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DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA

DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA
FRANCISCO IGARTUA CON DORIS GIBSON, PIEZA CLAVE EN LA FUNDACION DE OIGA, EN 1950 CONFUNDARIAN CARETAS.

«También la providencia fue bondadosa conmigo, al haberme permitido -poniendo a parte estos años que acabo de relatar- escribir siempre en periódicos de mi propiedad, sin atadura alguna, tomando los riesgos y las decisiones dictadas por mi conciencia en el tono en que se me iba la pluma, no siempre dentro de la mesura que tanto gusta a la gente limeña. Fundé Caretas y Oiga, aunque ésta tuvo un primer nacimiento en noviembre de 1948, ocasión en la que también conté con la ayuda decisiva de Doris Gibson, mi socia, mi colaboradora, mi compañera, mi sostén en Caretas, que apareció el año 50. Pero éste es asunto que he tocado ampliamente en un ensayo sobre la prensa revisteril que publiqué años atrás y que, quién sabe, reaparezca en esta edición con algunas enmiendas y añadiduras». FRANCISCO IGARTUA - «ANDANZAS DE UN PERIODISTA MÁS DE 50 AÑOS DE LUCHA EN EL PERÚ - OIGA 9 DE NOVIEMBRE DE 1992»

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«Cierra Oiga para no prostituir sus banderas, o sea sus ideales que fueron y son de los peruanos amantes de las libertades cívicas, de la democracia y de la tolerancia, aunque seamos intolerantes contra la corrupción, con el juego sucio de los gobernantes y de sus autoridades. El pecado de la revista, su pecado mayor, fue quien sabe ser intransigente con su verdad» FRANCISCO IGARTUA – «ADIÓS CON LA SATISFACCIÓN DE NO HABER CLAUDICADO», EDITORIAL «ADIÓS AMIGOS Y ENEMIGOS», OIGA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995

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LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU

LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

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«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.» FRANCISCO IGARTUA - TEXTO SOMETIDO A LA APROBACION DE LA ASAMBLEA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD - VITORIA-GASTEIZ, 27 DE OCTUBRE DE 1999.

«Muchos más ejemplos del particularismo vasco, de la identidad euskaldun, se pueden extraer de la lectura de estos ajados documentos americanos, pero el espacio, tirano del periodismo, me obliga a concluir y lo hago con un reclamo cara al futuro. Identidad significa afirmación de lo propio y no agresión a la otredad, afirmación actualizada-repito actualizada- de tradiciones que enriquecen la salud de los pueblos y naciones y las pluralidades del ser humano. No se hace patria odiando a los otros, cerrándonos, sino integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad del ser vasco. Por ejemplo, asumiendo como propio -porque lo es- el pensamiento de las grandes personalidades vascas, incluido el de los que han sido reacios al Bizcaitarrismo como es el caso de Unamuno, Baroja, Maeztu, figuras universales y profundamente vascas, tanto que don Miguel se preciaba de serlo afirmando «y yo lo soy puro, por los dieciséis costados». Lo decía con el mismo espíritu con el que los vascos en 1612, comenzaban a reunirse en Euskaletxeak aquí en América» - FRANCISCO IGARTUA - AMERICA Y LAS EUSKALETXEAK - EUSKONEWS & MEDIA 72.ZBK 24-31 DE MARZO 2000

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domingo, 21 de diciembre de 2014

1995-2015

A fines de 1974, por decir rotundamente ¡NO! a la estatización de la prensa, por denunciar lo que en la práctica resultó ser la liquidación de la libertad de expresión en el Perú, fui deportado y tuve que vivir hasta hace pocos meses en el destierro. También salí al exilio porque, fiel a la conducta de Oiga en materia de riquezas naturales, había juzgado ilegal y deshonroso para el país el contrato petrolero firmado aquellos días, en la penumbra, entre el gobierno y dos empresas japonesas. Salí al destierro cuando comenzaba a dar muestras de asombro frente al intento -infelizmente ya culminado- de construir un triunfalista y multimillonario oleoducto de la selva a la costa, mientras la realidad, el interés de los peruanos -los propietarios de las riquezas naturales del Perú- nos exige afirmar la personalidad peruana de la Amazonía. Y el buen razonar y hasta las conveniencias económicas futuras aconsejan usar y no abandonar nuestros ríos selváticos, para hacerlos así más peruanos; para que nuestras fronteras amazónicas sean vivas por la presencia masiva de nuestra gente en la zona y por la actividad industrial y comercial que allí se puede realizar. Porque el propósito de usar nuestros ríos no es el absurdo traslado por agua del petróleo selvático a Talara sino capturar el mercado brasilero para nuestro petróleo y derivados. No olvidemos que los ríos amazónicos van a dar a la mar cruzando el territorio del Brasil y con justeza se podría decir que ellos tienen trazado su destino.

Toda la documentación pertinente sobre el caso quedó en mis oficinas, ocupadas primero por la policía y después por los «trabajadores» de los talleres de Oiga. Hoy -marzo de 1978- no existen. Se hicieron humo junto a muchos otros importantes é irrecuperables documentos y a las máquinas de escribir y hasta a las sillas y astillas del antiguo Oiga.

Entre aquellos papeles, por ejemplo, se encontraba un testimonio contundente sobre la inconstitucionalidad del acuerdo petrolero con los japoneses, el del opinante más valioso sobre el tema en aquel momento, el del constituyente que presentó y fundamentó, en la Asamblea del 33, el artículo constitucional violado por el contrato en discusión. La opinión del doctor Luciano Castillo, indispensable para el esclarecimiento de los alcances del artículo 17 de la Constitución, quedó confinada seguramente a una desganada lectura policial, si es que no se extravió o fue a dar a la basura en el desmantelamiento de mi escritorio. En todo caso fue sumido en el ominoso silencio al que las dictaduras condenan a los pueblos cercenándoles la libertad de prensa. Ninguno de los doctos defensores de ese acuerdo petrolero, encaramados en los diarios estatizados, quiso acordarse que estaba vivo el autor del artículo 17 de la Constitución.

