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DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA

DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA
FRANCISCO IGARTUA CON DORIS GIBSON, PIEZA CLAVE EN LA FUNDACION DE OIGA, EN 1950 CONFUNDARIAN CARETAS.

«También la providencia fue bondadosa conmigo, al haberme permitido -poniendo a parte estos años que acabo de relatar- escribir siempre en periódicos de mi propiedad, sin atadura alguna, tomando los riesgos y las decisiones dictadas por mi conciencia en el tono en que se me iba la pluma, no siempre dentro de la mesura que tanto gusta a la gente limeña. Fundé Caretas y Oiga, aunque ésta tuvo un primer nacimiento en noviembre de 1948, ocasión en la que también conté con la ayuda decisiva de Doris Gibson, mi socia, mi colaboradora, mi compañera, mi sostén en Caretas, que apareció el año 50. Pero éste es asunto que he tocado ampliamente en un ensayo sobre la prensa revisteril que publiqué años atrás y que, quién sabe, reaparezca en esta edición con algunas enmiendas y añadiduras». FRANCISCO IGARTUA - «ANDANZAS DE UN PERIODISTA MÁS DE 50 AÑOS DE LUCHA EN EL PERÚ - OIGA 9 DE NOVIEMBRE DE 1992»

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«Cierra Oiga para no prostituir sus banderas, o sea sus ideales que fueron y son de los peruanos amantes de las libertades cívicas, de la democracia y de la tolerancia, aunque seamos intolerantes contra la corrupción, con el juego sucio de los gobernantes y de sus autoridades. El pecado de la revista, su pecado mayor, fue quien sabe ser intransigente con su verdad» FRANCISCO IGARTUA – «ADIÓS CON LA SATISFACCIÓN DE NO HABER CLAUDICADO», EDITORIAL «ADIÓS AMIGOS Y ENEMIGOS», OIGA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995

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LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU

LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

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UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.» FRANCISCO IGARTUA - TEXTO SOMETIDO A LA APROBACION DE LA ASAMBLEA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD - VITORIA-GASTEIZ, 27 DE OCTUBRE DE 1999.

«Muchos más ejemplos del particularismo vasco, de la identidad euskaldun, se pueden extraer de la lectura de estos ajados documentos americanos, pero el espacio, tirano del periodismo, me obliga a concluir y lo hago con un reclamo cara al futuro. Identidad significa afirmación de lo propio y no agresión a la otredad, afirmación actualizada-repito actualizada- de tradiciones que enriquecen la salud de los pueblos y naciones y las pluralidades del ser humano. No se hace patria odiando a los otros, cerrándonos, sino integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad del ser vasco. Por ejemplo, asumiendo como propio -porque lo es- el pensamiento de las grandes personalidades vascas, incluido el de los que han sido reacios al Bizcaitarrismo como es el caso de Unamuno, Baroja, Maeztu, figuras universales y profundamente vascas, tanto que don Miguel se preciaba de serlo afirmando «y yo lo soy puro, por los dieciséis costados». Lo decía con el mismo espíritu con el que los vascos en 1612, comenzaban a reunirse en Euskaletxeak aquí en América» - FRANCISCO IGARTUA - AMERICA Y LAS EUSKALETXEAK - EUSKONEWS & MEDIA 72.ZBK 24-31 DE MARZO 2000

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Mostrando entradas con la etiqueta editorial. Mostrar todas las entradas
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jueves, 13 de diciembre de 2012

EUZKO ETXEA ARANTZAZU LIMA


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viernes, 20 de enero de 2012

Francisco Igartua Rovira In Memoriam

DIARIO EL COMERCIO

VALEROSO DEFENSOR DE LAS LIBERTADES

Igartua: Una huella imborrable

Por: Jhon Bazán Aguilar Periodista

Viernes 20 de Enero del 2012

La huella que Francisco Igartua Rovira dejó a su paso por la vida se nota más nítida desde afuera que desde las calles de Lima. He tenido ocasión de recoger en mis viajes notables recuerdos, y elogiosos comentarios, no solo acerca de lo que fue como persona –un hombre íntegro con ideas propias– sino de su lucha permanente por la libertad y la búsqueda de soluciones.

