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DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA

DORIS GIBSON PARRA Y FRANCISCO IGARTUA ROVIRA
FRANCISCO IGARTUA CON DORIS GIBSON, PIEZA CLAVE EN LA FUNDACION DE OIGA, EN 1950 CONFUNDARIAN CARETAS.

«También la providencia fue bondadosa conmigo, al haberme permitido -poniendo a parte estos años que acabo de relatar- escribir siempre en periódicos de mi propiedad, sin atadura alguna, tomando los riesgos y las decisiones dictadas por mi conciencia en el tono en que se me iba la pluma, no siempre dentro de la mesura que tanto gusta a la gente limeña. Fundé Caretas y Oiga, aunque ésta tuvo un primer nacimiento en noviembre de 1948, ocasión en la que también conté con la ayuda decisiva de Doris Gibson, mi socia, mi colaboradora, mi compañera, mi sostén en Caretas, que apareció el año 50. Pero éste es asunto que he tocado ampliamente en un ensayo sobre la prensa revisteril que publiqué años atrás y que, quién sabe, reaparezca en esta edición con algunas enmiendas y añadiduras». FRANCISCO IGARTUA - «ANDANZAS DE UN PERIODISTA MÁS DE 50 AÑOS DE LUCHA EN EL PERÚ - OIGA 9 DE NOVIEMBRE DE 1992»

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«Cierra Oiga para no prostituir sus banderas, o sea sus ideales que fueron y son de los peruanos amantes de las libertades cívicas, de la democracia y de la tolerancia, aunque seamos intolerantes contra la corrupción, con el juego sucio de los gobernantes y de sus autoridades. El pecado de la revista, su pecado mayor, fue quien sabe ser intransigente con su verdad» FRANCISCO IGARTUA – «ADIÓS CON LA SATISFACCIÓN DE NO HABER CLAUDICADO», EDITORIAL «ADIÓS AMIGOS Y ENEMIGOS», OIGA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995

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LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU

LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU

LIMAKO ARANTZAZU EUZKO ETXEA - CENTRO VASCO PERU
UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

«Siendo la paz el más difícil y, a la vez, el supremo anhelo de los pueblos, las delegaciones presentes en este Segundo Congreso de las Colectividades Vascas, con la serena perspectiva que da la distancia, respaldan a la sociedad vasca, al Gobierno de Euskadi y a las demás instituciones vascas en su empeño por llevar adelante el proceso de paz ya iniciado y en el que todos estamos comprometidos.» FRANCISCO IGARTUA - TEXTO SOMETIDO A LA APROBACION DE LA ASAMBLEA Y QUE FUE APROBADO POR UNANIMIDAD - VITORIA-GASTEIZ, 27 DE OCTUBRE DE 1999.

«Muchos más ejemplos del particularismo vasco, de la identidad euskaldun, se pueden extraer de la lectura de estos ajados documentos americanos, pero el espacio, tirano del periodismo, me obliga a concluir y lo hago con un reclamo cara al futuro. Identidad significa afirmación de lo propio y no agresión a la otredad, afirmación actualizada-repito actualizada- de tradiciones que enriquecen la salud de los pueblos y naciones y las pluralidades del ser humano. No se hace patria odiando a los otros, cerrándonos, sino integrando al sentir, a la vivencia de la comunidad euskaldun, la pluralidad del ser vasco. Por ejemplo, asumiendo como propio -porque lo es- el pensamiento de las grandes personalidades vascas, incluido el de los que han sido reacios al Bizcaitarrismo como es el caso de Unamuno, Baroja, Maeztu, figuras universales y profundamente vascas, tanto que don Miguel se preciaba de serlo afirmando «y yo lo soy puro, por los dieciséis costados». Lo decía con el mismo espíritu con el que los vascos en 1612, comenzaban a reunirse en Euskaletxeak aquí en América» - FRANCISCO IGARTUA - AMERICA Y LAS EUSKALETXEAK - EUSKONEWS & MEDIA 72.ZBK 24-31 DE MARZO 2000

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domingo, 10 de marzo de 2013

IN MEMORIAM 1913 2013


CENTENARIO PASIONISTA

24 de diciembre: BILBAO (España).-
Doce Misioneros Pasionistas dejan el suelo patrio rumbo al Perú.

A través del Atlántico

Noviembre 25.- Después de estrechar nuestra mano con manos amigas y abrazar a nuestros hermanos de hábito, de quienes hemos recibido inmerecidas pruebas de cordialidad, nos despedimos del querido terruño que nos viera nacer y que tantos recuerdos íntimos guarda, teniendo presente que la patria del misionero debe ser la tierra entera, y su país aquel donde hay almas que evangelizar y seres que salvar.

Hoy 25 de diciembre de 1912 subimos a bordo del “Aidán”, y lanzando una postrera mirada al hermoso puerto, uno de los mejores del mundo, y al pintoresco paisaje de esta Suiza española, en cuya costa ha sembrado la Mano de Dios tantas bellezas y en los repliegues de cuyos montes aparecen medio escondidos tantos caseríos dorados todos por los tibios rayos del sol y acariciados por la fresca brisa del mar, nos confiamos a merced de las olas que nos habrían de llevar a remotas y desconocidas playas, no sin antes sofocar en nuestro pecho un suspiro y contener en nuestros ojos una lágrima.

¿Podíamos comenzar mejor nuestro viaje que invocando el auxilio del Señor por medio de las palabras litúrgicas de la Iglesia?

Que Dios Todopoderoso nos dirija en el camino de la paz y de la prosperidad y que el Arcángel Rafael nos acompañe en el camino …"

“¡Oh Señor que pasaste a los hijos de Israel a pie enjuto por medio del mar: que mostraste a los tres magos con el auxilio de una estrella el camino que conducía a Ti Concédenos feliz viaje, tiempo sereno para que en compañía de tu santo Angel arribemos a nuestro destino, y finalmente lleguemos con felicidad al puerto de nuestra salvación”.

¡Buena compañía a la verdad, del Santo Angel del Señor, del glorioso Rafael, a quien encarga el Señor que nos defienda en nuestros caminos!

Sólo así se pueden emprender con serenidad y arrojo estos interminables y arriesgados itinerarios a través de los mares, ríos y selvas, que sólo Dios sabe si llegaremos alguna vez a desandarlos para volver con salud y gozo entre los nuestros. Nos ponemos, pues, en marcha in nomíne Domini (En el nombre del Señor).

Confr. Misiones Pasionistas del Oriente Peruano pg. 16.

Fuente:
CONGREGACION PASIONISTA DEL Perú 

La IX edición de Euskal Herria Mugaz Gaindi analizará en junio el retorno de los emigrantes vascos

08/03/2013

El 18 y 19 de junio se celebrará el IX Seminario Internacional Euskal Herria Mugaz Gaindi (Euskal Herria más allá de las Fronteras), en la Universidad de Deusto en Bilbao. En esta edición, el encuentro de expertos en Diáspora vasca y exilio tiene como tema central el retorno de los emigrados y su impacto en la sociedad. ¿Qué es lo que quedaba del hogar al regreso de los emigrantes y exiliados? ¿Cómo fueron recibidos? ¿Qué aportes realizaron al patrimonio material e inmaterial del país? ¿Qué efecto tuvieron en la economía familiar o local? Expertos internacionales tratarán de responder a éstas y otras preguntas.

Bilbao, Bizkaia. Euskal Herria Mugaz Gaindi analizará el fenómeno del retorno de los emigrantes vascos en su novena edición, que tendrá lugar el 18 y 19 de junio en la Universidad de Deusto. El seminario pretende abordar el fenómeno de las migraciones vascas de retorno y ahondar tanto en el conocimiento de la adaptación y reintegración de los propios emigrantes y exiliados retornados como en sus aportes—remesas económicas y sociales—e impacto en la sociedad de origen.
"El concepto de retorno implica una teorización que va más allá del regreso físico del migrante. En sí, el hecho de migrar ha de ser entendido más como una construcción social de relaciones que como un mero cruce de distancias geográficas", explican desde la organización. Así, el seminario explorará los lazos entre la diáspora y su tierra de origen, tanto afectivos como ideológicos, económicos o culturales, y sus consecuencias a la vuelta la tierra de origen.
El programa definitivo del congreso se anunciará próximamente. El congreso ha sido organizado por el Instituto de Derechos Humanos y el Instituto de Estudios Vascos de la Universidad de Deusto, con la colaboración de la Dirección para los Ciudadanos y las Colectividades Vascas en el Exterior, la  Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea y Eusko Ikaskuntza / Euskonews / Euskosare.

