistas y animadores de comunidades cristianas que son el mejor fruto de la misión y de la Iglesia en la selva.





II Parte

Fundadores de parroquias en Lima

La Casa Hacienda Moreyra fue la primera residencia temporal de los Pasionistas (1926), aquí se inicia  la misión en Lima.

•         Parroquia de Chorrillos 1926-1938

1.        Parroquia “Santa Beatriz”, Lince (1926)

Primer distrito limeño de la presencia Pasionista
•         Templo 1936
•         Fundador y primer párroco P. Lucas Zarandona.

2.        Primer Convento Pasionista en San Isidro  (1931), en el año de la creación del distrito

3.        Parroquia Virgen del Pilar

La Fundación de la Parroquia “Nuestra Señora del Pilar” está estrechamente vinculada al desarrollo histórico del distrito de San Isidro.

* Primer templo de la Virgen del Pilar (1932)
* Vice-Parroquia (1935)
* Parroquia (1943) P. Constancio Bollar Párroco (1937-1970)
* Nuevo Templo (actual) (1948-1954)
* Retablo colonial
* Vía crucis
* Templo Mariano
* Centro parroquial de Asistencia Social (1957-1958)

4.        Cercado de Lima

* Parroquia de Cristo Rey (1943)
* Casa del Postulantado Pasionista (1978 y 1995)
* Centro Pastoral Parroquial (2005)

5.        Presencia emblemática en La Molina

Los Pasionistas nacimos juntos con el distrito de La Molina (1962), como en San Isidro.

Complejo religioso y pastoral construido por la Congregación  Pasionista:

•         Cripta de la Resurrección (Cementerio de la Planicie)(1962)
•         Residencia Pasionista (1964)
•         Casa de Retiros (1970)
•         Parroquia de la Resurrección (1965)

         Primer templo parroquial (1979)
         Nuevo templo parroquial (2008)

Asimismo, entre los años 1990-1998 promovieron y construyeron en la Molina las parroquias “Corazón de María”, “San Pablo de la Cruz” y “Jesús, Camino Verdad y Vida”.

6.        Noviciado Pasionista en Chosica (1989)

7.        Fuera de Lima hay que destacar la presencia pasionista en Sullana, cuya parroquia principal regentaron los años        1935-1952.


8.        En este Itinerario Histórico de los Pasionistas en el Perú, queremos reseñar el último compromiso pastoral asumido por la Congregación Pasionista en la Sierra Peruana. El año 2007, han optado por una nueva presencia en la Parroquia de la Natividad de Apata en Huancayo, mediante un convenio suscrito en febrero de 2007 con el Arzobispo de Huancayo, Mons. Pedro Barreto, S.J.

francisco igartua rovira: LA TERCERA

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LA TERCERA