Palmira Oyanguren, intelectual chilena de raíces vascas, escribió recientemente un enjundioso artículo en el que dice de Igartua: “Periodista agudo y excepcional, Francisco Igartua fue uno de los grandes exponentes de la prensa peruana. Nada ni nadie pudo acallar a este personaje que tenía por lema el ‘no a la regimentación de la prensa’ y si bien sufrió el peso de varias dictaduras, su convicción fue más fuerte que los sablazos militares…”.

Otros recuerdan a Igartua por la terca consecuencia con sus ideas libertarias, que lo llevaron incluso a sufrir persecución y destierro. Una anécdota de los tiempos de Odría lo retrata mejor que nadie, cuando era, entonces, un periodista en busca de la verdad, lo cual naturalmente incomodaba al régimen.

Igartua estaba deportado, pero burlando los controles fronterizos había vuelto a Lima, aunque avisados por esbirros de su audacia estaba siendo buscado por calles y plazas. Escogió, entonces, para refugiarse un eventual y sui géneris asilo: el local de El Comercio, donde con la anuencia del director, don Luis Miró Quesada de la Guerra, se sintió protegido y a salvo por el tiempo necesario, ya que los policías no se atrevieron a violar el local de tan importante diario.

Cabe recordar que Igartua, para entonces, ya había pasado por el mítico diario “Jornada”, una hoja cotidiana cuyas columnas muchas veces eran incendiarias. Había estado en “La Prensa”, cuando la dirigía Guillermo Hoyos Osores, su amigo y referente, y había tenido la audacia de fundar “Oiga” casi el mismo día en que Manuel Odría había roto la democracia derrocando al presidente constitucional José Luis Bustamante y Rivero, a quien Igartua admiró hasta su muerte.

Ya para entonces había dado muestra de su compromiso con la verdad con el llamado Caso Góngora Perea, que lo contrapuso con un diputado aprista por Amazonas que había declarado cosas de las cuales después se arrepintió presionado por el partido y que desmintió en sendas cartas a “Jornada” (setiembre de 1946). El asunto llegó hasta el liderazgo aprista, que citó a Igartua al local de “La Tribuna”, pero en vez de diálogo recibió una soberana paliza en el zaguán de ese diario. El lema aprista de entonces era “por la razón o la fuerza”.

Ahora que se cumplirán ocho años de su fallecimiento, es bueno reflexionar respecto a este legado de fidelidad a sus ideales que dejó Igartua a los periodistas. Los reveses nunca lo arredraron: Fundó “Oiga” primero en 1948 para luchar contra Odría y luego en sucesivas etapas contra mandones antidemocráticos de toda laya; luego cofundó “Caretas”, donde dejó doce años de su vida editorial y lineamientos que aún le sobreviven.

viernes, 7 de octubre de 2011

Pedro Planas Silva - EDITORIAL – "Cómo terminan las democracias" - Oiga 28/11/94

Hace algunos años, Jean Francois Revel publicó un libro titulado 'Cómo terminan las democracias'. Por el título, algunos apresurados imaginaron que sus páginas registraban todo un manual para el perfecto golpista. Grande fue el chasco. Ahí Revel advertía, por el contrario, respecto a cómo los dictadores inventan un enemigo externo o un enemigo interno para justificarse en el poder por largos años. Pero, en nuestros tiempos nublados, no es difícil imaginar las recomendaciones que traería un manual de tal envergadura:

Entre al poder por medios legales. La gente cree que' un dictador es solamente aquel que derroca a un presidente electo por el pueblo. Si usted es Presidente Constitucional, quedará libre de sospechas. Si usted es militar y quiere realizar un proyecto de veinte años, tome como rehén al Presidente Constitucional. Y ofrézcale poder, mucho poder, y por muy largo tiempo. Verá como acepta.

Planée cuidadosamente su golpe de Estado, injuriando sistemáticamente a sus opositores y a instituciones representativas como el Parlamento. Provoque las iras populares contra ellos. Usted no es un demócrata y gobernará con una cúpula cerrada. Pero no se preocupe: nadie se quejará. Acuse a los partidos políticos de ser una cúpula, aunque no tengan poder. Así gana tiempo y el desprestigio que caerá sobre ellos redundará en su beneficio.

Asegúrese el control de los poderes fácticos, principalmente del Ejército y del empresariado. Apenas tenga sus incondicionales en el Ejército, modifique el estatuto institucional para perpetuarlos en su proyecto de largo plazo. De los empresarios, ni se preocupe. Invítelos a viajar con usted por Oriente y Occidente. Serán todos suyos.

