«¿Nada se gana, entonces, con buscar la verdad? Se gana por lo pronto el rescate de la propia dignidad, que es ya bastante; y se cumple con el Maestro -Unamuno- quien dijo que «la más miserable de todas las miserias, la más repugnante y apestosa argucia de la cobardía es esa de decir que nada se adelanta con denunciar al ladrón y al majadero». FRANCISCO IGARTUA ROVIRA – 23/09/1923 24/03/2004
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DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA
«También la providencia fue bondadosa conmigo, al haberme permitido -poniendo a parte estos años que acabo de relatar- escribir siempre en periódicos de mi propiedad, sin atadura alguna, tomando los riesgos y las decisiones dictadas por mi conciencia en el tono en que se me iba la pluma, no siempre dentro de la mesura que tanto gusta a la gente limeña. Fundé Caretas y Oiga, aunque ésta tuvo un primer nacimiento en noviembre de 1948, ocasión en la que también conté con la ayuda decisiva de Doris Gibson, mi socia, mi colaboradora, mi compañera, mi sostén en Caretas, que apareció el año 50. Pero éste es asunto que he tocado ampliamente en un ensayo sobre la prensa revisteril que publiqué años atrás y que, quién sabe, reaparezca en esta edición con algunas enmiendas y añadiduras». FRANCISCO IGARTUA - «ANDANZAS DE UN PERIODISTA MÁS DE 50 AÑOS DE LUCHA EN EL PERÚ - OIGA 9 DE NOVIEMBRE DE 1992»
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«Cierra Oiga para no prostituir sus banderas, o sea sus ideales que fueron y son de los peruanos amantes de las libertades cívicas, de la democracia y de la tolerancia, aunque seamos intolerantes contra la corrupción, con el juego sucio de los gobernantes y de sus autoridades. El pecado de la revista, su pecado mayor, fue quien sabe ser intransigente con su verdad» FRANCISCO IGARTUA – «ADIÓS CON LA SATISFACCIÓN DE NO HABER CLAUDICADO», EDITORIAL «ADIÓS AMIGOS Y ENEMIGOS», OIGA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995
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LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.» FRANCISCO IGARTUA - TEXTO SOMETIDO A LA APROBACION DE LA ASAMBLEA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD - VITORIA-GASTEIZ, 27 DE OCTUBRE DE 1999.
«Muchos más ejemplos del particularismo vasco, de la identidad euskaldun, se pueden extraer de la lectura de estos ajados documentos americanos, pero el espacio, tirano del periodismo, me obliga a concluir y lo hago con un reclamo cara al futuro. Identidad significa afirmación de lo propio y no agresión a la otredad, afirmación actualizada-repito actualizada- de tradiciones que enriquecen la salud de los pueblos y naciones y las pluralidades del ser humano. No se hace patria odiando a los otros, cerrándonos, sino integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad del ser vasco. Por ejemplo, asumiendo como propio -porque lo es- el pensamiento de las grandes personalidades vascas, incluido el de los que han sido reacios al Bizcaitarrismo como es el caso de Unamuno, Baroja, Maeztu, figuras universales y profundamente vascas, tanto que don Miguel se preciaba de serlo afirmando «y yo lo soy puro, por los dieciséis costados». Lo decía con el mismo espíritu con el que los vascos en 1612, comenzaban a reunirse en Euskaletxeak aquí en América» - FRANCISCO IGARTUA - AMERICA Y LAS EUSKALETXEAK - EUSKONEWS & MEDIA 72.ZBK 24-31 DE MARZO 2000
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viernes, 13 de mayo de 2011
Oiga
jueves, 21 de abril de 2011
Oiga
El alma vasca de Paco Igartua
Por Jhon Bazán Aguilar
Francisco Igartua Rovira, periodista peruano de raíces vacas, es más conocido por su aporte fundacional al periodismo de opinión peruano –como que fundó las dos revistas medulares de la vida política del siglo 20 aún proyectándose al siglo 21: Oiga y Caretas, esta última siguiendo aún sus lineamientos editoriales-; pero su aporte a la unidad vasca no es tan conocido y merece ser también resaltado.