Fuente:
Euskalkultura

Canta claro
Por FRANCISCO IGARTUA
TRATANDO DE ESCLARECER EL TEMA VASCO

En estos días me he tropezado en la calle y en reuniones sociales con lectores de esta columna que, en curiosa coincidencia, me han pedido que escriba sobre un tema de actualidad que ni la prensa ni la televisión les logran explicar. "Por un lado -me dijo uno de ellos-leo que ETA es un grupúsculo y en la televisión veo manifestaciones de muchos miles que la respaldan". Daré, pues, gusto a estos lectores e intentaré esclarecer en esta breve columna el grandísimo embrollo vasco.

Por lo pronto aclararé que la situación actual en el País Vasco la ha creado, con fines electorales, el líder de la derecha española, quien aspira a volver a ganar por mayoría absoluta la presidencia del gobierno español. Con diversas embestidas contra el nacionalismo vasco (la última ha sido la ilegalización de Batasuna), el señor Aznar halaga al nacionalismo español (millones de votos) y coloca a sus contendores, los socialistas, de furgones de cola de su política, obligándolos a incorporarse la aventura antivasca, ya que no les convendría enemistarse con el electorado supermayoritario, el de toda la península. A su vez, estas embestidas han creado tensiones internas en el nacionalismo vasco, que tiene sus propios afanes electorales.

La última provocación, la ilegalización del partido Batasuna, por mano del juez Garzón, ha colocado a la policía vasca contra los manifestantes vascos que, igual que el gobierno vasco, no están de acuerdo con esa ilegalización, no por simpatía a Batusana, sino porque unos y otros creen que se trata de un atentado contra la libertad política. Opinar, dicen, no es delito y menos aún callar, o sea no protestar por los asesinatos de ETA.

Además y principalmente porque el gobierno vasco y la mayoría de los vascos están seguros de que tal medida no debilitará sino que fortalecerá a la banda criminal etarra.
Y aquí el lector se preguntará desconcertado ¿entonces por qué la policía vasca, que depende del gobierno autónomo vasco, reprime a los manifestantes en Bilbao y Donostia?... Simple y llanamente porque el gobierno del lehendakari lbarretxe está atrapado en el cumplimiento de la ley. Le parece aberrante la ilegalización, pero la ley del Estado obliga al cumplimiento de la orden de Garzón. De resistirse a la decisión del juez quedaría el gobierno vasco descolocado en su principal diferendo con Madrid: en su reclamo para que se cumpla ya la totalidad del Estatuto de Guemica, que es ley del Estado hace décadas y que hasta ahora no se completa, por negarse Madrid a transferir al gobierno autónomo todas las competencias que el Estatuto consagra.

Para que se entienda semejante enredo será necesario explicar, aunque sea muy a la ligera, en qué consiste el nacionalismo vasco. En pocas palabras, diré que está basado en el convencimiento de que el País Vasco (Euskalherria) tiene, históricamente, una identidad nacional inconfundible, cuyo futuro (que no es obligatoriamente la independencia) debe decidido la libre determinación de los vascos.

Pero el nacionalismo vasco, como todo lo vasco, es montaraz e individualista y no es uno solo. Se divide en cuatro: PNV, EA. Batasuna y ETA, este último no es un partido sino una banda criminal de filiación marxista que usa el nacionalismo para sus fines comunistas. Los dos primeros (con fricciones personales entre ellos) nada tienen que ver con el terrorismo y forman el gobierno autónomo de Euskadi, un gobierno moderado y sumamente eficiente, que ha colocado al País Vasco entre las más prósperas regiones europeas. Batasuna es un movimiento socialista y alocado que también reclama libre determinación, pero no condena la violencia etarra y algunos de sus miembros cultivan un irracional odio a España.

La maniobra política de Aznar y Oreja, su consejero en el tema, ha sido meter en el mismo saco a los cuatro, con lo que logra el aplauso y los votos del 90% de la península, pero genera furor en la juventud vasca y refuerza los contactos de ETA con los elementos extremistas de Batasuna. Prende el fuego en Euskadi.

Contra ese incendio absurdo y nada democrático es que está el gobierno del PNV y EA, acompañados por los que aspiran a la paz en Euskadi, entre ellos los obispos vascos (para escándalo de los obispos españoles y la furia de Aznar, que intentó inútilmente la condena del Vaticano a la Iglesia euskaldun). Una paz que no se alcanzará policialmente sino por medio del diálogo. Y la ilegalización de Batasuna lo único que logra es fortalecer a ETA y cortar un hilo para esa posible negociación; similar a la que se produjo en Irlanda con el IRA, gracias a la intermediación del Sin Fain.

El gobierno derechista de Aznar no ha querido seguir los consejos de la razón y la sensatez, que le daba, entre otros, el ex presidente de Italia Cossiga. Ha preferido el grito ciego del franquismo: "¡España Una, antes Roja que Rota!". ¿Acaso ser múltiple no sería enriquecerse y encajar mejor en la Europa del siglo XXI?

Fuente:
FONDO EDITORIAL PERIODISTICA OIGA

Canta claro
FRANCISCO IGARTUA
VERDAD Y RECONCILIACIÓN TEÑIDAS DE ROJO

Nadie en su sano juicio podría pedir (ni siquiera pensar) que la Comisión de la Verdad cancele sus actividades. Sin embargo, de esta premisa no se puede pasar al extremo de satanizar a la crítica o a los reparos que se le hagan a una comisión que, por lo pronto, se inicia aceptando sin rubor el título de Verdad, pues bien saben los religiosos integrantes de ella que hay soberbia en creer que la verdad está al alcance humano; posición que seguramente, desde otras perspectivas, comparten muchos otros comisionados. Cosa distinta es la búsqueda de la verdad o la aproximación a ella, algo muy impreciso como se ve en la famosa película Rashomón.

Valga este preámbulo para situar en sus verdaderos alcances a la comisión (que no por llevar el título copiado del extranjero pierde pretensión) y para aclarar el sentido de mi crítica a este organismo, crítica que vengo sosteniendo desde tiempo atrás y desde una posición lejana a cualquier tendencia partidaria.

Hace pocas semanas, en esta misma columna, decía que "yo no olvido el macabro espectáculo del desentierro de los cadáveres de Serpa Cartolini y los demás emerretistas que torturaron durante meses a varios centenares de secuestrados en la embajada del Japón". Y añadía un comentario que también repito: "El espeluznante desentierro se hacía para probar que varios de los secuestradores habían sido 'asesinados' por los militares que cometieron el 'crimen' de arriesgar sus vidas para liberar a los rehenes amenazados de muerte".

Mi alegato no era nuevo, pues ya antes me había unido al reclamo de que se ampliara la Comisión de la Verdad y se diera cabida en ella a algún representante de la Fuerza Armada, ya que se hacía evidente que las pesquisas para "reconciliar" al Perú se interesaban más en encontrar asesinos entre los militares que actuaron en combate (brutalmente porque la guerra es brutal) que en esclarecer los crímenes que cometieron tanto los militares como los terroristas.

En esa ocasión la racionalidad tuvo éxito y se amplió la comisión, dándole acertadamente cabida al general Luis Arias Grazziani, oficial sereno e inteligente, quien es de esperar logre explicar a los comisionados la diferencia entre "crimen" y "baja" en acción de combate.

Hoy insisto en lo mismo. No se puede hablar de "reconciliación" mientras se rebuscan los pelos de los cadáveres para hallar responsabilidad en los militares y, hasta ahora, no se remueve un papel para esclarecer los salvajes crímenes del terrorismo (que hasta hoy no cesan) en infinidad de pueblos perdidos en la Selva y Sierra. Y menos se hace para identificar a los terroristas que secuestraron cruelmente a muchos ciudadanos, matando sin piedad a los que no supieron o no pudieron negociar el rescate con los asesinos.