Cuando ejecute su golpe de Estado, invente un nuevo término que impida asociar su régimen con una dictadura. En algunos países, el periodismo tiene vocación de papagayo y hará solo el papel. Podría denominarlo 'autogolpe'. Así, usted aparecerá como supuesta víctima del golpe y la media voz de periodistas y analistas se sentirá a gusto, pues no quieren incomodar sus conciencias denunciando la verdad. También puede denominarse, simplemente, "los sucesos del 5 de abril".

Contra los críticos del golpe de Estado, apele a argumentos nacionalistas. Diga que esos cuestionamientos al golpe "perjudican la imagen del país". Usted sabe bien que su golpe fue el causante de la mala imagen, pero como la gente acepta el hecho consumado, acusará fácilmente de antipatriotas a quienes lo intenten criticar.

Prometa que usted traerá una 'nueva democracia'. Aunque es un viejo pretexto, empleado por los dictadores de todas las estirpes, hay países de precaria cultura democrática en los que todavía tiene éxito. No se olvide: cada vez que prometa esta 'nueva democracia’, critique ácidamente a la anterior. Siempre encontrará solícitos columnistas que se harán eco de sus discursos.

Busque disimular la ilegitimidad de su cargo con cierto apoyo popular. Apele a mecanismos psicosociales de 'propaganda y, sobre todo, realice un festival de encuestas que lo favorezcan. Usted sabe que la democracia es pluralidad y que la soberanía es propia de monarcas tipo Luis XIV. Pero, como nadie repara en estas sutilezas, usted, gracias R las encuestas, se perfilará como un augusto Emperador.

De nada le servirá su golpe de Estado si es que no intenta copar las instituciones. Para ello, agite el espejismo constitucional. Reclame la elaboración de un nuevo texto constitucional. Cope el Parlamento, el poder Judicial, la Contraloría, la Fiscalía y toda otra institución que tenga olor a fiscalización. y no se olvide de aprobar la reelección presidencial. Aunque sea por un período. Después, en su segundo mandato, podrá colocar la reelección indefinida.

Tenga, para su uso personal, un doble gobierno. Para el exterior, tendrá ministros, que no necesitará reunir. Pero su verdadero equipo de gobierno será otro. Tenga a un familiar suyo -si es su hermano, mejor-, como máxima figura de la administración pública, encargado de nombrar funcionarios, instruir a los ministros y dirigir y cobrar las licitaciones. Como no tendrá cargo conocido, él estará libre de todo control y de cualquier denuncia. Deje, incluso, que suplante su rúbrica en los decretos supremos y en las resoluciones. Usted debe dejar de gobernar para entrar en campaña. Así se mantendrá en permanente olor de multitud.

Para preparar su estrategia de campaña permanente, invente una estructura especial. Podría ser un ministerio. En ese caso, para evitar suspicacias, suprima otro ministerio, que no considere útil, como el de Vivienda. Si quiere intensificar el efecto publicitario, denomínelo 'Ministerio de la Presidencia', pues así la gente lo asociará inmediatamente con usted. Y verá que, con el tiempo, hasta los periodistas más críticos, se acostumbrarán a convivir con tal estructura ministerial, cuya verdadera utilidad sólo usted conoce.

Usurpe las funciones que corresponden a los gobiernos regionales y a los municipios. Esos son los problemas más cercanos de la población. inaugure y pinte escuelas y haga oídos sordos si es que le recuerdan el grave problema de la deserción escolar. Construya carreteras, pistas, plazas y parques. Arregle el agua y el desagüe. Así, no tendrá ningún competidor de su nivel. Y cada vez que visite los poblados, no se olvide de Ilevarles obsequios y de ofrecerles mucho más para otra oportunidad. Pregúntele a los pobladores si quieren que usted vuelva. Le dirán que sí. Y así lo tendrán siempre muy presente.

Use almanaques como publicidad personal. Repártalos usted mismo, persona por persona. En lugares muy poblados, que lo ayude alguna autoridad civil o militar. No importa los meses del año en que usted reparta el almanaque. Lo que importa es su rostro. Esta excelente táctica publicitaria le rindió grandes beneficios a Napoleón. El repartió almanaques con las efemérides napoleónicas y los ciudadanos los colgaron en parte visible de sus casas. Así, el día de la elección, salieron de casa sabiendo por quién votar. Si usted está en un país civilizado, no emplee recursos públicos, porque sería delito (malversación) y le traerá graves problemas. Si gobierna en un país donde la gente acepta fácilmente sus atropellos, utilice impunemente los fondos públicos. No sea tonto. ¿Quién lo va a fiscalizar? ¿La Contraloría que usted maneja? ¿El CCO?