Igartua se reconoció vasco tempranamente, y se imbuyó en las preocupaciones de la nacionalidad lejana que le legó su padre, al punto que –ya muerto este- viajó hasta su pueblo natal, encontró a los familiares que aún vivían, y luego hizo casi un ritual del peregrinaje a Oñate, el pueblo de donde salió su progenitor en busca de su destino, y más precisamente al caserío Berotegui del barrio Goribar donde estuvo su casa paterna.
En Lima fue uno de los más activos reactivantes de la unidad vasca y de su vínculo con el gobierno vasco que luchaba por reconquistar una presencia autónoma; y fue él, precisamente, quien exhumó la verdad de la unidad vasca en América estableciendo que fue en Lima que se fundó la primera cofradía vasca de que se tenga noticia, alrededor de la Virgen de Aranzazu, propiciada por la Hermandad Vascongada.
Estuvo en dos congresos mundiales de las colectividades vascas y todas las personas con las que he conversado señalan sus aportes y su espíritu conciliador cuando surgían las discrepancias.
Josu Legarreta, quien por años tuvo a su cargo los contactos del gobierno vasco con los centros vascos de ultramar, recuerda a Igartua como un gran conversador. En un artículo inédito que ha escrito en forma de carta a Paco Igartua dice: “Pero no sólo hablábamos de Euskadi. Perú era también uno de nuestros temas preferidos. Y correspondiste más que sobradamente a mis curiosidades sobre la situación socio-política de este gran país: de sus Partidos Políticos, de los diversos Gobierno, de la situación económica, del Sendero Luminoso, de las poblaciones marginales, de los sectores indígenas, de tu vida de destierro en Chile, México y Panamá, de tus relaciones con Fidel Castro, con Vargas Llosa, etc, etc. Tu actitud de respuesta me resultó sumamente agradable e interesante. Si me permites proseguir con mi confesión de recuerdos, hablaré de todo ello, aunque en primer lugar quiero resaltar en qué medida me afectaron tus comentarios sobre las formas de vida de las poblaciones marginales”.
Y al recordar la intervención de Igartua en el Congreso Mundial de las Colectividades Vascas de 1995 dice: “He vuelto a releer el texto de tu intervención. He visto en él a mi amigo Paco con su eterna actitud de renuncia al autohalago: dices que habías “sido invitado al Congreso como acompañante de la delegación del Perú”. Pero ésta no es la verdad: tú fuiste invitado por el propio Lehendakari (Presidente vasco)”
Es que así era Igartua: desprendido y abierto, preocupado por los demás, por el país, por la democracia, por la cultura y en el fondo de todo ello, preocupado también por el mundo vasco que supo apreciar porque lo llevaba en la sangre.
lunes, 11 de abril de 2011
Oiga
Francisco Igartua - Editorial – Alan García contra el Perú - 10/04/1990
CUANDO oía, el viernes, entre desconcertado y sorprendido, los malabares retóricos del presidente Alan García, me vino a la mente la descripción que de él me hace, en reciente carta, un lector de esta revista. Las palabras libertad y democracia, maravillosamente conjugadas en el siempre fluido lenguaje presidencial, me sonaban imperceptiblemente a falsas, a tener significado contrario a lo que el presidente decía. Hablaba con indiscutible elocuencia e impecable hilación lógica de continuidad democrática, de elecciones limpias, de plenas garantías electorales y, a la vez, de inmediato, engañosamente, convocaba a elecciones regionales en la mitad del territorio nacional, a pesar de que todo el mundo sabe, según propia confesión del premiar Luís Alberto Sánchez, que, en las circunstancias actuales, las elecciones regionales no son sino una trampa, destinada a confundir, enturbiar, desestabilizar las elecciones generales. Tan así se veían que el premier Sánchez juró y rejuró que no serían convocadas; luego dejó entrever que no estaría mal ensayarlas en una región piloto; y hace poco el APRA aseguró que en sólo dos regiones habría elecciones. Hoy, la convocatoria ya llega a cuatro. Con qué precisión describe en su carta al presidente García este lector amigo:
“Nadie puede acusarlo de incapacidad para adaptarse a los constantes cambios de la coyuntura política. Nadie como él percibe las oportunidades que las situaciones más adversas le ofrecen. Tiene, políticamente hablando, más vidas que un gato, mayor habilidad que el felino más ágil para caer siempre de pie. Adivina siempre muy bien cuál es el punto más vulnerable del país en un momento dado, y sabe dónde aplicar el golpe más certero para dañamos, como no, lo haría el más consumado karateca... Nadie sabe mejor que él cómo tender una nube de 'palabras para disfrazar sus propósitos' y engañar a los incautos. Nadie como él se las entiende para explotar la ingenuidad imperdonable -según él- de nuestros políticos, los de su propio partido y los contrarios".