Se trata de una indagación indispensable, pero difícil de que sea imparcial con tan numerosos izquierdistas integrando la comisión. Lo que no es un reparo gratuito mío. El irreprochable rector de la Universidad Católica, cabeza de los comisionados, acaba de afirmar públicamente que "la izquierda peruana tiene que ser examinada" porque "en algún momento se equivocó seriamente al no te-ner una actitud de enérgica condena al terrorismo", admitiendo así que ella es parte en el tema a esclarecer. Pero el doctor Salomón Lerner no puede dar por zanjada la situación añadiendo que "eso lo he escuchado de boca' de ellos (Tapia, Degregori, Ames), lo cual indica una gran honestidad intelectual".

Ciertamente hay honestidad intelectual en esos señores al reconocer su culpa, pero no están calificados para investigar hechos de los que son cómplices, ya que esa izquierda no sólo calló. También alentó a la insurrección exhibiéndose en las plazas públicas con un fusil en alto, mientras soldados y policías eran victimados en emboscadas de Sendero y el MRTA.

Para dar una visión más clara de lo que planteo, voy a comparar mi comentario con un conflicto muy divulgado por la prensa internacional, o sea analizaré la relación de ETA, en España, con la izquierda del País Vasco. En este caso está clarísimo que Herribatasuna, la izquierda que calla frente a los asesinatos de ETA, no podría tener presencia significativa en una Comisión de la Verdad. Lo que no quiere decir que la izquierda vasca deba ser encarcelada por culpa de su silencio, sino que resultaría demencial su participación en el juzgamiento de hechos sangrientos que no condenó. Aquí, en el Perú, de acuerdo a la declaración del doctor Lerner, la izquierda fue parte, con su silencio, de la violencia que se investiga, por lo que se ve caricaturesco que tenga tanta voz y voto en una comisión que sí es juzgadora, pues opinar no es otra cosa que juzgar. (De lo que está impedida es de emitir fallo, coto cerrado de la Justicia).

¿Qué valor tiene, por ejemplo, dentro de la Comisión de la Verdad, la opinión del señor Tapia, quien en estos días está dedicado no a investigar con seriedad el reciente atentado frente a la embajada norteamericana, sino a hacer piruetas dialécticas para probar la inocencia de Sendero en el hecho?

No quiero decir con lo arriba escrito que la izquierda deba ser vetada para participar en la vida pública. Eso también sería demencial y desde ya me desmienten los varios ministros de esa cantera que están luciéndose en sus cargos por su sagacidad e inteligencia. Lo que he querido dejar sentado es que una Comisión de la Verdad y la Reconciliación no puede tener un sesgo comprometido con los hechos que deben ser juzgados. Y el sesgo es grande en este caso porque los señores Degregori, Ames y Tapia no están solos, tienen fuertes aliados en la comisión, entre ellos, los religiosos. No hay que olvidar que uno tuvo la hoz y el martillo en su anillo y otro fue calificado difusor de la Teología de la Liberación, teología que en un momento llegó al extremo de afirmar que las masas oprimidas tienen el mismo derecho que el que Aquino les concede a los que atentan contra la vida de un tirano.

¿Se sabotea a la Verdad y a la Reconciliación reclamando que no haya presencia significativa de comisionados vinculados de alguna manera a cualquiera de los bandos en entredicho?

Fuente:
FONDO EDITORIAL PERIODISTICA OIGA
Canta claro
FRANCISCO IGARTUA
INSÓLITO: EN CANAL 5 SE LANZÓ
LA CANDIDATURA DE FUJIMORI PARA 2006

El domingo pasado, viendo y oyendo la televisión en ese tonto matar el tiempo de nuestros días, quedé de pronto estupefacto. No podía ser, pero así era. Con descaro, sin la mejor pudicia, en el programa Panorama se hacía la defensa del prófugo Alberto Fujimori, con la abierta intención de preparar su retorno a la Presidencia en el 2006. Escudada en una falsa imparcialidad, Mónica Delta permitía a un representante del huido ex presidente despacharse a su antojo, proclamando las enormes virtudes de Fujimori y su impoluta conducta. Su único error, según el autor del pegajoso ritmo de El Chino, fue haber confiado en el maligno Montesinos, el único responsable de todo el horror y el latrocinio de su régimen. Era como si en Alemania de los años 40 y 50 en un medio de difusión alguien se hubiera atrevido a reivindicar a Hitler echándole al monstruoso Himmler la culpa de todos los horrores del nazismo. ¡Cómo si el segundo no hubiera sido hechura de los delirios criminales del führer nazi!

El intento de Panorama por relanzar la figura del chino "amigo de los cholitos" era evidente, tanto como el desesperado propósito de lavarse las manos con la cortina de incrédulas preguntas que, por encargo, le iba haciendo al entrevistado una desganada cronista.

Pero ¿sólo Panorama tendría responsabilidad en la repulsiva resurrección de Fujimori?.... No. Serán varios a los que habría que achacar tan espeluznante retorno. Por lo pronto, a los que se encargaron, al instalarse el régimen democrático, de escoger al procurador de la República. No se les ocurrió idea más brillante que respaldar al mismo procurador ¡escogido por el mismísimo Fujimori para investigar a su régimen!

El resultado está a la vista. Hasta este momento no se ha formalizado una sola acusación sustantiva contra el prófugo ex presidente y cabeza visible y todo pudiente del fujimorismo. El doctor Ugaz se lució en la investigación contra quien lo hizo procurador. A pesar de que se le alcanzaron documentos con la firma de Fujimori que servían y sirven de base para acusarlo con fundamento de crímenes de lesa humanidad, todo su esfuerzo estuvo concentrado no en el líder sino en el Himmler de Fujimori, en Montesinos; y en dar curso a todas las acusaciones lanzadas por la Pinchi Pinchi y compañía. Algunas de poca monta, pero que han servido para rellenar las cárceles.

También contribuye la justicia abusiva
Culpa del posible regreso de Fujimori a la arena política peruana no sólo la tendrán programas que, como Panorama del pasado domingo, difundan sus virtudes e inocencias, impresionando a muchos, entre otros a la empleada de mi casa que el lunes me preguntó: "¿Será verdad lo que decía ayer el señor de Panorama? Parecía muy sincero". También serán culpables los abusos judiciales que se están cometiendo, pues justicia abusiva no es justicia y sirve para que se confundan los procesos justos con los que no lo son. De lo que resultará una confusión favorable a los verdaderos delincuentes del descomunal horror que fue el fujimorismo.

Ejemplo de esa justicia abusiva son los casos del señor Héctor Chumpitaz y del doctor Ernesto Gamarra. Al primero se le persigue y humilla porque recibió unos dólares de manos de Montesinos. Y yo no veo aquí cuál pueda ser el delito. Es absolutamente razonable que un ingenuo deportista como Chumpitaz se haya sentido halagado al ofrecérsele la posibilidad de ser regidor municipal y tenía que ser lógico, no sólo para él sino para la mayoría de los peruanos, que el verdadero segundo en la jerarquía del fujimorismo fuera la autoridad partidaria competente para escoger candidatos y para cubrir los gastos de campaña de los postulantes sin medios económicos que aportarían votos por su personal popularidad. Así ha sido siempre aquí, en Washington y en la Cochinchina y creo que seguirá siéndolo en el futuro. También, contrariamente, los que sólo cuentan con el deseo de ser candidatos siempre tendrán que poner dinero.
Lo mismo que con las bayonetas

El caso de Gamarra es más simple aún. Y sobre el tema tengo amplia experiencia, pues no una sino muchas veces he sido solicitado por amigos para que haga de intermediario ante otros amigos ricos y éstos les proporcionen ayuda en elecciones políticas o institucionales. Y así actuó Gamarra. Acudió a un viejo amigo con su cuita y éste lo conectó con alguien sólo conocido como próspero industrial, quien le proporcionó tres mil dólares para la candidatura edil de su señora. Lo de la filmación fue una montesinada para chantajear al congresista de oposición.

Todas estas sorprendidas divagaciones son resultado del programa Panorama del domingo, increíblemente dedicado a relanzar a Alberto Fujimori como figura política peruana para el 2006. Pero se equivoca Canal 5 si cree que tamaño despropósito puede ser justificado con el cuento del interés periodístico. Con ese criterio, también resultaría "interesante" una entrevista "imparcial" a un senderista que haga la apología de Abimael Guzmán. Igual que con las bayonetas, con la libertad de prensa se pueden hacer muchas cosas menos sentarse en ella. Así se la embarra.