No se olvide de las formalidades. Ofrezca garantías electorales. Asegúrese que compitan con usted tres, ocho o diez candidatos. Nadie podrá competir contra sus métodos publicitarios, si es que usted sigue paso a paso estas recomendaciones. Los candidatos serán sus mejores aliados. Y su triunfo tendrá legitimidad.

Si su nuevo Parlamento le resulta adverso, es porque ha habido alguna falla en la aplicación de estas instrucciones. Pero, no se preocupe. Tiene usted tiempo. Repase estas instrucciones y aplique, contra ese nuevo Parlamento, las recomendaciones primera y segunda.

Hasta ahí el apretado resumen de este manual del perfecto dictador. Un manual que, en estos tiempos nublados, no resultaba tan difícil de imaginar

domingo, 12 de junio de 2011

¡Que la historia no se vuelva a repetir…!


Francisco Igartua – Editorial “Dos hechos que nos estremecen de espanto” – Oiga 12/08/1993

Dos suceso casi simultáneos, uno ya conocido por la opinión pública y el otro divulgado hoy en esta edición de OIGA, nos muestran el lado oscuro, el lado que se quiere mantener oculto, del régimen autoritario, con barniz democrático, que gobierna al país. Me refiero al descubrimiento de fosas clandestinas, con restos humanos calcinados, logrado por la revista SI, y a las revelaciones que, sobre la probable estructura real del actual régimen, puso en manos de OIGA un pajarito verde.

Esas tumbas de Cieneguilla, malolientes, escondidas a la vera de un camino de basura transitado por la miseria, pueda que no haya guardado los restos de los desaparecidos de La Cantuta, tal como lo creen muchos y lo propaga el rumor general. Pero allí si se escondieron huesos humanos calcinados y es posible que en esos muladares reposen otros muchos crímenes, de aquellos que sería demasiado difícil imputárselos al hampa y bastante improbable que sean obra de los terroristas -los más crueles genocidas de nuestra no tan amable historia patria-, por estar ubicada allí, muy cerca, una base militar de vigilancia. Esos huesos humanos calcinados, con un llavero de recuerdo entre ellos y el increíble desinterés de las autoridades gubernamentales por custodiar las tumbas, son testimonio de los tiempos que nos ha tocado vivir. Pueden ser cadáveres de senderistas quemados por sus propios compañeros para que nadie los pueda identificar, puede ser cierto el rumor de que serian restos de los desaparecidos de La Cantuta. O de otros desaparecidos, añado, pensando en los textos que hoy publica OIGA, preparados por un secreto "Equipo de Trabajo" y por el Servicio de Inteligencia, para un pronunciamiento militar que debió producirse en 1990, que se inicio el 28 de julio de ese año y se consolido con el golpe militar del 5 de abril de 1992.

Se trata de dos hechos secretos, secretísimos, y que, por lo tanto, no dejan huella evidente. No tienen firmas ni sellos. No hay declaratorias de defunción. Tampoco existen pruebas testimoniales comprobables. Hay, en un caso, el dato preciso, con mapa, de un anónimo elemento de Contrainteligencia o de la propia Inteligencia que ha querido liberar su conciencia o enredar los hechos. Pero los muertos están, son ciertos, son huellas de métodos que horrorizan, que hace se nos escarapele la piel y conducen al otro caso, a los documentos publicados hoy en esta revista, en el que las pruebas no están en firmas y sellos sino en la credibilidad, en la seriedad del pajarillo verde que deposito los textos en mis manos y en que esos textos casan, calzan, se machihembran a la perfección con los hechos públicos y semipúblicos que van ocurriendo al mismo tiempo de lo escrito. Cada comentario tiene su correspondiente comprobación en un suceso notorio. Bueno, no todos, como, por ejemplo, el juicio escrito sobre la necesidad de exterminar al "excedente poblacional nocivo, irrecuperable, como son los terroristas, vendedores de pasta básica, agitadores y demás traidores a la patria".

Se trata de documentos que revelan el carácter del régimen que preparaba, desde mediados de 1989, una logia militar con orden del Comando. Régimen que, a último momento, fue negociado con el presidente electo, Alberto Fujimori, porque este venia a resultar el más aparente cabecilla para la "Democracia Dirigida, civil-militar" diseñada en los círculos castrenses.