“Alan García contra el Perú” es el título de la carta que voy a seguir transcribiendo. Y cómo le da la razón a este título el espectacular discurso del viernes!...
No pudo ser más cierta y encendida, más racional y convincente, la defensa que hizo el presidente García de la regionalización. Sin embargo, más allá de la inoportunidad y precipitación de la regionalización aprista, hubo también un fuertísimo y desagradable sinsabor en la palabra presidencial: El sabio doctor Alan García ha constatado -según dijo- que la organización política actual -la que consagran nuestras leyes- está hecha para que usufructúen del sistema sólo los poderosos. Y para destruir el sistema, no para darle continuidad y vida, es que se necesita la regionalización. Para Alan García, el meollo de la cuestión está siempre no en la unión y el consenso sino en el enfrentamiento, en el odio y la revancha; aunque use, para engañar, las palabras al revés. Los gobiernos regionales, en el esquema mental del presidente García, no deben nacer para integrar más a esta República unitaria sino para desintegrarla, para enfrentar a las regiones con el gobierno central, para dividir a los peruanos entre buenos y malos, entre pueblo y dirigentes, entre miserables y triunfadores. La regionalización en manos de Alan García no es arma para realizaciones fecundas, es semilla de maldad, de rencores y enfrentamientos que espera le estallen en la cara al próximo gobierno.
A pesar del país de maravillas que, con desbordante imaginación e infinidad de cifras y datos falsos, nos presentó como futuro y presente del Perú; a pesar de descubrir tardíamente que son necesarios los tribunales militares para poder combatir con eficacia al terrorismo -tardíamente porque sabe que para lograr tal propuesta se requiere una reforma constitucional o la declaratoria del estado de sitio-; a pesar de su deslumbrante retórica, el presidente Alan García es, como dice el amigo lector de OIGA, el enemigo número uno del Perú:
"Con frecuencia se discute -escribe mi amigo- cuál es el mayor enemigo que el Perú enfrenta en nuestros días, si la inflación o el terrorismo. Es una discusión académica e inútil. El mayor enemigo que enfrenta el Perú en estos momentos es Alan García. Lo es porque ninguno de esos gravísimos problemas, ni tampoco el narcotráfico, habrían alcanzado las dimensiones a que han llegado si no fuera por Alan García.
"En realidad la crisis económica ha sido provocada, no involuntariamente sino a sabiendas, por Alan García. Y el terrorismo no habría crecido en la forma como lo ha hecho de no haber sido por la colaboración pasiva de Alan García”.
"Alan García ha arruinado económicamente al Perú con su negativa a adoptar una política coherente frente a la crisis que sus propias directivas de gobierno han provocado; con su negativa a nombrar un ministro de Economía capaz, que estuviera a la altura de las circunstancias. Ya los mediocres que ha llamado al Gabinete no los ha dejado siquiera aplicar las medidas que ellos hubieran deseado, sino que les ha impuesto sus propias y aberrantes ideas”.
"Alan García no ha hecho del Perú un país de maravillas, como él dice; lo que ha hecho es empobrecer a la población en una magnitud inverosímil -él que se decía defensor de los pobres- y la va a seguir arruinando con la gigantesca emisión monetaria que se acaba de aprobar, y con las emisiones sucesivas que seguirán inevitablemente”.
"Alan García ha dejado que el terrorismo avance en nuestras serranías, cope extensas zonas de la selva y empiece a cercar Lima y otras ciudades de la costa. Lo ha dejado porque conviene a sus propósitos”.
"Nadie puede acusar a Alan García de no saber lo que hace o de cometer errores a pesar suyo. El sabe muy bien qué es lo que busca, aunque los 'blancos que persigue sean cambiantes y con frecuencia contradictorios”.
"Pero ¿qué persigue Alan García? ¿Hay algún propósito definido detrás de tanta incoherencia? Si hacemos un recuento de sus metas temporales no será difícil descubrir la lógica megalómana y demencial que se oculta detrás de tantas contradicciones...”. "Su primer propósito -negado por él pero voceado hasta desde las azoteas por sus partidarios – fue el de ser reelegido. Fracasó.