Salí al destierro en noviembre de 1974, acosado por bombas que nadie protestaba y nadie investigaba; injuriado, vejado, acusado de ser agente de la CIA, ante el gozoso beneplácito y los aplausos de los periodistas estatizados; perseguido judicialmente, con ensañamiento, por el delito de advertir a tiempo el abismo económico en el que estábamos cayendo. Una advertencia que fluía con preocupada alarma del simple análisis de las balanzas comercial y de pagos, así como de las sospechas que despertaba el escondido endeudamiento externo. Antes de finalizar ese año -el 74- ya era visible un descomunal déficit comercial y un fuerte deterioro de la producción, a la vez que se le hacía difícil al gobierno ocultar que ya se habían superado con exceso los límites razonables de endeudamiento. Las proyecciones de estas tendencias llevaban irremediablemente a la catástrofe económica y hacían imperativo tomar de inmediato medidas adecuadas de corrección financiera y frenar en seco la demagógica e irresponsable política de subsidios a la importación de alimentos que se estaba siguiendo; lo que, por otra parte, empobrecía aún más a una agricultura empobrecida por la Reforma Agraria koljosiana de "revolución" militar en su primera fase. También era indispensable corregir las distorsiones y trasgresiones oficiales a esa misma ley agraria que de continuo se producían en el campo y el desorientado y desactivador accionar del gobierno en el terreno industrial y minero. Además, para recuperarse del declive productivo, el país tenía que detener sin contemplaciones el acelerado crecimiento de una burocracia inepta, kafkianamente dispuesta a trabar la administración pública.

No era asunto de contener el proceso revolucionario -con el que yo estaba y estoy de acuerdo porque el Perú se ahogaba en el inmovilismo-, sino de enrumbarlo hacia la racionalidad, poniendo de lado la improvisación infantil, el disparate de la ignorancia y el rencor y el odio, que ni son revolucionarios ni tienen nada que ver con la ciencia económica.

Hoy vuelvo no para constatar que el faraónico y nada indispensable oleoducto pesa como fardo de plomo dentro de una descomunal deuda externa; ni para comprobar que estuvieron acertadas las predicciones de Oiga sobre la crisis económica, aunque jamás sospeché que llegaría a la magnitud a la que ha llegado; y tampoco vuelvo para pasar revista a los agravios y daños que sufrí.

Vuelvo para recordar la frase célebre de fray Luis de León, el "como decíamos ayer", tantas millones de veces repetido, porque el hombre vuelve y vuelve, infatigable, a poner las mismas piedras en su camino y vuelve y vuelve a tropezarse con ellas, revolviéndose continuamente en el campo político entre la piedra de la represión y la vuelta a la libertad, entre el rencor y el perdón por lo sufrido. Situación, claro está, nunca expresada con la grandiosa generosidad del "como decíamos ayer" salido de los labios del exquisito poeta leonés, fraile que gustó el deleite que produce la huida del mundanal ruido. Yo quiero caer en un deleite prosaico, en el terco empecinamiento de insistir e insistir en lo mismo. Por eso el "como decíamos ayer y anteayer... ".

Vuelvo para continuar con las viejas prédicas de Oiga a favor de la libertad, libertad sin otro límite que el código penal; del orden, no del orden del un, dos, de los cuarteles sino del orden que emana del imperio de la ley, un orden que no sea imposición del gobernante sino pacto legal entre el mandatario y los ciudadanos; a favor de la justicia social o sea de una racional distribución del bienestar; y también de la moralidad en todos los niveles, de la decencia pública.

He retornado en momentos en que algo de libertad se respira, a pesar de que continúa la confiscación de los medios masivos de expresión y sigue vigente, amenazante, el con negro humor llamado «Estatuto de la Libertad de Prensa»; y a pesar de que la prensa diaria -la confiscada- salvo raras excepciones, no sea otra cosa que boletín al servicio del gobierno de la segunda fase de la "revolución" militar.

Vuelvo con los ojos en su sitio, mirando el futuro y no atraso. Dispuesto a colaborar en una tarea nacional que hoy, ante la posibilidad de que los militares devuelvan a los ciudadanos el derecho a gobernarse, se hace imprescindible. Me refiero a la concertación de alguna forma de alianza entre todos los peruanos para hacer frente a la crisis actual, que no sólo es económica, sino también social y política. Una crisis excepcional que abarca a la nación en su conjunto y que nacionalmente -sin exclusión de los militares tendrá que ser superada, como tantas otras crisis lo fueron en el pasado.

Para dedicarse a esa pesada, serena y fecunda labor sale nuevamente a la calle Oiga, esta vez con un 78 como moderno rostro.

Vuelve Oiga para ratificar su apoyo al necesario proceso de cambio que requiere el Perú. Proceso de cambio que inició la Fuerza Armada en 1968 y que no debe detenerse, aunque muchas cosas se hayan hecho muy mal. Creo que la historia le hará justicia a Juan Velasco Alvarado y estoy convencido de que, a pesar de los errores cometidos, mucho peor hubiera sido quedarnos congelados en un pasado sin alicientes ni perspectiva. Enmendar yerros, enderezar entuertos, cambiar de rumbo, no sólo es un deber sino que esa tarea puede ser un nuevo y gran impulso para insistir en el cambio y la renovación.

Vuelve Oiga con ánimo de extender el diálogo a la derecha y la izquierda. ¡Que no nos parezcan osos salvajes los rojos ni ogros feroces los conservadores! y vuelve para informar con la menor parcialidad posible, alejando de sus opiniones todo sectarismo y dogmatismo, lo que no quiere decir que haya perdido esa capacidad de indignarse que reclamaba el maestro don Miguel de Unamuno ni que abandone la dosis de pasión que siempre ha puesto en la defensa de lo que cree justo. Oiga 78 seguirá manteniendo, dentro de la evolución natural de la vida, la inquebrantable posición política de la revista o sea, para decirlo en términos accesibles, este semanario seguirá siendo de izquierda. De izquierda porque cree que los medios de producción y las riquezas del país deben estar al servicio de la sociedad y sus beneficios distribuirse con una racional equidad. Desde este punto de partida se podrá llegar a metas fecundas por medio de distintos mecanismos, que no pierdan de vista que la política es ciencia de lo posible, que actúa sobre realidades y no sobre abstracciones. Actuar en contrario significará, tarde o temprano, hundirse en el fracaso. Oiga 78 tampoco echará al olvido un claro lema de Arnold Toynbee, que la revista ha hecho propio: el hombre del futuro encontrará solución a las dificultades del presente en una concepción equilibrada entre la justicia distributiva que ofrece el socialismo y el incentivo al individuo para que éste dedique su imaginación y energía a la creación y a la producción; algo parecido a eso que Alemania Occidental ha bautizado de sistema con economía social de mercado, sistema que se va aplicando de acuerdo a la realidad alemana.