En los textos se hallan opiniones absolutamente ciertas sobre la realidad peruana -mas que certeras en el análisis de la responsabilidad de Alan García- y es imposible quitarles la razón a muchos de los argumentos allí expuestos sobre la difícil gobernabilidad del Perú y la necesidad de contar con metas estratégicas nacionales de largo plazo. Se puede decir que a su lectura brotan verdades de a puño, aunque la mayoría de estos puñetazos sean más del agrado de la sensibilidad política de las llamadas derechas, que de otros sectores con mayores inquietudes sociales y populares. Hay, sin embargo, aspectos siniestros que a ningún demócrata, a ninguna persona con cierto refinamiento humano, pueda dejar de espantar. Se trata de un proyecto mesiánico, de orientación totalitaria, que nada tiene de democrático por más título de "Democracia Dirigida" que se haya puesto.

En los lineamientos del plan, trazados en octubre de 1989, y en Anexos posteriores a esa fecha, están insertos los planeamientos que, como grandes novedades, viene, repitiendo Fujimori: Libre comercio, "reinsertación ", pena de muerte, pacificación, reforma educativa, acuerdo en las fronteras (entendiendo que "el aspecto territorial ha sido ya rebasado"), necesaria continuidad en el mando (reelección), etc. Pero hay puntualizaciones muy reveladoras del nefasto mesianismo que inspira al proyecto en general, hasta ahora mantenido en el mismo misterio, y que apenas se dejan entrever en algunas de las bruscas declaraciones de Fujimori; como cuando, por ejemplo, se ufana de tener el mejor Servicio de Inteligencia de América Latina. En los textos conspirativos se da, justamente, mayor importancia a lo que llaman "Sistema de Control, Seguridad y Propaganda" y que en esas mismas páginas se especifica que "si, definitivamente, el Sistema es el equivalente a una Gestapo". El carácter antidemocrático del proyecto aparece por todos lados. Desde la "relación" que se seguirá con la prensa ("El objetivo mínimo consiste en conseguir la autocensura, dejando entrever nuestra decisión de ir hasta las últimas consecuencias"), hasta el modelo secreto del gobierno a montarse, muy explicativo de por qué en el régimen fujimorista tiene tan poca importancia el Consejo de Ministros. En el esquema del proyecto esta explicado que la conducción de la política estratégica nacional a largo plazo corresponde a un "Consejo Estratégico de Estado" (CEE), "delegando el protagonismo, los aspectos diplomáticos y sociales y los problemas de corto plazo a los distintos encargados de los portafolios ministeriales". El CEE será un misterio y no tendrá por que asistir a los Consejos de Ministros, "quedando con las manos libres, fuera del ángulo visual del enemigo, para impulsar al país y hacer frente a las necesidades de la guerra". El servicio de cámaras ya instalado, en la época de Alan García, en la Sala del Consejo de Ministros, le servirá al CEE para seguir de cerca por video las sesiones que crea necesario supervisar. Y siguen las perlas. Todas con desagradables evocaciones de equívocos salvadores de sus patrias, de trágicos devaneos autoritarios. De desastres que tuvieron auroras deslumbrantes.

¿Está funcionando el actual régimen bajo el esquema trazado en los documentos que hoy comienza a publicar OIGA?... Por desgracia hay demasiados indicios de que es así. ¡Pobre Perú! Vamos de mal para peor, porque nunca, por ciertos y grandes que sean los males que es necesario superar, han sido buenas las soluciones mesiánicas, totalitarias, autocráticas. Siempre, a la corta o a la larga, las lágrimas borraran los aciertos que pudiera haber tenido el despotismo.

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Francisco Igartua - Editorial "Los cuadernos del pajarillo verde" – Oiga 14/01/1994