“Enseguida trató de preparar el terreno para la victoria electoral de una coalición encabezada por un aliado de otra tienda partidaria, que preparara su regreso triunfal en 1995. Fracasó”.
“Incapaz de influir decisivamente el resultado de las próximas elecciones presidenciales, se propuso boicotear esos comicios, haciendo que su realización fuera imposible en amplias zonas del país. Al no tener las elecciones resultados constitucionalmente inequívocos e incontrastables podría intentar que un Parlamento sumiso le prolongara su mandato. El avance de la subversión en áreas extensas del país contribuía muy bien a sus propósitos”.
"Aparentemente ha abandonado esos planes porque la opinión pública y la presión castrense lo han obligado a dejar que las Fuerzas Armadas actúen con energía frente a la insurgencia, y porque se ha dado cuenta de que el país no aceptaría ese fraude”.
"Ante el surgimiento de una candidatura de la oposición que encarna las esperanzas de un pueblo malherido, y cuya victoria arrolladora ya se avizora en el horizonte, Alan García se propone ahora dejarle un país catastróficamente arruinado, ingobernable por las tensiones sociales acumuladas y las nuevas tensiones regionales que él está creando, un país a punto de estallar. Se ha propuesto asegurar el fracaso de Mario Vargas Llosa aun antes de que se ciña la banda presidencial”.
"Alan García le ha declarado la guerra al país. Como una amante despechada, puñal en mano, Alan García le grita al Perú: Si no eres mío no serás de nadie".
Esta es la realidad que vive el Perú, esta es la verdad que conoce el pueblo que acude a los mercados para parar la olla. Esa “extraordinaria bonanza" que nos trajo el gobierno aprista, con la interrupción -según él- de un pequeño bache que ya estamos superando, sólo existe en la elegante retórica del doctor Alan García, en su mágica manipulación de las palabras.
viernes, 25 de marzo de 2011
Igartua
Instituyen premio nacional en el Perú
En memoria de periodista Igartua
Con el nombre de uno de sus periodistas más talentosos de los últimos tiempos, el Perú le rinde homenaje estableciendo el premio “Francisco Igartua Rovira” que se otorgará anualmente a quien mejor represente una conducta moral en defensa de los valores democráticos.
Francisco Igartua, nacido en el Perú de padre vasco, falleció hace siete años luego de una brillante trayectoria en lo periodístico, cuyo clímax fue la fundación de “Oiga” y “Caretas” las dos más importantes revistas políticas y de interés general del Perú, y de la cual le sobrevive la última, aun conservando sus lineamientos fundacionales.
Igartua visitó España repetidas veces, y en especial a Oñate, el pueblo de donde salió su progenitor en busca de su destino, y más precisamente al caserío Berotegui del barrio Goribar donde estuvo su casa paterna.
Y es que el periodista Igartua se reconoció vasco tempranamente, y se imbuyó en las preocupaciones de la nacionalidad lejana que le legó su padre, al punto que –ya muerto este– viajó hasta su pueblo natal, encontró a los familiares que aún vivían, y luego hizo casi un ritual del peregrinaje a ese lugar.
En Lima fue uno de los más activos reactivantes de la unidad vasca y de su vínculo con el gobierno vasco que luchaba por reconquistar una presencia autónoma; y fue él, precisamente, quien exhumó la verdad de la unidad vasca en América estableciendo que fue en Lima que se fundó la primera cofradía vasca de que se tenga noticia, alrededor de la Virgen de Aranzazu, propiciada por la Hermandad Vascongada.
Estuvo en dos congresos mundiales de las colectividades vascas y todas las personas con las que he conversado señalan sus aportes y su espíritu conciliador cuando surgían las discrepancias.
El “Premio Francisco Igartua”, que se crea a iniciativa de sus amigos mas cercanos, tiene como principal misión “alentar y dar relieve a la defensa y sustento de los principios democráticos y ciudadanos, en correspondencia con el pensamiento y la trayectoria del ilustre periodista de la cual toma el nombre, quien hizo de esos principios un compromiso y un ejemplo a seguir”.
Su principal actividad anual será la concesión del “Premio Francisco Igartua”, que conlleva la entrega de 10 mil dólares americanos, que se otorgará a personas e instituciones destacadas que destaquen en ese lapso por su aporte y conducta moral.