Vuelvo también, por lo tanto, para aclarar otra vez -y no será la última seguramente- ese dificilísimo equilibrio del justo medio en el que siempre ha tratado de colocarse esta publicación, postura de realista sensatez que Oiga defiende con pasión y que le ha valido y le valdrá el calificativo de reaccionaria para la izquierda delirante y de procomunista para aquellos caballeros que no entienden ni entenderán que el mundo, como la vida, es mutación, cambio, evolución. Oiga es de izquierda porque, sin satanizar a nadie ni a nada que no sea la corrupción y la inmoralidad, se siente al lado de los humildes, de los necesitados, y no de los ricos; porque le repugna el dogma y propicia el diálogo sin barreras; porque abomina cualquier inquisición; porque cree que no hay mayor castigo para un pueblo que el mantenerlo en el oscurantismo, en la sumisión a «verdades» administradas por una jefatura maniquea, omnisciente y omnipotente; porque estima que no hay desarrollo popular sin libertad para informarse, pensar, expresarse y elegir; porque no admite que los pueblos sean como niños, pasibles de tutela. En otras palabras, Oiga se confía en lo que dijo don Quijote, el caballero de la Triste Figura, a Sancho, su escudero, ilusionado aspirante a gobernador de ínsulas: si alguna vez se ha de doblar la vara de la justicia, que sea a favor del pobre, del desvalido, y no del poderoso.

Esta revista es de izquierda porque jamás aceptará la soberana tontería de que es posible llegar a la liberación popular pasando por «una necesaria, aunque pasajera, etapa de dictadura» policial. No caerá en semejante disparate porque tiene la certeza de que los nobles fines nunca podrán ser alcanzados por medios innobles, inmorales. La Historia enseña que persistentemente los medios bajos y malvados han suplantado a los fines propuestos, por muy nobles que éstos hayan sido; y siempre los suplantarán porque el mal no puede engendrar el bien. No hay dictaduras buenas y no hay dictaduras que no sean policiacas. La imposición, la arbitrariedad, el despotismo nunca dejarán de ser siniestros y despreciables. Y porque Oiga piensa así no es de derecha, aunque así lo califiquen los dogmáticos de izquierda.

Pero una nota periodística no puede esquivar, eludir, a la actualidad, no puede quedar en solemne enunciado de principios. Utilizaré, pues, a la actualidad para darle fundamentación práctica a mi pensamiento.

Veo con profundo dolor, con angustiosa pena, cómo pasan los días sin que el país advierta la gravedad de la crisis económica, política y social en la que está sumergido y sin que ningún sector responsable tome en serio la necesidad de llegar a un compromiso nacional, a un amplio entendimiento cívico para poner en acción la única arma para superar la crisis: en el campo económico, una alianza de la producción con las inversiones y, en el político, un pacto nacional para el diálogo. No hay fórmulas mágicas en economía ni en política. Y la realidad es ésta: si no se deja de satanizar a los empresarios no habrá inversiones sanas, reproductivas, no habrá nuevos centros de trabajo, no habrá crecimiento económico; como tampoco habrá lo anterior si sigue la ola de huelgas pulsarías, si los trabajadores no entienden que del cuero salen las correas y que no es conquista alguna la estabilidad en el trabajo si ésta se convierte en factor que impide que siga creciendo el cuero -los centros de trabajo-, porque la estabilidad sin producción, sin productividad, sin disciplina, no es el mejor sistema para llenar la olla de la casa, en donde la sobrecarga familiar es seguro que sí seguirá creciendo, con nulas perspectivas de ocupación.

Naturalmente que, por pensar así, seré calificado de reaccionario por el izquierdismo clasista y condenado a las profundidades del infierno marxista, sin posibilidad de réplica, ya que en este punto es clara y pública la posición sectaria, de olímpico rechazo al diálogo que no sea entre catecúmenos, adoptada por la izquierda delirante; posición, además, pregonada por ella sin disfraces: a un lado la clase trabajadora -aunque sus líderes sean niños bien que nunca han trabajado- y al otro los explotadores. Y como es la cúpula gochista la que maniqueamente separa al Perú en buenos y malos, los calificados por ella de malos jamás tendrán oportunidad de dialogar con los buenos, si antes no se convierten a la buena fé... ¿Se diferencia en algo esta posición a la división en buenos y malos que hacía la derecha en la época odriísta?...

Sin embargo, el caso tendría menor importancia si no fuera porque la salud de la República requiere hoy justamente lo que esas dirigencias gochistas entorpecen con eficacia: diálogo entre todos los peruanos, esclarecimiento realista de la situación y planteamientos de entendimiento entre la capacidad empresarial y la capacidad laboral del país. Porque es necesario admitir y revelar que el Estado peruano, agobiado por una deuda externa descomunal, está imposibilitado de reemplazar a la empresa privada en la promoción del desarrollo; y también es indispensable divulgar que no existe ejemplo conocido de desarrollo sin inversión, sea interna o del exterior... ¿Hay capacidad de ahorro interno en el Perú fuera del sector empresarial? ¿No ha sido catastrófica la experiencia de este régimen, de esta "revolución" militar, que quiso reemplazar las inversiones extranjeras con préstamos extranjeros para hacer del Estado el gran inversionista?... Las inversiones se esfumaron, el Estado se transformó en un conglomerado empresarial elefantiásico e improductivo y los prestamistas están en la puerta con las facturas de la deuda en la mano... ¿Hay potencia mundial políticamente interesada y dispuesta a dar los muchos millones que hacen falta para la ilusa tarea de hacer de este complejísimo país que es el Perú y de su ineficaz régimen económico un modelo a seguir?