CON la ley que cortó el juicio civil a los asesinos de La Cantuta y los trasladó a la justicia castrense -con el propósito de dejar libres a los autores intelectuales del crimen-, se ha puesto fin al precario orden legal que existía en el Perú. La cúpula militar ha notificado al país que es la Fuerza Armada la que manda, que los llamados poderes del Estado son simples ejecutores de sus órdenes. De esa ley en adelante, ya nada ni nadie estará tranquilo en el Perú. La seguridad jurídica ha muerto. Mañana es posible cualquier cosa. Por ejemplo, si los miembros del misterioso Consejo Estratégico del Estado -el verdadero poder en el Perú- decidieran que el servicio bancario nacional, a pesar de todos los privilegios que le han sido concedidos, no le es útil a sus planes económicos, les bastará ordenar a cualquiera de los agentes del SIN infiltrados en el CCD que presente un proyecto de ley trasladando ese servicio a la banca extranjera. No habrá norma constitucional ni consideración alguna que impida que ese proyecto se haga ley y se ejecute, sin dudas ni murmuraciones, y sin que se inquiete un solo ministro, como ha ocurrido con la Ley Cantuta. La digna actitud de Alfonso Bustamante -renunciando al premierato- ha quedado como solitaria excepción, en cuanto a los hombres que rodean a Fujimori, y también como demostración de que las reservas morales del Perú no se han agotado; queda como prueba de que mientras haya tradiciones familiares a seguir, mientras se mantenga activa la conciencia cívica y el sentido del deber ético, siempre habrá enmienda para los errores que se puedan haber cometido. Con caballeros como Bustamante, aunque se queden solos a la hora de la renuncia, el Perú no está perdido.

El arriba descrito es el orden que impera hoy en el Perú. Es el orden de la arbitrariedad militar, reemplazante del orden caprichoso y personal que nos impuso Alan García y que -mientras no tocó a los bancos- tantos aplausos cosechó entre los mismos que hoy festejan a Fujimori, desconociendo la verdadera estructura del poder real en el actual régimen, así como ayer no quisieron advertir el carácter díscolo del joven presidente.

¿Cuál es esa estructura?... Hace muchos meses OIGA publicó el contenido de unos cuadernos que un 'pajarillo verde' puso en mis manos. Y, como en muchas otras oportunidades -¿recuerdan las predicciones de 1985 sobre Alan García, publicadas en esta misma columna?- poco o ningún caso se hizo a las "exageraciones de la revista de los lunes". Como si la simple transcripción de un documento, comprobadamente de origen castrense, podía ser una exageración de propia cosecha. Pero ahora, después del desaguisado de la 'Ley Cantuta', esos cuadernos del 'pajarillo verde' comienzan a inquietar a muchos que hasta hace poco se sentían tranquilos, adormilados con la imagen del 'chino' que todo lo domina y todo lo controla a favor de los sagrados intereses privados.

En esos documentos del 'pajarillo verde' se relata paso a paso una conspiración militar que se inició mucho antes de octubre de 1989 -fecha de la entrega del programa elaborado por la logia de los conspiradores- y que luego ha ido variando, aunque no de orientación ni de lineamientos generales, hasta llegar a las declaraciones que, hace pocos días, un alto jefe militar en actividad confió a la agencia de noticias ANSA: "La Fuerza Armada no puede mantenerse al margen de los problemas nacionales -dice el alto mando citado por ANSA-, no se nos puede negar nuestro derecho, como pueblo uniformado, a luchar por el desarrollo nacional dentro de una estrategia integral que tiene un solo objetivo: el bienestar general de los ciudadanos ... Somos una fuerza pensante y comprometida con el desarrollo económico y social: Ahora hemos asumido el rol de coadyuvar el desarrollo nacional de una manera intensa y sostenida, basándonos en planes que son producto de muchos años de visualización y experiencia 'directa, así como de interpretación correcta -de los problemas que afronta el Perú y que siempre se han mantenido en los inventarios políticos electoreros, sin alcanzar soluciones concretas".

Ellos, los uniformados, los dueños de la verdad. La misma ceguera, el mismo error de siempre. El mismo lenguaje de la revolución militar del año 68 y de los cuadernos del 'pajarillo verde', con la única variante de que el 68 alzaba la bandera socialista y hoy alza la bandera liberal. Es siempre, en el meollo del tema, el Ejército que se siente predestinado a salvar al Perú. Es una historia incesante, continuada, con avances y repliegues, que en los cuadernos de 'pajarillo verde' describen la necesidad de dar un golpe militar contra el gobierno de Alan García, por considerar, con no poca razón, que el irresponsable y locuaz líder aprista nos llevaba al desastre nacional. Pero esos planes se detienen cuando las evaluaciones de Inteligencia aseguran que el vencedor de las elecciones próximas será Mario Vargas Llosa, en quien confían los militares como corrector del rumbo seguido por Alan García. Más, cuando el comando de la conspiración advierte que el triunfo corresponderá al desconocido Fujimori, con un programa apenas diseñado y sin orientación precisa, de nuevo se comienzan a barajar los 'escenarios' para el golpe. Sin embargo, pequeños tropiezos demoran el pronunciamiento y, de pronto los conspiradores se festejan por la demora. Consideran que el presidente electo. Alberto Fujimori, puede ser la cabeza del Movimiento. Rápidamente entran e acción los enlaces y Fujimori acepta cobijarse bajo el ala militar, que le impone como condición hacer un gobierno de "democracia dirigida con economía de mercado". Algo sorprendente e inusitado si se recuerdan las veleidades socialistas de la revolución militar del 68.