El jueves 24 de este mes en Lima los amigos y colegas de Igartua rindieron homenaje a su memoria en una misa oficiada en su honor en la Iglesia Santa María Reina del distrito de San Isidro, en la ciudad de Lima, Perú.
Lima, Marzo 2010.
miércoles, 12 de enero de 2011
sábado, 18 de diciembre de 2010
martes, 7 de diciembre de 2010
Oiga
FRANCISCO IGARTUA – “SIEMPRE UN EXTRAÑO - ¡Tú crees que con dos millones de dólares yo me iba a quedar aquí!
A la hora del aseo diario, en algún momento, sea en la ducha, frente al espejo o sentado en el wáter, a Francisco siempre le asaltan imágenes, ideas, recuerdos, saudales, proyectos en el aire. En su hora de divagar sin ataduras, a pesar, en los últimos meses, de la insistencia autoritaria de Gustavo:
“Tienes que escribir un libro que sea historia de los últimos cincuenta años vividos por ti”.
“No fuiste objetivo con Alan García. A él no lo trataste tan finamente como a Prado. No le distes el beneficio de la duda. Lo atacaste desde el comienzo. Antes de su primer mensaje al país. Antes de asumir la presidencia el 28 de julio de mil novecientos ochenta y cinco”.
Lo que pasa –replica en sus divagaciones Francisco – es que detrás de lo escrito, de todo lo documentado, de lo que se llama historia, hay una superficie más íntima, un otro lado escondido, muchas veces más esclarecedor que el documento escrito, algo que se quedo sin escribir.
No fue arbitraria la oposición que mantuvo Francisco –desde el arranque– contra el presidente Alan García. No fue producto de su pésima opinión sobre el APRA, que venía de años atrás. Fue por un hecho muy objetivo, mejor dicho por una expresión sumamente reveladora, que Francisco tomó partido, desde el inicio, contra Alan García. Lo hizo como director de Oiga, el semanario que refundó al dejar Caretas. Ocurrió en un desayuno, en casa del poderoso empresario pesquero Isaac Galsky, a pedido –según cree Francisco- de Alan García, en esos momentos presidente electo, o sea poco antes de asumir el mando, de cruzarse la banda presidencial en el pecho y recibir el titulo de Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, cargo que daba la impresión de subyugarlo tanto como la presidencia. Fue un desayuno íntimo, al que asistió, además del esplendido y bondadoso anfitrión, el doctor Jorge Pastor, eficaz consejero legal de Galsky. Fue un desayuno con manjares tan especiales que sólo al acaudalado y solícito Isaac Galsky se le ocurre ofrecer. También fue largo ese desayuno. Se habló de todo y Francisco aprovechó la ocasión para insistir en dos puntos: en señalar que el problema número uno en el Perú era el terrorismo, principalmente el de Sendero y en la necesidad de licenciar a toda la policía para crear otra nueva, totalmente distinta, con asesoramiento extranjero y con una moral remozada. –Lo que no quiere decir que vayas a aprovechar la ocasión para hacerla aprista. Alan García era muy aficionado al tú—, por eso te insisto en que la nueva organización sea conducida por una misión extranjera, la que evaluaría al personal con limpia foja de servicios, los únicos que tendrían opción para reintegrarse a la nueva institución. La mayoría de la actual policía esta corrompida hasta el tuétano y no sirve para nada, ni siquiera para ser reformada. Y es la policía, con su servicio de inteligencia, la que debe combatir al terrorismo.
Alan García le dio la razón a Francisco, aunque le hizo un chiste sobre la apristización de la policía, por lo que Francisco interpreto que eso –aprovechar a la policía para su partido– era lo que pensaba hacer. Sobre el terrorismo García fue tajante y lanzó una frase tremenda: –Los voy a liquidar como sea. No voy a tener piedad. Francisco no se imagino las masacres en las cárceles que ocurrían no mucho después. Matanzas que alegraron las estrechas mentes de mucha gente de derecha, porque tontamente creyeron que con esos asesinatos quedarían aniquilados los comandos de Sendero. (Todavía no había caído el muro de Berlín y el marxismo estaba vivo en las universidades, canteras de nuevos cuadros senderistas).