Fuente:
FONDO EDITORIAL PERIODISTICA OIGA

l'osservatore romano


Canta claro
Por FRANCISCO IGARTUA
Es verdad aunque usted no lo crea:
ALGUIEN PROTEGE A FUJIMORI

Me habría gustado ocuparme esta semana del implacable debate entre populistas y neoliberales (o liberales a secas como ellos gustan ser identificados). Un debate donde los unos y los otros se refutan e injurian no refiriéndose a la tesis contraria sino a la caricatura que cada bando se hace de la tesis contraria. Los populistas (que afirman ya no ser populistas) despellejan a sus adversarios acusándolos de estar sometidos a los intereses de las transnacionales y del Fondo Monetario, señalado como un empecinado cobrador de la deuda externa; mientras que los liberales (que califican de buenas las primeras etapas de Fujimori y Menem) llegan a extremos de risible fanatismo por boca del presidente de la Confiep, quien encuentra que estamos mejor que Argentina porque, entre otras razones, también pueriles, "nuestro nivel de in-flación es bajo; ¡incluso menor que el de Estados Unidos!" (la exclamación es mía). ¿O sea que, cuando nadie tenga un centavo para comprar y no exista un solo vendedor por falta de clientes, habremos derrotado a la economía nortea-mericana?
Semejantes alucinaciones hacen que legos en la materia, como yo, nos sintamos con ánimo de entrometernos en el debate reclamando a las dos banderías que tomen lecciones del impactante recuento de Patricia Castro sobre su experiencia en Afganistán, crónica magnífica, merecedora (si lo hubiera) del premio nacional de periodismo, resumida en un punzante consejo, referido al horror de la guerra: "seamos capaces de escuchar e intentar ver desde los ojos del otro".
Pero como ignoro las sabiondas interioridades de la ciencia económica (aunque sé que no es exacta ya que, si lo fuera, jamás habría habido crisis económicas en el mundo o éstas serían o habrían sido obra de la maldad del diablo); y como tampoco podría sustentar la tesis de que a esa incierta ciencia le es imposible procrear certezas, me escapo del tema y voy a lo mío, a la política, asunto también incierto, a pesar de los esfuerzos hechos desde los tiempos de Machiavello para darle exactitudes.
Insistiré una vez más en una cuestión sobre la que vengo trillando desde hace tiempo, aunque inútilmente, pues nadie me hace caso a pesar de lo meridiano de mis razones y de las pruebas contundentes que cito. Ni el procurador de la república, ni la fiscal de la nación, ni autoridad alguna (he acudido a varias) se dan por enterados de mi insistente pregunta: ¿quién, muy poderoso, protege al prófugo Fujimori?

El pedido de ascensos para el grupo Colina es anterior a La Cantura y Barrios Altos.

Y no se diga que el tema ha perdido actualidad, pues todas las semanas la prensa insiste, con mayor o menor énfasis, en que Japón tendrá que extraditar al ex mandatario porque ya se le formalizó o se le está formalizando la acusación por delitos de lesa humanidad, circunscribiéndola eso sí a los casos de La Cantuta y Barrios Altos. Lo que es una farsa, un engañabobos, porque nuestras autoridades saben muy bien que la prueba principal que se menciona (el pedido de Alberto Fujimori para que sean ascendidos los criminales) no es vinculante con ninguno de esos dos casos. El pedido de ascensos fue anterior a La Cantuta y Barrios Altos.
¿Fujimori sería por lo tanto inocente? No; al contrario. Si se va al fondo del asunto, el delito de lesa humanidad del prófugo ex presidente es inmensamente mayor, porque esos dos hechos criminales si son vinculantes con todas las atrocidades cometidas a fines del año 90 y principios del 91, de las que el propio Fujimori se acusa, con su firma, en tres documentos (tres y no sólo uno) pidiendo primero y luego exigiendo y ordenando en su calidad de Jefe Supremo de la Fuerza Armada el ascenso del grupo Colina (del grupo completo) por "los servicios prestados en las universidades del país", según reza la "Hoja de análisis" del Ejército, firmada por el general Alfonso Robledo del Águila y emitida al día siguiente del tercer memorándum firmado por Fujimori el 30 de julio del 91, en el que no pide sino ordena los ascensos y hace referencia al memorándum anterior, del 25 de junio, el que, al parecer, no fue atendido por un comando que se resistía a la mafia.
¿Y qué había ocurrido a fines del 90 y principios del 91 en las universidades del país, en el frente al que correspondían las acciones del grupo premiado, según está escrito en el "Análisis", que firma el general Robledo?
En ese lapso se habían hallado cadáveres de estudiantes con signos de tortura en diversos lugares, principalmente en Huancayo, donde la Fiscalía había denunciado la desaparición de 61 estudiantes de la Universidad del Centro.
Aquí sí se cierra el círculo, haciendo vinculantes todos los asesinatos y torturas de antes y después del "mandato" de Fujimori para premiar por "trabajos especiales de inteligencia" a los siguientes oficiales: Fernando Rodríguez (general considerado jefe del grupo Colina), general Roberto Páucar (hermano del amigo escolar de Fujimori, _quien presidió Teléfonos del Perú y fue luego director de Telefónica), general Luis Cubas (el cuñado de Montesinos) y el coronel Roberto Huamán Ezcurra (los ojos y oídos del régimen fujimorista). Completan la lista los tres esbirros principales del grupo: Martin Rivas, Pichilingue y Robles.
¿No sabía lo que firmaba el prófugo Fujimori, no una vez sino tres veces (25 de junio, 9 de julio y 30 de julio de 1991), pidiendo primero y luego ordenando los ascensos de la camarilla que organizó y protagonizó el horror sangriento del decenio fujimorista?

Los crímenes de Huancayo si hacen vinculante el pedido de ascensos con todo el horror del decenio, del 90 al 2000.

¿Por qué hasta hoy esconden, callan y eluden tocar estos hechos los jueces, fiscales y procuradores encargados de acusar a Alberto Kenya Fujimori, el cabecilla de la banda? ¿Por qué engañan a sabiendas de que sus acusaciones contra el ex mandatario, hasta hoy, no serán tomadas en serio por ningún tribunal internacional y menos por la justicia japonesa, obligada a defender al nuevo súbdito de su majestad Akihito? ¿Por qué no se ha llamado a declarar al general Robledo del Águila, firmante de la "Recomendación N° 003 CP-JA-PE 1b", donde se hace el análisis de por qué el Ejército está obligado a cumplir el "mandato" de su jefe supremo?
Muchas otras preguntas podría añadir, pero quedarían reducidas a una larguísima letanía en busca de una respuesta que extrañamente nadie me quiere dar. ¿Por qué? ¿Por qué se llenan a diario los medios de difusión con declaraciones sobre la inminente extra-dicción de Fujimori, a sabiendas de que todo lo que dicen es una farsa?

Fuente:
FONDO EDITORIAL PERIODISTICA OIGA

Canta claro
Por FRANCISCO IGARTUA
FANÁTICOS Y ENEMIGOS DE DIOS

Enfocar la actualidad es más que tentación para un periodista. Es obligación. Y como la diosa actualidad de los viejos hombres de prensa ilumina con especial complacencia a los hechos locales, siempre resultan siendo éstos los de mayor interés público. Por ejemplo, ¿acaso no es todavía comidilla del día el viaje presidencial a Shanghai?... Explicable hasta allí. hasta Shanghai, pero al que luego le creció una cola tan larga que se hizo vuelta al mundo, con injustificadas pascanas turísticas y visita a Madrid, donde nada había perdido el Perú, ya que la mesa de donantes organizada por el embajador Pérez de Cuéllar había producido sus frutos y quedado desmantelada.

Estamos hablando de un viaje oficial que con, aire gitano, se fue haciendo demasiado informal y que no se recordará tanto por sus logros que si los hubo cuanto por la traviesa conducta del sobrino Coqui y por la presencia de la bella y joven funcionaria de Justicia embarcada en la comitiva no en calidad de función pública sino en la novia de un ministro. Un viaje sumamente accidentado, con tantos dichos y desmentidos añadidos a las arrogancias del bien remunerado sobrino y de la compañía de la novia ministerial, que bien serviría para una sabrosa crónica de género picaresco y no para una nota de carácter editorial. En este terreno sólo cabe comentar que las travesuras de Coqui no son juego de niño malcriado, son costosos abusos de poder que dañan la imagen del régimen y hacen presagiar feas reediciones de ayer.