Frente a tan durísima realidad la sensatez exige no seguir dividiendo al país en buenos y malos; más bien -como lo han hecho los propios comunistas en algunos países europeos- es necesario abrir las puertas a un modus vivendi entre capital y trabajo. Es indispensable que el empresario -que aquí en el Perú no sólo pone su dinero en la empresa sino también su imaginación y su capacidad gerencial- no siga siendo señalado como delincuente y se libre del temor, que es cierto, a ser despojado en cualquier momento y con cualquier pretexto por el Estado. Y es preciso, insisto, que empresarios y trabajadores -al margen de naturales pugnas de clase-, así como el gobierno y los partidos, comprendan que la crisis actual no se resolverá sin una firme voluntad de entendimiento nacional. Las bases para ese concierto de voluntades no son secreto de iniciados. Las acaba de precisar el presidente Morales Bermúdez en su amigable charla televisada de la semana pasada. Sólo falta pasar de la teoría a la acción.

Para alcanzar la meta, como he insistido tantas veces en estas líneas, el diálogo es esencial. Sin embargo ¿estamos preparados anímicamente para dialogar?...

Hace unos días, de paso por Lima, un amigo residente en el extranjero -uno de los muchos talentos peruanos desparramados fuera- me decía apesadumbrado y espantado: «Después de seis años de ausencia, me encuentro que se ha hecho imposible dialogar en este país. Nadie entiende razones y mucho menos las múltiples sutilezas que cada razón encierra. Basta que alguien haya sido apenas rozado por alguna de las reformas o por los abusos del régimen para que se erice ante cualquier argumentación de izquierda y dé beligerantes muestras de un derechismo obcecado y pigmeo. Y también he hallado intratables -terminaba mi amigo-, por dogmáticos y necios, por fanáticos e inquisitoriales, a los hombres de izquierda. No hay con quién hablar».

Yo miraba con gesto comprensivo a mi desilusionado amigo y meditaba en la difícil, quién sabe imposible tarea que se ha impuesto Oiga 78: hacer entender a la gente que los razonamientos, cuando no son estériles monólogos, no debieran excluirse unos a otros sino, al contrario, bueno sería que se entrecrucen para conformar un diálogo, dando así signos de vitalidad e inteligencia. Pensé en la incomprensión que despertaría esta urticante posición del justo medio escogida por Oiga 78, con ánimo de interpretar la conciencia nacional y no sólo la de un bando. Sobrarán -calculé- los que se pregunten ¿qué beneficios pretenderá lograr Oiga 78 con esa postura arribista de ponerse al medio?

No entienden, quienes equivocadamente creen que justo medio es intentar estar bien con todos, que se trata de la más incomprendida y la peor pagada de las posiciones, quién sabe la más ingrata, pero también la más necesaria en el Perú de hoy. Porque el justo medio -adviértase el concepto de justo- no indica colocarse en el fiel de la balanza, en la quieta neutralidad, sino en hurgar razones en los argumentos de un bando y otro y en tratar de conciliarlos fomentando el diálogo, con el propósito de encontrar una solución, que nunca será del agrado de los fanáticos, por desgracia hoy tan abundantes en nuestra patria.

Creer que los problemas del Perú -que han llegado a un punto de colapso- podrán solucionarse sin la participación de todos los peruanos, sin un diálogo nacional, es una simple insensatez. Y contra ella se alza Oiga 78. También y sobre todo contra la otra «solución», a la que aspiran los sectarismos de todos los colores: la totalitaria aniquilación del adversario. El justo medio es hallar la difícil solución democrática -gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo-, que le cierre el paso a la tentación totalitaria de derecha e izquierda.


Vuelvo del destierro con el firme propósito de cumplir esta tarea, repitiendo las mismas invocaciones de los Oigas de ayer y de anteayer.



Fuente:  Oiga , Lunes 16 de enero de 1978.  Sección Editorial

Edición y Compilación: Jhon Bazán & Josu Iñaki Bazán

viernes, 5 de diciembre de 2014

1995-2015

EN MARZO DE 2015 SE LLEVARÁ A CABO UN HOMENAJE A FRANCISCO IGARTUA
Un grupo de académicos vascos presentó en Lima dos libros sobre personalidades y hechos del mundo vasco

Redacción, Lima | 04 Diciembre 2014 - 15:02 h.

Un grupo de 14 académicos de la Universidad del País Vasco, la Universidad de Deusto y la Universidad de Navarra, entre quienes se encuentra el catedrático Óscar Álvarez Gila, ha participado en la presentación de los libros ‘Ezkioga’, del doctor en Teología Antonio María Artola Arbiza, y ‘Siervo de Dios, Mons. Martín Elorza c.p.’, de Antonio María Artola y el historiador Óscar Álvarez Gila, y que recoge la vida del sacerdote vasco que fue obispo de Moyobamba y se encuentra ahora en proceso de canonización.
El grupo procedente del País Vasco también participó en una serie de actividades académicas en el campus de la Universidad de San Martín de Porres, donde crece un retoño del Gernikako Arbola sembrado el año 2012 para conmemorar los 400 años de la fundación de la Hermandad Vasca de Arantzazu de Lima.
Las actividades de este grupo están auspiciadas por el Fondo Editorial de la Revista Oiga, fundado por el periodista peruano-oñatiarra Francisco Igartua, con la participación de universidades del País Vasco y de la Universidad Privada de San Martín de Porres de Lima.
El programa de los 14 académicos visitantes incluye una visita a la región Ica, al sur de la capital peruana, auspiciada por la Universidad de San Martin de Porres, para cumplir otras actividades vinculadas a sus especialidades, como un estudio vitivinícola a cargo de enólogos.
Por su parte, Álvarez Gila, en representación de la Universidad del País Vasco, tiene el encargo de suscribir convenios de mutua colaboración con la Universidad Privada San Martín de Porres.