No sólo se habló de política. Alan García es hombre ameno, de simpatía desbordante, conversador ágil, amigo de hacer bromas. Por ejemplo, de pronto se volteó y le dijo a Galsky: - Si te llaman, no contestes el teléfono. No quiero cadáveres en la mesa. Se refería a la tarea que cumple en la comunidad judía el audaz pesquero. Galsky estaba encargado de una misión nobilísima, aunque nada agradable: se ocupa de lavar a los muertos. Apenas muere un miembro de la comunidad judía, sea rico, pobre ó mendigo, Galsky sale como bombero al recibir el aviso. Abandona cualquier reunión, por importante que sea, y acude a la casa del fallecido para cumplir con el rito del lavado. Un gesto que muestra los afanes espirituales, el alma delicada, de un hombre que se apasiona haciendo negocios: -yo soy industrial por las circunstancias. Mi vocación es comprar y vender, es el comercio. Alega también no ser político. Su política, dice, es “ayudar a los gobiernos para que los peruanos podamos hacer buenos negocios”.
La conversación que era cordial y distendida, cambió de un momento a otro gracias a Alan. Bruscamente se enfrentó a Francisco: - Ustedes los periodistas están acostumbrados a calumniar y que no les pase nada. Ahora las cosas van a cambiar. Tú, por ejemplo, has dicho e insistido en Oiga que Corea del Norte me dio dos millones de dólares en una caja de zapatos. ¡Eso es una calumnia! Por lo pronto, allí no entran dos millones de dólares. ¿Sabes qué venia en esa caja? – ¿Sólo cien mil?– Alan García se puso más colérico: -Había una paloma de cerámica y se ve en las fotos que tomaron dentro de la embajada. (En esos momentos Corea del Norte no tenia embajada sino una delegación comercial, que se convirtió en embajada durante el gobierno aprista). –Bueno, seria paloma, pero los rumores hablaban de dólares y nosotros recogimos esos rumores… de fuentes muy confiables, que nos merece fe. Y aquí, alzando la voz, Alan García replico con una frase que dejo frío a Francisco y desconcertó a Galsky y a Pastor. – ¡Tú crees que con dos millones de dólares yo me iba a quedar aquí!
Era una confesión que lo desnudo. En aquellos momentos era presidente electo y se pronunciaba como el estudiante bohemio que había sido en Europa y nunca dejaría de serlo en sus entretelas íntimas. Francisco nada le contestó. Se quedó mudo unos minutos, anonadado por lo que acababa de escuchar. Fue Alan el que reanudó la charla en torno amable, sin tomar en cuenta ni sospechar lo que había dicho. Volvió la cordialidad en la misma forma exabrupta con la que inició sus violentas quejas por el rumor hecho público de la caja de zapatos, “con una paloma de cerámica dentro, no con dos millones de dólares”. Cuando acabo el desayuno y se despidió Alan, amigable y palomilla como le gustaba ser, Francisco le comentó a Galsky:
-¿Cómo se puede apoyar a un irresponsable, que ha dicho lo que ha dicho? ¡Que con dos millones de dólares no se queda en el Perú! Y ya Alan es nada menos que el presidente de este país. Galsky le rogó a Francisco que no fuera a escribir sobre el tema. El hecho había ocurrido en su casa y él había invitado al amigo a una reunión informal, no al periodista. Naturalmente que Francisco no reveló la frase de Alan García, pero su opinión sobre el flamante presidente ya la tenía formada. Con esas pocas palabras Alan García se había desnudado moralmente ante él.
Por ello el primer editorial sobre prado, aunque escéptico, no tenía la dureza con la que Francisco trató al presidente García desde el mismo 28 de julio de mil novecientos ochenta y cinco. Sin dejar de añadir excesivos elogios a su elocuencia indiscutible.
Había diferencia entre los dos presidentes, aunque en algo se parecían. En la frivolidades. También se parecían en la afición de los disfraces militares, pero en dirección inversa. Alan García, que venía de abajo, prefería el titulo y las insignias del Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, mientras que don Manuel Prado, que venía de arriba y le encantaban las condecoraciones en el frac, prefería el uniforme de teniente del ejército, sin una sola medalla. Teniente era el grado que se entregaba a los universitarios al acabar sus estudios. Y es seguro que a Prado le debió fascinar el apodo que la chispa limeña le coloco: el de “Teniente Seductor”.