Pero no siendo ésta una columna festiva, hemos tenido que voltear la cara y, fuera del lar patrio, fijar la atención en uno de los tensos debates suscitados tras el salvaje acto terrorista ocurrido el 11 de setiembre en Nueva York y Washington y la descomunal réplica norteamericana, que en reacción nada inteligente está convirtiendo en pampa de muertos al paupérrimo Afganistán. Una venganza que ofende a Dios, a los evangelios y da la victoria a los terroristas, porque ese martirio era precisamente lo que buscaban. A unos el dólar los hace ricos, a otros el dolor los enriquece.

Aunque cerremos los ojos y queramos creer que nos hallamos ante una simple escaramuza militar yanqui escandalosamente millonaria, lo cierto es que se ha iniciado una nueva guerra universal de proyecciones imprevisibles, que enfrenta a dos mundos con concepciones contrapuestas sobre la vida y la muerte, y que abre viejos debates sobre Dios y sus responsabilidades terrenales.

Hubo un tiempo en que estuvo de moda ser ateo, posición legítima, ya que la creencia en Dios no es producto de la razón sino acto de fe, tan libre como el no creer en la divinidad. Negar este derecho a los unos o la los otros es negar el libre albedrío, la potestad de decir sí o no y de ser hereje, o sea contestatario, insumiso al orden establecido. Aquellos ateos de antaño hacían rabiar a las beatas y a los curas de pueblo, pero no llevaban mala entraña, igual que los tolerantes agnósticos de hoy. Lo que sí lleva mala entraña es una novísima moda, que tiene como antecedente las violentas rabietas que les daba a los comisarios de Rusia Soviética al ver entrar en las iglesias a los jóvenes obreros estudiantes. Para esos camaradas, el "opio del pueblo" debla estar circunscrito a la ancianidad en extinción. Esto ocurría en Rusia cuando se instalaba el Kremlin y comenzaba a desvanecerse el comunismo, mientras la fe religiosa salía de las catacumbas familiares para acudir a las iglesias. Y esas rabietas cargadas de odio es la que nos trae la nueva moda, la que ha hecho que los ateos se vuelvan enemigos de Dios. En enemigos, en algo añadido a la simple negación atea y, por tanto, en rabiosos u odia-dores de la religión. Posición que tampoco se puede descalificar, porque todos somos libérrimos dueños de nuestras creencias y de nuestros odios, sean éstos mansos o bravos.

Pero así como los enemigos de Dios son dueños de sus descreencias y opiniones, también los "otros", los que creen en que Dios es el mismo para todos los hombres, tienen derecho a pensar distinto y a expresarse sin miedos, son las presiones que parten de la notoriedad internacional de algunos de los enemigos de Dios y del prestigio inherente a todas las modas. A expresar, por ejemplo, que el mensaje de "ameos los unos a los otros" del dulce Jesús de Galilea no es responsable de las atrocidades cometidas por los cruzados en las tierras bíblicas, ni de los horrores de la Inquisición en Europa, así como el de Alá ha sido tomado en vano por el puñado de mahometanos que en delirante inmolación produjeron la hecatombe de Nueva York y Washington.

Los "otros" también tienen derecho a replicar en voz alta a los enemigos de Dios y aclararles que si bien es cierto que hubo connubios entre iglesias y estados para aplastar la libertad de conciencia e imponer el oscurantismo en la mente infantil de los pueblos, es una falsedad achacarles 'a la religión, mejor dicho a la religiosidad, semejante atropello a la dignidad humana, al derecho de los hombres a pensar por cuenta propia y a decir no a la autoridad, sea de la Iglesia, del Estado o de las sociedades en las que nos desarrollamos. Será al fanatismo religioso no a las doctrinas de paz y amor al que debe cargársele estas culpas. No mayores, sin embargo, que las de otros fanatismos, como los políticos con millones y millones de muertos y torturados en el Gulag de Stalin y en los campos de concentración nazis y como los fanatismos patrióticos, que sembraron los jóvenes cadáveres inmensos territorios en guerras absurdas. También hay fanatismos futboleros, con victimados a palos o cuchilladas. Siempre muerte y violencia detrás de todo fanatismo.

El fanatismo no la religión, ni la política, ni el amor a la patria es el que ciega al hombre y lo transforma en la peor de las bestias. Es el fanatismo el que engendra la violencia, sin que tenga responsabilidad alguna el "buen Dios" que dicen los franceses. Y el dogmatismo que puede ser político o religioso es el abrevadero de los fanáticos, de los odiadores, de los amantes de la violencia, de los novios de la muerte.

Ni Dios ni la religiosidad tienen que ver con las sórdidas, intolerancias de la historia y sí deben responder el fascismo y el comunismo por las más atroces intemperancias de nuestro tiempo.

Pero es imposible concluir esta nota sin citar un preciso mensaje sobre el tema de un hombre profundamente religioso y limpio, de don Miguel de Unamuno. Mensaje escrito en carta a un amigo a comienzos del siglo XX, cuan-do subyugado por las ideas socialistas, cayó en la tentación comunista. Leamos a don Miguel:

"Los que somos herejes por naturaleza, herejes de cualquier ortodoxia y de nuestra herejía misma desde el momento en que se intente elevarla a ortodoxia los que rechazamos el dogmatismo no podemos entrar a un partido ortodoxo y dogmático".

Desde muy temprano vislumbró Unamuno la orgía de horror que recorrería su siglo y fijó posición clara contra la intolerancia. Advirtió que el fanatismo de los dogmas es el que engendra muerte y violencia, no Dios ni las doctrinas que, en su nombre, reclaman paz en la tierra a los hombres de buena voluntad, a los seres humanos no contaminados de odio, enfermedad que de diversos modos bestializa al hombre y lo lanza al acto horripilante de convertir en amasijo a los miles de inocentes que poblaban las torres de Nueva York o a la bárbara venganza de bombardear hasta hacer pampa de muertos a toda una nación.

Fuente:
FONDO EDITORIAL PERIODISTICA OIGA

Canta claro
Por FRANCISCO IGARTUA
¿QUÉ HACER CON EL PERÚ?

No es habitual y resulta masoquista iniciar un artículo poniendo el titulo antes de escribir. Sobre todo, como ahora, cuando éste ha sido inspirado no por un tema, sino por varios acontecimientos vistos en la televisión o leídos a la carrera en los diarios durante los últimos días.

Comenzaré relatando que miré de paso un programa policial y quedé estupefacto ante el feroz rechazo fuenteovejuno a una patrulla policial que, acompañada de fiscal, iniciaba la detención de los comercializadores de drogas del lugar, al parecer hijos de esos vecinos.

Violencia callejera
Una centena de policías bien armados tuvo que rescatar al fiscal y a la patrulla, que habían sido heridos, magullados y secuestrados. No hubo muertos porque Alá es grande. Pero ¿cuál fue el saldo de esta casi sangrienta pesquisa? Esos iracundos y delincuentes ciudadanos defendían algo aberrante (la drogadicción en el barrio) y todo por apenas unos soles, que vimos en una solemne mesa policial. Parecían muchos billetes porque estaban extendidos, pero eran muy pocos y la mayoría billetes de diez. ¿Cuál es la razón para que enfurecidos hombres y mujeres de una vecindad, poniendo en riesgo sus vidas y por apenas unos soles, defiendan tan aberrante modo de subsistencia? ¡Esto sólo puede ocurrir en un país muy enfermo y muy muerto de hambre!

Otro hecho que me llamó la atención fue la abierta posición del representante de la compañía italiana que ha potabilizado las aguas del río Chillón, el señor Andrea Bossola. Por lo pronto, reveló que la empresa administradora del agua en Roma está liderada por el municipio romano, que posee el 51% de las acciones, sólo el resto es privado. También reconoció como notable la capacidad técnicas y empresarial de Sedapal, con la que el proyecto Chillón está estrechamente relacionado.