Esta es, en grandes trazos, la historia que relatan los cuadernos del 'pajarillo verde'. Y el plan de gobierno que en ellos se esboza es, hasta en detalles, el programa que se ha venido desarrollando -con variaciones impuestas por las circunstancias- durante el régimen que algunos llaman fujimorista. En él no hay mayores misterios ni secretos, sí la comprobación plena de que la imaginación y la originalidad de Fujimori no existen, son pura ilusión. En los cuadernos -en el verde para ser precisos- está planteado desde el desarme militar hasta la siembra de auquénidos por todo el Ande y desde la restricción a la gratuidad de la enseñanza hasta el arreglo de las fronteras norte y sur, abriéndonos a una alianza con Brasil, Bolivia y Paraguay. En la mira militar está un corredor del Pacífico al Atlántico. Planteamiento que podría ser muy grato a Japón y que, hace algunos años, los militares lo rechazaban airados, igual que la economía de mercado. ¡Cambios de los tiempos y de la moda!

Tampoco hay demasiado misterio en las recientes declaraciones del alto jefe militar a ANSA. El que "grandes unidades militares de las tres armas estén comprometidas en la ejecución de la guerra contra la pobreza" no hace otra cosa que comprobar que los militares ingresarán con todo a respaldar la reelección de Fujimori, su candidato. Y el que la guerra contra la pobreza sea una cruzada encomiable, en la que el país entero debe comprometer todas sus energías, no oculta el engaño que se está montando: hacer de ella el principal agente de propaganda para la reelección del mascarón de proa de la cúpula militar.

lunes, 12 de octubre de 2009

ABC 23/11/1974


ABC. SABADO 23 DE NOVIEMBRE DE 1974 – PAG 41

DEPORTACION DE PERIODISTAS Y POLITICOS PERUANOS

El Gobierno de Lima ha dictado, ademas, medidas de expulsion contra otros cuatro representantes de la Prensa.

Lima, 22 Fueron deportados ayer a Buenos Aires los periodistas Arturo Salazar Larrain, presidente de una de las federaciones de periodistas del pais; Juan Zegarra Russo y Federico Prieto Celli.

Con los indicados son ya seis los deportados; ya fueron tambien a Buenos Aires, Enrique Chirinos Soto, Cesar Martin Barrera y el dirigente de Accion Popular, partido del ex presidente Fernando Belaunde, Luis Felipe Alarco Larrabure.

El gobierno peruano ha dictado igualmente medidas de expulsion contra Oscar Diaz Bravo, Guido Chirinos Lizares, director del semanario “Opinion Libre”, clausurado desde ayer; Mario Castro Arenas y Francisco Igartua Rovira, director del semanario “Oiga”, tambien clausurado.

Las oficinas de la revista “Oiga” y del semanario “Opinion Libre” fueron virtualmente clausuradas y sometidas a intensa vigilancia policial, se informo ayer.

Los talleres donde se imprimian ambas publicaciones tambien fueron custodiados policialmente, pero sus actividades siguieron desarrollandose normalmente.

Todo el tiraje del ultimo numero de “Opinion Libre”, que debio haber salido a las calles, fue requisado tambien.

Los talleres de la editorial donde se imprimia “Opinion Libre” tambien fueron vigilados policialmente, pero sus labores no fueron alteradas.

En “Oiga” la situacion era similar. Sus oficinas han sido intervenidas por miembros de la Policia que se hallan dedicados a una revision de libros y otros documentos.

De otro lado, en la Embajada del Ecuador en Lima, se nego la version de que el periodista Oscar Diaz Bravo estuviera asilado en esa representacion diplomatica.

La misma version se difundio sobre Mario Castro Arenas como asilado en la Embajada de Mejico. Esta noticia no fue confirmada por esa representacion, dice el diario “El Comercio” hoy.