Homenaje a Francisco Igartua
Estas actividades tendrán continuidad el próximo mes de marzo con el homenaje que los vascos residentes en Perú quieren rendir a Francisco Igartua, el periodista peruano-oñatiarra fundador del Fondo Editorial de la Revista Oiga. Está previsto que en el acto participen Josu Legarreta, que fue durante muchos años el director para las Comunidades en el Exterior del Gobierno vasco, y el historiador Óscar Álvarez Gila.
Dentro del programa previsto se incluye la presentación del libro ‘Sentimientos Compartidos’, de Josu Legarreta, que fue amigo personal de Igartua durante mucho años y gestor, a su vez, de la presentación de su libro autobiográfico ‘Siempre un Extraño’ en la Universidad de Deusto del País Vasco, en 1995.
El libro que se presentará en Lima ha sido editado en Colombia por la prestigiosa editorial ‘Oveja Negra’ con el auspicio de la Fundación Centro Vasco Euskal Etxea de Bogotá.
‘Sentimientos Compartidos’ es una aleccionadora recopilación de recuerdos personales y de los viajes de Legarreta por el mundo para tomar contacto con las comunidades vascas, en particular, de Latinoamérica, cuya realidad dejo en él profundas huellas que analiza con rigor.
La presentación en Lima de este libro se llevará a cabo conjuntamente con la Universidad del País Vasco y la Universidad Particular de San Martín de Porres, y la participación de ‘Oveja Negra’. También está colaborando el Centro Vasco Euzko Etxea de Santiago de Chile y Euzko Etxea Arantzazu de Lima, en calidad de auspiciadores.
En el preámbulo de la presentación se ha programado una serie de intervenciones acerca de la vida del insigne escritor y periodista Igartua.
Nini Ghislieri Rovira de Ferrero, su prima hermana, narrará la historia del ‘Paco’ Igartua niño; el escritor Augusto Elmore tratará sobre el ‘Paco’ adolescente, con quien alternó en el balneario de La Punta, aparte de que también lo trató en la revista ‘Caretas’, que Igartua fundó en 1950 con la publicista y periodista Doris Gibson Parra, etapa que también abordará.
Luis García Miró hará un enfoque de Igartua como persona y amigo, rememorando las épocas en que, perseguido por una dictadura, se refugió en el local de ‘El Comercio’, siendo acogido por su director, Luis Miro Quesada de la Guerra. El perfil del Igartua periodista estará a cargo de Luis Alberto Guerrero, veterano periodista peruano que fue el último director de información de ‘La Prensa’ de Pedro Beltrán, donde Igartua ejercicio de reportero en una agitada época en la política peruana.
En el acto también estará el pintor de fama internacional Fernando De Szyszlo Valdelomar; Luis García Miro Elguera, director del diario ‘Expreso’ de Lima; Augusto Elmore, columnista histórico de la revista ‘Caretas’, fundada por Paco Igartua y Doris Gibson; Nini Ghislieri de Ferrero, prima hermana de Paco; Óscar Álvarez Gila, por la Universidad del País Vasco; y el director del Fondo Editorial de la revista Oiga, Jhon Bazán Aguilar.
Antes de la ceremonia habrá una visita al retoño del Gernikako Arbola en el campus de la Universidad San Martín de Porres, en cuyo auditorio se llevará a cabo el homenaje.

Para 2015 también se ha proyectado la inauguración de una plaza que llevará el nombre del primer presidente del Gobierno Vasco, José Antonio Aguirre Lecube, y la presentación de un libro póstumo de Igartua dedicado a reseñar la vida y obra de Aguirre y otros destacados personajes de la memoria histórica vasca en el Perú.

domingo, 22 de junio de 2014

UNIVERSIDAD DEL PAIS VASCO



Óscar ÁLVAREZ GILA (dir.):
Organización, identidad e imagen de las colectividades vascas de la emigración (siglos XVI-XXI). Organization, Identity and Image of the Basque Communities Abroad (16th-21st Centuries).
Bilbao, Universidad del País Vasco, 2010 (ISBN: 978-84-9860-377-4).


En la última década los estudios sobre la presencia y proyección de los vascos en el exterior, entendiendo este término de un modo amplio, han experimentado una interesante evolución. Junto al aumento, modesto aunque no por ello desdeñable, del número de investigaciones realizadas tanto en el propio País Vasco como en las sociedades donde llegaron, se asentaron y actuaron numerosos vascos, se ha producido igualmente un progresivo desarrollo de los campos temáticos abordados por dichas investigaciones. Así, frente a la tendencia dominante décadas atrás, en la que este tipo de temáticas se englobaba bajo el significativo, y reduccionista, título de emigración vasca, hoy asistimos a una auténtica diversificación epistemológica, metodológica, cronológica e incluso temática, en la que han accedido al estudio de las cuestiones ligadas a las migraciones y sus consecuencias, antaño reservadas a los demógrafos, investigadores procedentes de la historia social, económica, política, cultural, e incluso de otras ciencias como la sociología, la antropología o la filología. En esta obra abordamos una serie de reflexiones en torno a la formación de las colectividades vascas en el exterior en una perspectiva de larga duración, desde el temprano siglo XVI hasta los albores del siglo XXI. Los vascos, como otros muchos pueblos emigrantes del pasado y del presente, presentaron una gran tendencia a mostrarse ante las sociedades que los acogieron de un modo colectivo, adoptando una identidad peculiar que permeaba a todos los procedentes de un mismo origen geográfico y cultural. Estas identidades colectivas, así generadas, descansaban en dos pilares: una organización interna, nucleada en torno a la aparición de instituciones que, si bien nunca acogieron en su seno a la totalidad de los inmigrantes vascos en un espacio determinado, sí que, por lo menos, vinieron a usufructuar la interlocución entre sociedad de acogida y grupo inmigrante.

UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO



Óscar ÁLVAREZ GILA, Alberto ANGULO MORALES, Jon Ander RAMOS MARTÍNEZ (dirs.). Devoción, paisanaje e identidad. Las cofradías y congregaciones de naturales en España y América (siglos XVI-XIX), Bilbao, Universidad del País Vasco (978-84-9860-962-2).

Los movimientos migratorios (libres o forzados, realizados individualmente o a través de la familia) resultan una constante en los estudios sobre las sociedades del período cronológico que abarca este trabajo. Muchos actores de los procesos migratorios sabían de las dificultades que encontrarían al introducirse en las sociedades de acogida. Una solución, nunca la única ni la última, consistía en -a veces, merced a la familia- integrarse en asociaciones que le ayudasen en su carrera social (económica, política, administrativa, etcétera)
De este modo, los grandes núcleos urbanos hispanos de la época contaban con entidades (congregaciones, cofradías y hospitales) que, con un origen netamente devocional y asistencial, alteraron sus funciones hasta convertirse en espacios destinados a fomentar los lazos de sociabilidad y la formación de identidades comunitarias. Los vínculos mantenidos con las instituciones de sus lugares de origen permiten señalar la relevancia de estas entidades en la construcción y mantenimiento de antiguas y nuevas imágenes sobre sus lugares de origen o patrias.