Por lo expuesto no se crea que soy partidario de las empresas estatales. Pero, como no soy dogmático, lo dicho por el empresario italiano sí me hace reflexionar y preguntarme si la mejor y única manera de solucionar el problema del agua en Lima sea la privatización total de Sedapal.

Polémicas tarifas
También veo con claridad que la solución (cualquiera de ellas) pasa necesariamente por alza de tarifas, pues sin esa alza no hay financiación posible. Desde que el mundo es mundo, del cuero salen las correas. Y el cuero no son los millones que la empresa privada o el Estado logren prestarse, el cuero son las tarifas, o sea el bolsillo de los consumidores, del que tendría que salir el dinero para cubrir esos préstamos y los dividendos de los accionistas o del Estado. Todo lo demás es cuento, dogmatismo o teorías de una ciencia que, si fuera exacta, desde hace siglos no habrían crisis económicas.

Por lo que oí decir al señor Bossola, hombre sin duda experimentado en aguas, el planteamiento para resolver qué hacer con Sedapal no tiene que ser dogmáticamente propuesto como privatización o estatización sin matices. Salvo que el Estado, -o sea el país, tenga necesidad del dinero de la privatización para cubrir huecos presupuestales, necesidad que también está previsto resolver en la economía casera con la venta de las joyas de la abuela. Entonces si no habría otra opción, pero será necesario explicar por qué se ha de hacer.

Pero, si no es así, habrían otras opciones. Por lo pronto, personas autorizadas (no sólo Andrea Bossola) nos dicen que Sedapal es una empresa eficiente; y que no anda mal de fondos lo constatamos todos, todos los días, transitando por Lima. Desde hace un tiempo se ha hecho endemoniado andar por la ciudad, pues a cualquier sitio que vayamos tenemos que sortear huecos y zanjas que Sedapal está abriendo y cerrando después de entubar modernamente el sistema de agua y alcantarillado. Una inversión supongo que enorme.

Inversión en agua
Sin embargo, es evidente que mucho más es el dinero que se requiere para satisfacer las necesidades de agua de la población limeña y limpiar su mar. ¿Cómo resolver el problema?... El representante de la empresa socia de la comuna romana, Andrea Bossola, insinuó con diplomacia florentina que podrían haber distintos modos de asociación (como la del Chillón por ejemplo) para que los in-tereses privados intervengan en la solución del problema, sin necesidad de desmantelar Sedapal, que podría ser el regulador más efectivo de las tarifas y de que no haya despidos arbitrarios.

También hubo en la semana y entre otras necedades (como la insistencia en las elecciones regionales de noviembre), una declaración peripatética. Los encuestadores, puestos en la escena política por la intemperancia de la primera dama, propusieron resolver los problemas del presidente Toledo incorporando a todos los líderes políticos al gobierno. ¿No saben estos medidores de opinión que muchas manos en un plato causan arrebato y mayor si hay agudas contradicciones entre ellas?

¡Hasta el próximo sábado!

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FONDO EDITORIAL PERIODISTICA OIGA

martes, 5 de marzo de 2013

l'osservatore romano



Canta claro
Por FRANCISCO IGARTUA
OTRA VEZ EN PELIGRO LA LIBERTAD DE PRENSA

Van estas líneas en primera persona del singular, no sólo porque el tema obliga a dar la cara, sino porque soy yo el afectado en parte de esta historia, que comenzará precisamente con el relato de mi presencia, el domingo pasado, en la pantalla de Canal N, dependencia de El Comercio.
Me vi ese domingo en la televisión con la ingenua complacencia de todo ser humano puesto en vitrina, pero pronto me di cuenta de que, como un párvulo, había caído en una emboscada. Y mi indignación fue mucho mayor a la que presentí el día de la grabación, pues entonces no supuse que a las sesgadas preguntas de la encuesta que hacía el programa Barra de mujeres se añadiría, como cortina constante, la imagen más impactante de la entrega millonaria de dólares que Montesinos le hizo al principal accionista de Canal 5: el hecho más bochornoso de la compraventa de conciencias que se produjo en el régimen pasado.
En la Barra de mujeres de ese domingo hacía yo el papel de un furioso defensor de la libertad de prensa que, como idiota, no se daba cuenta de que estaba siendo utilizado para darle apariencia de imparcialidad e independencia a un programa que tenía como único objetivo que el público se pronunciase a favor de quitarles la licencia a dos o tres canales de señal abierta y que el resultado se aproximara al ciento por ciento de los votos; cosa que, lógicamente, gracias al vladivideo se alcanzó a plenitud. El 94% de los televidentes estuvo de acuerdo, sin entender el trasfondo de la encuesta, en que las licencias de radio y televisión pueden ser dadas o quitadas a discrecionalidad por el gobierno de turno o por una junta de notables. O sea que, con el pretexto del necesario castigo a los rufianes vladivisionados, se abrían las puertas para inmediatos y futuros atropellos de la libertad de prensa y expresión.
De haber visto y escuchado aquel viernes todo lo que se vio el domingo pasado en la pantalla de Canal N, ese programa no habría salido como salió y no habría hecho yo el papel de avalador de la patraña montada, con el propósito de engañar al público, por esas tres damas vinculadas al ala izquierda de la Universidad Católica.
El señalamiento del ala no tiene intención de descalificar ni calificar a nadie, lo hago simplemente para situar la posición política de esa "Barra", que bien podría llamarse "brava" por los medios usados para llevar agua a su molino ideológico, curiosamente del mismo signo que otras campañas iniciadas hace poco con idéntica puntería: la de hacer prevalecer puntos de vista partidarios, de reglamentar a los medios de comunicación y censurarlos. Campañas, por otro lado, vistas con complacencia por intereses comerciales con ansias locas de alcanzar poder político. ¡Algo absolutamente paradojal, pero empedrada de cu-riosas paradojas está la política!
El castigo que corresponde a los rufianes vladivisionados es asunto
de la justicia, no del gobierno ni de juntas de notables.

Se trata de campañas que, sutilmente y desde variadas posiciones, se han montado hace un tiempo para establecer una suerte de vigilancia sobre la televisión y la radio, que podría afectar también al periodismo tradicional, al de la prensa escrita. Supuesto que no es sospecha mía sino que se desprende de un aviso publicado por "Veeduría Ciudadana", en el que se justifica esta inquisitorial tesis: la censura es legal "por el carácter de interés público que la Constitución le da a la actividad de los medios de comunicación, especialmente a la radio y la televisión". Se deja así en claro, con el "especialmente", que los periódicos y revistas no quedan excluidos de ser vigilados 'por una veeduría "constitucional" que podría ser estatal o compuesta por notables elegidos dentro de las organizaciones de la sociedad civil, casi todas ellas de signo próximo al de las damas de la Barra de mujeres. Hay en todas estas "veedurías" machacona insistencia en remarcar, algo que es cierto, pero no para llegar a algún tipo de censura: que los medios de expresión son de "interés o servicio social y público". Por ello es que la Constitución precisa que la libertad de prensa es irrestricta.
Se ha dicho una y mil veces que la libertad de expresión establecida, igual que la democracia, es un sistema lleno de defectos y deficiencias, pero que, aun así, es el mejor de todos los experimentados por el hombre en el curso de los siglos. Y esa libertad, para no ser desvirtuada, no puede tener más límite que el de los códigos comunes y el del honor de quienes ejercen el oficio de periodistas. Todo otro límite la ahoga, la transforma en boletín oficial, en negación de sí misma. Se dirá que esta definición peca de gaseosa y burguesa y pueda que así sea, pero centenarias experiencias prueban que todos los intentos por modernizarla han terminado devolviéndonos a la Inquisición, con apenas unos cambios de color. Unas veces el terminal es negro y otras rojo, sin que nunca deje de ser repelente para quienes amamos esa libertad simple, llana e imperfecta que nos garantiza la democracia.
E Inquisición es lo que hoy se reclama en nombre de la modernidad, en un Perú que vive bajo el impacto de los rufianescos tratos vistos en los vladivideos y al que es fácil convencerlo de que no se vulnera la libertad dejando el castigo por estos hechos a la discrecionalidad del gobierno o a la de una junta de notables que se instalaría para cuidar la salud moral de los peruanos. Una tesis sin memoria, desconocedora de una verdad capital en política: ningún gobierno -ninguno- dejará de caer en la tentación de controlar a la prensa.