Hasta el momento, los dos periodistas citados, ademas de los directores de “Opinion Libre” y “Oiga”, no han sido expulsados del pais – Efe.

lunes, 21 de septiembre de 2009

FRANCISCO IGARTUA ROVIRA - “SIEMPRE UN EXTRAÑO”, presentación por Alfredo Bryce Echenique


Sin dejar de lado la diáfana prosa periodística, Igartua nos revela, en un tono muy personal y a partir de la agitada historia de la revista Oiga, las vicisitudes de nuestra historia contemporánea y de sus protagonistas.

Periodista polémico y luchador, su oposición a la estatización de la prensa, en 1974, le valió el destierro a México, experiencia de la que surgen estas páginas. En ellas, Igartua intenta comprender los vaivenes de nuestra sociedad y las debilidades y fortalezas, predilecciones y fobias que prueban a los hombres que ejercen el poder político.

A través de la memoria, nos hace ingresar a una época de incertidumbres, de negaciones tajantes y afirmaciones desmesuradas y nos muestra la figura de un hombre que elige el destino de zambullirse en esa realidad por convicción, aunque esto lo lleve al destierro y la soledad.

Estamos ante un extraordinario acontecimiento literario, periodístico, político y, sobretodo, humano: las inesperadas memorias de uno de los mayores periodistas peruanos contemporáneos, Francisco Igartua. Más que un relato autobiográfico en sentido estricto, Siempre un extraño supone una muy peculiar remodelación de la experiencia personal, un regreso a las fuentes de la memoria para repensar, recrear la vida. No se trata, por consiguiente, de un registro lineal y sistemático de hechos vividos –a nivel personal, histórico, cultural, político–, sino de una introspección selectiva articulada al mismo ritmo fluctuante que la evocación, en torno a personas, personajes, paisajes y situaciones, de un periodo crucial de la vida peruana. Desde la intimidad familiar a los sucesivos descalabros de nuestro acontecer nacional, desde las peripecias estudiantiles a la iniciación en el periodismo, este libro es también un sesgado espejo en el que muchos podrán mirarse, un correlato explicativo de esa experiencia en común vivida por quienes fueron espectadores comprometidos con su país y con su tiempo y, en consecuencia, padecieron las mismas emociones morales y educativas.

La pericia narrativa de Francisco Igartua, la elegante y genuina singularidad de su estilo, hacen aún más apasionante la exploración de ese territorio histórico, nacional e internacional, donde el texto se fusiona por momentos con una historia pública y privada en la que predomina siempre un feroz sentimiento de orfandad, de doble marginalidad, de angustia existencial, de una fiera emotividad que busca un orden que traiga consigo la paz interior, y donde el autor se convierte en el protagonista de esta magistral “novela de la memoria”

Alfredo Bryce Echenique

sábado, 12 de septiembre de 2009

FRANCISCO IGARTUA ROVIRA 1923-2004


“Tú mismo te has acercado a la solución en una de esas cartas con que me asaltas a preguntas. En ella me decías: ¿no crees que se podría intentar alguna nueva cruzada? Pues bien, sí; creo que se puede intentar la santa cruzada de ir a rescatar el sepulcro de Don Quijote del poder de los bachilleres, curas, barberos, duques y canónigos que lo tienen ocupado. Creo que se puede intentar la santa cruzada de ir a rescatar el sepulcro del Caballero de la Locura del poder de los hidalgos de la Razón. Defenderán, es natural, su usurpación y tratarán de probar con muchas y muy estudiadas razones que la guardia y custodia del sepulcro les corresponde. Lo guardan para que el Caballero no resucite”. MIGUEL DE UNAMUNO – Vida de Don Quijote y Sancho

jueves, 10 de septiembre de 2009

Francisco Igartua - "Unamuno y su camino" - Revista Oiga 15/12/1986



Lo lamentable sería que lo que podría ser una baja en la lectura de Unamuno y una alza en el hablar de él termine por difuminar la sólida imagen de quien dijo: «¿Tropezáis con uno que miente? Gritadle a la cara: ¡Mentira! y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que roba? Gritadle: ¡Ladrón! y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que dice tonterías a quien oye toda una muchedum­bre con la boca abierta? Gritadles: ¡Estúpi­dos! y ¡adelante! ¡Adelante siempre¡». FRANCISCO IGARTUA - Unamuno y su camino