Este trabajo colectivo pretende alimentarse de las experiencias del asociacionismo étnico a ambos lados del atlántico, ofreciendo al lector académico, no tanto un estado de la cuestión, sino la recopilación de un conjunto de investigaciones históricas que sea capaz de ayudar a los nuevos investigadores en la labor de estudiar tanto las instituciones o asociaciones nacidas al calor de los procesos migratorios como la intrahistoria de los miembros de estas mismas comunidades en un largo proceso cronológico.

Devoción, paisanaje e identidad. Las cofradías y congregaciones de naturales en España y América (Siglos XVI y XIX). Oscar Álvarez Gila, Alberto Angulo Morales, Jon Ander Ramos (dirs.) Historia Medieval y Moderna

Devoción, paisanaje e identidad. Las cofradías y congregaciones de naturales en España y América (Siglos XVI y XIX). Oscar Álvarez Gila, Alberto Angulo Morales, Jon Ander Ramos (dirs.) Historia Medieval y Moderna 
Devoción, paisanaje e identidad. Las cofradías y congregaciones de naturales en España y América (Siglos XVI y XIX). Oscar Álvarez Gila, Alberto Angulo Morales, Jon Ander Ramos (dirs.) Historia Medieval y Moderna 

Devoción, paisanaje e identidad. Las cofradías y congregaciones de naturales en España y América (Siglos XVI y XIX). Oscar Álvarez Gila, Alberto Angulo Morales, Jon Ander Ramos (dirs.) Historia Medieval y Moderna

Devoción, paisanaje e identidad. Las cofradías y congregaciones de naturales en España y América (Siglos XVI y XIX). Oscar Álvarez Gila, Alberto Angulo Morales, Jon Ander Ramos (dirs.) Historia Medieval y Moderna 

miércoles, 29 de febrero de 2012

COFRADIA DE NUESTRA SEÑORA DE ARANZAZU DE LIMA 1612-2012

I Congreso Internacional “Arantzazu y los franciscanos vascos en América”.

Crónica

Del 11 al 15 de diciembre de 2001, organizado por la sección de Historia-Geografía de Eusko Ikaskuntza, en colaboración con la congregación franciscana de Arantzazu y el Departamento de Historia Medieval, Moderna y de América de la Universidad del País Vasco, tuvo lugar en el edificio de la antigua Universidad de Oñati (Gipuzkoa) el I Congreso Internacional “Arantzazu y los franciscanos vascos en América”.

La celebración de este Congreso se enmarca dentro de las celebraciones del quinto centenario de la permanencia de la orden franciscana en el santuario de la patrona de Gipuzkoa. Con este motivo, se planteó la necesidad de dedicar un apartado dentro de los actos conmemorativos al conocimiento de la proyección externa, tanto del franciscanismo vasco como de la propia devoción de la virgen de Arantzazu, fuera de Euskal Herria, y muy especialmente en el continente americano, donde la presencia de ambos protagonistas –religiosos franciscanos y devoción mariana– data desde los primeros tiempos de la conquista europea, y aún se mantienen hoy en día. Dicha proyección, a pesar de la importancia que llegó a adquirir en diversos momentos del pasado, remoto pero también cercano, todavía sigue siendo un capítulo lamentablemente bastante desconocido de la historia vasca, entendiendo ésta en un sentido universalista, que no sólo se ciña a los hechos estrictamente acontecidos en los territorios de Vasconia, y que no olvide las continuadas relaciones del pueblo vasco con otras regiones y países de su entorno y de otras geografías más lejanas. Y hemos de recordar que, si bien son ya numerosas las obras que analizan y muestran capítulos concretos de esta amplia y rica temática –bastantes de ellas, por cierto, de una notable calidad–, lo cierto es que por el momento son más los puntos oscuros sobre los que la historiografía vasca aún tiene mucho que trabajar. De hecho, uno de los objetivos, no declarados, de este Congreso, se sitúa en la línea de promover entre los miembros de la comunidad científica –vasca y de los países americanos receptores– el interés por este campo de estudio; de ahí, entre otras cosas, el optimismo de bautizar esta reunión con el ordinal “Primer Congreso”, un modo de expresar el deseo de que, en un futuro próximo, pueda dársele una continuidad.

Pero antes de que este deseo pueda hacerse realidad, el Congreso sirvió para reunir, darse a conocer mutuamente y contrastar el trabajo historiográfico realizado por historiadores de las más variadas procedencias geográficas (más de la mitad de los congresistas procedían de fuera de Euskal Herria: España, Italia, Estados Unidos, México, Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Japón) y laborales (junto con miembros de la orden franciscana, acudieron historiadores ligados al mundo universitario, así como a Eusko Ikaskuntza), unidos todos ellos por el interés común de haber estudiado alguno de los dos campos generales que abordaba el congreso.

De este modo, por una parte, un primer bloque de intervenciones se centró en el estudio de la acción, individual y colectiva, de los franciscanos de origen vasco en los diversos territorios de la América colonia, organizado en torno a cuatro bloques o mesas temáticas.

En el primer día, los ponentes disertaron sobre la presencia de los franciscanos vascos en la expansión misional americana (glosada en su conjunto por Pedro Borges Morán y John Frederick Schwaller en sendas intervenciones), actuación que fue especialmente relevante en diversos territorios marginales del dominio colonial, como el norte de Nueva España (Francisco Morales) o la Alta California (Idoia Arrieta). No en vano la orden franciscana fue una de las cinco elegidas para la evangelización americana, por lo que buscaría en el País Vasco una de sus bases para surtir de personal dichas misiones. Ligado a este esfuerzo misional, se citó también la participación de franciscanos vascos en diversas regiones de Asia, como Filipinas, China o Japón (José María Alonso del Val y José María Tápiz Fernández). Tras la independencia, este proceso no se cortó, ya que los conventos franciscanos vascos continuaron enviando religiososa los países americanos (de lo que ofreció una visión de conjunto Óscar Álvarez Gila), que se concretó especialmente en diversas regiones: la Amazonía (Pilar García Jordán y Odorico Sáiz Pérez), la selva boliviana (Julián Heras), o en territorios no propiamente de misión, como Cuba (Juan Bosco Amores Carredano) o el Río de la Plata (Alberto Irigoyen).

