ABC de España
Donde Blanca Varela abre las alas
ABC Blanca Varela JOSÉ MÉNDEZ MADRID 13-3-2009
Blanca Varela fue una limeña que reunía en su carácter todo el coraje y radicalidad que fue posible a las mujeres que, nacidas en el primer tercio del siglo XX (1926), harían posible, además de (en su caso) una de las obras literarias más sólidas del periodo, que la mujer como grupo social lograra los avances económicos, culturales y sentimentales que hoy parecen algo natural, cotidiano y no discutible.
Destacar esta cuestión en el primer párrafo quiere poner de relieve que hablar de una de las mayores poetas de la lengua no supone una diferenciación de género y que, en esa selva del lenguaje que sería una hipotética antología de la poesía en español de la segunda mitad del pasado siglo, su obra ocuparía un primerísimo lugar.
Durante su periodo de formación en la Universidad de San Marcos, en Lima, se relacionó con los que habrían de formar parte de la generación poética del 50 en aquel país, autores de la talla de Jorge Eduardo Eilson, Carlos Germán Belli o Sebastián Salazar Bondy y, particularmente, con Emilio Adolfo Westphalen, al que consideraba su maestro y el admirado amigo que compartía con ella una actitud de extrema exigencia con el lenguaje y, como afirma Adolfo Castañón en el prólogo a su poesía reunida (Donde todo termina abre las alas. Galaxia Gutenberg), «el imperativo ético de la inteligencia».
Su primer libro, Ese puerto existe (1959), que apareció con prólogo de Octavio Paz, fue compuesto durante su estancia en París, ciudad en la que vivió junto al pintor Fernando Szyszlo, se relacionó con artistas como Giacometti o Léger y trabó una prolongada amistad con Simone de Beauvoir. En este primer libro se explicita la poética abrasiva, ascética y recurrente de Varela, descreída de todo discurso contemporizador, de toda fe que vaya más allá de la continua pregunta y que abarcará toda su obra. Luz de día, Valses y otras falsas confesiones, Canto villano, Ejercicios materiales, El libro de barro y El falso teclado componen el resto de su obra. Una obra abierta, como el periodo histórico que le tocó vivir, a la utopía y al desengaño más atroz, una obra que disecciona los sentimientos y las actitudes con la radical vehemencia de no mentir.
Colaboración con Valente
Con España, donde le otorgaron el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2007, se relacionó de manera literaria más frecuentemente a partir de 1991, año en el que realizó su primera lectura de poemas en la Residencia de Estudiantes en Madrid, un lugar al que, afortunadamente para los jóvenes que acudían a escucharla, regresaría en varias ocasiones. Otra vez, la admiración que sentían por su obra Octavio Paz o Jose Ángel Valente hizo posible que haya sido editada y conocida entre nosotros.
Uno de los últimos trabajos literarios fue precisamente su colaboración en la antología Las ínsulas extrañas, en estrecha colaboración con Valente, una obra que recoge la poesía en español (de América y de España) desde la Generación del 50, hasta lo que, entre nosotros, representan generacionalmente los Novísimos. Una emulación de la mítica Laurel, publicada en México en 1941 y que, como aquella, intenta demostrar que la poesía vive en la lengua y no en los territorios, un principio que Varela compartió al huir en sus poemas de cualquier localismo, incluidos en primer lugar el sentimental y el ideológico.
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Fallece la destacada poetisa peruana Blanca Varela
EFE LIMA 12-3-2009
La célebre poetisa peruana Blanca Varela falleció hoy a los 82 años de edad, dejando tras de sí una memorable obra lírica reconocida universalmente y condecorada con galardones como el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2007.
El fallecimiento fue confirmado hoy a Efe desde su domicilio, pero las fuentes no proporcionaron más detalles sobre las causas de la muerte de la poetisa.
Varela, nacida en Lima en 1926, también había sido condecorada con el Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo en el 2001 y fue la primera mujer que ganó el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca en 2006, dos de los más importantes de poesía en español. Quienes la conocieron aseguran que "Varela nunca buscó premios ni reconocimientos" y destacan que "la Blanca literaria y la que preparaba un pisto era la misma persona", ya que "como escritora hacía muchas transfiguraciones de sucesos que le ocurrían en su vida cotidiana", según declaraciones del también poeta peruano Edgar O'Hara.
En declaraciones hechas en 2007, O'Hara aseguró que el Premio Reina Sofía 2007 "fue un acto de justicia" ante la trayectoria profesional de esta escritora. Varela se inició en la poesía en la Universidad de San Marcos (Lima), donde ingresó en 1943 para estudiar Letras y Educación, trasladándose unos años más tarde a París.
En esa ciudad conoció a Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Michaux y Alberto Giacometti, y estuvo además en contacto con el círculo de intelectuales latinoamericanos y españoles radicados en Francia, según la agencia Andina.
Después de su larga temporada en París, Varela vivió en Florencia y luego en Washington, ciudades donde se dedicó a hacer traducciones y eventuales trabajos periodísticos.
En 1959 publicó su primer libro "Este puerto existe", en 1963 "Luz de día" y en 1971 "Valses y otras confesiones". Más tarde, en 1978, realizó su primera recopilación fundamental con su escritura "Canto villano". Finalmente apareció su antología de 1949 a 1998 con el título "Como Dios en la nada".
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