Francisco Igartua Rovira – “Siempre Un Extraño” – Editorial Santillana S.A. – págs. 276 a 279.
martes, 30 de noviembre de 2010
A modo de introducción
viernes, 26 de noviembre de 2010
lunes, 22 de noviembre de 2010
Francisco Igartua, Oiga y una pasión quijotesca
Francisco Igartua y el caso Gongora Perea
viernes, 19 de noviembre de 2010
Euskonews
FONDO EDITORIAL REVISTA OIGA |
viernes, 12 de noviembre de 2010
Expreso
Un periodista de verdad |
Luis García Miró Elguera Acaba de presentarse el libro Francisco Igartua, Oiga y una Pasión Quijotesca, en homenaje a un periodista superior como Paco Igartua Rovira, quien dejó huella señera en este complejo y apasionante oficio. Es, a juicio de este escriba, un reconocimiento válido aunque insuficiente para un informador de tantas luces como él. Es decir, la trascendencia del trabajo gacetillero de Paco merece el agradecimiento de toda la colectividad a la que sirvió desapasionadamente durante seis décadas, ofreciéndole no sólo información sino, por encima de todo, opinión para comprender la realidad y alertarla ante el dictado de tanto gobernante que –a lo largo del siglo pasado– capturó el poder para ejecutar sus caprichos e imponer sus intereses. Al municipio de Lima –que representa a la ciudadanía a la que Igartua entregó su prolífica vida profesional– le toca dedicar un espacio destacado para rendir homenaje a este grande del periodismo. Siendo autodidacta, desde sus inicios –en la revista Jornada– Igartua ejerció una potente labor periodística. Lo hizo inspirado en sus dos grandes paradigmas: Miguel de Unamuno y Federico More. Este último escribió lo que Igartua comprendió y ejecutó como dogma en su carrera: “En el periodismo el silencio es la peor forma de la mentira (…) Creo conocer el oficio periodístico. Pero aquí surge la duda: ¿existe un oficio periodístico? Creo que más que carrera y más que profesión el periodismo es oficio. Y cuando se depura y ennoblece, cuando llega a las alturas un poco irrespirables de la imaginación, se convierte en arte (…) El periodismo es antiacadémico y antiuniversitario por su naturaleza misma. Los grandes periodistas siempre han escrito mal. Están llenos de neologismos, de giros populares, de excesiva tendencia a la síntesis, de prisa en la composición (…). El periodismo es de naturaleza profundamente nacionalista. No puede funcionar sino dentro de un idioma y dentro de una sensibilidad. Y aún dentro del mismo idioma existen las diferencias nacionales. Un periodista uruguayo jamás alcanzará el desarrollo total de su personalidad en Venezuela o en México, y así sucesivamente.” Ya hastiado de tanto manoseo al oficio, el 2001 Igartua escribió con puntería: “El periodismo como arte y oficio de informar y comentar sobre los hechos que conmueven a la sociedad está siendo desvirtuado hoy por mercaderes metidos a periodistas (…). Aunque en toda actividad hay excepciones, sería aconsejable que, como primera medida reformista, las direcciones de todos los diarios fueran ocupadas por periodistas conscientes de su responsabilidad legal y de sus obligaciones éticas (…). El periodismo no está por encima de la ley; al contrario, los delitos se hacen muchísimo más graves cuando se cometen a través de los medios de comunicación.” Paco Igartua fundó Oiga en 1948 y dos años después Caretas. Fue un activo a la vez que muy ameno comunicador. Pero sobre todo, a lo largo de sesenta y tantos años –transitados entre papel y tinta– Igartua Rovira ha sido, en este país, el hombre de prensa con mayor lucidez y olfato. Más aún –como reza el título de este libro bien compilado por su ex colaborador, Jhon Bazán Aguilar– fue un auténtico Quijote del periodismo. Enfrentó a dictaduras sólo con su pluma, y publicó la revista Oiga hasta que el fujimontesinismo lo ahogó financieramente inventándole obligaciones tributarias sujetas a moras siderales y a tasas de interés agiotistas, que es como suelen silenciar a la prensa incómoda todos los regímenes dictatoriales; incluso algunos que en su momento se hicieron llamar democráticos. La pluma perspicaz de Paco hace demasiada falta en estos tiempos tormentosos por los que atraviesa la prensa peruana. |