¿Quién o quiénes deben reglamentar y decidir cuáles son los “valores auténticos” o las “obligadas versiones plurales”, reclamadas por diversas “veedurías ciudadanas”?
El castigo que les corresponde a los rufianes vladivisionados -todos ellos empresarios metidos a periodistas- es asunto de la justicia, que está obligada a embargarles sus acciones y, cuando se cumplan los plazos legales, a ponerlas en venta de acuerdo a los códigos vigentes. Lo que es inaceptable, por contrario a la libertad de prensa y expresión, es sentar el precedente de que un gobierno pueda dar o quitar licencias de acuerdo a las circunstancias o entregar la salud moral a cualquier junta u organismo supervisor "del correcto desempeño de los medios de comunicación", como a la letra dice otra de esas asociación afines a la Barra de mujeres.

(Son estas líneas una ampliación a la cuartilla que, como carta aclaratoria, le envié a El Comercio y que éste no publicó).

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FONDO EDITORIAL PERIODISTICA OIGA

lunes, 4 de marzo de 2013

Canta claro
Por FRANCISCO IGARTUA
SOBRE LAS BENDITAS O MALDITAS PRIVATIZACIONES

Hasta hace poco el grito gubernamental era "privatización o muerte", pero, de pronto, tras el arequipazo, el grito se silenció por completo. Y se pasó "a otra cosa". Lo que resulta desconcertante, pues si era de muerte la privatización, el tema debió ser mantenido en el debate público, aunque al mismo tempo se paralizaran las ventas de los activos nacionales, para decidir luego si se seguía o no con ellas. Y de ello me ocuparé este sábado con las salvedades el caso.

Para los que de economía sólo sabemos cómo andan nuestros bolsillos y los de la gente que frecuentamos; para los que presenciamos y nos duele y avergüenza la miseria de la calle limeña y de los pueblos del Perú; para los que no llegamos a entender cómo puede ser normal que frente a asalariados de 200 soles al mes haya funcionarios que, sin remordimientos, reciban sueldos de 10 mil dólares, para quienes no somos economistas, pero sí testigos sufrientes de esa ciencia (que nada tiene de exacta), no podríamos opinar del tema si no recurriéramos a la elemental sabiduría de la razón y al testimonio recogido en otros países que es lo que he hecho en estos días usando el teléfono y perdiendo tiempo frente a la televisión.

Chile, un ejemplo a la mano
Por lo pronto, puedo afirmar que no es verdad, que no es cierto que sólo privatizando tendremos futuro. Y el ejemplo está muy cerca, aquí en el sur, en Chile, donde no se ha privatizado su más importante riqueza (el cobre) y donde el Estado, aparte de mantener el control de Codelco y otras empresas, no se ha cegado con las privatizaciones y ha sabido entender que si todo se privatiza hoy y el ingreso se emplea en cubrir déficits, mañana no se tendrá otro remedio que vender el territorio a pedacitos. Con lo que, dramáticamente, se cumpliría una socarrona sugerencia referida a la bohemia chilena del siglo pasado. Entonces se decía en maliciosa intimidad: ¿por qué no vendemos Chile y nos compramos un país más chiquitito, pero más cerca de París?"... Chile de hoy, curado del sueño del París luz del mundo, propicia la inversión extranjera, pero no para deshacerse de los activos del país, sino para que el capital de fuera se asocie, asuma gerencias o acepte concesiones. Lo que no quiere decir que, dogmáticamente, satanice las privatizaciones. A las que ha recurrido cuando eran convenientes y aceptadas como "benditas" por las poblaciones que, a través de las tarifas, son las que pagan las inversiones y los intereses de los inversionistas. (En Chile también hubo protestas en algunas regiones contra las privatizaciones).
Aquí, en el Perú, un dogmatismo fanático es el que domina el pensamiento de nuestros liberales, muchos de los cuales razonan como el viejo catecismo y parten de premisas escolásticas como la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta", sin advertir que la realidad desmiente el dogma cuando coloca un monte, un río o un bosque en medio de los dos puntos. Obstáculos que son nada al lado de los que se presentan en la variadísima ejecución económica. Y es premisa obcecada eso de que sólo las privatizaciones nos podrán sacar de la pobreza.

También en las calles de Londres
Y vuelvo a la calle. A la experiencia del hombre de a pie en Londres, que me informa sobre el tema del día allí. Me dice que la mayor preocupación hoy en Inglaterra son los accidentes ferroviarios y que los ingleses maldicen la privatización de estas empresas, por ser ella la responsable de esas catástrofes y del calamitoso servicio que prestan. "Esas compañías -opina la calle londinense- se preocupan ante todo de sus utilidades y descuidan las costosas medidas de seguridad". Y la indignación de los ingleses crece cada vez que recuerdan el impecable servicio de los trenes franceses, que son estatales.
Claro que la queja de la calle londinense y la eficacia de las ferrovías francesas son hechos ajenos a nuestra realidad, pero sí sirven de referencia para que desconfiemos de los fanáticos de la privatización y entendamos que seguir a pie juntillas a esos economistas liberales resulta lo mismo que aquello de "no ir a misa es condenarse" (y conste que yo no rehúyo ir a misa).

Lo mismo aquí en el Perú
No faltan, sin embargo, referencias locales para actuar con sensatez. Es el caso del agua para Lima. Una empresa italiana está abasteciendo con agua de primera calidad al cono norte. Pero esta empresa no ha comprado nada. Ha invertido para purificar aguas del río Chillón, las que vende a Sedapal. Y lo mismo puede hacerse con proyectos de mayor envergadura u otros más humildes, como el que elaboró hace años el ingeniero Federico Uranga para traer el agua limpísima de las alturas de Cañete a las poblaciones de las playas del recorrido y al cono sur de la ciudad. Un proyecto que pudo ser financiado localmente si no fuera por la falta de colaboración comunitaria de los pobladores de la ruta, por infelices rivalidades entre alcaldes y por sujeción a nuestra atávica maldición, a la idea del papá gobierno que todo lo puede y debe resolver.
Las privatizaciones no son el diablo, pero tampoco la santidad.

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FONDO EDITORIAL PERIODISTICA OIGA