Sobre este punto, la presencia franciscana vasca en la Iglesia no misional, se organizó otra mesa específica, que rescató diversas figuras que descollaron, no sólo en el terreno de la vida eclesiástica (por ejemplo, en la organización de la Inquisición americana, como el trabajo de Javier Sanchiz), sino que también contribuyeron, en su medida, al desarrollo social, cultural y económico de los territorios en los que actuaron: músicos (Inés Gómez Ochoa de Retana), médicos y botánicos (Ángel Goicoetxea Marcaida), pensadores e indigenistas (René Millar Corbacho y Mariano Errasti). También tuvieron cabida personajes cuya trascendencia histórica los ha hecho merecedores de una atención especial por parte de la historiografía, como el

primer arzobispo de México, Fray Juan de Zumárraga, a quien entre otras cosas se le debe la instalación de la primera imprenta en el Nuevo Mundo, y sobre el cual se organizó una mesa monográfica, que reunió a varios de los mejores expertos mundiales en esta figura clave del México colonial (Cándido Zubizarreta, Luis Martínez Ferrer, Jaime González Rodríguez y Joxe Mallea-Olaetxe).

El franciscanismo, además, no se reduce a su rama masculina (la “primera orden”), sino que también incluye a las religiosas o “segunda orden”, franciscanas o clarisas, así como a las congregaciones de laicos o “terciarios”; por esta razón, se organizó otra mesa para estudiar la participación vasca en su peculiar proceso implantación en América. Los estudios sobre estas otras proyecciones del franciscanismo son aún más escasos; no obstante, en el congreso pudimos contar con los estudios de Jesús Paniagua Pérez y María José Lanzagorta Arco, y el testimonio de María Teresa Xalambrí sobre la proyección americana de las clarisas vascas en diversas épocas; así como el exhaustivo trabajo de Nora L. Siegrist de Gentile sobre los terciarios franciscanos vascos en el Buenos Aires finicolonial.

Paralelamente, el congreso tuvo como segundo centro de atención la devoción mariana de Arantzazu y su extensión por América. Durante los siglos XVI al XVIII, la virgen de Arantzazu actuaría como elemento nucleador de las incipientes colectividades de inmigrantes vascos que fueron asentándose por toda América, desde California hasta Chile. Esto ocurrió tanto en las populosas capitales virreinales, como en otras localidades donde, por la razón que fuera, se hubiera llegado a la constitución de un núcleo lo suficientemente importante de vascos, ya fueran “de la Provincia [Guipúzcoa], del Señorío [Vizcaya], de la Hermandad [Álava], del Reino [Navarra]”, o incluso “de las Quatro Villas” [actual comunidad de Cantabria], como reza en el acta fundacional de la primera de las cofradías de Arantzazu de las que hay constancia en América, la de Lima.

De hecho, como mostró Mikel Aramburu Zudaire en su visión de conjunto, y glosó más en extenso Alberto Alday Garay, las devociones y fiestas religiosas ligadas a la tradición vasca (como, por ejemplo, las dedicadas a San Ignacio de Loyola) fueron uno de los medios usados por el emigrante vasco, sobre todo en la época colonial, para mantener su propia identidad y su relación afectiva con Euskal Herria.

En el congreso se hizo así un exhaustivo recorrido por las cofradías y capillas dedicadas a la virgen de Arantzazu que levantaron los vascos de América. Salvando las distancias, y sin olvidarnos nunca de sus funciones religiosas, estas cofradías constituyen el más claro precedente de las actuales euskal etxeak, tal como fueron surgiendo por los distintos países americanos desde el siglo XIX. En las cofradías, los vascos se reunían para recordar su tierra, para ayudarse mutuamente y para sostener al compatriota que, por las razones que fuera, no hubiera alcanzado la fortuna en su aventura indiana.

En las festividades mayores de los cofrades, incluso, se pronunciaban sermones en los que, junto con las enseñanzas religiosas, se glosaban los méritos y las peculiaridades culturales de los vascos. En México, además de la ya muy conocida y bien estudiada cofradía de la capital –con esa obra impresionante, por su magnitud y concepción, que fue el colegio de las vizcaínas–, estudiada por Elisa Luque y José Ignacio Tellechea, Amaya Garritz nos realizó un completo inventario de las existentes en el resto del territorio de Nueva España. Para el virreinato peruano, se mostró la actividad de las cofradías de Lima, Arequipa, y por supuesto Potosí –donde se desarrollaron las cruentas guerras entre “vicuñas y vascongados”–, de la mano de José de la Puente Brunke y Antonio Unzueta Echevarría. Finalmente, en el Río de la Plata, Edgar Stoffel, Danilo Maytía y Renée Fernández hicieron un pionero relevamiento de las huellas de Arantzazu en Argentina y Uruguay, mostrando la antigüedad de la presencia de la virgen vasca, de la que hoy apenas queda el recuerdo en forma de algunas capillas, imágenes y templos.

Las actas, en las que se recogerán en breve los resultados de este Congreso, constituirán sin duda un referente básico para todo el que quiera conocer esta parcela del pasado en el que se unen Euskal Herria y las Américas; al tiempo que, como ya hemos señalado antes, esperamos que sirvan para dar un impulso al su estudio, promoviendo nuevas investigaciones, que nos permitan incorporar nuevas piezas al mosaico, multiforme y multicolor, de la historia de la presencia vasca en América.

PROGRAMA: I CONGRESO INTERNACIONAL: ARANTZAZU Y LOS FRANCISCANOS VASCOS EN AMÉRICA

11 DE DICIEMBRE DE 2001

Acto inaugural

Román SUDUPE. Gipuzkoako Foru Aldundia

Nikolas ZUMALDE. Frantziskotar Misioak

Jose Mari ARREGI. Arantzazuko Frantziskotar Probintzia

Angel María ITURBE. Oñatiko Udala

Juan José GOIRIENA DE GANDARIAS. Eusko Ikaskuntza

Ana DE ZABALLA. Euskal Herriko Unibertsitatea

The Basques and Latin American Franciscanism in XVI th Century

John Frederick SCHWALLER. University of Minnesota, Morris, Estados Unidos

Visita guiada al Santuario.