Canta claro
Por FRANCISCO IGARTUA
SI QUEREMOS QUE LA CONSTITUCIÓN SEA INVIOLABLE…

El "Canta Claro" de la semana pasada, por problemas de tipeo en la imprenta, apareció con algunos párrafos bastante confusos. Mil disculpas y, además, un añadido a mi opinión sobre la reforma constitucional en debate.
Soy partidario de la reposición de la Constitución del 79, no por simpatía a nadie ni porque crea que es buena o mala (no soy constitucionalista, ni siquiera abogado). Son razones éticas y pedagógicas las que me llevan a reclamar que el Congreso reivindique la legitimidad de esa Constitución, pues si el origen principal de nuestro subdesarrollo es el desprecio peruano a la ley, desprecio tanto de los de arriba como los de abajo, y si la obligación mayor de los mandatarios es educar, se hace obligatorio en las actuales circunstancias dar una lección ejemplar de respeto a las normas legales.
Hay también razones éticas y morales
Habrá muchas razones jurídicas para alegar que la Constitución del 93 impera porque fue ratificada electoralmente por el pueblo. Pero esas razones no tienen valor ético ni moral. Son, más bien, la peor lección que puedan recibir los peruanos. Es justificar que el atropello a la ley se pueda imponer sea por la fuerza de las armas, por picardía o por elecciones amañadas y, por lo tanto, fraudulentas. El pueblo no merece ser engañado con razones jurídicas. Lo que el pueblo mereces que la autoridad le enseñe, lo eduque en el respeto a la ley y en el castigo a quienes la quebranten. Y el golpe militar del 92 no fue, otra cosa que una vulgar violación de la ley con premio a los violadores. Una imagen que obliga a explicarle al pueblo que ese no es el camino de hacer nación y desarrollamos. Lo que el Perú necesita es asistir a una lección de escarmiento y ver en el banquillo a los ministros que avalaron aquella aberración, a los militares que la ejecutaron y a quienes la planearon. También, para que la lección sea completa, habría que aplaudir, aunque sea sólo virtualmente, a los que, como el ministro Alfonso de los Heros, supieron cumplir su deber cívico devolviendo de inmediato la faja ministerial o el cargo que desempeñaban. Fueron muy pocos, pero fueron y merecen el reconocimiento ciudadano. Así se enseña a no pasarse la luz roja, que es lo que no hicieron el jueves en el Congreso algunos parlamentarios defensores de la Carta del 79, pasándose a la torera el Reglamento. Uno de ellos (el aprista Zumaeta) hizo que los diez minutos reglamentarios se hicieran veinte.
Pero ¿y el orden jurídico?
Yo, lego en la materia, me atrevo a dar un consejo que la habilidad de abogados y congresistas sabrán darle vestimenta jurídica. ¿Qué impedimento hay para que al mismo tiempo se derogue la Constitución que avaló el golpe del 92, se les dé validez jurídica a los actos desprendidos de ella y se restablezca la vigencia de la Constitución del 79, con las enmiendas aprobadas por el actual Congreso?
Un perverso hábito violador
Que esta operación extienda el tiempo previsto para concluir el debate constitucional, no tiene importancia desde el punto de vista pedagógico, porque, mientras tanto, se castigaría, por lo menos moralmente a los felones, poniendo en carteleras, junto a Fujimori y Montesinos, al ministro Blaker Miller y a sus colegas, a los directivos de los medios de comunicación invitados al pronunciamiento y a los que se limitaron a una protocolar condena (para salvar la cara ante la historia) y luego apoyaron a los golpistas durante años. Será un castigo virtual, pero cumplirá una tarea educativa. No será un gesto vano, como tampoco lo será el elogio que se les dispense a las autoridades (poquísimas) que se negaron a aprobar el legicidio y a los militares, encabezados por Salinas, que se alzaron en defensa de la Constitución ultrajada. ¡Que sufran aquellos, castigo y vergüenza moral y los ciudadanos que se comportaron con dignidad reciban reconocimiento a su gesto ejemplar!
En resumen: si queremos educar al país, debemos desterrar para siempre el perverso hábito de los golpes de Estado, aunque vengan con Constitución o Estatuto propios. Debemos hacer entender a todos los peruanos que la ley es inviolable.

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fondo EDITORIAL PERIODISTICA OIGA

Canta Claro
Por FRANCISCO IGARTUA
CÓMO DEBERÍA SER EL PERIODISMO


Ahora que las navajas de la crítica están afiladísimas y en manos de medio mundo, comenzaré por criticarme, por reconocer que el titulo de este artículo peca de presuntuoso y suficiente. También de inexacto, pues tendría que haber escrito "Cómo creo yo que debería ser el periodismo", con lo que crecería la frase en vanidad y suficiencia. Pero sería más precisa, ya que la intención de este artículo es exponer mis particulares puntos de vista sobre un tema que no he estudiado académicamente pero sí vivido con intensidad. Serán las mías reflexiones de la experiencia y no una docta exposición sobre periodismo, pues los periodistas de antigua escuela no estamos doctorados en nada, apenas somos gente vivida a fondo.

El periodismo como arte y oficio de informar y comentar sobre los hechos que conmueven a la sociedad está siendo desvirtuado hoy por los mercaderes metidos a periodistas. Esto ocurre sobre todo en la televisión, medio que requiere grandes inversiones y ofrece gratificaciones muy excitantes, pues da poder y diversión, la máxima tentación humana. ¡Cómo no caer en ella si te sobra fortuna y apenas eres alfabeto! De allí que los hombres de empresa hayan suplantado al periodista en los canales de televisión y en no pocos periódicos y otros medios. Y de este hecho desgraciado debería partir una autorreforma que restablezca el prestigio de la prensa.

Aunque en toda actividad hay excepciones, sería aconsejable que, como primera medida reformista, las direcciones de todos los medios fueran ocupados por periodistas conscientes de su responsabilidad legal y de sus obligaciones éticas. Lo que no quiere decir que esta determinación pueda ser tomada ni regimentada por algún comité cívico o estatal. Más bien sería resultado de una repensada concepción del periodismo. Mientras que los propietarios y accionistas, como era antes, se dedicarían al negocio, a gerenciar, y al nom-bramiento o remoción justificada del director, único responsable de la línea editorial. Porque tampoco es admisible (mejor dicho sería risible) que el empresario estuviera pintado en la pared.

Sin embargo, siendo las televisoras una especie de rotativa que imprime varios periódicos distintos, habría más de un director por canal. Y, además, seria bueno abrir espacios que uno o varios periodistas podrían alquilar. Se trataría de programas completamente independientes, que los contratantes financiarían comercializando la hora u horas en el aire. Así se acabarían los pleitos de las estrellas del periodismo televisivo con los directorios, pues esas estrellas serian soberanas en el espacio alquilado.

Las direcciones de todos los medios de difusión deberían ser ocupadas por periodistas.

En cuanto a los comités o consejos que se están proponiendo desde una tendencia inquisitorial de izquierda (lo mismo daría si fuera de derecha) es imperativo limitarlos a la protección de los menores y a asuntos de orden doméstico, como precisar horarios para ciertos programas calificados de impropios por la sociedad. Se trata de una tendencia, capitaneada por la Universidad Católica y algunos ministros y parlamentarios, que resucita las mismas concepciones totalitarias que sepultaron a la libertad de expresión en 1974. Hoy, igual que entonces, se exponen con brillo los inocultables y lamentables excesos y pecados del periodismo, pero también igual que en los tiempos de la revolución militar, se proponen y exigen remedios aparentemente sensatos que impajaritablemente resultarán mucho peores que la enfermedad. Tiene enormes defectos la libertad de prensa, nadie lo niega; sin embargo, todo tipo de control sobre ella, tarde o temprano en este o en un próximo gobierno, acabará por transformar a la prensa en insípidos boletines estatales. Así ha sido siempre. Y no veo por qué han de cambiar las cosas. No veo cómo lo mismo que ayer resultó un desastre para la libertad no ha de tener mañana el mismo resultado.

Para la libertad de expresión no hay otro limite (hay que repetido hasta el cansancio) que los códigos en uso y el tribunal de honor del Consejo de la Prensa, un consejo que podría ser ampliado. El periodismo no está por encima de la ley; al contrarío, los delitos se hacen muchísimo más graves cuando se cometen a través de los medios de comunicación. Y con este criterio debieran actuar los jueces, desgraciadamente hasta hoy sometidos a la presión del poder, poder del que la prensa es parte, aunque opositora algunas veces.

Ese espíritu inquisitorial de izquierda (repito que sería lo mismo si fuera de derecha) es el animador del proyecto de ley sobre radio y televisión presentado por el Ejecutivo al Parlamento. Un proyecto que comienza consagrando un viejo y falso presupuesto: que el periodismo es un "servicio público", principio del cual se derivan los derechos de los "usuarios" y la intervención estatal en defensa de ellos a través de Indecopi. Pero el periodismo no es un servicio público, no es taxi, teléfono, luz o baja policía, es otra cosa, muy distinta, es un medio de difusión "al servicio del público", que lo lee, lo escucha o lo ve cuando le da la gana, sin que el gobierno ni autoridad alguna pueda intervenir en esta libérrima relación.

Desde una tendencia inquisitorial de izquierda (lo mismo daría que fuera de derecha) se quiere imponer una prensa manipulable por el Estado.

Y lo que ya produce espanto es cuando el proyecto de ley indica que las radios y televisoras pueden ver canceladas sus licencias si no "contribuyen a la formación política ciudadana", si no "fortalecen la identidad e integración nacional", si no "defienden a la familia" y no "difunden nuestros valores". ¿Será posible mayor vaguedad para describir delitos?... Pero más aun. Como si lo anterior fuera poco, la Universidad Católica añade un "consejo independiente del Estado" con potestad para juzgar qué es verdad y mentira en las informaciones y comentarios; los que además (no pueden sino imperativamente deben ser) "plurales" y tocar lo "relevante". ¡Verdad y mentira, pluralidad y relevancia sujetas al criterio de un consejo que reemplazaría a Dios, pues sólo El conoce la verdad! ¿Se puede concebir algo más delirante a inicios del siglo XXI?

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FONDO EDITORIAL PERIODISTICA OIGA