12 DE DICIEMBRE DE 2001

Los franciscanos vascos en las misiones (siglos XVI-XVIII)

Misioneros franciscanos vasco-navarros en América (siglos XVII-XVIII)

Pedro BORGES MORAN. Universidad Complutense de Madrid

La Florida franciscana y el vizcaíno Fray Francisco de Beráscola (siglo XVI)

Isabel ARENAS FRUTOS. Universidad de Huelva

Fray Calixto OFM y el movimiento nacional inca del siglo XVIII

Scarlett O’PHELAN. Pontifica Universidad Católica de Perú, Lima

Franciscanos vascos en Asia

José Mª ALONSO DEL VAL. O.F.M. Centro de Estudios Montañeses, Santander

Franciscanos vascos en las misiones de California (siglos XVIII-XIX)

Idoia ARRIETA ELIZALDE. Universidad del País Vasco

Los franciscanos y los primeros pasos de la Iglesia en Japón (siglo XVI)

José María TAPIZ FERNANDEZ. Universidad kansai-Gaidai, Osaka, Japón

Los franciscanos vascos en las misiones (siglos XIX-XX)

La presencia franciscana vasca en América, siglos XIX-XX. Una visión de conjunto

Oscar ALVAREZ GILA. Universidad del País Vasco

Restauración de los Colegios Misioneros de Propaganda Fide en Perú y Bolivia y la participación vasca (1820-1920)

Julián HERAS, O.F.M. Perú

Los franciscanos vasco-navarros y la actividad misional en la Amazonía andina (siglos XIX-XX)

Pilar GARCIA JORDAN. Universidad de Barcelona

La medicina y la botánica indígena en la obra de los franciscanos vascos en América

Angel GOICOETXEA MARCAIDA. Eusko Ikaskuntza

Pelados fransciscanos vascos en la Amazonia del Perú y Bolivia (1830-2000)

Odorizo SAIZ PEREZ, O.F.M. Obispo emérito de Requena (Perú), Logroño

Los inicios de la presencia franciscana vasca en la Cuba contemporánea (1880-1930)

Juan Bosco AMORES CARREDANO. Universidad del País Vasco

13 DE DICIEMBRE DE 2001

La presencia franciscana vasca en la Iglesia no misional

Diego de Umansoro: su labor indigenista y cultural en Chile

Mariano ERRASTI O.F.M. Congregación franciscana

Franciscanos y vascos en el Santo Oficio del virreinato de México

Javier SANCHIZ. UNAM, México

Franciscanos vascos y el Santo Oficio en el virreinato de Perú

René MILLAR CORBACHO. Universidad de Santiago de Chile

Pedro Gual en el proceso de construcción del patrimonio católico andino (Perú, siglo XIX)

Fernando ARMAS ASIN. Pontificia Universidad Católica de Perú, Lima

La Parroquia franciscana de Tierra Santa, un enclave vasco en Montevideo

Alberto IRIGOYEN ARTETXE. Centro Vasco de Durazno, Uruguay

Fray Martín Francisco de Cruzealegi: un músico ilustrado vasco en el Nuevo Mundo

Inés GOMEZ OCHOA DE RETANA

Fray Juan de Zumárraga y la primera evangelización mexicana

Fray Juan de Zumárraga, fraile de Arantzazu

Cándido ZUBIZARRETA O.F.M. Congregación franciscana

Fray Juan de Zumárraga y la promoción cultural del indígena mexicano

Jaime GONZALEZ RODRIGUEZ. Universidad Complutense de Madrid

La influencia franciscana en la obra de Fray Juan de Zumárraga

Carmen José ALEJOS GRAU. Universidad de Navarra

Culturas indígenas y evangelización en Juan de Zumárraga y Jerónimo de Mendieta

Luis MARTINEZ FERRER. Universitá della Santa Croce, Roma

Zumarraga, Arantzazu ta Oñatiarrak

Joxe MALLEA-OLAETXE. University of Nevada, Reno

Las huellas de Aránzazu en América

La geografía de las provincias vascas representada en los franciscanos de México en el siglo XVII

Francisco MORALES, O.F.M. Academy of American Franciscan History, Washington

Devociones marianas de los emigrantes vascos en América en la Edad Moderna

Mikel ARAMBURU ZUDAIRE. Pamplona

La Cofradía de Aránzazu de Potosí y las guerras de vascongados y vicuñas

Fernando SERRANO MANGAS. Universidad de Extremadura, Cáceres

Los vascos de Arequipa (Perú) y su cofradía de la Virgen de Aránzazu

Antonio UNZUETA ECHEVARRIA. Camelitas Descalzos, Vitoria-Gasteiz

Los sermones sobre la Virgen de Aránzazu en la Hispanoamérica colonial

Ana DE ZABALLA BEASCOECHEA. Universidad del País Vasco

Presentación del libro Misioneros franciscanos y otros

Las huellas de Aránzazu en América

La Cofradía de Nuestra Señora de Aránzazu en la ciudad de México

José Ignacio TELLECHEA IDIGORAS. Eusko Ikaskuntza

La Cofradía de Aránzazu de México (siglo XVIII)

Elisa LUQUE ALCAIDE. Universidad de Navarra

La Virgen de Aránzazu y la Nueva España

Amaya GARRITZ RUIZ. UNAM, México

La adoración a la Virgen de Aránzazu en la Argentina

Edgar STOFFEL. Seminario Diocesano. Santa Fe, Argentina

La Virgen de Arantzazu en Montevideo

Renée FERNANDEZ; Danilo MAYTIA. Centro Vasco Haize Hegoa, Montevideo

Pasado y presente de dos símbolos religiosos de la identidad vasca en América: la Virgen de Aránzazu y San Ignacio de Loyola en México

Alberto ALDAY GARAY. RSBAP

15 DE DICIEMBRE DE 2001

Las segunda y tercera orden franciscanas

Rol religioso de los vascos en la Orden Franciscana Seglar (OFS). Sus relaciones con la

primera y la segunda Orden en Buenos Aires en el siglo XVIII

Nora L. SIEGRIST DE GENTILE. Conicet, Argentina

Participación vasca en el monacato franciscano femenino en Hispanoamérica colonial

Jesús PANIAGUA PEREZ. Universidad de León

Una misión escondida: la segunda orden franciscana en América. Presencia y labor de

las clarisas a lo largo de la historia

María José LANZAGORTA. Universidad del País Vasco

Arantzazu y su paisaje vegetal

Guillermo MEAZA RODRIGUEZ. Universidad del País Vasco

Ikerkuntza arkeologikoaren lehenengo urratsak Sasiolako konbentu franziskotarrean

Sonia SAN JOSE; Juantxo AGIRRE-MAULEON. Aranzadi Zientzia Elkartea